Escrito por Luis Roca Jusmet
Este texto es el resumen del visionado por vídeo de la conferencia de Nikolas Rose el año 2011 en la Universidad Pedagógica de Buenos Aires.
La pregunta que se hace Rose es ¿ qué clase de seres humanos pensamos hoy que somos ? ¿ Como se gobierna la conducta en función de esto ?
Rose considera que la característica de nuestra época, el siglo XXI, es el dominio de las neurociencias. Pero hay que contextualizarlo en la dinámica de la biopolítica. La biopolítica es un fenómeno moderno de gobierno que consiste en que la vida ha ingresado en la política. Se trata de gestionar la vitalidad. Biopolítica es biopoder. Se trata de una maximilización del bienestar. Lo hace a través de la somatocracia: la salud se convierte en una obligación política y económica. Desde finales del siglo XIX los gobiernos se hacen cargo de la salud de la población. Inicialmente la cuestión se plantea en términos físicos, cuya preocupación central es la degeneración de la raza. A partir del siglo XX la preocupación es la de la salud mental. Se trata de gestionar la salud mental en todos los ámbitos cotidianos :familia, trabajo, educación, ocio. Se inicia el dominio de las disciplinas psi ( psicología, psiquiatría, psicoanálisis...). los seres humanos se convierten en sujetos psicológicos, cuyos estados pueden ser regulados. También hay que preocuparse de la salud mental de los carceleros, los trabajadores sociales, los policías...
El cerebro se va convirtiendo en el actor más potente. La mente surge del cerebro. El cerebro humano es adaptativo y cualquier incapacidad de hacerlo es una anomalía que hay que corregir. Pero no sólo esto, sino que hay también un ideal de optimización por el conocimiento del cerebro.
En el siglo XXI la salud se va desvinculando del Estado para ocupar el Mercado. La biopolítica se convierte en un negocio, en bioeconomía. Pero pasa sobre todo por la prevención. Se efectúa en cinco ejes : 1) La escala molecular; 2) la optimización; 3) la subjetivización; 4) los expertos ; la generación de verdades. La verdad pasa por el registro molecular, la plasticidad del cerebro y las imágenes cerebrales. El cuerpo no se muestra como un conjunto de sistemas sino a través de estructuras moleculares.La vida es un gran mecanismo, o mejor un conjunto de mecanismos moleculares con propiedades químicas y eléctricas. Está por tanto abierto a la ingeniería, a la bioingeniería. El control biológico aparece como algo sin límites porque las restricciones son únicamente éticas.
Los problemas de adaptación se reducen a problemas del cerebro y estos son, finalmente, moleculares. Estados mentales y propiedades moleculares son lo mismo. Lo mental es lo neuronal. Podemos ver la mente en el cerebro, en su mapa neuronal a través de la neuroimagen.
La epigenética supera el determinismo genético porque los genomas aparecen como algo que puede es transformado por la experiencia. Por otro lado las neuronas se entienden hoy como elementos que puede reponerse de manera indefinida.
Se trata de un cerebro molecular, plástico y visible, que puede conocerse y manipularse. Es el centro desde el cual intervenir en las conductas. Surgen ingenieros de la mente encargados del Capital mental : recursos cognitivos y mentales, inteligencia emocional y resilencia. Tendrá cada vez más impacto en la economía, la cohesión social y la salud mental. Económicamente se puede calcular el precio de una detección precoz de las conductas antisociales y del ahorro futuro que supondría. Los trastornos mentales cada vez se entienden más como trastornos del desarrollo que se prodráin prevenir y evitar. Intervenir sobre los casos potenciales. Ya no es la disciplina y el castigo sino la intervención precoz. Desarrollar, por ejemplo, marcadores genéticos de los trastornos. Pero también la cuestión de las privaciones de estímulos precoces en el cerebro, causante de problemas futuros de productividad y cohesión social. En la primera niñez debemos ser cerebralmente estimulados. Otra cuestión es como aumentar la resilencia en los niños y saber donde está localizada en el cerebro.
Es una combinación de bioingeniería cerebral y técnicas cognitivo-conductuales.
Se trata, en definitiva, de una nueva imagen del se humano en la que lo neurológico sustituye lo psicológico. Se trata del neuroreduccionismo que genera sujetos cerebrales. Somos nuestro cerebro y somos responsables de su buen funcionamiento. ¿ Qué podemos hacer ? ¿ Qué podemos esperar de nuestro cerebro ? El cerebro es el alma.
Pero hay que señalar el fracaso del proyecto, que se manifiesta en casos muy precisos. por ejemplo, no se ha logrado identificar un patrón del trastorno psiquiátrico.
¿ Que hay que criticar en todo este proceso, se plantea Rose ?
De entrada dos cosas : La primera es reivindicar multifactorialidad de nuestra conducta. Nuestra complejidad y nuestra identidad heterogénea e interactiva : somos el cerebro pero también el cuerpo y parte de la sociedad. La segunda defender un espacio critico de debate entre los que dicen saber lo que somos y nosotros mismos. No dejar que gobiernen nuestra alma, que no sea una nueva forma de poder pastoral.
Rose deja constancia en esta charla en su deuda con Michel Foucault, de quien reivindica su actualidad y el valor del horizonte que nos abrió.
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