Escrito por Luis Roca Jusmet
Voy a plantear una serie de reflexiones sobre la aparición y difusión del coronavirus, sobre las medidas tomadas por los gobiernos y sobre los efectos sociales de estas medidas.
Primera cuestión : Aparición y difusión del coronavirus
Como sucede siempre que ocurre un acontecimiento imprevisto e imprevisible que tienen grandes efectos sociales, políticos y económicos, surgen las teorías conspirativas. Frente a ellas acostumbro a ser escéptico porque simplifican demasiado y hay siempre detrás un punto paranoico que considera que hay un Otro que puede controlarlo todo. No niego que EEUU pueda utilizar armas biológicas para atacar a su rival actual, China. Pero como estamos viendo las consecuencias son nefastas e incontrolables y ningún gobierno se arriesgaría a esto. Consideremos que es un acontecimiento natural. Un acontecimiento es siempre algo que aparece de manera imprevisible y que rompe el curso regular de las cosas. Que este acontecimiento es algo que emerge como una irrupción perturbadora o que sea producto de transformaciones silenciosas e invisible de la ecología es un tema que no entro.
Segunda cuestión : Aparece un virus que es muy contagioso, que aunque rápidamente pueda ser identificado no es algo que tengamos controlado. No está controlado porque no sabemos ni su dinámica ni tenemos vacunas. Sabemos que es muy contagiosos y que puede colapsar el sistema sanitario. Los gobiernos toman decisiones diferentes pero dentro de una línea similar que es la de impedir el contagio. El gobierno de la República Popular China es eficaz en su intervención. Tiene una población que es culturalmente comunitaria y obediente y un Estado totalitario. El resultado de ambos es una gran disciplina de la población en seguir las normas del gobierno. No descartemos que el pode político aprovecha la situación para profundizar en sus métodos, cada vez más sofisticados, de control social. Los países europeos toman medidas diferentes y voy a ocuparme solo del gobierno español. Parece que ha sido lento ( no prohibiendo, por ejemplo, las manifestaciones del 8 de marzo, porque le importa mucho ser políticamente correcto). Empieza a tomar medidas basadas en el confinamiento de los ciudadanos, cierre de comercios que no sean de suministramiento vital y control del transporte. Los efectos económicos son nefastos pero parece que inevitables.
Tercera cuestión : Las medidas del gobierno muestran que el Estado es necesario para garantizar derechos. Que, como ya se decía desde Hobbes, el Estado de derecho es el único que puede garantizar que se cumplan los derechos de todos, que básicamente es el de seguridad. El Estado prioriza la seguridad ( la salud forma parte de ella ) por encima de todo y esto es lo que les exigen los ciudadanos. El Estado nos está garantizando la salud pública ( con sus limitaciones, claro), el orden ciudadano y el suministro de alimentos. El miedo supera cualquier otra pasión humana, en estos momentos, y por estos seguimos lo que se nos dice.
Cuarta cuestión : Me interesa analizar los efectos negativos del confinamiento. Por unas semanas ( no sabemos cuantas) nos enfrenta con algo verdadero de nosotros y de nuestras relaciones. A los que viven solos, con su soledad. A los que viven con otros, con las relaciones en su desnudez. A medida que pasan los días cada vez es más difícil evadirse de esta realidad. Las múltiples distracciones externas se eliminan y se reducen a las internas, si existen. Todos somos vulnerables y dependientes, aunque algunos más que otros. Caen las máscaras, los engaños compartidos, las salidas externas que compensan los vacíos internos. ¿ Quién puede y por cuanto tiempo soportar esta desnudez, estas verdades que pueden ser terribles. Las desigualdades. Hablamos de cuestiones inmateriales pero también materiales. Porque las desigualdades harán que los recursos que tengamos sean diferentes. Espacio en el que se habita, comodidades, tecnología, alimentos, tipo de distracciones... Y por supuesto la seguridad o la inseguridad que nos espera una vez acaben estos efectos.
Nos enfrentamos a una situación inédita, insólita e impredecible, Nadie sabe lo que pasará. Pero no nos olvidemos que aparte de las consecuencias sanitarias y económicas del coronavirus y sus efectos, entre ellos el confinamiento, nos enfrentamos con una incógnita. No sabemos como reaccionaremos los humanos cuando la situación de confinamiento empiece a ser insoportable. es un error considerar que los humanos somos seres racionales que nos movemos por intereses. Los humanos somos seres pasionales que nos movemos básicamente por emociones. Y cuanto más cerrada es una situación más peso tienen. Mientras el miedo sea la emoción dominante estaremos paralizados. Veremos lo que dura. Aquí están los peligros
Quinta cuestión : Ciertamente toda crisis plantea una oportunidad, y aunque soy pesimista voy a exponer las oportunidades que podían surgir de esta situación. Por una parte la ciudadanía puede ser más consciente de la necesidad de un Estado del Bienestar y orientarse hacia políticas socialdemócratas. Los Estados podrían seguir esta línea, coordinarse y frenar los efectos nefastos de un capitalismo devastador. Los ciudadanos podríamos transformarnos en personas más solidarias y conocedora de nuestra vulnerabilidad y dependencia del otro. Las familias podrían relacionarse más y mejor y aprender una convivencia más verdadera. Podríamos volvernos todos más austeros y menos consumistas, aprender a valorar lo importante.
En todo caso, ojalá me equivoque y más que los peligros se potencien las oportunidades y salgamos, por lo menos desde un punto de vista ético, mejores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario