Escrito por Luis Roca Jusmet
Como es bien sabido Sigmund Freud provocó varios escándalos. El primero por afirmar la existencia del inconsciente, que fue considerado el tercer ataque frontal a la vanidad humana. El primero lo había formulado Copérnico al decir que no estamos en el centro del mundo. El segundo Charles Darwin al plantear que los humanos somos una simple derivación de la evolución azarosa de las especies. Cuando Freud afirma que ni somos dueños de nuestra casa porque la conciencia es solo un aspecto superficial de nuestro psiquismo y que lo que nos acaba determinando es inconsciente y por tanto ignorado por nosotros mismos. El segundo escándalo vino de su afirmación de que existía una sexualidad infantil y que todos los humanos atravesamos la fase edípica. Esto era inconcebible e intolerable por una sociedad impregnada de moral victoriana.
Pero el tercer escándalo no dio lugar a ninguna reacción espectacular. Simplemente se ignoró, incluso por la propia tradición pscionalítica. Era la afirmación de la pulsión de muerte, que era un más allá del principio del placer. Freud había definido el placer como un principio homoestático, orientado al equilibrio, a la eliminación del malestar de la tensión, perturbación interna del organismo. Esto quería decir que el organismo sufría una perturbación interna cuando experimentaba una carencia, una necesidad no resuelta. Por lo tanto los humanos queremos el placer, el bnienestar y evitamos el malestar, el sufrimiento, el dolor. Jeremy Bentham lo había planteado en estos mismos términos y a partir de aquí había deducido su moral utilitarista. Su discípulo John Stuart Mill había matizado la cuestión planteando la complejidad del deseo humano y el aspecto cualitativo, no solo cuantitativo de sus placeres. Freud, por cierto, había leído con atención a Mill e incluso lo había traducido del inglés al alemán.
Con el descubrimiento del inconsciente Freud introduce un cambio cualitativo que es la noción de deseo vinculada al inconsciente, a lo que llamaba una identidad de percepción primigenia. Hay en el humano un elemento indestructible del deseo, ligado a una primera y originaria satisfacción cuya realización es imposible. Es toda la línea teórica que se ignagura con "La interpretación de los sueños" . Hay una represión primordial ligada a este deseo imposible incestuoso y los sueños,lapsus. actos fallidos y síntomas son manifestaciones de este deseo. Es la Otra escena de nuestro psiquismo. Pero cuando Freud, en su incansable trabajo de investigación vinculado a la clínica, formula la hipótesis de la pulsión de muerte en su escrito "Más allá del principio del placer" llena de estupor a sus discípulos y aumenta el escepticismo y la burla de sus críticos. En este texto Freud formula la tendencia del ser humano al grado cero de tensión, que sería la muerte. Pero al mismo tiempo relaciona esta tendencia con los impulsos autodestructivos o de fijación en el dolor del ser humano. Es como una especie de masoquismo primario. Posteriormente en su ensayo "El malestar de la cultura" la pulsión de muerte se identifica con una agresividad primaria, que sería la exteriorización de esta pulsión de muerte. Los psicoanalistas que se tomaran muy en serio ( y que no la negaran o pasarán por ella de puntillas) son de hecho, los más potentes : Melaine Klein y Jacques Lacan. Lo que voy a tratar aquí de las consideraciones sobre el tema que hará el psicoanalista Massimo Recalcati.
Me voy a centrar en un breve pero muy denso texto para explicar lo que plantea Recalcati. Forma parte de un librito llamado "Lo Real en Freud" y el texto se titula precisamente "Meditaciones sobre la pulsión de muerte". Primera meditación : "El inconsciente como subversión y el inconsciente como destrucción." Plantea aquí dos sentidos del inconsciente, el primero de los cuales está estructurado como un lenguaje y es el lugar del deseo reprimido. Es el que marca la división del sujeto, entre el sujeto con una identidad simbólica u el sujeto del deseo, es decir del inconsciente. Pero el inconsciente como destrucción es el de la pulsión de muerte, el de la repetición, el del sujeto vuelto contra sí mismo. La segunda meditación se llama "Dos arqueologías" y nos presenta el psicoanálisis como ciencia de las huellas ( de este deseo reprimido) y como muestra de esta fuerza pulsional que nos conduce a la muerte . La tercera meditación la titula "Conservación y destrucción". La pulsión de muerte plantea la relación entre conservación y destrucción a través del narcisismo, de un goce que en su extremo es mortífero. La cuarta meditación la denomina "El sujeto en eclipse" y trata de que la pulsión de muerte nos muestra que la desaparición del objeto conduce también a la del sujeto. Al perder el objeto nos podemos perder con él. como pone de manifiesto el melancólico.
La última es la de "La clínica contemporánea como clínica de la pulsión de muerte" Aquí hay todo un trabajo que en otro post explicaré sobre lo que Recalcati llama "la clínica del vacío" ligada a la pulsión de muerte como goce desrregulado y mortífero. En sus libros "Clínica del vacío.Anorexias, dependencias, psicosis" elabora este tema. En la época de Freud existía la clínica de la falta, ejemplificada en las neurosis de transferencia ( histeria, neurosis obsesiva, fobia...). Eran consecuencia de un retorno del deseo reprimido en forma de síntoma, en un sujeto dividido por la represión. Era una falta de ser que habitaba el sujeto.
Hoy podemos hablar de una clínica del vacío, basada en la desconexión del sujeto y el Otro, de un rechazo del Otro simbólico. Se promueven los objetos que taponan el vacío y este no se puede transformar en falta. Solo hay angustia en este vacío, No hay encuentro tampoco con el Otro sexo, es la época del antiamor. No hay un Ideal. No es una estructura clínica nueva, son nuevos síntomas que hay que reesituar y que corresponden muchas veces a estructuras psicóticas ( muchas veces no desencadenadas en forma de delirio o alucinación )y perversas. Son la anorexia-bulimia, las toxicomanías, las dependencias patológicas, la depresión, la obesidad.
En otro libro ( "Lo homegéneo y su reverso, Clínica de la anorexia-bulimia en el pequeño grupo sintomático) Recalcati nos explica sus experiencias de aplicación de su terapia psiconalítica grupal a casos de anorexia-bulímia. Imprescindible para los interesados en la cuestión y que que quieren ir más allá de las terapias cognitivo-conductuales al uso.
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