Luis Roca Jusmet
1. Introducción
Pierre
Hadot define la filosofía como un ejercicio espiritual.[i] Aunque acepta las
resonancias religiosas del término, que sería una clara reserva, así y todo
considera mejor esta formulación que cualquier otra posible. Ejercicio
intelectual es, para Hadot, una mala opción, ya que justamente quiere insistir
en la propuesta práctica de la filosofía.[ii] Para Pierre Hadot la escisión
entre filosofía teórica y filosofía práctica es uno de los grandes
malentendidos actuales. Malentendidos que responden a una deriva que se inicia
cuando se entiende la filosofía como un discurso y no como una forma de vida.
Pero no es este el momento de analizar cuándo y cómo se produce. Pero sí el de
decir que para Hadot el sentido originario de la filosofía es el de entendera
como una forma de vida, como se pone de manifiesto en toda la filosofía
antigua. Línea que continua existiendo para él en la filosofía moderna y
contemporánea en Montaige, Descartes, Spinoza, Nietzsche. Wittgenstein o
Heidegger.
Lo
que quiere decir Pierre Hadot cuando habla de la filosofía como ejercicio
espiritual es que debe tener un poder transformador en la vida. En este setido
podemos recordar lo que plantea el filósofo francés en su libro sobre Marco
Aurelio: la disciplina del juicio, la disciplina del deseo y la disciplina del
hacer.[iii] Y lo voy hacer contrastándolo con lo que dice otro filósofo francés
contemporáneo a Hadot pero totalmente diferente en su trayectoria biográfica y
filosófica: Gilles Deleuze. Para ello voy a referirme a una carta que escribe
en su carta a Réda Bensmaïa sobre Spinoza.[iv] En él subraya tres aspectos de
la Ética: el afectivo, el conceptual y el perceptivo, que relaciona con los
tres grados de conocimiento que plantea Spinoza. Desde estas referencias voy a
intentar esbozar los aspectos de lo que creo que sería la propuesta de una
lectura de la Ëtica de Spinoza como ejercicio espiritual para materialistas en relación
con lo expuesto en mi libro sobre el tema.[v]
Me
interesa saber si se puede hacer una lectura de la Ética de Spinoza como una
propuesta de ejercicio espiritual para materialistas en el sentido de que puede
transformar la mirada y como esta mirada produce un deseo y como este deseo
conduce a un acto. Y si estaría más en la línea de lo que plantea Pierre Hadot
o de lo que sugiere Michel Foucault.Esta línea de trabajo quiere ser el inicio
de una reflexión más profunda.
Voy
a hacer un primer abordaje de la cuestión basándome en los capítulos segundo,
tercero y cuuarto de la Ëtica, que es un itinaerario posible que, de momento,
excluye al primer y quinto. Finalmente apuntaré una hipótesis provisional que
apunta a una línea de trabajo posterior.
2. 2. La Ética
como propuesta transformadora
Spinoza
plantea en la parte segunda Ética,[vi] "De la naturaleza y origen de la
mente", con un axioma en el que afirma que el hombre piensa. Pensar quiere
decir experimentar los afectos que nos producen las interacciones con los otros
cuerpos. Afecto es, para Spinoza, una idea, que puede ser adecuada o
inadecuada. Hay tres grados de conocimiento, que serían tres miradas diferentes
sobre nuestro cuerpo, ya que Spinoza plantea que lo único que conocemos es
nuestro cuerpo. ¿Qué quiere decir con esto ? Que tenemos un conocimiento de las
afecciones de nuestro cuerpo que mentalmente se manifiestan como afectos. Hablamos
por tanto de las interacciones de los cuerpos y de los afectos que estas interacciones
producen en nuestro mente ideas (que no olvidemos que los afectos son ideas).
Gilles Deleuze plantea que para Spinoza la ruptura se da entre el segundo y el
tercer grado de conocimiento.[vii] Porque el segundo grado ya implica ideas
adecuadas y afectos activos y por lo tanto a un hombre sabio. El tercer grado
es un enigma en el que ahora no entraré. Hablaré aquí de la transformación que
se da entre el primer y el segundo grado. Y para Spinoza, como dice en sus
"pensamientos metafísicos", una transformación es un cambio de
identidad.[viii] ¿Cómo podemos entender hoy, lo que sería el primer grado de
conocimiento? Es el que se corresponde con el imaginario, entendiendo por ello
las múltiples significaciones que asociamos a una palabra. La palabra queda
asociada a imágenes que nos produce detterminados afectos. Afectos que
funcionan como pasiones porque no tenemos ideas adecuadas, ya que no sabemos
cuales son sus causas. Actualmente la producción de este imaginario funciona de
una manera muy precisa. Son las imágenes producidas por la televisión, por
internat, las quie circulan constantemente en las pantallas a las que cada vez estamos
más ligados. Pero son imágenes ligadas a ideas, a palabras, que nos están condicionando
constantemente. Son las identificamciones imaginarias: identificarnos con una bandera,
con una marca, con unas palabras que suenan bien. Pero es también la mímesis que
hace que nos identifiquemos con lo que dice el grupo al que pertenecemos. Y
también, por supuesto, las ficciones en forma de delirios o de ilusiones que
construimos para engañarnos. El conocimiento radica en la confusión, en la
parcialidad o simplemente en la falsedad del discurso.
El
segundo grado hace referencia a lo que Spinoza llama las nociones comunes pero
que también podríamos llamar el concepto. Es entender el que es cada cosa, cada
proceso, en relación con el contexto y el proceso del que forma parte. Es
justamente esta mirada conceptual la que funciona también de manera intuitiva,
ya que nos permite entender cada situación.
Lo
que plantea Spinoza es que es el modo de pensar el que determina nuestra
actuación. Nos es que pensemos y en función de ello nuestra voluntad decide lo
que hace. Estto es justamente una ficción, que pertenece también al primer
grado de conocimiento, y que es lo que se ha llamado "el libre
albedrío". Para Spinoza la voluntad no es independiente del entendimiento,
no es una voluntad libre que elige. La elección ya está implicada en la idea.
Si es una idea adecuada será un afecto activo, es decir lo que nos lleva a
obrar. Y una idea inadecuada es una pasión, que nos lleva a padecer. François
Zourabichvili, un malogrado filósofo que trabajó muy bien los conceptos desde
la inspiración de Spinoza y de Deleuze que justamente esta aquí la diferencia,
ya planteada por Nietzsche, entre una fuerza activa y una fuerza reactiva.[ix]
De
la mirada adecuada surgirá el deseo adecuado. Entendiendo que el deseo adecuado
es singular porque la esencia de cada cual es singular. Estamos ya en la parte
tercera de la Ética, que titula "Del origen y naturaleza de los
afectos", En cuanto que somos individuos, modos finitos formados por
cuerpo y por alma, nos movemos por el deseo, que es el que lo que produce la
mente a partir de una afección corporal recibida. El deseo es humano porque es
un impulso consciente pero el impulso afectivo existe independientemente de que
sea consciente o no, es decir que se formule o no como deseo. El impulso-deseo
es el afecto que manifiesta el conatus humano, es decir la tendencia a
conservar la propia esencia singular. Podríamos considerar que el deseo es
adecuado por definición, ya que implica una conciencia de sí mismo. Todo
depende de lo qiue entendamos por conciencia de sí mismo, ya que para que lo
anterior sea justo no solamente significaría que sabemos el impulso sino
tambien que sabemos el porque del impuslo. El deseo, en la medida en que es
realizado, da potencia y alegría. En la medida en que vemos al otro como
causante de esta alegría, conduce al amor hacia este otro. De la mirada inadecuada
surgirá la pasión, que puede dominanarnos conduciéndonos a la trsiteza y al
odio al otro, en cuanto que lo consideramos causante de nuestra tristeza. Son
las pasiones trsites. Pero también hay pasiones basadas en el exceso, que sería
una idea inadecuada del impuslo, que se manifiesta como desmesura. Desmesura
que conduce también a la impotencia y a la destrucción.
Llegamos
así al capítulo cuarto: "De la servidumbre humana o de la fuerza de los
afectos". El acto inadecuado es el acto servil y el acto adecuado es el
acto libre. Necesitamos entonces una nueva definición de libertad, no entendida
como libre albedrío o voluntad libre, que el mismo Spinoza ha mostrado como
ficciónes. La libertad es, entonces, autodterminación, que quiere decir que uno
está dterminado por el propio deseo. La servidumbre es la conducta dterminado
por las pasiones tristes o desmesuradas. No se trata de actos buenos o de actos
malos porque el bien y el mal tambien son ficciones que nos llevan a una manera
confusa y falsa de medir una acción. Spinoza, como bien explica Deleuze, niega
la moral, es decir unos criterios de bondad y maldad basados en un modelo
trascendente. Por el contrario afirma una ética en la que lo que se evalua
tiene que ver con modos de vida, de existencia.[x] No hay actos buenos y malos
en sentido absoluto y trascendente sino en sentido relativo e inmanente. Es
decir, que hay actos que para mí son buenos y actos que son malos, en la medida
en que aumentan mi potencia o la disminuyen, me crean alegría o tristeza. Si
tenemos la idea adecuada de nuestros afectos e impulsos, seremos conscientes de
cual es el impulso adecuado, es decir el deseo, y actuaremos conforme a él. Es
cierto que nuestra potencia es limitada y dependemos de fuerzas externas a nosotros.
El deseo es del orden de lo posible en la medida en que sabemos que no hay mundo
más allá de lo necesario. Hay que aceptar con serenidad lo que no depende de
nosotros.
3. Spinoza y los
ejercicios espirituales para materialistas
La
primera pregunta es si hemos de considerar a Spinoza un materialista. La
respuesta es que sí
Spinoza
en la medida en que es un filósofo de la inmanencia. Es la lectura que se ha
hecho desde Vidal Peña, siguiendo la tradición ontológica de Gustavo Bueno[xi]
o la althusseriana, como hace García del Campo[xii]. No se trata de
identificar, por supuesto, la materia con el atributo de la extensión, que en
el ser humano seía el cuerpo. Materia es la Sustancia, el Ser, el Vacío.[xiii]
La
segunda pregunta es si podemos considerar a la Ética como una propuesta de
ejercicio espiritual para materialistas. Con el desarrollo anterior queda claro
que sí.
La
tercera pregunta, la más interesante, es si situamos a Spinoza más en la línea
de los ejercicios espirituales de Pierre Hadot o del cuidado de sí de Michel
Foucault (que el llamó a veces tecnologías del yo pero sobre todo el cuidado de
sí mismo). En Ejercicios espirituales para materialistas planteo el debate
entre Pierre Hadot y Michel Foucault respecto a lo filosofía como
transformación. Curiosamente ni uno ni otro profunsizan en Spinoza. Hadot lo
cita pero no se detiene en él como lo hace en Montaigne, en Goethe, o en
Wittgenstein. Foucault, que desarrolla la noción de cuidado de sí de manera análoga
a Hadot cuando habla de ejercicio espiritual [xiv] tampoco se refiere a
Spinoza, aunque en algún momento se refiere a él como forma de vida filosófica.[xv]
La diferencia que establezco es que para Pierre Hadot el saber transforma
directamente y conduce a un dterminado hacer. Sería el planteamiento, por
decirlo así, de los antiguos, que cuestionará sobre todo Hume al marcar la
ruptura de la modernidad entre un saber que no conduce al hacer sino que abre
diferentes posibilidades sin determinarlas.[xvi] Esto lleva a que para
Foucault, que se situaría en este registro, la filosofía abre nuevos horizontes
en el actuar, nuevas maneras de vida pero sin determinar ninguna. Hay en
Foucault una relación heterogénea entre la verdad y la acción. Pero finalmente
jay que señalar cual es la diferencia radical que hay entre la propuesta clara
de Pierre Hadot y la sugerencia, más ambigua, de Foucault. El camino de Pierre
Hadot señala claramente hacia la Universalidad, tanto de la Humanidad como del
Universo. Hay que salir de los límites de lo individual para abrirse al
horizonte del universal, que es el del Bien, la Verdad y la Belleza. Michel
Foucault propone, en cambio, la construcción de algo singular, de un sujeto
ético propio. Foucault huye como de la peste de todo lo Universal (Humanismo, Valores
absolutos).
Otra
cuestión es la diferencia entre la concepción de la filosofía entre Pierre
Hadot y Michel Foucault. Para Hadot el filósofo es un sabio. El filósofo se
transforma en alguién mejor, más lúcido y más justo que el resto de los
mortales. Foucault, en cambio, plantea en su último curso[xvii] que hay cuatro maneras
diferentes de entender la filosofía. Una, la de hadot, es la de entendelo como
sabio. Para Foucault la filosofía es, en cambio crítica. La crítica no te
conduce a actuar de una dterminada manera pero te abre la posibilidad de pensar
y de vivir de otro modo.
Cuesta
situar a Spinoza en este debate. En todo caso está con hadot en su visión del
filósofo como sabio. También la lectura de los capítulos primero y quinto,
pendientes para otro trabajo, lo sitúan en este perspectiva de apertura hacia
lo Universal que apunta Hadot. Pero en todo caso si que incluiría a Spinoza,
como Foucault y a diferencia de Hadot, en el campo de los materialistas. Y la
ruptura con los Valores absolutos (Bien/Mal) y la función crítica, su
concepción ética y no moral, podrían situarlo del lado de Foucault. También su
definición de la esencia humana como algo singular y no universal. Aunque hay
aquí el interesante debate que plantea al respecto François Zourabichvili.[xviii]
Quizás
podríamos ver en Spinoza, que habla de lo singular de las esencias y de lo
universal del todo del que formamos parte, una manera de superar esta
polarización entre Pierre Hadot y Michel Foucault y crear una propuesta originall
de manera de entender la filosofía como transformación.
[i]
Hadot, Pierre Ejercicios espirituales y filosofía antigua Siruela, Madrid, 2006
[ii]
Hadot, Pierre La Filosofía como forma de vida. Conversaciones con Jeannie
Carlier y Arnold I. Davidson Alpha Decay,
Barcelona, 2009
[iii]Hadot,
Pierre La ciudadela interior Alpha Decay, Barcelona, 2013
[iv]Deleuze,
Gilles "Carta a Rèda Bensmaïa sobre Spinoza"en Conversaciones Pre-Textos,
Valencia, 2006
[v]Roca
Jusmet, Luis Ejercicios espirituales para materialistas. El di{alogo
(im)posible entre Pierre Hadot y Michel Foucault
Terra Ignota, Barcelona, 2017
[vi]Spinoza,
Baruch Ética Alianza editorial ( introducción, traducción y notas de Vidal Peña
) Madrid, 1994
[vii]Deleuze,
Gilles Spinoza : Filosofía práctica Tusquets, 2009, Barcelona,
[viii]
Spinoza, Baruch Tratado de la reforma del entendimiento, Principios de la
filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos
( edición de Atilano Domínguez) Alianza editorial, Madrid, 2014
[ix]Zourabichvili,
François Deleuze. Una filosofía del acontecimiento Amorrortu, Buenos Aires,
2011
[x]Deleuze,
Gilles Spinoza : Filosofía práctica Tusquets, 2009, Barcelona,
[xi]Peña
García, Vidal El materialismo de Spinoza Revista de Occidente, Madrid, 1984
[xii]García
del Campo, Juan Spinoza o la libertad Montesinos, Barcelona, 2008
[xiii]Ezquerra
Gómez, Jesús Un claro laberinto. Lectura de Spinoza Universidad de Zaragoza,
2014
[xiv]
Foucault, Michel La hermenéutica del sujeto Akal, Madrid, 2004
[xv]Foucault,
Michel El coraje de la verdad. El gobierno de si y de los otros II Akal,
Madrid, 2008
[xvi]Martínez
Marzoa, Felipe Polvo y certeza Abdaba editores, Madrid, 2014
[xvii]Foucault,
Michel El coraje de la verdad. El gobierno de sí y de los otros II Akal,
Madrid, 2008
[xviii]
Zourabichvili, François Spinoza. Una física del pensamiento Cactus, Buenos
Aires, 2004.
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