El futuro es un país
extraño. Una reflexión sobre la crisis social de comienzos del
siglo XXI
Josep
Fontana
Barcelona : ediciones del
pasado y presente, 2013.
Escrito por Luis Roca Jusmet
Escrito por Luis Roca Jusmet
Josep Fontana es un peso
pesado entre los historiados contemporáneos. Como Eric Hobsbawn o
Tony Judt se ha arriesgado a dar una interpretación de los que ha
sido el mundo una vez concluida la Segunda Guerra Mundial. Es decir,
en proporcionar los conocimientos históricos imprescindibles para
entender nuestro presente. Con esta intención Josep Fontana escribió
Por el bien del Imperio.Una historia del mundo desde 1945 ( publicado
el 2011) por la misma editorial. El libro respondía a la voluntad de
ofrecer al lector elementos descriptivos y conceptuales que le
permitieran un análisis crítico de lo que las ideologías del
sistema han justificado. La tarea del científico social es,
siguiendo la propuesta de Marx, ofrecer una visión científica de
los procesos y las estructuras globales que nos permitan entiende los
hechos concretos. Fontana no es imparcial pero quiere ser objetivo.
No es imparcial porque su perspectiva es la de un ciudadano que
quiere la emancipación humana y debe interpretar lo que ocurre en
función de esta exigencia. Pero que no sea imparcial no quiere decir
que no sea objetivo. Se trata de explicar lo que ocurre,
desmantelando las ideologías que lo ocultan o distorsionan. Este es
el ambicioso empeño de Josep Fontana en su libro Por el bien del
Imperio.El libro merece ser
leído porque es riguroso y preciso y está escrito en un lenguaje
claro y accesible. Quizás la única crítica sea una excesiva
atención en el Imperio.
Porque me parece, de acuerdo con otro sociológo historiador muy
potente que es Wallerstein, que el capitalismo en una economía mundo
y no un imperio. Ciertamente que el país hegemónico en la época
que nos habla Fontana es EEUU pero esto no significa que todo el
desarrollo mundial pueda explicarse a partir de su estrategia, como a
veces parece sugerir el libro. En todo caso un magnífico estudio que
hay que leer con atención y paciencia : ocupa más de mil páginas.
Con
el libro que nos ocupa Josep Fontana quiere complementar el estudio
anterior, tan elaborado, con unos apuntes sintéticos, rápidos,
sobre nuestro presente, contenido en menos de 200 páginas. Tiene,
eso sí, una amplísima bibliografía para profundizar en cada uno de
los temas. Lo breve del diagnóstico implica que no hay una voluntad
de profundizar sino de dar las claves que nos permiten orientarnos
críticamente en el mundo que vivimos. El resultado es de todas
formas, he de decirlo, algo decepcionante. No porque el libro no
merezca la pena. Es un libro útil porque nos recuerda cuestiones que
no debemos olvidar y que los mass media esconden y distorsionan.
Existe la lucha de clases y lo que vivimos es una ofensiva de las
clases dominantes a nivel mundial. Una estrategia que pasa por la
desrregularización de la economía, la privatización y la bajada de
impuestos para los ricos, el desmantelamiento de los derechos
sociales y el ataca a los sindicatos. Fontana se apoya además en
análisis de académicos reconocidos para dar más solvencia a
algunas afirmaciones.
Pero
me parece que Fontana se olvida de cuestiones esenciales. Por ejemplo
de la crisis ecológicas, ausente en su análisis. Se centra
demasiado en EEUU, como en su libro de historia y no tiene en cuenta
que la élite dirigente mundial funciona a través de muchas redes e
instituciones que casi no menciona, entre ellas la Gran Tríada del
Banco Mundial, El Fondo Monetario Internacional y la Organización
Mundial del Comercio. China ocupa un lugar muy poco relevante en su
análisis y su visión hacia ella es bastante complaciente. Apenas
menciona a Rusia y conflictos como el que ha aparecido en Ucrania
resultan de esta manera invisibles. Cita muy por encima el tema de la
ciberguerra y del narcotráfico mundial. El capítulo final, que
trata sobre si es una crisis estructural del capitalismo, resulta
bastante pobre.
Respecto a sus
propuestas son solo son poco renovadoras sino también poco
convincentes. ¿ Crecimiento contra austeridad ? No voy a defender
las teorías del decrecimiento pero sí la necesidad de un
determinado crecimiento, como han planteado por ejemplo Tim Jackson o
José Manuel Naredo. No se trata de estimular el consumo sino crecer
en algunos aspectos y decrecer en otros. Tampoco se trata de
suvalorar la deuda pública, consecuencia en muchos aspecto del
despilfarro del Estado. Cuando sabemos que en España el gran agujero
ha sido de las cajas ( gestionadas desde el gobierno) y no los bancos
es dificil defender incondicionalmente lo público frente a lo
privado. Cuando sabemos que las obras públicas han costado miles de
millones de ueros más de lo necesario y que se ha invertido en
megaproyectos absurdos, es difícil defender incondicionalmente la
inversión pública. Faltan matices para que el proyecto
socialdemócrata, que es el que en definitiva defiende, resulte
creíble. Tampoco hay propuestas políticas clara para regenerar la
democracia.
Resumiendo, quizás
pido demasiado a un libro que no pretende más de lo que hace, un
breve diagnóstico crítico desde a izquierda del mundo en que
vivimos. Pero así y todo me parece mejorable, porque en definitiva
no aporta nada nuevo, ni a nivel de análisis ni de propuestas.
"Algo va mal" de JUDT responde a tu desconfianza en lo público. Aquí falla la honradez de los gestores, no lo público por sí mismo. El sector público debe ocuparse de asuntos que el privado no lo va a hacer por falta de rentabilidad, y que son servicios necesarios para los ciudadnos, por ejmplo transporte público a lugares alejados y poco poblados, o escuelas o médicos en esos lugares. Precisamente esas isntituciones sirven para crear "comunidad" que es lo que se echa en falta en este mundo neoliberal, y en este país de "individualidades geniales". Lo público tiene su lugar bien gestionado, ahorra y ayuda a la construcción de una identidad cívica.
ResponderEliminar¿ Dices mi desconfianza en lo público o es un lapsus ? Yo siemp`re he paostado y pauesto por lo público, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, Ana.
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