CONTRA-PSICOLOGIA.
De las luchas antipsiquiátricas a la psicologización de la cultura.
Roberto
Rodriguez López ( editor )
Editorial
Dado, colección distancias 2 : Madrid, 2016
449
páginas
Escrito por Luis Roca Jusmet
Escrito por Luis Roca Jusmet
El
libro que nos ocupa hay que situarlo en el esfuerzo crítico de una
serie de filósofos, sociólogos y psiquiatras, principalmente, de
combatir ideológicamente la psicología académica e
institucionalmente Antpsychologicum
(
Virus, 2006) puede considerarse un precedente en el empeño ( unos
cuantos articulistas escriben en ambos) pero Contrapsicología
, manteniendo el enorme interés del anterior, le gana en elaboración
rigurosa. Es un libro que recoge un conjunto de artículos
heterogéneos pero siguiendo un hilo conductor muy coherente. En este
sentido, felicitaciones al coordinador, el profesor universitario de
psicología social Roberto Rodriguez López, que realiza además un
magnífico prólogo. La obra está muy bien estructurada en cuatro
secciones : Historia, Epistemología, Ámbito Institucional y Ámbito
Cultural. He de decir que ni uno solo de los artículos tiene
desperdicio, los he leído todos con mucho interés. Voy a hacer una
referencia a todos ellos y dejaré para la segunda parte de la reseña
el comentario más pormenorizado de los que me han despertado mayor
atención.
En
la primera sección, al margen del de Nikolas Rose ( que dejo para el
final) tenemos un análisis histórico, escrito por Oscar Daza sobre
el papel de la psicología en EEUU entre los años 1900 y 1940 que
pone de manifiesto su lado más oscuro como instrumento de control
social. Seguidamente, Fernando Álvarez-Uria, bregado sociólogo
crítico, muy influenciado por Foucault ( del que fue un gran
divulgador), nos ofrece una serie de materiales históricos de la
primera mitad del siglo XX : sociología del sujeto ético
individual, literatura sobre la interioridad del yo ( Herman Hesse,
sobre todo) y el psicoanálisis. Materiales que servirán para hacer
una genealogía de la experiencia de un yo aislado, separado del
mundo exterior, con la promesa de un universo interior personal e
intransferible que hay que explorar y descubrir. En la sección de
epistemología ( al margen de Ian Parker y de Francisco Vázquez
García) tenemos un trabajo crítico sobre las clasificaciones
diagnósticas del CIE y, sobre todo del DSM en su V edición.
Indispensable para entender lo que es realmente y los intereses que
esconde la considerada biblia de psiquiatras ( y que podríamos
generalizar a psicólogos, médicos, educadores sociales...).
Respecto
a los escritos del ámbito institucional ( dejando para el final el
de Julio Rubio). Comenzaremos por Mario Domínguez , que escribe un
sugerente texto sobre el sistema jurídico penal y las ciencias psi y
su alianza hacia un Estado penal. Eduardo Crespo y Amparo Serrano
Pascual nos explica como a partir de la psicologización del malestar
creado por la precariedad se consigue despolitizar el problema y
trasladarlo a la esfera del supuesto desajuste individual. Teresa
Cabruja-Ubach entra en terrenos más polémicos con la argumentación
de una hipótesis fuerte : las ciencias psi ejercen implícitamente,
en sus discursos y prácticas, formas de violencia de género.
Guillermo Rendueles, con una amplia trayectoria en la psiquiatría
crítica hace una reflexión crítica sobre la medicalización
postmoderna de la vida, Los problemas humanos, su propia experiencia,
queda reducida a expresiones de trastornos que requieren la
intervención del médica, del psiquiatra o del psicólogo. El
fracaso de las luchas de la antipsiquiatria en los años 80 tiene
mucho que ver, para el autor, con este estado de las cosas.
En
los análisis del ámbito culturales hay también aportaciones muy
destacadas. Empezando por el artículo escrito por el coordinador,
Roberto Rodriguez López sobre el papel de la literatura de autoayuda
en la gestión de las subjetividades en el proyecto neoliberal. Junto
al de Jan de Vos ( que insiste en el mismo tema y luego comentaré,
tenemos el artículo conjunto de (S) García Dauder y Patricia Amigo
Leache, que cuestión el sexismo de la ideología que se escuda en
las neurociencias y que se manifiesta a través del programa Redes de
Eduardo Punset. Finalmente Santiago López Petit concluye con un
texto potente en el que reivindica con fuerza la radicalidad la
politización de su verdad biográfica.
Paso
ahora a los artículos que, sin desmerecer a los otros, me han
llamado más la atención. El primero es el de Nikolas Rose,
sociólogo inglés que ha elaborado un trabajo teórico y empírico
muy interesante desde el camino abierto por Foucault con su noción
de biopolítica. Hay que destacar que solo hay un libro traducido al
español del autor ( que además no se distribuye en España) que es
Políticas de la vida.
El resto son artículos como el que me ocupa, "La psicología
como ciencia social" ( escrito en el 2008). Un texto que aborda
una genealogía de la aparición de la psicología como ciencia
social de lo individual desde su contexto sociopolítico ( malestar
social, importancia educación, publicidad, marketing) y con una
función normalizadora. Ello en el contexto histórico de las
sociedades liberal-democráticas en su proyecto de introducir unos
modelos determinados de racionalidad para moldear a los sujetos. Ello
a través de una interiorización de los conceptos y discursos de la
psicología a nivel cotidiano e institucional y a la aparición de un
dispositivo académico importante : revistas, manuales, titulaciones,
colegios profesionales, departamentos universitarios. Se trata
entonces de entender que son las prácticas elaboradas para gobernar
las conductas ( en la escuela, la fábrica, cuartel, prisión,
hospital ) las que llevan a la creación de la psicología como
ciencia social. Porque de lo que se trata es de dar pautas sociales
para la adaptación a la sociedad, paralelamente al médico que dará
las pautas biológicas, y de diseñar mecanismos para corregir las
anomalías. Psicología es, entonces, un híbrido entre lo
administrativo y lo filosófico, aunque tiene un papel preciso :
administrar la conducta de los sujetos en el seno de la variedad de
proyectos políticos que aparecen en el siglo XX. Pero lo que se
pregunta finalmente Nikolas Rose ( y la respuesta, como demuestran
sus trabajos posteriores, será afirmativa) sino pasaremos del siglo
de la psicología y la mente ( siglo XX) al de las neurociencias y el
cerebro ( siglo XXI). Hay también otro artículo del psicólogo
crítico también inglés, que es Ian Parker. Investiga en su
artículo sobre los modelos de locura ( biologista,
cognitivo-conductista, sistémico y psicoanalítico) para abordar sus
diferencias epistemológicas y ontológicas y a y las derivaciones
prácticas que implican. Pero es muy interesante como abre el
problema a la noción de justicia social aplicado a la locura, que
consistiría en abrirse a un quinto modelo que sería el que se
elabora desde la voz de los propios locos. Se trata entonces de no
aceptar el dominio de los expertos. Y también en situar su
problemática en el contexto de una sociedad que, como bien analizó
Marx, es una sociedad alienada.
El
artículo de Francisco Vázquez García , en el ámbito de la
epistemología como el anterior, es el que puede considerarse más
estrictamente filosófico. Tiene un interés excepcional, porque nos
permite aproximarnos a los trabajos de un gran y desconocido filósofo
francés del siglo XX, Georges Canguilhem (1904-1956). Ya en el año
1956 di{o una conferencia en la que cuestionaba el estatuto
epistemológico de la psicología y ponía de manifiesto su papel
clave dentro de los mecanismos de control social. En el primer
aspecto señaló su incapacidad para construirle manera autónomo su
objeto de estudio y hace una genealogía de la psicología a partir
de esta dispersión. Posteriormente va elaborando esta crítica a
partir de problematizar la noción conductista de adaptación y de
abordaje del comportamiento como respuesta a un estímulo. Por el
contrario, Canguilhem, va armando la noción de normatividad vital,
para hacer referencia a la manera como los organismos vivos ( entre
los cuales el hombre) va creando una manera propia de afirmar su
autonomía frente al medio. También se muestra crítico con
trasladar la noción biológica de adaptación a la sociedad.
También criticó con rigor el reduccionismo de las neurociencias y
los excesos farmacológicos. Criticó la medicina y la psiquiatría
pero sin caer en las posiciones de la antipsiquiatría o la
antimedicina. Pero también Georges Canguilhem apuntaba que otra
psicología era posible. Excelente introducción a Georges
Canguilhem, en todo caso, y a su rigurosa crítica de la psicología.
Jan
de Vos sobre los procesos de psicologización y neurologización en
la época digital. En la primera parte apunta como la literatura de
autoayuda y la psicología popular acaban concluyendo en la necesidad
de un experto, que es el psicólogo, que es el Gran Otro que te
enseñará como gestionar tu vida. El paso al dominio de las
neurociencias continua con el mismo planteamiento, pero situando la
gestión en la supuesta materialidad del cerebro. Dice supuesta
porque conduce a la digitilización, ya que el cerebro aparece como
un espacio virtual. Hay un proceso en el cual uno se convierte en una
especie de agente separado de si mismo, que es el objeto a gestionar
con la ayuda de los expertos. Pero hay en el fondo, en nuestro
interés por la psicología y la neuropsicología una especie de
intento reconectar con un yo y un mundo real del que la modernidad
parece habernos separado. Un artículo muy sugerente.
Hay
finalmente un artículo desgarrador, vital, que no tiene nada que ver
con los anteriores pero que nos golpea más que ninguno. Se trata de
la "Criminalización de la infancia", testimonio de Julio
Rubio Gómez que ningún psicólogo, educador social o profesor de
adolescentes debería dejar de leer. Una interpelación de la que no
nos deberíamos evadir.
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