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Escrito por Luis Roca Jusmet
Michel Foucault, en un estudio pionero y radical, nos explicaba todo el proceso de transformación que va desde la locura a la enfermedad mental. El loco, como fenómeno social va dejando de existir y en este proceso ha perdido lo que lo hace humano, su subjetividad. En esta línea podemos situar el terrible escrito autobiográfico del filósofo Louis Althusser ( "El porvenir es largo") en el que exige ser juzgado por la muerte de su amante. Lo que pide es ser considerado un sujeto al que se le ha de atribuir la responsabilidad de un acto. Atribuirle la responsabilidad quiere decir que es él el ha de responder de su acto y se le ha de juzgar por ello, aunque sea para considerar que en aquel momento no era consciente de lo que hacía ; y desde aquí considerarlo culpable o no culpable penalmente.
Lo que le resultaba absolutamente intolerable es que lo hicieran desparecer como sujeto,que quedara convertido en un objeto al que se le encierra en un hospital. Cuando los discursos bienintencionados, ideológicamente correctos, nos piden que entendamos que los esquizofrénicos son enfermos y que hay que tratarles como a un diabético ¿ no hay también una lógica de cosificación en la que el sujeto ezquizofrénico acaba perdiendo su subjetividad ? Porque si un diabético existe como un sujeto cuyo cuerpo padece una enfermedad ¿ Que es lo que queda del sujeto cuya propia subjetividad se considera enferma y se le niega lo que nos hace humanos, que es la responsabilidad de nuestra conducta ? ¿ Que pasa cuando no diferenciamos entre la enfermedad que afecta al organismo y la patología que afecta al psiquismo?. El discurso psiquiátrico dessubjetiviza al enfermo mental.
Michel Foucault, en un estudio pionero y radical, nos explicaba todo el proceso de transformación que va desde la locura a la enfermedad mental. El loco, como fenómeno social va dejando de existir y en este proceso ha perdido lo que lo hace humano, su subjetividad. En esta línea podemos situar el terrible escrito autobiográfico del filósofo Louis Althusser ( "El porvenir es largo") en el que exige ser juzgado por la muerte de su amante. Lo que pide es ser considerado un sujeto al que se le ha de atribuir la responsabilidad de un acto. Atribuirle la responsabilidad quiere decir que es él el ha de responder de su acto y se le ha de juzgar por ello, aunque sea para considerar que en aquel momento no era consciente de lo que hacía ; y desde aquí considerarlo culpable o no culpable penalmente.
Lo que le resultaba absolutamente intolerable es que lo hicieran desparecer como sujeto,que quedara convertido en un objeto al que se le encierra en un hospital. Cuando los discursos bienintencionados, ideológicamente correctos, nos piden que entendamos que los esquizofrénicos son enfermos y que hay que tratarles como a un diabético ¿ no hay también una lógica de cosificación en la que el sujeto ezquizofrénico acaba perdiendo su subjetividad ? Porque si un diabético existe como un sujeto cuyo cuerpo padece una enfermedad ¿ Que es lo que queda del sujeto cuya propia subjetividad se considera enferma y se le niega lo que nos hace humanos, que es la responsabilidad de nuestra conducta ? ¿ Que pasa cuando no diferenciamos entre la enfermedad que afecta al organismo y la patología que afecta al psiquismo?. El discurso psiquiátrico dessubjetiviza al enfermo mental.
Pero hay un discurso singular, diferente
del psiquiátrico, el psicoanalítico, que tiene algo que decir sobre la locura y
su posible relación con la filosofía.El padre fundador, Freud tuvo una relación problemática pero
interesante con la filosofía. En su juventud asistió a los cursos de Franz
Brentano, peso pesado de la filosofía de su época, y adquirió una formación
básica pero rigurosa y sólida. Pero Freud desconfiaba de la filosofía a la que
consideraba pura especulación. O incluso peligrosa, ya que se negó a leer a
Nietzsche para no ser influenciado por él. Su formación científica era la
determinante y aquí enmarcaba su proyecto. ¿ Cómo relacionó sus trabajos sobre el psiquismo humano con la filosofía ? Dijo algunas cosas interesantes :
1) La filosofía es la pretensión narcisísta de
un saber absoluto. Y ya sabemos que las patologías narcisistas para Freud están
ligadas a la psicosis.
2) Hay un peligro de deriva psicótica en la
filosofía porque su discurso es la cristalización ilusoria de un ideal, es un
documento del deseo. Hay un vínculo entre el mecanismo especulativo de la
filosofía y el de la paranoia ( caso Schreber) . Se reconstruye el mundo a
través del discurso para poder vivir en él.
3) Hay un cierto delirio en la percepción de las ideas como omnipotentes que llevaría
a un cierto animismo.
Con
Freud hay un desencuentro con la
filosofía y no entra directamente en el tema de la psicosis, mantiene una cierta distancia con ella.El psicoanálisis funciona bajo
transferencia y ésta solo es posible en las neurosis. Pero Freud analizará en
un texto las Memorias de Schreber,
caso excepcional de discurso delirante de una paranoia aparecida muy
tardíamente. Y aún con sus errores este texto será la base de toda la
teorización y el tratamiento de las psicosis, como mínimo la más paradigmática,
la paranoia.Desde aquí habría otra via
para tratar el caso Althusser, ya que él mismo se presenta implícitamente como
un psicótico y trata su discurso y su obra como algo ligado a su vida.
Podríamos volver aquí a Foucault cuando plantea que la locura de Nietzsche pertenece
a su obra pero como su aniquilamiento, es el momento en que el martillo se le
cae de las manos.
Pero estamos hablando indistitntamente de
locura y de psicosis y quizás no son lo mismo en el discurso psicoanalítico.
Sigamos otras vías posibles desde el psicoanalista francés Jacques Lacan.
Lacan es el buen encuentro entre la filosofía
y el psicoanálisis. Encuentro fecundo pero fallido, como todo encuentro
interesante. Lacan se forma en el privilegiado grupo de Kojéve y recicla todo
lo que puede de sus filósofos contemporáneos: Bataille, Heidegger,
Wittgenstein. Devora a los clásicos como Platón, Kierkegaard, Kant, Descartes,
Marx... y discute con Merlau Ponty, Jean Hypolitte..
Lacan, por otra parte, se enfrenta teórica y
prácticamente a la paranoia. Desde siempre, desde su época pre-freudiana Lacan
está interesado por la paranoia.Su tesis doctoral, escrita en 1932 ( tenía 31
años) se llamó De la psicois paranoica en
sus relaciones con la personalidad. En su retorno a Freud planteará un
desarrollo crítico sobre la base del texto freudiano sobre Schreber. Su Seminario III ( 1955-6) se llamará Las psicosis y uno de los textos de sus Escritos se llamará De una Cuestión preliminar
para un tratamiento posible de las psicosis. En otro texto, que ya hemos
citado, Sobre la causalidad psíquica,
se enfrentará a las hipótesis organicistas sobre la locura de la psiquiatria
dominante.
Desde una perspectiva lacaniana hay una diferencia radical entre locura y psicosis. La locura es un fenómeno y la psicosis una estructura. Es decir, que
la locura es un fenómeno que puede corresponder a cualquiera de las estructuras
clínicas señaladas por Lacan ( psicosis, neurosis, perversión). En este sentido
no sería ni lo mismo que la psicosis ni tampoco un fenómeno específico de ella.
Dice Lacan: “Lejos de ella/la
locura/sea un insulto para la libertad, es su más fiel compañera, sigue su
movimiento como una sombra/. Y el ser del hombre, no sólo no puede ser
comprendido sin la locura, sino que no sería el ser del hombre si no llevara en
sí la locura como el límite de su libertad? “
Pero vale la pena profundizar algo
más y seguir esta diferencia en la
trayectoria de la obra lacaniana. Lacan elaborará una teoría muy
consistente sobre la psicosis paranoica que dará una nueva vuelta de tuerca a Freud.
Partirá, por supuesto, del análisis de Freud de las Memorias de Shreber pero cuestionando que la construcción
paranoica sea una defensa contra el deseo homosexual. Lo que Lacan aprovechará
de Freud será más la letra pequeña que las conclusiones y el proyecto, más o
menos explícito, de explicar la psicosis a través de un mecanismo específico
diferente del de la represión, que correspondería a la neurosis. También las
reflexiones tardías de Freud que cuestionarán que en la psicosis haya pérdida
de la realidad y en la neurosis no. Freud acabará planteando que tanto en la
neurosis como en la psicosis hay pérdida de realidad y escisión del yo. En la psicosis hay un agujero simbólico que se tapa con mecanismos compensatorios que, mientras no estallan, evitan el desencadenamiento de la locura.Porque entonces vuelve lo rechazado como real, no a través de los síntomas de lo reprimido.
La construcción delirante es un mecanismo compensario para evitar la locura.Lacan deja bien claro que la construcción
delirante es lingüística, está en el discurso.
Lacan en sus
últimos planteamientos sobre la psicosis.En los Seminarios XXII y XXIII plantea que puede haber estructura psicótica sin locura. ¿ Cómo consigue Joyce, que para
Lacan tiene una estructura claramente psicótica? Es a través de la escritura, La escritura es
por tanto el síntoma que se
constituye como el elemento que puede anudar los tres anillos de lo simbólico,
lo imaginario y lo real que forman entre sí un nudo borromeo en el que ninguno
de los tres elementos puede desanudarse sin desanudar a otros dos. Hay una serie de elementos interesantes. El primero es que muchos psicóticos
escriben por necesidad y lo hacen de manera especial. A veces, en la escritura del psicótico el contenido de lo que escriben es muchas vun
mensaje al mundo y que tiene un carácter siempre inacabado.El escrito del
psicótico intenta ligar lo simbólico y lo real. Lo imaginario, que tiene que
ver con el significado es lo que se intenta incorporar, pero de entrada está
fuera. Las palabras adquieren un peso por sí mismas.En todo caso la escritura puede ser un
escudo protector frente a la eclosión psicótico. No solamente se ha estudiado en el caso de Joyce sino también de Artaud o de Rousseau.
Yo añadiría el caso Nietzsche.
Nietzsche escribe, prácticamente sólo escribe y parece que necesita escribir
por una necesidad vital. Nietzsche habla de la vida pero su goce está en la
letra sobre la vida, no en la propia vida. Escribe un mensaje al mundo, que
deja inacabado y, como Holderlin, calla para siempre y se sumerge en un
silencio abismal, que parece la imagen más pura de la psicosis. Derrumbe psicótico puede ser el de Nietzsche cuando calla, aunque desde otro planteamiento se defienden las causas físicas de la deriva de Nietzsche: la sífilis que ataca al cerebro.
¿ Es este también el mecanismo general del
filósofo, como parece que podría apuntar Freud? ¿ Porque los filósofos
necesitamos sostener teóricamente lo que los otros no necesitan fundamentar? ¿
Porque no aceptamos lo que nos viene dado y que en definitiva es de lo que
todos parten, incluso el científico? ¿Es la filosofía un intento de construir un delirio para tapar nuestro déficit simbólico? ¿Intenta la filosofía reconstruir los
fundamentos epistemológicos, ontológicos y éticos para no caer en lo que Zizek
llama, siguiendo a Hegel, La Noche del
Mundo ? ¿ Es la gigantesta construcción teórica del Hegel maduro una defensa para
no caer en esta Noche del Mundo de la
que habla en sus escritos juveniles? Veamos
aquí como la describe Hegel en este fragmento de su Jenaer Realphilosophie.
“ El
ser humano es esta noche, esta nada vacía, que lo contiene todo en su
simplicidad – una riqueza inagotable de muchas representaciones, múltiples,
ninguna de las cuales me perrtenece- o está presente. Esta noche, el interior de la naturaleza, que
existe aquí – puro yo- en representaciones fantasmagóricas, esta noche en su
totalidad, donde aquí corre una cabeza ensangrentada- allá otra horrible aparición blanca, que de pronto esta
aquí, ante él , e inmediatamente desaparece. Se vislumbra esta noche cuando uno
mira a los seres humanos a los ojos- una noche que se vuelve horrible.”
Zizek titula precisamente este capítulo “ El
pasaje por la locura “. El gesto que abre el Logos, nos dice siguiendo a
Hegel, es esta “ noche del mundo “. Es el punto de locura total, continua Zizek, en
el que vagan las apariciones fantasmagóricas de los objetos parciales.de las pulsiones. La verdadera pregunta no es
como pasamos de la normalidad a la locura
sino como salimos de la locura para pasar a la normalidad. ¿ No será la
razón normal, como dice Schelling, una forma
regulada de locura?
Zizek tiene también un curioso artículo que
titula “ En los orígenes de la noción de
psicosis: Schelling”. Lo que plantea
en el texto es que Schelling, en su libro Investigaciones
sobre la libertad humana y Edades del mundo plantea una serie de
intuiciones perturbadoras. Habla de que el
Mal demoníaco y originario existe
independintemente del bien, que es una voluntad pura, libre, como acto libre
injustificado, inesperado, independiente de las contingencias. En el comienzo
Dios era calma y beatitud hasta que aparece una primera contracción, un
estrechamiento que constituye a dios como sujeto, un furor destructor que va
contra sí mismo, contra el Uno Divino. Es la aparición del Hijo, de su Palabra
pacificadora que Dios rechaza esta locura
divina este torbellino primitivo y terrible de estar entre la expansión y
la contracción, de las pulsiones divinas. La
vida divina antes del nacimiento del Hijo – dice Zizek- es una tensión que va hasta la locura... un mundo sin eclosión simbólica...un mundo cerrado sin la
distancia, un mundo donde el dios real, en su “soledad terrible”, está siempre
sofocado por su propia cólera. Dicho de otro modo, un mundo propiamente
psicótico.
Siguiendo con este planteamiento, para Zizek, Schelling viene a plantear
en términos divinos una alegoría sobre la psicosis paranoica.. Para salvarse
del “fin del mundo”, del derrumbe del
universo, Dios debe inventarse a su Hijo y su Palabra. Si leemos
retroactivamente a Schelling habría
una formulación anticipada de la tesis lacaniana fundamental según
la cual la locura se funda sobre una libertad, sobre una elección originaria.
Quisiera acabar con una respuesta que se da
Zizek a sí mismo en una curiosa autoentrevista. Esta respuesta plantea el
problema de la relación de la filosfía y el psicoanálisis en otros términos,
identificando la posición del analista con la socrática: :
“ Lacan no apunta a “un fundamento filosófico del psicoanálisis”, ni la operación inversa de un “descubrimiento de la filosofía como ilusión paranoica-megalomaníaca, sino a algo mucho más preciso: el discurso analítico es un “mediador evanescente” entre el universo tradicional, prefilosófico del mythos y el universo filosófico del logos. En el Seminario VII sobre” La Transferencia”, Lacan despliegua esta idea de un modo ejemplar a propósito de Sócrates en tanto punto de partida de la filosofía. Sócrates-al menos el Sócrates de los primeros diálogos de Platón, que afirma saber únicamente que no sabe nada, y ser versado en materia de amor-proporciona la primera encarnación de la posición del analista: lejos de impartir a su interlocutor –el sujeto que afirma saber o que cree que sabe-un conocimiento verdadero, lo enfrenta con la incoherencia de su posición, con el hecho de que su pretensión de saber es mera apariencia; más precisamente , lo fuerza que reconocer que su deseo (de Verdad) no está grantizado por la Verdad misma, de modo que la responsabilidad de sus afirmaciones recae sobre él.
“ Lacan no apunta a “un fundamento filosófico del psicoanálisis”, ni la operación inversa de un “descubrimiento de la filosofía como ilusión paranoica-megalomaníaca, sino a algo mucho más preciso: el discurso analítico es un “mediador evanescente” entre el universo tradicional, prefilosófico del mythos y el universo filosófico del logos. En el Seminario VII sobre” La Transferencia”, Lacan despliegua esta idea de un modo ejemplar a propósito de Sócrates en tanto punto de partida de la filosofía. Sócrates-al menos el Sócrates de los primeros diálogos de Platón, que afirma saber únicamente que no sabe nada, y ser versado en materia de amor-proporciona la primera encarnación de la posición del analista: lejos de impartir a su interlocutor –el sujeto que afirma saber o que cree que sabe-un conocimiento verdadero, lo enfrenta con la incoherencia de su posición, con el hecho de que su pretensión de saber es mera apariencia; más precisamente , lo fuerza que reconocer que su deseo (de Verdad) no está grantizado por la Verdad misma, de modo que la responsabilidad de sus afirmaciones recae sobre él.
La
“ignorancia” de Sócrates no es, por tanto, una simple ignorancia de un humano
mortal para quien la Verdad-Logos eterna
es innacesible; representa la incoherencia del propio Logos: Sócrates no habla
desde el lugar de la Verdad completa; el lugar que ocupa es el de la incoherencia,
el agujero en el Logos. Esta experiencia intermedia es lo que-mucho más
tarde-Lacan llamó la “no existencia del gran Otro”, esta experiencia del “Otro
barrado”, se vuelve invisible apenas el gran Otro restaña sus heridas y se
presenta como el garante de la Verdad. El psicoanálisis- más precisamente la
posición del analista-representa por ende el núcleo extimado de la filosofía,
por su gesto fundacional negado.”
Hay una locura narcisista del filósofo cuando realmente se cree un filósofo, cuando se identifica totalmente con esta imagen, cuando se lo cree. Aquí vuelvo a citar la afirmación de Lacan: “ si un hombre cualquiera que se cree rey está loco, no lo es menos que
un rey que se cree rey”. Es decir que la peor locura es la de la
infautación del yo. El yo también es una máscara, una ilusión, quizás la más
nefasta de este tardocapitalismo en que vivimos. Podemos aplicarnos, como reza
el título de la comunicación, el aforismo a nosotros, los supuestos filósofos: “ si un hombre cualquiera se cree un
filósofo, está loco ,pero no hay peor loco que un filósofo que se cree un
filósofo.” Pero no por el tópico que acostumbramos a esgrimir: sólo unos pocos elegidos pueden llamarse
Filósofo Sería un Filósofo
Platón, Kant, Hegel y pocos más, pero nosotros solo somos, como máximo,
profesores de filosofía. Pues no, no es esto, porque El Filósofo, no existe, ya que lo
convertimos en un Ideal inalcanzable.
Literalmente inalcanzable porque los pocos elegidos que constituimos como tales
lo son desde la posteridad; solo podemos mitificarlos desde el presente. Pero
en realidad sólo existen porque les hemos constituido como tal. Ellos, como
nosotros, pensaban. Y esto es la filosofía, el oficio de pensar desde la
experiencia subjetiva. Puede haber buena o mala filosofía, pero es filosofía. ¿
Acaso negamos que sea un actor el que consideramos que actua mal? Pero es un
sujeto el que tiene la propiedad de actuar ( por esto le llamamos actor) igual
que otro sujeto tiene la propiedad de hacer público su pensar ( por esto le
llamamos Filósofo. Al identificarnos con el significante filósofo
lo único que hacemos es apropiarnos de una identificaciión simbólica.
Nosotros, como el rey, somos sujetos que ocupamos este lugar simbólico. Pero no
podemos identificarnos completamente este significante, como si nos diera un
estatuto ontológico especial.
¿ Podemos mantener hoy esta posición de ser
el agujero del Otro? Para el discurso dominante esto sería la locura, porque
nunca lo aceptará. ¿ O aceptaremos la locura de intentar ser el Otro del Otro,
es decir su garantía? Esto sería para el discurso dominante la función social
de la filosofía, la única postura sensata. Cada uno de los que nos reconocemos
en el significante de filósofo elegiremos cual es la locura que aceptaremos : o
la locura del iluso que se cree los elogios del amo o la locura del que se
atreve a cuestionarlos todo y puede sostenerse en este abismo.
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