Reseña del libro
El autoritarismo científico
Javier Peteiro Carteje
Málaga: Miguel Gómez Ediicones, 2010, 193 páginas.
Escrito por Luis Roca Jusmet
Escrito por Luis Roca Jusmet
Interesante libro por muchas razones. Primero porque hacía falta afirmar sin reservas lo que este libro nos dice: que la ciencia está derivando en un autoritarismo, se está imponiendo de una manera dogmática y excluyente. Segundo porque está escrito por un científico que reflexiona epistemológica y éticamente sobre su práctica y el contexto social en el que se desarrolla. Esto es importante porque el filósofo de la ciencia acostumbra a no ser un científico ( aunque sepa de ciencia) y el científico no se dedica habitualmente a filosofar sobre lo que hace. En tercer lugar es interesante porque hay en el libro un proyecto sistemático y crítico sobre el estado de la deriva de la ciencia y cientificismo. Javier Peteiro Cartelle, doctor en Medicina y escritor sobre temas científicos, ha publicado en revistas científicas ( biofísica, inmunología y nanomedicina) y es además Jefe de la sección de bioquímica del Complejo Universitario de A Coruña. Es por tanto un auténtico lujo que una persona ocupada intensamente como él en la práctica científica cotidiana reflexione sobre un tema tan complejo.
Ahora bien, es un proyecto tan ambicioso que falla en algunos aspectos que vale la pena remarcar. Remarcar para matizar y para enriquecer su propuesta. Yo no soy un científico y por supuesto no quiero darle lecciones, pero si he trabajado bastante tiempo en el estudio crítico de la ciencia y de la medicina y me gustaría plantear algunas sugerencias. En primer lugar sobre el cáracter problemático de la misma historia de la ciencia. Habría que profundizar en algunas cuestiones. ¿ Es la ciencia un invento de la Europa moderna como plantea Alexander Koyré cuando dice que sus bases son el lenguaje matemático y la experimentación y no la razón empírica ? ¿ O tiene razón Pierre Duhem cuando habla de la ciencia moderna como continuidad de la grecorromana y la medieval ? ¿ O la tiene Joseph Needhman cuando considera que la ciencia es un proceso universal que hasta el siglo XVII estaba más desarrollado en China que en Europa ?.
Respecto al tema de las falsas ciencias me parece que aquí cae en algunos prejuicios del positivismo y no hay una reflexión seria sobre los paradigmas de la homeopatía, que descarta de manera rápida y despectiva. Estoy de acuerdo con el autor, por otro lado, en que el psicoanálisis es una teoría fundamental para entender al hombre y a la sociedad contemporánea,aunque falta una más argumentación contra los escépticos.
En la relación entre sujeto y la ciencia sí hay un desarrollo muy lúcido, muy en la línea de lo que defiende el psicoanálisis lacaniano. Ahora bien, me parece fuera de lugar el tema de Dios en este capítulo, ya que entonces su defensa del sujeto parece adquirir unos tintes más espiritualistas. De hecho, el autor afirma en una entrevista en el periódico La Vanguardia que cree en Dios. Al margen que sea una creencia personal que como tal hay que aceptar no veo clara la argumentación del libro, en la que critica que la ciencia quiera entrar en este tema filosófico y religioso. Que es una cuestión religiosa está claro pero me parece que hoy es difícil argumentar la existencia de Dios en términos filosóficos y que la ciencia puede considerar a Dios como una hipótesis innecesaria para explicar el Mundo. Lo que sí me parece fundamental es la crítica muy rigurosa que hace al DSM-IV como axioma más que discutible de los psicólogos y psiquiatras, que eliminan así al sujeto de la enfermedad mental.
Respecto al tema de las falsas ciencias me parece que aquí cae en algunos prejuicios del positivismo y no hay una reflexión seria sobre los paradigmas de la homeopatía, que descarta de manera rápida y despectiva. Estoy de acuerdo con el autor, por otro lado, en que el psicoanálisis es una teoría fundamental para entender al hombre y a la sociedad contemporánea,aunque falta una más argumentación contra los escépticos.
En la relación entre sujeto y la ciencia sí hay un desarrollo muy lúcido, muy en la línea de lo que defiende el psicoanálisis lacaniano. Ahora bien, me parece fuera de lugar el tema de Dios en este capítulo, ya que entonces su defensa del sujeto parece adquirir unos tintes más espiritualistas. De hecho, el autor afirma en una entrevista en el periódico La Vanguardia que cree en Dios. Al margen que sea una creencia personal que como tal hay que aceptar no veo clara la argumentación del libro, en la que critica que la ciencia quiera entrar en este tema filosófico y religioso. Que es una cuestión religiosa está claro pero me parece que hoy es difícil argumentar la existencia de Dios en términos filosóficos y que la ciencia puede considerar a Dios como una hipótesis innecesaria para explicar el Mundo. Lo que sí me parece fundamental es la crítica muy rigurosa que hace al DSM-IV como axioma más que discutible de los psicólogos y psiquiatras, que eliminan así al sujeto de la enfermedad mental.