Escrito por Luis Roca Jusmet
La tradición psicoanalítica proporciona un material
fundamental y único para trabajar el tema del imaginario. Pero Cornelius Castoriadis señala el papel paradójico de Freud respecto
al tema. Éste no habla nunca del imaginario ni parece
conceder ningún lugar a la imaginación en el aparato psíquico.
Pero el concepto está presente de una forma implícita en toda su obra,
sobre todo a partir del papel clave que atribuye a la fantasía.
Freud se convierte así para Castoriadis en el descubridor
vergonzante del imaginario : por una parte nos
proporciona el material más valioso para entender esta realidad
psíquica, aunque no lo nombra y lo presenta de una forma
completamente dispersa. Castoriadis dice irónicamente que Freud
reprime la palabra imaginario porque está dominado por el
paradigma positivista, heredero de la metafísica realista
tradicional aristotélica, que tiene como base la idea de identidad.
Es Jacques Lacan quien trata por primera vez emn la tradición psicoanalítca el tema y lo hará explícita y elaborada. El psiquiatra y psicoanalista francés plantea, a partir de la conferencia que dio en París el año 1953, su teoría de los tres registros: lo simbólico, el imaginario y lo real Para decirlo rápido, lo que hace Lacan es considerar que el psiquismo humano se mueve en tres niveles diferentes, uno de los cuales corresponde a lo simbólico ( El lenguaje y la ley , lo que podemos decir y lo que tenemos prescrito hacer ), otro al imaginario ( lo que podemos representarnos a través de la imagen ) y otro a lo real, que viene a ser el residuo del proceso de simbolización ( que no es otro del de la socialización). El Lacan clásico (que es el de los Escritos y de los diez primeros seminarios) planteará diversos sentidos de la noción de imaginario, que por otra parte no se puede separar ni de sus concepciones de lo simbólico, ni de lo real ni de la fantasía. Lacan considera que el imaginario cumple una función clave en la formación de la noción de yo, teniendo en cuenta que este término (moi en francés) es diferente del de sujeto ( je en francés), ya que el primero se corresponde con el campo del imaginario y el segundo con el campo de lo simbólico. El imaginario tiene que ver con el yo en su doble aspecto de imagen corporal (a partir de la superficie reflejada en el espejo ) y del precipitado de identificaciones que se forman a partir de los rasgos de aquellas figuras que tienen una influencia sobre nosotros en la infancia. Lacan definirá precisamente el cuerpo como un organismo con una imagen, lo cual implica que sólo el ser vivo que se capta a sí mismo y puede desarrollar una imagen de sí es el que podemos decir que tiene un cuerpo. Y aquí digo tiene y no es porque si hablamos para Lacan lo hacemos como el sujeto del habla, de la enunciación y éste no es otro que un sujeto vacío. En este punto Lacan ya plantea una polémica evidente con Sartre al no aceptar su antagonismo entre el imaginario y la percepción. La unidad perceptiva de uno mismo se consigue a través de la imagen especular, que Lacan considera uno de los núcleos básicos del imaginario. Pero esta vinculación no sirve para entender el imaginario como algo capaz de abrirnos al conocimiento de nosotros mismos. Lo considera como un señuelo: es el engaño de la autoimagen que nos oculta nuestra propia división, nuestra escisión interna fundamental. El segundo sentido que da Lacan al imaginario tiene que ver con nuestra relación con el semejante, con el modo como el otro aparece como un rival con el que mantenemos una lucha por el prestigio. Se trata de dos sujetos que quieren ser reconocidos e imponer su deseo al otro. Lacan recicla toda la enseñanza de Alexander Kojève, que tanto influyó en su generación partir de su lectura de la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel. Esta relación dual es para Lacan un círculo vicioso que lleva a la destrucción. Necesita la intervención de una mediación que no es otra que la del lenguaje y que nos permite superar el imaginario y elevarnos a lo simbólico. Nuevamente volvemos a contraponer a Lacan con Sartre, ya que el horizonte de libertad del que hablaba éste último sólo es posible para Lacan desde el lenguaje (lo simbólico) que es el que nos permite una distancia que impide que nos dejemos atrapar por la identificación con una imagen idealizada de nosotros mismos (el imaginario).
Es Jacques Lacan quien trata por primera vez emn la tradición psicoanalítca el tema y lo hará explícita y elaborada. El psiquiatra y psicoanalista francés plantea, a partir de la conferencia que dio en París el año 1953, su teoría de los tres registros: lo simbólico, el imaginario y lo real Para decirlo rápido, lo que hace Lacan es considerar que el psiquismo humano se mueve en tres niveles diferentes, uno de los cuales corresponde a lo simbólico ( El lenguaje y la ley , lo que podemos decir y lo que tenemos prescrito hacer ), otro al imaginario ( lo que podemos representarnos a través de la imagen ) y otro a lo real, que viene a ser el residuo del proceso de simbolización ( que no es otro del de la socialización). El Lacan clásico (que es el de los Escritos y de los diez primeros seminarios) planteará diversos sentidos de la noción de imaginario, que por otra parte no se puede separar ni de sus concepciones de lo simbólico, ni de lo real ni de la fantasía. Lacan considera que el imaginario cumple una función clave en la formación de la noción de yo, teniendo en cuenta que este término (moi en francés) es diferente del de sujeto ( je en francés), ya que el primero se corresponde con el campo del imaginario y el segundo con el campo de lo simbólico. El imaginario tiene que ver con el yo en su doble aspecto de imagen corporal (a partir de la superficie reflejada en el espejo ) y del precipitado de identificaciones que se forman a partir de los rasgos de aquellas figuras que tienen una influencia sobre nosotros en la infancia. Lacan definirá precisamente el cuerpo como un organismo con una imagen, lo cual implica que sólo el ser vivo que se capta a sí mismo y puede desarrollar una imagen de sí es el que podemos decir que tiene un cuerpo. Y aquí digo tiene y no es porque si hablamos para Lacan lo hacemos como el sujeto del habla, de la enunciación y éste no es otro que un sujeto vacío. En este punto Lacan ya plantea una polémica evidente con Sartre al no aceptar su antagonismo entre el imaginario y la percepción. La unidad perceptiva de uno mismo se consigue a través de la imagen especular, que Lacan considera uno de los núcleos básicos del imaginario. Pero esta vinculación no sirve para entender el imaginario como algo capaz de abrirnos al conocimiento de nosotros mismos. Lo considera como un señuelo: es el engaño de la autoimagen que nos oculta nuestra propia división, nuestra escisión interna fundamental. El segundo sentido que da Lacan al imaginario tiene que ver con nuestra relación con el semejante, con el modo como el otro aparece como un rival con el que mantenemos una lucha por el prestigio. Se trata de dos sujetos que quieren ser reconocidos e imponer su deseo al otro. Lacan recicla toda la enseñanza de Alexander Kojève, que tanto influyó en su generación partir de su lectura de la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel. Esta relación dual es para Lacan un círculo vicioso que lleva a la destrucción. Necesita la intervención de una mediación que no es otra que la del lenguaje y que nos permite superar el imaginario y elevarnos a lo simbólico. Nuevamente volvemos a contraponer a Lacan con Sartre, ya que el horizonte de libertad del que hablaba éste último sólo es posible para Lacan desde el lenguaje (lo simbólico) que es el que nos permite una distancia que impide que nos dejemos atrapar por la identificación con una imagen idealizada de nosotros mismos (el imaginario).
Hay
también otro sentido que Lacan planteará desde su tercer seminario
que es el de vincular el registro
imaginario con el significado de las palabras.
Esto quiere decir que el lenguaje tiene una estructura formal basada
en el significante y en sus leyes internas que nos remite a lo
simbólico, mientras que el significado
es algo volátil que se mantiene desde el
imaginario. Pero
desde el año 1963 Jacques Lacan va introduciendo matices
que acabarán adquiriendo forma en la conferencia que pronunció el
año 1974 en Roma llamada “La Tercera”
en la que reformula su concepción los tres registros a través de su
nueva teoría de los nudos ( representada por la figura
de los tres anillos enlazados entrelazados entre sí, a la que le da
el nombre de nudo borromeo) que les da una especie de
consistencia ontológica ; lo simbólico es el significante,
el imaginario es el yo corporal y lo real es el resto,
lo que un puede ser dicho ni representado. Este real va
adquiriendo para Lacan una importancia progresiva y casi obsesiva,
que le conduce a una especulación casi esotérica relacionada con
su topología del nudo borromeo, en la que no entraré porque
desborda los planteamientos de este estudio. Pero sí comentaré
algunos aspectos tratados en el seminario que abre esta etapa y que
es uno de los más importantes y difíciles de Lacan: el seminario
11, dictado en el año 1963-64,
en el que critica a su amigo Merleau-Ponty cuando éste afirma que el
sujeto de la percepción es el cuerpo .Lacan afirma que la percepción
no tiene sujeto, ya que no hay ninguna entidad que pueda unificarla.
El yo es una ilusión y el cuerpo es una imagen, por lo que el
único sujeto que somos es el que nos permite hablar, este sujeto
vacío de la enunciación, que existe por y para el lenguaje
y que tiene solo cuerpo y percepción en un sentido simbólico en el
momento en que puede enunciarlas. Otra cuestión
importante planteada en este seminario es de la mirada cómo
intención siempre presente en lo que vemos, cómo una especie de
mancha que proyectamos en el objeto percibido. Slavoj Žižek, un
filósofo contemporáneo muy interesante y polémico, desarrollará
desde esta intuición lacaniana toda su teoría epistemológica sobre
lo que él llama la visión de paralaje.Los
humanos, dice, siempre estamos en el cuadro de la percepción, por lo
que la objetividad es imposible, ya que no nos incluye. No podemos
ser nunca el Ojo que estaría fuera de la realidad que percibe
y que sólo podría ser el de Dios, que es la ilusión de
Descartes. La noción de mirada en Lacan tiene también otra
dimensión, que para mí es la más certera, que es la que señala la
incompletud de la imagen, en el sentido de que nuestra mirada
está siempre distorsionada por algo invisible, por un agujero
que es consecuencia de nuestra propia carencia básica una vez nos
inscribimos en lo simbólico y perdemos la relación inmediata y
natural con las cosas. Octave Mannoni, algo más tarde e influenciado por Lacan, formulará una teoría del imaginario en la
que lo considerará como el espacio psíquico de la Otra
escena,
una especie de trastienda del psiquismo que condiciona de forma
inconsciente nuestra relación con la realidad.
Esta intuición me parece fundamental para entender el imaginario
como una realidad psíquica clave que actúa desde la mente de forma
oculta.
Cornelius Castoriadis construirá la que quizás sea la
teoría más elaborada sobre el imaginario, totalmente polémica con Lacan. Lo que plantea es radical: el
imaginario, que él adjetiva como
radical,
es ni más ni menos que la matriz
constituyente a partir de la cual
percibimos, pensamos y actuamos, tanto a nivel individual como
social. Lo simbólico
(vinculado por Lacan al lenguaje y a la ley) será una sola de una de
sus manifestaciones (al igual que la fantasía) mientras que la
noción lacaniana de lo real
quedará eliminado de su apuesta teórica. La percepción será en
cierta forma un efecto de este imaginario
radical, ya que aparece como el que
permite dar un sentido a lo visible y por tanto estructurarlo como
tal.
Hay así una configuración de la realidad externa a partir de un
flujo de representaciones, ligados a afectos y deseos que es el que
constituye justamente el imaginario. Castoriadis
cuestionará radicalmente la contraposición entre percepción e
imagen mental tal como la plantea la fenomenología, aunque
aceptando su crítica tanto al empirismo como al racionalismo. Lo
hará criticando una noción que considera que está en la base de
todas estas concepciones erróneas que es la de representación.
Éste término nos con engaña desde su etimología, ya que sugiere
que re-presentar es volver a hacer presente alguna cosa que
está ausente. Considera que lo que hay detrás de este planteamiento
es un paradigma identitario que genera un fetichismo de la
realidad, ya que se concibe a ésta como una entidad
independiente y separada de la percepción. Cuestiona así que
podamos separar totalmente lo que aparece como objeto exterior de lo
que ponemos nosotros como sujetos. El mundo lo configuramos desde una
subjetividad que posibilita darle un significado desde los conceptos
a partir de los que reunimos y separamos los objetos. Son categorías
mentales desde las que efectuamos una ordenación lógica de los
conjuntos que clasifican los objetos percibidos. Este proceso es, por
otra parte, consustancial al lenguaje. Éste es el presupuesto de la
representación, ya que a partir de las palabras formulamos las
representaciones. Pero el lenguaje es una convención y el concepto
una elaboración abstracta que remite a algo más profundo, que es el
imaginario radical (flujo de imágenes vinculados a afectos y
a intenciones). El lenguaje es, por tanto, un código de
significaciones pero la matriz de estas significaciones está en el
imaginario radical. Éste es el magma de
imágenes-afectos-intenciones que funciona como un haz indefinido de
remisiones indeterminables que van de una a otra. Pero hay que dejar
claro, dice Castoriadis, que las representaciones siempre designan
algo que está fuera de ella, un objeto externo a nosotros y que es
la referencia objetiva. Pero ésta sólo adquiere sentido a través
de las nuestras interpretaciones. Con este último planteamiento se
desmarca de cualquier deriva solipsista, que acabaría
considerando la realidad como una creación de nuestra mente. Pero si
la percepción humana es una imagen, es decir una representación que
sólo puede formarse en y por la psique hay que saber de dónde
saca los materiales externos de los que se nutre. La respuesta que da
es que la psique es un proceso formativo y es necesario
remontarse a la biografía del sujeto humano para entenderla. Hay en
los orígenes una criatura biológica que se transforma en un ser
humano a través de este imaginario radical que constituye lo
más arcaico y profundo del psiquismo socializad. Es el flujo
representativo/ afectivo/ intencional que funciona como una
especie de magma primario desde donde aparecerán todas las
formaciones mentales posteriores. La criatura humana es en sus
inicios una monada psíquica aislada que se abre a los otros
a través de un juego dialéctico de proyecciones e introyecciones. A
través de ambas expulsamos imaginariamente algunas cosas hacia fuera
e interiorizamos otras hacia adentro.
Pero para entender
este imaginario radical debemos contextualizarlo en una
sociedad concreta y no entenderlo como un proceso individual. Éste
imaginario social funciona como un filtro incluso al nivel de la
percepción. Hace posible que una percepción e imposibilita otra,
por lo que hay que considerar que determina la percepción como una
red instituida que determina como reales sólo determinadas
entidades singulares. Hay que subrayar que este imaginario social
tiene un carácter histórico, que es el que genera todas las
condiciones del decir y del hacer que aparecen como posibles en una
sociedad determinada. También genera las producciones sociales como
las leyes, las instituciones, la ideología. Las significaciones
imaginarias, tanto a nivel social como individual, son el haz de
remisiones alrededor de las cuales cobra un sentido para nosotros
una percepción y que nos permite figurar, organizar y dar sentido al
mundo y a nuestra acción sobre él. La sociedad elabora su propio
mundo y con él su propia representación. Cada sociedad discrimina
lo que es real y lo que no lo es: lo que es información, lo que es
ruido y lo que no es nada. Selecciona automáticamente cómo se
elabora la información, cuál es el valor que tiene y cuál es la
respuesta que le corresponde. Pero este imaginario social no
es algo abstracto sino un universal concreto.
Para Castoriaids Lacan se equivoca al separar los tres registros. Lo que Lacan llama lo simbólico es para Castoriadis una de las dimensiones de lo imaginario, su parte normativo. La ley de la que habla Lacan como elemento clave de lo simbólico solo es la parte imperativa de lo imaginario. Por otra parte Castoriaids considera que Lacan da excesiva importancia al lenguaje ( el otro elemento de lo simbólico) y en realidad el lenguaje es un sistema de signos a través del cual expresamos lo imaginario.
Acabaré dando mi opinión. Me parece que este imaginario radical de Castoriadis existe y que lo normativo puede incluirse en él. pero la lengua sí que es una estructura diferente, con sus reglas y sus significantes. los significados, como dice Lacan, forman parte de lo imaginario. Podríamos llamarlo el imaginario lingüístico. Pero el cuerpo, aunque pueda ser imaginado o verbalizado, no pertenece nunca al imaginario. Me parece que Terry Eagleton tiene razón cuando entiende lo Real lacaniano, como lo biológico, como lo corporal en definitiva. Más allá de lo imaginario, más allá de lo simbólico, está el cuerpo. Cuerpo que nace, que goza, que sufre y que muere. Más allá de las diferencias culturales, simbólicas e imaginarias, es este real.
Para Castoriaids Lacan se equivoca al separar los tres registros. Lo que Lacan llama lo simbólico es para Castoriadis una de las dimensiones de lo imaginario, su parte normativo. La ley de la que habla Lacan como elemento clave de lo simbólico solo es la parte imperativa de lo imaginario. Por otra parte Castoriaids considera que Lacan da excesiva importancia al lenguaje ( el otro elemento de lo simbólico) y en realidad el lenguaje es un sistema de signos a través del cual expresamos lo imaginario.
Acabaré dando mi opinión. Me parece que este imaginario radical de Castoriadis existe y que lo normativo puede incluirse en él. pero la lengua sí que es una estructura diferente, con sus reglas y sus significantes. los significados, como dice Lacan, forman parte de lo imaginario. Podríamos llamarlo el imaginario lingüístico. Pero el cuerpo, aunque pueda ser imaginado o verbalizado, no pertenece nunca al imaginario. Me parece que Terry Eagleton tiene razón cuando entiende lo Real lacaniano, como lo biológico, como lo corporal en definitiva. Más allá de lo imaginario, más allá de lo simbólico, está el cuerpo. Cuerpo que nace, que goza, que sufre y que muere. Más allá de las diferencias culturales, simbólicas e imaginarias, es este real.
¿Qué es real y qué es imaginario?
ResponderEliminarSi se que piensa como un artista la distinción entre imaginario individual y social se quiebra.
ResponderEliminarEl artista está por encima de todos los ordenamientos conceptuales.
Lacan tiene cabida en la sociedad occidental burguesa..Es un producto de ella.
ResponderEliminarSu objeto "a" no es ningún hallazgo,ya fue recreado por la literatura y la filosofía mucho antes que él.
Se necesita otro Nietzsche que provoque un diluvio para empezar otra vez....
Estimada Ines, su contextualización respecto que Jacques Lacan tiene cabida en la sociedad occidental burgesa es totalmente cierta, pero esta pertenencia no agrega ni quita nada respecto de su producción. Toda vez que su campo de trabajo no es ni la Filosofía, ni la Sociología o la Antropología; no pretende ser una cosmovisión. Mas aún, cuando toma el campo del Lenguaje, con los aportes de De Saussure, Pierce, Benveniste, etc. no lo hace como lingüista, sino como Psicoanalista. Para el caso Slavoj Zizeck, no tiene esta pertenencia burguesa y sin embargo desarrolla fuertemente la obra de Lacan. El objeto a, no es ningún hallazgo como Ud cita, porque "hallazgo" supone el encuentro con "algo" que estaba ahí y su encuentro. Mas radicalmente es su INVENCION, siempre lo ha manifestado así. Y su invención mas puntualmente dentro del campo estricto del Psicoanálisis, su pertenencia y pertinencia es dentro de esta práctica. No pretende ser un "objeto del mundo". A modo de analogía antes de Freud tiene lugar "recreaciones" como Ud cita respecto de lo Inconciente, se hablo de el mucho antes que Freud. Sin embargo quien le da el estatuto fundante y el topos que estructura la subjetividad es merito de Freud. No cabe duda del valor de la producción de Nietzsche, mas aún si es posible que hoy sigamos planteando determinados temas es gracias a que nos han precedido ideas como las de Nietzsche. Saludos cordiales
Eliminarquerido lo imaginario es un objeto del mundo al igual que el cuerpo....es decir chistosamente pero con mucha realidad lo imaginario es mas real que el cuerpo y los dos son objetos del mundo,del planeta y tal vez de la tierra.En este ultimo no lo se....con cereteza ya que no se como seria el planeta sin los bancos,que dan la letra de lo que debe ser el planeta donde se inscribe el cuerpo y lo imaginario...........porque no se como es la tierra....porque no quiero caer en Jean-Jacques Rousseau.....y su imaginario ....la tierra debe construirse......es una forma especial de distribucion del poder......La forma lacaniana de hablar de lo imaginario y lo simbolico es antigua,es una mirada desde el pulpito antropocentrico...como si fuera la unica mirada posible.....el animal humano es solo uno mas de los millones de animales simbolicos........el humano esta muerto solo que no lo sabe.
EliminarGracias por la aportación, Edgardo.Sigo pensando que la concepción de Lacan es basntante fecunda. Seguiré pensando sobre el tema.Un abrazo
EliminarQuerido amigo estoy contigo de que es importante lo la cama me ha servido mucho la terapia pero lo que agregó que es imposible de salirse la construcción económica de la jerarquía se lo importante de los límites Y ambos y todos son construcciones mentales tal vez la parte no mental de esa construcción al estar fuera del Código de percepción no podemos saber cómo es pero dejemos eso lo que quiero aportar este la construcción social Es una construcción del poder bancario político y religioso del cual no podremos salir jamás un abrazo
EliminarLa pregunta del millón, Inés querida. El límite es el cuerpo. Esta es mi respuesta. Digo el cuerpo, no el cerebro.
ResponderEliminarEn todo caso me parece que la distinción siempre es ambigua. Vale conceptualmente pero en la realidad es dificil : todos nos hemos formado en un imaginario social y mantenemos algo del individual. Quizás la cuestión sea crear algo singular a partir de lo recibido.
ResponderEliminarUn abrazo
Ahora voy a entrar más fondo. Lacan e sun producto de la sociedad burguesa, dices. Es cierto,Lacan como Freud no solo son producto sino continuadores de la sociedad bruguesa en su vertiente más ilustrada. Pero fueron valientes y creativos. No hay que mitificarlos ni entrar a formar parte de su escolástica.
ResponderEliminarEL "objeto a" es un tema que me apasiona, vayamos por partes:
Me gustaría que me dieras tu opinión sobre el blog de mi amiga Vanessa Nuñez. A mí me parece genial.
¿ Que entiendes por objeto a ? Esta es nuevamente la pregunta
El OBJETO DEL DESEO es un objeto perdido desde siempre.
ResponderEliminarSe trata de una pérdida estructural.
En el hombre la NECESIDAD pasa las palabras.
El niño hambriento, gritará de displacer, DEMANDARÁ. Y alguien interpretará ese grito
_ El Niño quiere comer
La necesidad presentificada por el grito pierde su instintividad, pues depende de la capacidad interpretativa del Otro.
Se Sustituye pues la necesidad por la demanda.
Pero en esa demanda queda algo no articulado y ese algo perdido, no articulado se convierte en la CAUSA DEL DESEO.
El DESEO es una FALTA GENERADA POR EL LENGUAJE MISMO.
COMPATIBILIDAD ENTRE LA NECESIDAD Y LA DEMANDA.
ResponderEliminarLas palabras son significantes, no remiten a cosas sino a significados.
El significado de una palabra dependerá de las que le siguen y asi sucesivamente...
Pero el sentido de cuanto decimos lo determina el OTRO, el receptor.
Y el emisor recoge su propio mensaje venido del Otro.
Y como en el caso que presentamos al inicio aquí también se verificará una pérdida, un
resto que soslaya la significación, algo que no se articuló en la demanda.
Será familiar a Uds. La pregunta que suele venir después de un discurso:
¿Me entendiste? ¿Fui clara?
Esto que es inarticulable, informulable en la demanda misma, se convierte en causa del deseo.
Porque una palabra remite a otra, siempre es posible añadir algo a lo que se
dice y por lo mismo nunca es posible decirlo todo acudo a este ejemplo que recogí de un
cuento o novela de Rodrigue un psicoanalista argentino:
_ Ella dijo que iba a decirme todo... ¡Cómo si eso fuera posible!
Así, el significante, en su ligazón con otros significantes, produce una falta.
Eso que falta, eso que el significante nunca podrá alcanzar es:
El objeto a:
El objeto perdido que causa el deseo.
ES LA FALTA QUE CAUSA EL DESEO
La necesidad, puede satisfacerse.
ResponderEliminarPero siempre quedará una insatisfacción.
Se trata de UNA FALTA EN SER, dice Lacan.
Falta generada por el lenguaje, falta que es la causa del deseo.
Entonces el sujeto afectado por esa falta buscará complementarse en el Otro.
Reitero; La demanda es demanda de alguna cosa concreta
El deseo, deseo de otra cosa.
Detrás de todas nuestras demandas está siempre una demanda de amor.
Se puede satisfacer la necesidad, pero una vez satisfecha
ya se está pidiendo otra cosa
Recuerdo el inicio de aquel relato de Simone de Beauvoir
"¿Para que la acción?"
Pirro había conquistado la ciudad a costa de gran esfuerzo
pero una vez que se instaló volvió a partir.
He querido encontrar una relación entre la articulación
lacaniana y la filosofía existencialista.
No hay esencia, solo existencia, solo falta, el hombre proyecto inacabado siempre, ser de lejanias...
Lo desarrollaré en otro momento.
Retomando entonces;
El sujeto pide en el amor El COMPLEMENTO DE SU
FALTA DE SER
La demanda de amor es demanda al Otro, de un
complemento de ser.
Pero ese Otro al que se demanda no tiene ese
complemento, pues él también padece la falta en ser y
solo puede dar es lo que no tiene.
AMOR: dar lo que no se tiene; el Otro dona su falta,, y aquí
otra vez el hueco del deseo
El deseo es deseo del Otro pero ese Otro también
desea
Ahora qué desea el Otro?;
¿Qué respuesta puede haber frente a esa ignorancia?
La respuesta del sujeto determinará su modo de relación con ese Otro.
Se trata del llamado Fantasma.
Tiempo atrás repasando esta teoria hice un relato imaginario acerca de una pareja conflictiva donde subyacía esta problemática "concientizada";que surge hacia el final:
"Los dos se acercan... Hay basurales blanqueados por la luna, devorados en el alba por el fuego,
llamas amarillas y azules estrangulan...
Atrapados lloran de rodillas
Ya no hay nada para saber, nada que suponer...
Cuando lo que hay es la inconsistencia del otro...
¿Qué queda del Amor?
¿Cómo amar a otro que "no existe"?"
Y se ama aquello que no existe...
ResponderEliminarQuerido amigo...¿cómo descalificar el imaginario?
Sin imaginario ni arte ni amor.
Seres despojados de la Gran Presencia que aman la ausencia
Vacío de Dios
de un dios alegre.
del que nunca se creó.
Inés, impresionante explicación del mejor Lacan. Pero prefiero hablar de fantasía que de fantasma. me aclara más.
ResponderEliminarClaro que no hay que descalificar el imaginario. Aquí si que habla Sartre : el imaginario es lo que nos hace libres, nos permite ver lo que no hay pero puede haber: nos permite crear. Todavía me pesa algo la mala influencia de Lacan en este aspecto. Me parece que aquí confunde más que aclara y encima introduce esta desconfinaza.
un abrazo
Luis
Luis, ¿qué te parece si hablamos nosotros?...
ResponderEliminar¡hablaron tanto ellos.!
Merecemos un lugarcito, pequeñito chiquitito...
¿verdad?
¡2012 fantástico para ti porque hablarás tú!
Un abrazo de tu amiga.
Me parece perfecto Inés ¿ te parece este el lugar ?
ResponderEliminarUn gran abrazo, Inés, y gracias por ser quien eres y haberte conocido.
Buena año para tí, querida.
Buen 2012, Inés, ahora que ya estamos en él.
ResponderEliminar¿ Sabes que ? Te propongo algo. Mi libro será mío. Nada de comentar aforismos de otros. Los escribiré y conversaremos sobre ellos. Desde nuestra experiencia.Sin prisas, sin referencias.
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo encuentro la carta Luis.
ResponderEliminar¿Me escribís el enlace?
Observaste ¿verdad?...te escribo de "vos".
¿Qué cosa no?(expresión porteñísima)
Y aquí te dejo le tango,de las callecitas de Buenos Aires.
http://www.youtube.com/watch?v=Vbh-jn8V54c
Anoche bailamos con Gotan para festejar el nuevo año.
http://www.youtube.com/watch?v=80hIlfwh3Zc&feature=related
ResponderEliminar¡Bueno Luis,no seas tan formal; es el primer dia del año!
Mañana prometo ser seria seria seria...
¡El último Luis!
ResponderEliminarYa termina el primer dia del año.
Juro que el último.
Pour toi
.n´s.
http://www.youtube.com/watch?v=cn1EkZYh548
Hola Inés. Vuelvo de un breve encuentro con el mar, fuera de la ciudad. Magnífico, te devuelve
ResponderEliminarotra mirada, más amplia, más limpia.
Tiene razón con lo de la ironía de la formalidad.
Me ha gustado lo de despeinarse. Intento soltarme día a día... como cuesta con tanta reglamentación interna y externa...