Escrito y expuesto por Luis Roca Jusmet
Los manuales de filosofía funcionan, desgraciadamente, por tópicos. De esta manera se clasifica a David Hume y a John Stuart Mill dentro de dos corrientes morales totalmente diferentes.
Lo cierto es que forman parte de una misma tradición que, más allá de las lecturas dogmáticas o simplistas, tiene mucho que decirnos. David Hume tiene la importancia de diferenciar los juicios morales de los de hecho ( juicios empíricos) y los lógicos. Las cosas no son ni buenas ni malas ; tampoco podemos por lógica diferenciar lo que está bien de lo que está mal. Pero para Hume hay acciones mejores y acciones peores para la convivencia y, por tanto, para la buena vida. Partiendo de la existencia de un sentimiento de empata, que es lo que sentimos desinteresadamente frente alguien que ayuda o perjudica a un otro desconocido, podemos construir algo. Este algo son unos principios universales basados en el respeto, en el reconocimiento del otro. Potenciando estos sentimientos podemos vivir todos mejor, en un equilibrio razonable entre el egoísmo bien entendido y el altruismo. No se trata de formular una moral para santos o héroes, sino para el hombre común. La razón sirve básicamente para calcular, como estrategia, no para definir finalidades de acción. Lo que define la finalidad es el deseo de felicidad.
Este es el punto de partida del que parte John Stuart Mill, que nace un siglo después y que como él es británico, empirista e ilustrado, Para Mill este sentimiento de empatía existe y es innato, existe como tendencia, aunque no es natural. Es como el lenguaje, tenemos las bases pero es el aprendizaje y la educación los que lo hacen posible. De esta manera hay que elaborar una moral cuyo criterio sea la utilidad. Útil es lo que es bueno para nosotros pero también para los otros, lo que quiere decir que hemos de integrar en nuestra felicidad la felicidad del otro. Es decir, que si yo deseo ser feliz y ser feliz quiere decir hacer las cosas que me hacen feliz entonces ser feliz debería querer decir compartir con los otros. Tenemos la tendencia y es la educación la que debe potenciarla. Moral será entonces lo que es útil y útil lo que favorece la felicidad colectiva. Y en cierta manera la razón, aparte de calcular también debe definir lo que es más útil. Siempre en base a los deseos de la gente, que es lo que le hace feliz.
Si somos capaces de superar los tópicos de manual y las lecturas dogmáticas, si somos capaces de ir hacia un buen eclecticismo entonces podemos completar esta línea, muy fecunda, que va de Hume a Mill con Spinoza y con Kant. Olvidémonos que se hable de Hume como un empirista y de Spinoza como de su oponente racionalista. No son incompatibles, por lo menos en el tema que hablamos. Porque la base de la acción para Spinoza es la alegría ( felicidad) y el amor.
Olvidémonos de la definición de la moral kantiana como racional ( contra el supuesto emocionalismo de Hume) y de principios ( contra el consecuencialismo de Mill). El deber de Kant no debe ser leído necesariamente desde la ética rigorista : la razón práctica no es tan lejana de lo que proponen Hume ( que sabemos, por otra parte, que tuvo gran influencia sobre él).
En el juicio moral debe equilibrarse egoísmo y altruismo, razón y sentimiento, principios y consecuencias. No hay una fórmula pero hay principios que deben orientar hacia una moral universal. Estos filósofos nos enseñan que la moral no es ni objetiva ni subjetiva, es intersubjetiva. Y esta intersubjetividad es histórica y hoy nos ha conducido a algo tan valioso como la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Necesariamente estos principios morales universales se complementan como otros políticos, que son los que fundan el Estado de Derecho. Es la ética la que se mantiene como proyecto singular en el marco de una normativa moral y política que debe tender hacia la universalidad. Pero del juicio político y el ético ya hablaré en otra ocasión.
No he entendido el concepto de intersubjetividad, pero me parece, a mi modo de ver que hay una moral que es la de la vida, un "malo" no vive mucho tiempo, en la tribu, en el clan, en la sociedad, así como un "buenísimo" tampoco, pero quizá los hay que sobrepasen ese límite de la vida para adentrarse más en el dar, dar al otro.
ResponderEliminarYo creo que ha de haber de todo tipo de personas y la intersubjetividad que yo he entendido no es una moral que pase de familia a hijos y del amo al súbdito, sino que entronca con la "prudencia" aristotélica.
Ahora los hay santos, lógicamente, para ser "muy bueno" y sobrevivir hace falta tener una madera especial, a pesar de que el santo sabe que ha puesto límite a su vida física, y por ello Dios le deja vivir, y este razonamiento sólo se comprende si tenemos la idea de Dios.
Pero el tema moral es muy complicado y yo no me atrevería a hacer, salvo en pequeñas pinceladas, algún juicio.
Ha de haber una ética colectiva, lógicamente, los hay que no pueden regirse solos, pero la moral ha de ser individual.
Vicent
Lo que planteo por intersubjetividad es unos principios morales que deben ser universales, fruto del diálogo entre los humanos que deben aprender de sus experiencias históricas. la ética debe ser individual pero la moral debe basarse en el respecto y el reconocimiento,Es mi opinión.Un abrazo.
EliminarEso más o menos es lo que yo he entendido, pero no confío demasiado en el "contrato", sino en el fluir de la realidad, pese a que admito la dialéctica, pero es a mi modo de ver, una dialéctica de la "naturalidad" no sé como se llama, a pesar de que opino como tú que los principios éticos han de ser "impuestos" y los morales si no voy errado en su concepto, ya nacen en nosotros como resultado, y es una incógnita que plantea la antropología tanto como la filosofía, como resultado de los arquetipos familiares. Pero habría mucho que hablar y no llegaríamos a nada en concreto ¿son los principios morales innatos? ¿son culturales? ¿son el producto de nuestros arquetipos o estructuras familiares y de grupo?
EliminarVicent
A mí me gusta pensar que hay algo universal y atávico que depende del Nom del Pare, pero la antropología lo puede discutir, incluso la filosofía, algo que crea la moral, los principios morales, los éticos para mí se confunden con los políticos.
EliminarVicent
Lo que quiero decir, Luis, según mi modo de ver y a grandes rasgos, es que el mundo, las sociedades funcionan pese a los moralizadores, pese a las normas, a pesar de ser éstas necesarias aristotélicamente; en algo nos modelan las normas, pero no hasta el punto de que un imperativo categórico kantiano sea decisivo en nuestra conducta, y mucho menos en nuestra moral.
ResponderEliminarVicent
Para mí siempre hay una persona, estructura, figura o ente espiritual que nos frena, y no creas que es marxista mi planteamiento, Marx lo explicó con la lucha de clases, Freud con el superego, en Nietzsche no está ya tan claro, pero en los espiritualistas o los escolásticos es la divinidad o la espiritualidad. En el caso de un contumaz siempre está la unión de una clase para derrotarlo, nunca se ha dado que un hombre o grupo de hombres lancen todo a tierra.
ResponderEliminarVicent
Y suele ser el "Nom del Pare" que en mi caso es en esta lengua, el que hace de catalizador de la moral y crea la ética.
ResponderEliminarVicent