Escrito por Luis Roca Jusmet
François Zourabichvili era una de la promesas filosóficas nacidos después de la Segunda Guerra Mundial ( 1965). Supo trabajar de manera original los textos de Spinoza y de Deleuze. Se suicidó el año 2006, a los 41 años por causas desconocidas. Más comprensible parece el suicidio de su maestro, Gilles Deleuze, al lanzarse al vacío a los 70 años, aquejado de una grave enfermedad respiratoria. Ambos eran, paradójicamente, admiradores del filósofo que decía que el sabio se ocupa de la vida y no de la muerte, Baruch Spinoza.
En el inicio del post cuelgo el primero de las cinco vídeos que componen la conferencia que dio en Estambul François Zourabichvili.
Pero voy a hablar sobre todo del libro que François Zourabichvili : "Deleuze. Una filosofía del acontecimiento." La verdad es que Deleuze es un filósofo que me interesó desde que asistí en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación al curso de Miguel Morey "La teoría del sujeto en el post-estructuralismo." Nunca fui capaz de una lectura en profundidad de sus libros más paradigmáticos ( "Diferencia y repetición", "Lógica del sentido"). Empecé el "Anti-Edipo" y no me gustó. Si leí con interés "Empirismo y subjetividad", "Nietzsche y la filosofía", "Spinoza, Filosofía práctica", "Conversaciones" y "¿ Qué es la filosofía ?".
El lenguaje de Deleuze me resulta difícil pero el libro de Zourabachvili es muy sugerente. Nos propone algo recogido por Deleuze que es el "discurso indirecto libre", que consiste en hablar por medio de otros autores, hablar por cuenta propia tomando la voz de otro. Lo que pertenece a uno mismo o a los otros es apenas discernible pero al final se configura una voz nueva. Zourabichvili nos propone un itinerario para leer a Deleuze. De esta manera leemos a alguien que nos habla de otro sobre el que ha pensado y nosotros podemos pensar a partir de su escritura. ¿ Qué es la filosofía, sino un trabajo conceptual ?
La filosofía de Deleuze es presentada así como una filosofía del acontecimiento. Una filosofía de la afirmación incompatible con la negatividad. Un cuestionamiento de la voluntad de verdad, del modelo de reconocimiento como vía hacia lo verdadero y de la búsqueda de un fundamento. La filosofía es siempre un encuentro del pensar con el afuera, que es la vida. Es este encuentro la que genera el pensar en la medida en que aparece como un signo que nos provoca un afecto. Afecto ligado a fuerzas activas, creativas, o reactivas, negativas. En la línea apuntada por Spinoza y por Nietzsche.
Deleuze nos propone una ética que evalúa en función de modos de vida, frente a una moral que juzga en función de valores. La ética de lo inmanente frente a la moral de lo trascendente.
El acontecimiento se presenta como articulación del afuera heterogéneo y se la implicación ( pliegue ). Es la apuesta por la inmanencia, la creencia en un mundo que toma a su cargo la divergencia.
Deleuze afronta también, siguiendo a Bergson, las dimensiones del tiempo. El tiempo como devenir, como cambio, como diferencia absoluta. El tiempo es realidad no es nada, es el relevo de una diferencia por otra.
Una vez más fracaso : no entiendo la filosofía de Deleuze, no acabo el intento, ni tan siquiera en esta introducción. Pero este encuentro fallido con Deleuze, y con François Zourabichvili enseñando su itinerario de lectura de Deleuze no por fallido es inútil. Algunas chispas han aparecido en esta lectura y han dado, por lo menos, para este escrito.
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