El sujeto anárquico. Reiner Schürmann y Michel Foucault
Simón Royo
Con el anexo “Reiner
Schürmann: Sobre constituirse a sí mismo como sujeto anárquico” (traducido por
Simón Royo).
Arena Libros: Madrid,
2019. 164 páginas.
Simón Royo, filósofo y escritor,
nos plantea en este libro un interesante trabajo sobre la noción de sujeto
anárquico. Esta conceptualización es el elemento nuclear de una propuesta
política radical que el autor elabora a partir de su reflexión sobre la obra de
Reiner Schürmann y de Michel Foucault. Pero también de la de Martin Heidegger,
de quién los anteriores considera deudores y que formarían parte de lo que
denomina “la izquierda heideggeriana”. Los dos, nos dice en la traducción “se
puede dar la mano a la hora de plantear la pregunta: Qué hacer? o, lo
que es lo mismo, de ahí que coincidan en que el problema más acuciante de
nuestros días sea el de dirimir la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las
posibilidades y los márgenes en los cuales puede darse la autoconstitución del
sujeto práctico en la actualidad ?...”
Vamos a sintetizar el trayecto al que nos
invita Simón Royo. En el primer capítulo ( “Michel Foucault y la constitución
de uno mismo”) sigue el recorrido ,filosófico y político de Michel Foucault
para concluir que “Habrá que insistir, final e igualmente, en la constante
crítica a la dominación e aras de la libertad del Foucault activista a lo largo
de toda su vida, a que nos hemos referido en los esbozos biográficos
antecedentes, pues con ello, lo que nos muestra, en una visión y un balance de
conjunto, es más bien un Foucault que se opondrá a la llamada
gubernamentabilidad, en unos términos an-árquicos, no en otros.”
En el segundo capítulo (“El principio de la
anarquía y Michel Foucault”) transita no solo por Foucault sino también por
Heidegger y, sobre todo, por Reiner Schürmann. Pero también por otros potentes
pensadores, como Giorgio Agamben y Jacques Derrida. Y, finalmente, a Nietzsche.
Todo ello para formular una crítica radical del capitalismo globalizador y neoliberal
que solo puede ofrecer, en el mejor de los casos, un individualismo competitivo
sujeto la lógica de la alienación que impone el sistema. Se trata, siguiendo la
precisa definición del autor del “randroide, el narcocapitalista o
libertariano, ese psiconarciso cínico bien acorde con el capitalismo mundializado
que cuando más se funde con la masa individualista de los adictos al interés
más idéntico es a los de su calaña consumista.” Y esto, continua, aunque se
crea más libre y diferente que ninguno. ¿Qué nos propone Simón Royo? Un sujeto
capaz de autoconstituirse, formando parte de una comunidad de iguales, sin servidumbres,
“sin principio ni príncipes”. Es decir, “El anarcántropo cuya actitud es
participar en una comunidad de las diferencias enlazadas participando en una
revolución sin sujeto revolucionario.” La creación de “zonas temporalmente
autónomas”. En el nuevo
contexto de la tecnología planetaria se hace necesaria una opción éticopolítica
que vaya más allá de lo que planteaba la ilustración radical en la sociedad
moderna.
El ensayo de Simón Royo entra directamente en la polémica al
plantear una lectura de izquierdas de Heidegger, justo en un momento en a
partir de los “Cuadernos negros” se intenta vincular su filosofía con su
apuesta por el nazismo. Esta ya es una primera virtud del libro, la de abrirnos
esta lectura alternativa de Heidegger. También lo es el darnos a conocer un
filósofo tan interesante como desconocido en España: Reiner Schürmann. Y por
supuesto la fecundidad de este cruce que hace entre él y Michel Foucault.
Respecto a su
planteamiento he de decir que es atractivo, y está bien argumentado, pero aún no la comparto. En
primer lugar no veo a Foucault como un anarquista. Me parece que la opción de
Foucault es ética más que política y que una vez desencantado del marxismo el
filósofo francés entiende más la política como resistencia que como alternativa.
Tampoco comparto la esperanza de Simón Royo de que sea posible avanzar hacia
comunidades de iguales cada vez más generalizadas, en la que los sujetos vayan
constituyéndose a sí mismos como sujeto prácticos. Desde mi punto de vista
continuamos en la modernidad y la ilustración radical debe seguir siendo la
base éticopolítica para avanzar. Soy escéptico respecto a propuestas que, en contra de la opinión del
autor, me parecen utópicas. Cierto que estas comunidades de iguales pueden
existir y, en alguna medida existen. Pero en el marco de la economía-mundo
capitalista que solo puede combatirse desde el poder del Estado democrático y
social de derecho. No soy, por tanto, un antilberal como lo es Simón Royo (y
por lo que dice, Reiner Schürmann). Si lo fue Heidegger, pero hay que ver si se
le puede dar a esta crítica una orientación de izquierdas. No me parece que lo
fuera Foucault (lo cual no quiere decir que fuera un liberal). En todo caso el
debate queda abierto y Simón Royo nos da materiales interesantes para pensarlo.
Pero este es el debate y el libro es una
excelente material para efectuarlo. La cuestión a discutir sería entonces
doble, una vez aceptado la necesidad de un sujeto práctico autoconstituido como
proyecto emancipador. ¿ estamos frente a un proyecto político que implicaría
una transformación revolucionaria ? ¿O estamos frente a un proyecto ético que
necesita un marco lo más favorable posible dentro de los principios del Estado
de derecho? Simón Royo se orienta por la primera opción, a la que está bien
darle el nombre de sujeto anárquico, que le da al mismo tiempo una
dimensión política y revolucionaria. Yo me oriento más por la segunda.
El libro incluye
además ( con una buena traducción del mismo Simón Royo) un texto de Reiner
Schürmann sobre el último Foucault “Sobre constituirse a sí mismo como sujeto
anárquico”. Hay una reflexión crítica muy interesante sobre la tensión
foucaultiana de denunciar un sujeto que siempre es producto de los campos del
saber y las tramas del poder y el intento de abrir el horizonte de
autoconstituirse como sujeto práctico. Todo ello desde la perspectiva de Reiner
Schürman de constituirse como sujeto anárquico.
Un libro, en
definitiva, que me parece muy recomendable no solo para los interesados en
Heidegger y en Foucault y los que quieran conocer la obra de Schürmann (del que
la misma editorial Arena ha traducido últimamente “El principio de la anarquía”).
Pero recomendable sobre todos los preocupados por esta “ontología de la
actualidad” de la que nos habló Foucault y que, en la línea de Nietzsche, no es
solo un diagnóstico sino también la propuesta de un remedio. Una buena
aportación al debate.
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