Escrito por Luis Roca Jusmet
Este es el título de un libro que es, para mí, una pequeña joya para los interesados en la relación entre psicoanálisis y pedagogía o, simplemente, por la educación. El título, algo provocador, quiere decirnos varias cosas : 1) El psicoanálisis no es un método educativo sino que, por el contrario, es su reverso; 2) Freud era totalmente escéptico respecto a la pedagogía como ciencia de la educación.
Catherine Millot escribió este libro, dificil de encontrar, a finales de los 90. Es una psicoanalista de formación lacaniana pero poco dogmática y sectaria, que nunca quiso formar parte de una escolástica lacaniana. En el libro hace un recorrido sobre la posición de Freud en el tema de la educación a partir de una análisis muy preciso de sus textos. Inicialmente se inclina por una postura no represiva, después insiste sobre todo en que hay que educar para la realidad y hacerlo en una ética d ela verdad. Finalmente se vuelve más escéptico respecto a cualquier teoría pedagógica y considera que hay que basarse en lo empírico, en lo singular de cada caso. En todo caso hay que evitar polarizarse entre la libertad y la represión. hay que buscar el punto justo y en cada caso es diferente. Pero hay dos cosas claras : la primera es que no hay que hacerse esperanzas excesivas y la segunda que la prohibición es necesaria porque es la que posibilita el deseo. Educar es prohibir, es decir poner límites, pero no es solo esto.
¿ Qué puede aportar el psicoanálisis a la educación ? Directament nada. Indirectamente mucho. El tratamiento psicoanalítico de padres y educadores por un lado y de niños, por otro, puede ser muy interesante. Pero en el segundo caso Catherine Millot se pronuncia a favor de Melaine klein y en contra de Anna Freud en su polémica sobre psicoanálisis de niños y educación. Esta última consideraba que el psicoanálisis tenía, en el niño, un función educativa. Por ello era imprescindible generar en el niño una demanda a partir de la cual realizar una transferencia positiva entre él y el analista. El trabajo de Anna Freud se basa en reforzar el yo y la parte consciente del niño. Toda una escuela de psicoanálisis, la llamada Escuela del Yo le ha seguido en su tratamiento de adultos y de niños. Melaine Klein considera que la transferencia positiva es un obstáculo para el análisis. Catherine Millot está de acuerdo : el análisis es untrabajo sobre el inconsciente. El yo es la principal sede de las ilusiones y, por tanto, de resistencia para este trabajo. El trabajo analítico crea las condiciones para una educación posterior en el niño que sea menos autoritaria. le hace desaparecer culpa y angustia y le psoibilita una mejor sublimación. Pero el analisis evita la represión y la educación se basa en ella. ¿ Porqué ? Porque es un sumisión del principio del placer al principio de realidad y se basa en el dominio de las pulsiones.
Ahora bien, hubro una influencia del psicoanálisis en la política y en la educación basado en el malentendido. En el primer aspecto sus pladines fueron Wilheim Reich y Hebert Marcuse, que defendieron una sociedad no represiva y no patriarcal, con plena libertad sexual. Buscaban una sociedad no castradora basada en el principio del placer. No entendieron que Freud siempre defendió la represión y la castración primordial como necesaria. Catherine Millot, igual que otros psicoanalistas franceses no estrictamente lacanianos como Françoise Dolto, defendieron lo que llamaron la castración simbólica. Se trata de la superación del Complejo de Edipo. Pero nos dejemos confundir por los culturalistas. el complejo de Edipo es un mito que ejemplifica un hecho universal, que es el paso d ela naturaleza a la cultura. Este paso, como mostró el antropólogo Claude Levi-Straus, es el que posibilita la prohibición del incesto. Esta marca la separación de la relación dual entre el niño y la madre, el Otro Primordial, para tener acceso al Otro simbólico. Este Otro simbólico es la Ley el Lenguaje, es decir, las mediaciones entre el ser humano y la naturaleza. Pero el acceso a lo Simbólico solo es posible si lo reconoce el Otro primordial, la Madre. Si no es así el niño queda atrapado en esta relación, que es la de la psicosis. Lo que es universal es, entonces, la existencia de una vía para superar esta relación dual, con lo que el objeto primordial del goce es un obejto perdido. Esta falta es la que posibilita el deseo. El Padre 8 en cualquiera de sus formas culturales) da al niño un nombre, una significación a la pérdida. la sexualidad pasa entonces por el desfiladero del significante, es decir de la palabra. La sociedad liberada de Marcuse sería un paraíso infantil donde todo es lúdico. Pero también antipedagogías como la que practicó A.S.Neill en Summerhill pretendía basrase en el psicoanálisis. De hecho la teoría era superficial, roussoniana. Pero su carisma hizo que el proyecto, de alguna manera, funcionase. la clave de Neill, sin él mismo saberlo, es no responder a la demanda del niño respecto a su propia demanda. Cuando éste le dice "Enseñame algo" y Neill responde "¿Que quieres aprender?" y el niño contesta "Lo que quieras", él se va. Hace como el analista que no responde a la demanda del paciente, deja abierta la demanda para que se mantenga el vacío a partir del cual aparece el deseo. De esta manera se supera el registro engañoso de la demanda. hace así el papel del muerto en el lugar del ideal del Yo. Este es el sentido del anonimato del analista, que le permite ser el espejo de los jeroglíficos del deseo del analizado. El educador no puede hacerlo y si Neill lo hace es por su postura de no enseñar.
Pero sobre el inconsciente no se manda, ni lo hace el educador sobre el suyo ni tampoco el educado. El trabajo de educador, como el de político y el del analista son imposibles, ya que se basan en el poder de la palabra y choca contra la roca del inconsciente.
Catherine Millot introduce también una de las explicaciones más claras que he leído sobre la dialéctica entre el deseo y la demanda en Lacan. El deseo se constituye siempre, necesariamente, como deseo alienado. En primer lugar porque aparece en relación al deseo del Otro ( de los padres). En segundo lugar porque las necesidades pasan por el desfiladero del lenguaje, se transforman en demanda al Otro. para que aparezca el deseo del niño estos deben tener un deseo con respecto al niño. De otra forma se imposibilitaría su estructuración psíquica. El niño debe formar su Ideal de Yo a partir del deseo de los padres. Lo que ocurre es que la alienación debe dar paso a una separación, la que nos permite salir del Ideal del Yo y constituir nuestro deseo. Si no hay esta separación nos sometemos a la demanda del Otro, nos identificamos con el Yo ideal. Es la satisfacción narcisista de recibir el amor del Otro. Pero separarse del Otro no es separarse de la ley simbólica, que es la que regula las relaciones entre humanos, la mediación que nos permite reconocer y ser reconocido por el otro como sujeto. Es separarse de la identificación con este Yo ideal que es la imagen que proyectamos para ser reconocido por el Otro.
Bajo este planteamiento la labor del educador es imposible, a menos que quiera formar sujetos obedientes, atrapados en este registro imaginario.La base de la educación es el amor y éste se basa en una imagen idealizada del Otro. Aquí está lo contradictorio del que quiere potenciar la autonomía del sujeto que se educa. En todo caso es el respeto al niño debe prevalecer. No hay una fórmula : es un arte, es el tacto del profesor, que es la intuición de los procesos inconscientes del otro.
Pero Freud considera que hay que olvidarse de la educación como camino a la felicidad. Es este un ideal imposible : porque el goce total nos es prohibido desde que nos separan del Otro primordial y nos sometemos al orden del lenguaje y de la ley, al orden simbólico. Es el único camino de la humanización. El objeto del goce, que es la madre, es un objeto perdido para siempre. Del vacío que deja surgirá la falta y con ella el deseo.Lo único que podemos hacer los humanos es, como dice Freud, transformar nuestra miseria neurótica en un objetivo banal y la impotencia en el reconocimiento de lo imposible.
El psicoanálisis es eficaz cuando levanta las represiones del niño y para los educadores y padres porque les ayuda a desprenderse del narcisismo del ideal, ya que lo que quiere hacer el padre o el educador es convertir el niño en su Yo ideal.
Este es el título de un libro que es, para mí, una pequeña joya para los interesados en la relación entre psicoanálisis y pedagogía o, simplemente, por la educación. El título, algo provocador, quiere decirnos varias cosas : 1) El psicoanálisis no es un método educativo sino que, por el contrario, es su reverso; 2) Freud era totalmente escéptico respecto a la pedagogía como ciencia de la educación.
Catherine Millot escribió este libro, dificil de encontrar, a finales de los 90. Es una psicoanalista de formación lacaniana pero poco dogmática y sectaria, que nunca quiso formar parte de una escolástica lacaniana. En el libro hace un recorrido sobre la posición de Freud en el tema de la educación a partir de una análisis muy preciso de sus textos. Inicialmente se inclina por una postura no represiva, después insiste sobre todo en que hay que educar para la realidad y hacerlo en una ética d ela verdad. Finalmente se vuelve más escéptico respecto a cualquier teoría pedagógica y considera que hay que basarse en lo empírico, en lo singular de cada caso. En todo caso hay que evitar polarizarse entre la libertad y la represión. hay que buscar el punto justo y en cada caso es diferente. Pero hay dos cosas claras : la primera es que no hay que hacerse esperanzas excesivas y la segunda que la prohibición es necesaria porque es la que posibilita el deseo. Educar es prohibir, es decir poner límites, pero no es solo esto.
¿ Qué puede aportar el psicoanálisis a la educación ? Directament nada. Indirectamente mucho. El tratamiento psicoanalítico de padres y educadores por un lado y de niños, por otro, puede ser muy interesante. Pero en el segundo caso Catherine Millot se pronuncia a favor de Melaine klein y en contra de Anna Freud en su polémica sobre psicoanálisis de niños y educación. Esta última consideraba que el psicoanálisis tenía, en el niño, un función educativa. Por ello era imprescindible generar en el niño una demanda a partir de la cual realizar una transferencia positiva entre él y el analista. El trabajo de Anna Freud se basa en reforzar el yo y la parte consciente del niño. Toda una escuela de psicoanálisis, la llamada Escuela del Yo le ha seguido en su tratamiento de adultos y de niños. Melaine Klein considera que la transferencia positiva es un obstáculo para el análisis. Catherine Millot está de acuerdo : el análisis es untrabajo sobre el inconsciente. El yo es la principal sede de las ilusiones y, por tanto, de resistencia para este trabajo. El trabajo analítico crea las condiciones para una educación posterior en el niño que sea menos autoritaria. le hace desaparecer culpa y angustia y le psoibilita una mejor sublimación. Pero el analisis evita la represión y la educación se basa en ella. ¿ Porqué ? Porque es un sumisión del principio del placer al principio de realidad y se basa en el dominio de las pulsiones.
Ahora bien, hubro una influencia del psicoanálisis en la política y en la educación basado en el malentendido. En el primer aspecto sus pladines fueron Wilheim Reich y Hebert Marcuse, que defendieron una sociedad no represiva y no patriarcal, con plena libertad sexual. Buscaban una sociedad no castradora basada en el principio del placer. No entendieron que Freud siempre defendió la represión y la castración primordial como necesaria. Catherine Millot, igual que otros psicoanalistas franceses no estrictamente lacanianos como Françoise Dolto, defendieron lo que llamaron la castración simbólica. Se trata de la superación del Complejo de Edipo. Pero nos dejemos confundir por los culturalistas. el complejo de Edipo es un mito que ejemplifica un hecho universal, que es el paso d ela naturaleza a la cultura. Este paso, como mostró el antropólogo Claude Levi-Straus, es el que posibilita la prohibición del incesto. Esta marca la separación de la relación dual entre el niño y la madre, el Otro Primordial, para tener acceso al Otro simbólico. Este Otro simbólico es la Ley el Lenguaje, es decir, las mediaciones entre el ser humano y la naturaleza. Pero el acceso a lo Simbólico solo es posible si lo reconoce el Otro primordial, la Madre. Si no es así el niño queda atrapado en esta relación, que es la de la psicosis. Lo que es universal es, entonces, la existencia de una vía para superar esta relación dual, con lo que el objeto primordial del goce es un obejto perdido. Esta falta es la que posibilita el deseo. El Padre 8 en cualquiera de sus formas culturales) da al niño un nombre, una significación a la pérdida. la sexualidad pasa entonces por el desfiladero del significante, es decir de la palabra. La sociedad liberada de Marcuse sería un paraíso infantil donde todo es lúdico. Pero también antipedagogías como la que practicó A.S.Neill en Summerhill pretendía basrase en el psicoanálisis. De hecho la teoría era superficial, roussoniana. Pero su carisma hizo que el proyecto, de alguna manera, funcionase. la clave de Neill, sin él mismo saberlo, es no responder a la demanda del niño respecto a su propia demanda. Cuando éste le dice "Enseñame algo" y Neill responde "¿Que quieres aprender?" y el niño contesta "Lo que quieras", él se va. Hace como el analista que no responde a la demanda del paciente, deja abierta la demanda para que se mantenga el vacío a partir del cual aparece el deseo. De esta manera se supera el registro engañoso de la demanda. hace así el papel del muerto en el lugar del ideal del Yo. Este es el sentido del anonimato del analista, que le permite ser el espejo de los jeroglíficos del deseo del analizado. El educador no puede hacerlo y si Neill lo hace es por su postura de no enseñar.
Pero sobre el inconsciente no se manda, ni lo hace el educador sobre el suyo ni tampoco el educado. El trabajo de educador, como el de político y el del analista son imposibles, ya que se basan en el poder de la palabra y choca contra la roca del inconsciente.
Catherine Millot introduce también una de las explicaciones más claras que he leído sobre la dialéctica entre el deseo y la demanda en Lacan. El deseo se constituye siempre, necesariamente, como deseo alienado. En primer lugar porque aparece en relación al deseo del Otro ( de los padres). En segundo lugar porque las necesidades pasan por el desfiladero del lenguaje, se transforman en demanda al Otro. para que aparezca el deseo del niño estos deben tener un deseo con respecto al niño. De otra forma se imposibilitaría su estructuración psíquica. El niño debe formar su Ideal de Yo a partir del deseo de los padres. Lo que ocurre es que la alienación debe dar paso a una separación, la que nos permite salir del Ideal del Yo y constituir nuestro deseo. Si no hay esta separación nos sometemos a la demanda del Otro, nos identificamos con el Yo ideal. Es la satisfacción narcisista de recibir el amor del Otro. Pero separarse del Otro no es separarse de la ley simbólica, que es la que regula las relaciones entre humanos, la mediación que nos permite reconocer y ser reconocido por el otro como sujeto. Es separarse de la identificación con este Yo ideal que es la imagen que proyectamos para ser reconocido por el Otro.
Bajo este planteamiento la labor del educador es imposible, a menos que quiera formar sujetos obedientes, atrapados en este registro imaginario.La base de la educación es el amor y éste se basa en una imagen idealizada del Otro. Aquí está lo contradictorio del que quiere potenciar la autonomía del sujeto que se educa. En todo caso es el respeto al niño debe prevalecer. No hay una fórmula : es un arte, es el tacto del profesor, que es la intuición de los procesos inconscientes del otro.
Pero Freud considera que hay que olvidarse de la educación como camino a la felicidad. Es este un ideal imposible : porque el goce total nos es prohibido desde que nos separan del Otro primordial y nos sometemos al orden del lenguaje y de la ley, al orden simbólico. Es el único camino de la humanización. El objeto del goce, que es la madre, es un objeto perdido para siempre. Del vacío que deja surgirá la falta y con ella el deseo.Lo único que podemos hacer los humanos es, como dice Freud, transformar nuestra miseria neurótica en un objetivo banal y la impotencia en el reconocimiento de lo imposible.
El psicoanálisis es eficaz cuando levanta las represiones del niño y para los educadores y padres porque les ayuda a desprenderse del narcisismo del ideal, ya que lo que quiere hacer el padre o el educador es convertir el niño en su Yo ideal.
Buenos días querido amigo:
ResponderEliminarIndudablemente, la prohibición es necesaria atento a que sin ésta; el salvaje (sin la adjetivación rousseauniana) no adviene al mundo de la cultura.
Culpa y angustia son producidas por la sociedad occidental sellada por el cristianismo; una máquina de picar hombres, la doctrina más feroz de la historia, que a través de la creación de la culpa y angustia consecuente ha facilitado la labor de sus fuerzas policiales; la casta sacerdotal como apuntó Nietzsche…Los personajes de Kafka dan cuenta de esa tortura, particularmente el señor Josep K de El proceso y Kafka era judío.
Considero que algunas tribus del Amazonas como los huaorani no atraviesan por el desfiladero del Complejo de Edipo, estarían fijados en la etapa previa; polimorfos perversos con toda la deformación que implica evaluarlos desde la óptica freudiana. Sorprende el grado de agresividad que detentan para con la propia etnia y para con los foráneos.
Luis, en tren de ser sinceros; sin el narcisismo del Ideal ¿en qué queda la mayoría? Si levanta las represiones involucionarán hacia un salvajismo mediocre…Sería satisfactorio que tus alumnos se identificaran contigo.
Mi cariño de siempre.
Te esperaba, querida amiga, aunque no con este nombre. ya sé que no te gusta ser previsible, pero bueno ya sabes que nos conocemos bastante. Lo que dices es interesante pero un matiz en el comentario final. Quizás no he expresado bien lo que plantea Catherine Millot pero ella considera necesario el Ideal, lo que plantea es que estaría bien superarlo. ¿ hay que ser pesimista en este snetido ? TU lo eres, igual que lo era Freud. Yo también lo soy, apelando a la sinceridad. Pero hay que dejar la puerta abierta a cualquiera, a cualquiera que quiera se libre. Estaría bien que mis alumnos se identificaran conmigo pero mejor estaría que superarana luego esta identificación. Aunque ciertamente abunda lo peor, que es ni siuiera llegar a lo primero.
ResponderEliminarUn fuertísimo abrazo
Mi querido Luis; ciertamente que sería ideal superar el Ideal y así lo has comunicado...
ResponderEliminarPero...
Estoy con mi nueva fascinación Alejandro Magno; creo que ya lo mencioné ...
Tengo varios yoes ideales (no sea cuestión de aburrirse)...
Sonreirás cuando te comente por qué Alejandro...Porque lo nombra sin nombrarlo Nietzsche cuando expresa que los psicólogos deben temer la sombra de su yo...¿Y quién temía a su propia sombra?, pues el caballo de Alejandro; Bucéfalo.
No me he desviado de tu tema...Solo asociaba...Alejandro creo que murió pasados los treinta años habiendo conquistado el mundo...Y hoy a esa edad muchos devanean en una obscena adolescencia tardía...mientras se hacen antiestéticos tatuajes, y pierden el ser y la existencia con Maria,símbolo de la estulticia risueña ...
Y tú amigo, insistes en el Ideal...
Ya nada hay para reprimir,la obligación es gozar y aunque se impida no.gozar, igual se goza, mal que le pese a Zizek y a Lacan incluidos.
¿Voto a los 16 años? y voto a la población demente...También podrán votar las personas por nacer después de los tres meses de gestación...¡Viva la democracia !Me recuerda a la película Los Idiotas de Lars von Triers.
Un cálido abrazo sedentario.
He caido en mi propia trampa. En realidad la superación del ideal conlleva a algo diferente del Ideal, que siempre es del Otro. Este algo diferente... algo por construir. Algo propio, algo singular, algo creativo. una transformación. ya no inisito en el ideeal, querida amiga. Un mundo nuevo, y bastante inquietante está apareciendo. Olvidémonos d ela democracia. Yo quisera otra cosa y no voy a defender lo que hay,llámese democracia o no.
ResponderEliminarUn cálido abrazo, Salomé ( me rio contigo ¿ te acuerdas ? )
De reír se trata porque para llorar querido Luis ya están Schopenhauer y Cioran...
ResponderEliminarPero...(me ha gustado esto del "pero" con puntos suspensivos; da a suponer que tengo algo que decir aunque no tenga nada)...
El individuo es un producto del medio en que vive ya sea que lo sostenga o rechace y los rechazos que se observan solo insisten en cambiar superficialidades...
"Algo propio, singular, algo creativo"...dices, entonces hay que esperar al hombre que no nació el líder mesiánico..que no va a estar con democracias...
¿Que opinas?...
Hasta luego,amigo.
Que bien, Salomé, recuperar nuestras conversaciones. Un auténtico placer cotidiano. Por supuesto,con Schopenhauer y Cioran ya ajustamos cuentas, con su pan se lo coman. Yo no les sigo. Incluso me he negado a particpar en un número de una revista de filosofía dedicado a Schopenhauer que tenia que coordinar. Lo que sí me interesa es el Vedanta. Hay algo aquí interesante.
ResponderEliminarEl individuo es producto de muchas cosas : genética, medio familiar y social, pero al final es un producto único, hasta el más mediocre d elos humanos. Esto nos da un interés como especie. ya lo dijo Nietzsche : el hombre es el animal más interesante.
Bueno, yo ya no espero nada, Salomé. En esto le doy la razón a Cioran contra Nietzsche : su esperanza era quimérica. Digamos que es una apuesta. Apuesta que, finalmente, no tiene grandes efectos. Quizás el efecto mariposa.
El tem de la democracia es un hueso duro de roer en estos momentos. Digamos que políticamente estiy en crsis ( lo cual tampoco tiene grandes efectos, para ser sincero). Cuando concluya algo, que debo hacerlo, continuaremos hablando del tema.
No sé si has visto mi comentario a la película "The Master". Si la ves me intesaría mucho saber tu opinión. la mía, como puedes comprobar en el comentario, es clara.
Hasta pronto, amiga