Escrito por Luis Roca Jusmet
Voy a hacer un balance subjetivo de lo que ha sido y es para mí el psicoanálisis. Subjetivo quiere decir que no pretendo hacer un estudio epistemológico de carácter objetivo. Aunque hay también algo de esto. Lo que pretendo hacer es llegar al momento de conclusión, como diría Lacan.
Momento de conclusión que es resultado de una experiencia de 45 años. Un instante para ver y un tiempo para comprender, siguiendo la temporalidad lógica lacaniana.
Un instante para ver. Experiencia que se inicia con las lecturas adolescentes de Freud. Lecturas que me dieron una serie de instrumentos conceptuales para lo que podíamos llamar el autoconocimiento. Ciertamente que desde el mismo psicoanálisis sabemos que es imposible porque nadie puede acceder a su inconsciente. Pero bueno, algo me sirvió a nivel consciente. Forma parte de este primera etapa, lo que siguiendo la temporalidad lacaniana sería el instante de ver, la extraordinaria película de John Houston, protagonizada por un impresionante Montgomery Clift llamada "Freud, pasión secreta". A esta época corresponde también la lectura del libro de Georg Groddeck "El libro de ello", que me impresionó mucho". Al mismo tiempo realicé una lectura minuciosa de varios libros de Carlos Castilla del Pino.
Esta etapa continúa después de varios años con una asignatura de Francesc Gomá de la licenciatura de filosofía llamada "Freud". Se acaba aquí esta primera etapa. Etapa de contacto, de lecturas dispersas pero intensas. El final de la etapa, a los 33 años, acaba con un curso de Antoni Vicens sobre "Kant con Sade", el escrito de Jacques Lacan. Lo que veo estos años es un horizonte apasionante. 15 años para ver lo que es el psicoanálisis y una experiencia fallida. me matriculo en la Universidad Autónoma de Barcelona porque quiero ser psicoanalista. Un plan de estudios conductista-biologista, una mala experiencia política, una huelga de PNN(s) me hacen desistir,
Tiempo para comprender. Se inicia unos años después, cuando a partir de una crisis decido psicoanalizarme y empiezo todo un trabajo teórico sobre Jacuqes Lacan, previa lectura de François Dolto, otra psiconalista francesa muy interesante. La experiencia analítica es intensa. El psiconanálisis es, como dijo Freud, una metapsicología. Es decir una construccción teórica no verificable porque sus afirmaciones no se pueden verificar ( o falsar, como diría Popper). No es, contra lo que interpretaba Bruno Bettelheim, una ciencia humana en el sentido hermenéutico de Dilthey. Freud apuesta por las ciencias positivas, científicos-naturales. Pero se da cuenta de que para entender las neurosis hace falta una teoría sobre un objeto no observable, que la realidad psíquica. Ahora bien, Freud contrastaba sus elaboraciones teóricas con sus casos clínicos. Este es el camino que sigue Lacan. Lacan es muy potente. Elabora toda una serie de conceptos y de intuiciones que enriquecen la aportación freudiana. Ahora bien, Lacan me plantea dos problemas. El primero es que es una teoría excesivamente complicada, le falta simplicidad, y encima el lenguaje barroco que todavía lo complica más. El segundo son sus intentos de formalización, el paso del lenguaje conceptual al algebraico. Aquí no le sigo. Lacan es grande pero la sistematización escolástica de Miller lo ha dogmatizado. Esto no quiere decir que en la EMP fundada por Miller no hayan surgido múltiples iniciativas interesantes y autores fundamentales y renovadores como Massimo Recalcati. No soporto la jerga lacaniana y en este sentido es de agradecer los escritos de gente como Darian Leader, que intenta no quedar atrapado en ella aunque mantniendo la conceptualización lacaniana. los lacanianos son hoy los únicos que plantean una alternativa seria para salvar el sujeto de la reducción de las neurociencias o la normalización cognitivo-conductual. Mi conclusión es, por tanto, que frente a la imposibilidad de la psicología como ciencia, el psicoanalistas ( y dentro de ella la gran aportación de Lacan) es la metapsicología más fecunda e interesante, la mejor caja de herramientas para entender la relidad psíquica y también muchos aspectos de la sociedad contemporánea.
¿ Qué decir de la experiencia analítica ? Por mi parte fue una experiencia extraordinaria, una de las importantes de mi vida. Es lenta y no necesariamente la adecuada para todos, a mí me resultó muy fecunda. Pero creo que pueden haber terapias psicoanalíticas más breves, de grupo. No hay que divinizar el diván. Pero en todo caso lo que no me gustó es la manera como mi analista manejaba la cuestión de las sesiones y el dinero. Me parece que el propio psicoanálisis lo ha teorizado de una manera que justifica una relación de poder del analista. Debería plantearse en unos términos contractuales como con cualquier otro profesional.
Momento de concluir : sí al psicoanálisis como caja de herramientas teórica, pero sin dogmatismos, Sí a la terapia psicoanalítica, pero abriéndose a formas nuevas y planteando una relación contractual sin justificar relaciones de poder ventajosas para el analista. Esta es mi conclusión.
Interesante comentario, Luis. Yo también he atravesado diversas fases en mi vida en relación con el psicoanálisis, aunque no soy tan leído al respecto como tú evidentemente lo eres. Apenas conozco (casi de oídas) a Lacan, y mayormente a través de la interpretación de su obra por Miller ('traduttore, tradittore', como diría Italo Calvino refiriéndose a otra cosa) y merced a la lectura fervorosa de la obra completa de Sigmund Freud, tal como está publicada en Alianza. Al principio me consideraba un psicoanalista más o menos fiel ; interpretaba 'freudianamente' mis propios sueños, y luego le comunicaba el resultado de mis análisis como ejemplo didáctico a mis alumnos y alumnas de Filosofía. Incluso tuve por entonces como consecuencia un conato de relación (platónica, claro) con una de mis alumnas que pretendió inocentemente que le 'analizara' también sus sueños (ella debe de acordarse aún de aquella extraña pero verídica experiencia 'a dos', imposible de olvidar para mí por lo menos), que yo de 'motu proprio' corté de raíz para no ir demasiado lejos y no perder el control de la situación (siempre me ha gustado saber lo que estoy haciendo en todo momento). No sé si hice bien o no. El caso es que con los años he ido olvidando el psicoanálisis, porque ya no me parece tan 'científico' y porque me interesé de repente con otras formas de interpretar el mundo, como fue, por ejemplo, el marxismo, a cuyo respecto se repitió más o menos el mismo proceso: lectura completa de todo Marx, todo Engels y casi todo Lenin y abandono posterior de esta forma de pensar por parecerme también muy poco 'científica' ; el concepto de 'conciencia de clase' me queda estrecho. Actualmente me considero una especie de 'anarquista' venido a menos (aunque parezca mentira, no he leído ni a Bakunin ni a ningún otro autor importante a este respecto, excepto a Prouhdon ('La Filosofía de la Miseria', muy interesante y bastante más profundo que 'Miseria de la Filosofía', la famosa obra de Marx, digan lo que digan) y a Max Stirner ('El Unico y su propiedad', un libro que considero imprescindible). Como decididamente ya no soy marxista, a pesar de no gustarme en absoluto de este país (soy 'de izquierdas', vamos, pero no quero que lleguemos a una 'dictadura del proletariado', por supuesto ; soy un demócrata convencido) me hago un pequeño lío a la hora de ejercer mi derechop al voto.
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