Reseña de
Historia de la Liga
Comunista Revolucionaria ( 1970-1991)
Martí Caussá y Ricard
Martinez i Muntada ( editores)
Madrid : La Oveja Roja,
2014
Escrito por Luis Roca
Jusmet
Como es sabido, la élite
político-cultural hegemónica de esta etapa política que se abrió
en España con la Constitución de 1978 constuyó una narración
parcial e idealizada de la caída del franquismo y de la Transición.
El periodista Guillem Martínez se inventó el término CT para
referirse a este grupo arrogante y poco autocrítica, cuyos
resultados han sido bastante desoladores en muchos aspectos. Incluso
el mismo Antonio Muñoz Molina ha tratado con fuerte sentido crítico
de ello en su libro Todo lo que era sólido.
Evidentemente, una selección significa una exclusión. La izquierda
antifranquista se identificó con el PCE, aunque él mismo fuera
víctima de sus propios pactos y acabara marginada por el felipismo.
Así
se excluyó a la izquierda del PCE-PSUC de todo el relato, como si
prácticamente no hubiera existido. Solo algunos investigadores como
Consuelo Saíz se dedicaron a su estudio, como testimonia un libro
que publicó : La lucha final.
Aunque el libro trata también de la LCR, se dedica sobre todo a los
grupos maoistas : El PCE-ml, el PCE(I) luego llamado PTE, el MCE y la
ORT. Pero aparte de por afinidades biográficas ( ya que milité en
la Liga Comunista a finales del franquismo) me parece que la historia
del troskismo es más interesante, al igual que el grupo originario
del que partieron, el Frente de Liberación Popular, en Cataluña
(FLP) el Front Obrer Català ( FOC). Este grupo fue interesante
porque planteó una alternativa tanto al PCE-PSUC como a los grupos
marxistas-leninistas más dogmáticos que se habían escindido de él.
Buscaba una inspiración más abierta, menos dogmática, a partir de
movimientos tercermundistas, el castrismo originario... Pero el mayo
del 68 tuvo como efecto la recuperación del dogmatismo y sectarismo
marxista leninista desde el maoismo y el troskismo. En Francia lo
hizo a través de grupos marxistas pero también de la LCR de Alain
Krivine. Con la dirección de Ernst Mandel, brillante economista
marxista, y Krivine la Cuarta Internacional intentó
abrir su horizonte a los nuevos movimientos juveniles y feministas
que aparecían en Europa. En este contexto aparece el grupo
Comunismo, como núcleo
troskista en un FLP en proceso de disolución. DE aquí surgió la
LCR el año 7o. Rápidamente se produjo el primer debate interno, que
dió lugar a la escisión del grupo Encrucijada ( partidario de la
tendencia minoritaria de la Cuarta Internacional, liderada por el SWP
norteamericano y el PST argentino). Unión entre la LCR y con un
sector de ETA ( se llamará LCR-ETAVI) Finalmente nueva fusión entre
la LCR y la mayoría de LC tras la muerte de Franco, y punto final a
partir de su disolución el año 1991, tras un intento fallido de
unificación con el MC ( que solo resultó posible en Euskadi :
EMK-LKI ).
Una
historia compleja que agrupó durante este años a miles de
militantes antifranquistas, básicamente jóvenes. Todo un relato
generacional. El libro explica muy bien, con rigor y documentación,
los elementos más interesantes de este proceso. Está bien la
contextualización política de cada una de las etapas. Un documento
particularmente relevante por lo inédito me parece el referido a la
organización de los presos políticos en las cárceles franquistas.
La mirada de cada uno de los articulistas es claramente afín al
partido : todos han militado en la LCR y siguen vinculados a su
recuerdo con clara empatía. Críticas muy suaves y la hipótesis que
su fracaso se debió fundamentalmente a la fusión precipitada con el
MC ( que antes se había unido a otro partido que también merecería
analizarse, la OICE y sus plataformas anticapitalistas). Martí
Caussá y Ricard Martínez han hecho un trabajo serio y paciente que
sin duda merece valorarse. Todos los que hemos estado en esta órbita
política lo leerán seguramente con mucho interés por la
clarificación que supone en muchos aspectos. El libro presenta una
historia completa y coherente. Los editores señalan en un epílogo,
que por cierto me parece demasiado corto, que no se ha perdido el
capital político que supuso el movimiento, ya que de la LCR surgió
la tendencia Izquierda alternativa
dentro de Izquierda Unida, que más tarde se separó y fundó
Izquierda anticapitalista. Hubo un breve destello de grandeza cuando
la Izquierda anticapitalista francesa superó unas elecciones
generales a los grupos de izquierda más convencionales, incluido el
PCF. Los troskistas europeos, por otra parte, están hoy en
coaliciones de izquierda con futuro, como el Bloco d´esquerda
portugués o el SYRIZA griego. Otra cuestión es que en Euskadi y en
Catalunya se constituyen como partidos soberanos : Gorripideia y
Revolta global, con una postura claramente integrada en la llamada
izquierda independentista. Es desde Euskadi y no desde Catalunya
desde donde el partido adquirió esta influencia nacionalista.