Escrito por Luis Roca Jusmet
Biopolítica es
un término utilizado por el filósofo francés Michel Foucault (
1926-1984) a partir del curso "Defender la sociedad" y del
primer volumen de su Historia de la sexualidad ( "La Voluntad de
saber"). En sentido más amplio se refiere al poder moderno, el
poder disciplinario que sustituye al poder soberano. Si antes se
trataba de "Dejar vivir y hacer morir" ahora se pasa a
"Hacer vivir, dejar morir". No es un juego de palabras. El
poder soberano ( del señor feudal, del monarca, del emperador)
generaba la ley y el que no la cumplía morir. Es un poder sobre la
vida que implica matar. La muerte era fundamental y por esto estaba
tan ritualizada : era el paso de la soberanía terrenal a la
soberanía divina. El poder soberano se preocupa de que sus bienes
estén garantizados y que los súbditos le obedezcan y le den lo que
le corresponde. El resto, es decir su vida, no le importa para nada.
Paralelamente al poder soberano existe el poder pastoral, que es el
poder del sacerdote sobre las almas, orientado a su salvación. "A
Dios lo que es de Dios y al césar lo que es del César"). A
partir del siglo XVII se inicia la sociedad moderna, con sus Estados
Modernos y su sistema económico capitalista. Lo que importa ahora es
que los cuerpos sean productivos. Para ello se crean toda una serie
de dispositivos disciplinarios : la familia, la escuela, el ejército,
el taller, el hospital, la prisión. Instituciones jerárquicas en
las que el poder no es absoluto pero funciona como una relación de
dominio. El encierro es la metáfora, como expone magistralmente en
su libro "Vigilar y castigar".Hay que disciplinar los
cuerpos y las almas ( la ética protestante tal como la formula Max
Webber puede ser la referencia). Pero a partir de 1977 Foucault
inicia, con su curso "Seguridad, territorio, población",
un planteamiento diferente, que continuará en "El nacimiento de
la biopolítica". Aquí expondrá los nuevos conceptos a partir
de los cuales se va definiendo una administración de la vida de los
ciudadanos basada más en la idea de seguridad que de
disciplina. La seguridad, al
contrario que la disciplina, no tiende a reducir y, en su límite, a
eliminar, la libertad. Al contrario, la presupone, la necesita. La
biopolítica aparece entonces colo ligada al liberalismo y el nombre
que da a la sociedad disciplinaria es el de anatomopolítica, como
acción sobre los cuerpos. Porque el liberalismo biopolítico no
actúa sobre los cuerpos, sino sobre las poblaciones. Aparece
entonces un nuevo concepto de normalidad ligado a la estadística y
que Ian Hacking, también influenciado por Foucault, ha analizado
con lucidez en su libro "La domesticación del azar". Lo
normal es la media y esta media ha de ser aceptable para mantener
unos resultados razonables en una sociedad determinada. Razonables
con respecto a conseguir "el máximo bienestar del máximo
número de personas", según define el utilitarismo de Bentham.
Bienestar quiere decir satisfacción y satisfacción quiere decir
adaptación y para adaptarse hay que ser competente. Este es el hilo
que nos conduce hacia la actualidad a través del neoliberalismo. Se
trata de regular a las poblaciones a nivel de vida biológica, por
supuesto, en cuestiones como el nacimiento, la salud, la población,
la muerte. Para optimizar al máximo la vida a nivel productiva y a
nivel de resultados.
Para
hablar del concepto de control político
me referiré a un breve pero denso escrito de Gilles Deleuze titulado
"De las sociedades disciplinarias a alas sociedades de control".
Hay que recordar, como el mismo Deleuze lo hace, que la base de este
análisis está en lo que anteriormente apuntaba Foucault. Deleuze
mantiene que las instituciones de las sociedades disciplinarias
basadas en el encierro ( escuela, ejército, taller, hospital,
prisión) están en declive, a la larga están acabadas. La escuela
será sustituida por dispositivos abiertos y permanentes de formación
permanente, el ejército es un cuerpo especializado ajeno al servicio
militar obligatorio, las empresas son precarias y abiertas, la
libertad bajo vigilancia sustituye al encierro. La misma familia
patriarcal se transforma en una familia abierta. En lugar de la
vigilancia tenemos la evaluación. La máquina es sustituida por el
ordenador, la estructura por la red. Todos somos libres pero estamos
absolutamente controlados por nuestros resultados. No se trata de ser
un buen ciudadano sino de ser un ciudadano competente.
El
tercer término es el de neurociencia. Lo trataré, siguiendo la
misma línea de pensamiento, a partir de los estudios de Nikolas
Rose. Nikolas Rose es un sociólogo británico que ha trabajado el
horizonte de la biopolítica abierto por Foucault desde un punto de
vista más empírico que otros filósofos que lo han tratado de una
manera más especulativa, como Giorgio Agamben o Roberto Expósito.
Hay un artículo muy interesante de Rose que se llama "las
neurociencias y sus implicaciones sociales". Rose se pregunta si
el siglo XXI será el neurosiglo y cuales serán las consecuencias
sociales y políticas de este hecho. Su punto de vista es que el
siglo XX fue el psicosis por la influencia de la psicologia y las
técnicas psi pero que el siglo XXI será el neurosiglo por la
influencia de la neurociencias y las técnicas farmacológicas. Como
muy acertadamente nos recuerda, el término neurociencia
aparece por primera vez el año 1962 para hacer referencia a un
estudio multidisciplinar que permita entender el funcionamiento del
cerebro. El presupuesto es, por supuesto, que mente y cerebro son los
mismo y que si queremos entender y mejorar los procesos cognitivos,
emocionales y desiderativas del ser humano hemos de hacerlo desde el
cerebro. Para Rose estos nos llevaría a convertirnos en ciudadanos
somáticos ( capital genético) en una sociedad en que los expertos
biomédicos serían los expertos en la gestión de la vida y en la
que la biomedicina será uno de los grandes negocios del siglo. Pero
lo importante es que la idea del cerebro que se está desarrollando
ahora no es determinista. No se trata de la eugenesia, que sería la
eliminación de los que tengan daños cerebrales. Esto se planteaba
en la sociedad de principios del siglo XX , la de eliminar a los
deficientes cerebrales e impedir su reproducción porque eran una
carga para la sociedad y porque degeneraban la raza. Pero la
biopolítica actual no es racista, por lo menos en sentido biológico.
Incluso los enfermos cerebrales pueden ser un negocio y de hecho lo
son. La visión del cerebro actual es plástica, abita, flexible,
algo que puede transformarse. La epigenética plantea que incluso no
podemos hablar de determinismo genético. La cuestión entonces es
hacer ciudadanos competentes y los que no lo son se consideran así
porque no se han puesto los recursos sociales necesarios o porque
tienen un trastorno. El DSM-V, que es la biblia psiquiátrica, cada
vez incluye más trastornos. Los trastornos se entienden cada vez más
como causados por una alteración molecular del cerebro o de sus
conexiones. Evidentemente se aceptan las causas ambientales pero
siempre se considera que la última causa es algo que falla en el
cerebro de cada cual, incluso el tener o tener resilencia. La
solución se ve cada vez más en la farmacología.
Las
preguntas que todo esto me plantea son las siguientes :
¿
Hay control político de los gobernantes a partir de las
neurociencias ? ¿ Es directo o es a través de los expertos en
biomedicina ?
¿
Se puede criticar políticamente este control ? ¿ Bajo que
perspectiva lo hacemos y con que finalidad ?
Creo que la sociedad que soportamos y mantenemos está completamente mecanizada y deshumanizada; ha hecho negocio de todas nuestras carencias y sufrimientos, con ella enfermamos y ella nos vende los remedios, le somos más rentables enfermos, esclavos y muertos que sanos y libres. Es monstruosa y lo peor es que somos nosotros mismos quienes la convertimos en normal siguiéndole el juego, por el hábito de aceptar como "normal" cualquier cosa, independientemente de que sea útil y buena o todo lo contrario, mientras dé dinero, solo por cuestión de frecuencia, no por la utilidad ni por la calidad. Hay un bombardeo publicitario constante para que se nos haga familiar lo más abyecto y en ello andamos. El control político de los gobernantes es el control mercantil de las grandes empresas, entre ellas y principalmente las farmacéuticas y las de armamento experimental, medios de comunicación y la banca global, que suelen ser los mismos trust. Creo que más que andar dando nombres de enfermedad a los trastornos funcionales que la mayoría de las veces son pasajeros, pero que al medicarlos con quìmica tóxica se agravan y agotan el organismo, la medicina es fuente de enfermedad más que de salud. Si quieren salud ¿por qué no la fomentan, en vez de centrarse en fomentar la hipocondrìa? Se puede educar con las dietas, la higiene, la forma de trabajar con nuestra mente para crear estados de salud y transformar la mecánica del pensamiento y hacerlo una herramienta curativa, enseñando, por ejemplo a respirar, colocando los huesos, enseñando Tai Chi y Chi-kung que son técnicas de salud. Pero es que la salud no es rentable, ni la justicia, ni la educación...para un mundo que se enriquece con las deficiencias de todo ello. La infelicidad de los millones de precarios en recursos humanos es el gran negocio de la minoría que los devora.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. ya que veo que te interea el tai chi y el chi kung seguramente te gustará mi otro blog
Eliminarhttp://unatramasintejer.blogspot.com.es/
Un abrazo
tengo una duda, Los Estados existen como sistemas para "hacer vivir y dejar morir" o; "dejar vivir y hacer morir"?
ResponderEliminarEl Estado moderno, con la biopolítica lo que hace es "hacer vivir" ( ser productivo" y dejar morir.
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