Escrito por Luis Roca Jusmet
Slavoj Žizek cita en diversas ocasiones a Hanna Arendt y critica su tesis de la banalidad del mal. También trata en diferentes ocasiones sobre el nazismo. Pero es en la entrevista que mantuvo con Glyn Daly donde expresa más claramente sus afirmaciones sobre el nazismo y sobre el planteamiento de Hanna Arendt. Para Žizek acierta en alguna cosa pero se equivoca en otras. Veamos su análisis.
El nazismo es , para el filósofo esloveno, la perversión última de la lógica del Bien Supremo. Hacer lo peor en nombre de lo mejor ( para la Nación). Evidentemente este "lo mejor" lo es desde un punto de vista no humanista sino racial. Pero así se presenta. hay que matar, torturar, exterminar para el Bien Supremo de la Nación. En el límite : la Solución Final : el exterminio de todos los judíos.
Podríamos decir que es una formulación de la ley : nuestro deber es hacerlo. Ahora bien, para Žizek el superyo no es la ley, que es un Ideal del Yo. El superyo es la parte obcena de la ley. La que nos proporciona goce. Planteo un jemplo ( mío, no del filósofo esloveno). En La chaqueta metálica, de Stanley Kubrik, el sargento aplica la ley pero detrás de ella está el goce que experimenta humillando. En el Ejército ( esto sí lo señaló Žizek) se ve claramente : el lenguaje machista obceno, las bromas humillantes a los que llegan, todo esto forma parte de la parte obcena de la ley rígida. Quizás lo podríamos también aplicar a los abusos sexuales tan reiterados en la Iglesia Católica. Pero los dirigentes y burócratas nazis gozaban con lo que hacían : tanto por la identificación patológica con el Ideal como por la economía obcena del goce.
Eichmann era un efectivamente un funcionario, un burócrata Pero su trabajo no era mecánico, fue un funcionario perverso para el que los mismos rituales burocráticos le hacían incrementar su goce. El mal se convierte en algo anónimo y obejtivado. Este es el horror y ésa fue la gran aportación de Hanna Arendt. No hay ni un monstruo sino una persona ordinaria.
Pero no es el Mal el que es banal sino las personas que lo llevaron a término.El Ideal nazi fue terrible porque era Supremo, no banal. Tampoco hay ninguna relación entre Eichmann y el imperativo categórico de Kant. El deber que formula Kant no se basa en la obediencia. Al contrario, es el sujeto autónomo el que formula su Ley. En nombre de ella se contrapone a la ley que ordena cuando son contradictorias. Gente como Eichmann son lo contrario de personas autónomas, como bien señaló igualmente Hanna Arendt.
Si no entendemos el goce que experimentan estos burócratas del mal no podemos entender lo que hacen. Hace falta algo fuerte para ejecutar estos actos. Lo fuerte es el placer que proporciona. El mismo placer que experimentaba Miska, el protagonista de La caja de música, que después fue capaz de ser un padre trabajador y entregado a sus hijos. El mismo placer que experimentaron tantas personas anónimas cuando la ley les apoya : hutus en Ruanda, servios en Bosnia. No todos, por supuesto, pero si bastantes. Pero siempre podía ser a la inversa. Esto es lo temible y terrible.
Loss goces pueden ser también sadomasoquistas...el judio si bien no se ofrecia en holocausto, tampoco resistía...
ResponderEliminarPero aqui el gran innovador no fue Hannah Arendt, al decir que Eichmann no era un monstruo, sino los piscodiagnósticos que confeccionaron a Eichmann y que descartaron la incidencia de una enfermedad mental que diera cuenta de sus actos.
Descartando la insania Arendt pudo edificar su teoria o cualquier otra.La insania siempre es presentada como argumento por los abogados para hacer inimputable a su defendido.Y en el caso Eichmann no prosperó porque habia intereses creados.
En situaciones caóticas que persisten, el individuo medio pierde referencias y puede actuar en forma imprevisible y si su accionar es propulsado y está legitimado y obtiene poder, pues adelante...
ResponderEliminarJustamente en esas situaciones caóticas es cuando se ve la grandeza o la miseria de la que cada uno somos capaces. En situaciones normales de estado de derecho no hace falta demostrar que se es un hombre de conciencia. Se ve mejor en esas épocas de locura. No sólo el individuo medio, también individuos que destacan, como un Heidegger se equivocan de campo. Ha sido llamativo como tantos intelectuales en el siglo XX, gente en principio armada críticamente más que la media, se ha puesto del lado de los regímenes totalitarios de toda especie. Es una buena lección que también la Arendt sacó de esos años. Los intelectuales que se hacen ideas de las cosas en vez de ver donde pisan...De ello habla en la entrevista.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=WDovm3A1wI4
Deberíais de leer "Los orígenes del totalitarismo" y los diversos escritos sobre ética de la Arendt.
El que sacó a relucir a Kant en el jucio no fue Eichmann sino el propio Eichmann, había cumplido el deber.
En el hecho histórico del exterminio de millones de personas intevienen decisiones de muchos implicados, interviene el extraño estatuo de los judíos, gente sin patria, en el siglo XIX-XX. De eso se dió cuenta la Arendt y es una verdad como un templo: los derechos humanos están muy bien, pero si no tienes un poder político al que acogerte estás perdido. Había otros pueblos sin estado aparte de los judíos. Interviene el antisemitismo latente que nunca dejó de existir y que incluso era azuzado por las iglesias cristianas.
Pero más hechos intervinieron: por ejemplo los jefes del pueblo judío que facilitaban las listas de familias y de bienes a los nazis, interviene el apoyo del pueblo alemán al autócrata, interviene el dejar hacer de las potencias democráticas....son una maraña de circunstancias, de decisiones de muchas gentes, con independencia del placer o el displacer que procuraban que dieron como resultado el holocausto.
El experimento Milgram, me parece muy convincente y bastante comprobable. Si se actúa con el supuesto aval de la ciencia, se puede transformar a cualquier hijo de vecino en opresor. En situaciones de dictadura, de gobierno autócrata sin necesidad de referirnos a un estado dictatorial, simplemente en un ambiente, puede ser una empresa, en el que se ejerce el poder de forma opresiva, la mayoría de la gente sigue la corriente. Lo fácil. Pocos resisten, Siempre hay quien resiste, pero son pocos los que resisten, por ahí me parece que va el interés y las perspectivas de futuro de los análisis de la Arendt.
Por otra parte se sabe desde los primeros tiempos de la filosofía, seguir la propia conciencia suele enfrentar al individuo a la sociedad. Solamente que en el siglo XX este simple hecho que vimos desde Sócrates es magnificado por la capacidad técnica, de engaño y propaganda. La masa humana es siempre terrible y temible.
Evidentemente no he vivido el nazismo, pero sí he vivido situaciones en las que individuos concretos hace daño objetivo a otros refugiándose en la "obediencia" al superior.La obediencia funciona como calmante momentáneo del remordimiento al ser consciente de que no está haciendo lo que se debe. Sin jugarse la vida.
Es diferente participar de un régimen opresivo cuando tienes que dar de comer a cinco chicos, digamos que no hay otra salida, de las personas que colaboran con la opresión sólo por no quedar mal o por futuros o hipotéticos favores, o por no complicarse la existencia.
Hay muchos grados en la colaboración con la "perversión última de la lógica del bien supremo". Y pocos seres humanos dispuestos a ser héroes, aunque sea héroes de ir en contra de la opinión pública.
Se pueden sacar muchas lecciones de esta época negra, entre otras que nunca somos suficientemente críticos con los poderes, toda crítica es poca. Y el poder que no es criticado seriamente corrompe.
Si no son los cinco chicos son los cinco perros...No hay excusas.
ResponderEliminarCorrijo la frase: El que sacó a relucir a Kant en el jucio no fue Arendt sino el propio Eichmann, había cumplido el deber.
ResponderEliminarHe vuelto a ver la entrevista, hay que esperar hasta el minuto 18 hasta que habla de Eichmann, del revuelo que causó su libro entre los judíos Ella vió a Eichmann como un tipo ridículo, lo califica de payaso.
http://www.youtube.com/watch?v=WDovm3A1wI4
La parte que más me gusta es cuando con ironía se refiere a los intelectuales que se hacían ideas complicadas e interesantes
sobre Hitler.
Interesantes consideraciones sobre la difícil relación política y filosofía. Ella se decidió por la "teoría política"
ResponderEliminarhay un libro que reseñé hace tiempo y cuya reseña he actualizado en la página central del blog. Se llama "Tratado de la servidumbre liberal". Plantea como la manipulación se da también en las sociedades liberales.
He leído el artículo de Hanna Arendt sobre la crisis de la autoridad. Es interesante la diferencia que hace entre autoridad, poder y violencia. Escribiré un post sobre el tema, vale la pena comentarlo.
Un abrazo
Nadie habla por ejemplo de los judíos que para sobrevivir o los republicanos en la más profunda sinrazón de su ser cometieron actos infames contra otros iguales a ellos con eso quiero decir que la banalidad del mal tiene su sentido si entendemos que las razones éticas y formales para teorizar en unos valores democráticos poco tiene que ver con la experiencia práctica de una situación límite donde el individuo se enfrenta consigo mismo y donde realmente allí se juega su verdadero ser. ¿Acaso no somos todos monstruos de nuestros placeres nuestros secretos más íntimos ? Eichmann obedece a una idea y en eso consiste la perversión de sus actos que las ideas nunca pueden justificarse por encima del pensar sobre uno mismo y sus actos. Esa figura del idiota moral de la persona que actúa sin conciencia de lo que hace reproduce un modelo donde valores y moral se han asimilado como mecanismo formal cívico.Respecto al placer de la violencia creo que efectivamente existe en nosotros ese placer el cine de MIchael Haneke demuestra y juega con el espectador para hablar de este sometimiento que se nos impone des de la sociedad actual en el cine, televisión, medios de comunicación, ..ese ensañamiento sea real o no ( fenómeno de la virtualidad por ejemplo que produce estos linchamientos) acaba por atraparnos queramos o no. Es peligroso moralizar conceptos como "placer" atribuyendo cargas de profundidad dirigidas a diferenciar entre lo bueno y lo malo de ideas como estas. El nazismo bien lo supo por eso se encargo de utilizar a los propios judios como "VIGILANTES" de sus familiares, compañeros, etc..como se observa en la película "la zona gris" . Por otra parte la mayoría de campos de concentración y exterminio de situaron en Polonia, Ucrania, Austria y eran dirigidos por tenientes y soldados de estos países la gestapo alemana sólo supervisaba los distintos campos. Convienen recordar que el nazismo estuvo muy preocupado por la imagen internacional que daba respecto a los campos por eso se encargo de filmar algún documental sobre estos campos para simular esa realidad. Sin embargo lo que Hannah Arendt acabó por plantear es la idea de los perpetuadores , colaboradores, victimas y verdugos donde lo que se sostiene es que en una situación de barbarie nadie se encuentra alejado de la conciencia de saber en que consisten los actos que le definen o le deciden. La solución final que se pacta en la conferencia de Wansee (Berlin) no será hasta casi el final del III Reich y efectivamente Eichmann tiene un papel fundamental en decidir que hay que hacer con los judios. Me pregunto si se puede patologizar el mal y convertirlo como ahora en un diagnóstico que parece que lo justifica todo en cuanto fuera de lo normal , habría mucho que hablar sobre eso de la psiquiatria clínica.
ResponderEliminarLo que dices es muy intereante, Xavier. Y también lo que apuntas al final. El mal es un concepto ético, moral y político, no psiquiátrico.
ResponderEliminarNo tiene que ver con la normalidad porque éste es un concepto ideológico de la psiquiatria. Hay tantas normalidades como sujetos. Mal es lo que hacemos que nos hace daño a anosotros mismo ( ético), a los otros ( moral) o a la sociedad ( política).
La pregunta es ¿ que significa hacer daño ? Respuesta com pleja pero que hay que formular históricamente : a nivel individual y social.
Un abrazo