CONTRA EL NIHILISMO
CONSUMISTA Y TECNOLÓGICO
Sociofobia. El
cambio político en la era de la utopía digital
César
Rendueles
Madrid : Capitán Swining, 2013
Escrito
por Luis Roca Jusmet
César Rendueles es una de las voces más interesantes que se dan en
nuestro país en el campo de la teoría política de izquierdas. Lo
es porque analiza fenómenos nuevos y lo hace desde la lucidez y la
claridad de quien sabe utilizar, sin dogmatismos, una buena formación
teórica. Karl Marx, Karl Polanyi y Walter Benjamín son unos buenos
maestros, sobre todo si se saben utilizar como cajas de herramientas
para aplicarlos a un presente bien diferente del que ellos vivieron.
Bueno, diferente solo en parte, porque los tres entendieron muy bien
la lógica que define nuestro sistema, que no es otra que la del
capitalismo.
Randueles hace una reflexión crítica sobe las ilusiones que
despierta la era digital. Lo interesante del análisis es que es
capaz de entrar en los matices y en las ambivalencias del fenómeno.
De entrada sabe situarlo en el marco del capitalismo global del siglo
XXI, con todas sus miserias y contradicciones y sobre todo en su
voracidad destructiva. Evita caer tanto en una falsa identificación
del capitalismo con el mercado, como en hacer una apología del
estatismo y la planificación. Su mirada es equilibrada en el mejor
sentido de la palabra, que quiere decir saber cuando hay que plantear
una propuesta y cuando otra. Sin planteamientos principistas,
partiendo siempre de la contingencia y la imperfección humana.
Buscando concreciones políticas orientadas a lo pragmático, entendido siempre bajo el objetivo de la felicidad compartida. Hay que ser conservador en muchas cosas, nos dice el autor del ensayo, porque hemos de mantener los vínculos basados en el compromiso personal, en los vínculos con el otro, en su cuidado. Marx ya nos advirtió que con el capitalismo todo lo sólido se disuelve. Pero hay que eliminar principios rígidos que acaban axfixiando y limitando la autonomía personal : no se trata de volver al comunitarismo. Como bien señala Randueles, el dilema ético de los proyectos emancipatorios es como potenciar a la vez la autonomía personal y los vínculos sociales, el compromiso social. En el ensayo se tratan de manera sugerente cuestiones fundamentales, como la cooperación, la tensión entre egoísmo y altruismo, los mecanismos de decisión, el significado de las normas. Plantea una doble reflexión teórica muy fecunda para la izquierda, combatiendo radicalmente las derivas relativistas del postmodernismo. Defiende el recuperar, desde la izquierda, unas bases antropológicas mínimas, una idea de naturaleza humana. Tenemos después su propuesta de reivindicar el deber sobre el deseo, que dicho de otra forma, sería volver al estadio ético en lugar de permanecer en el estético ( siguiendo la clasificación de Kierkegaard.
Buscando concreciones políticas orientadas a lo pragmático, entendido siempre bajo el objetivo de la felicidad compartida. Hay que ser conservador en muchas cosas, nos dice el autor del ensayo, porque hemos de mantener los vínculos basados en el compromiso personal, en los vínculos con el otro, en su cuidado. Marx ya nos advirtió que con el capitalismo todo lo sólido se disuelve. Pero hay que eliminar principios rígidos que acaban axfixiando y limitando la autonomía personal : no se trata de volver al comunitarismo. Como bien señala Randueles, el dilema ético de los proyectos emancipatorios es como potenciar a la vez la autonomía personal y los vínculos sociales, el compromiso social. En el ensayo se tratan de manera sugerente cuestiones fundamentales, como la cooperación, la tensión entre egoísmo y altruismo, los mecanismos de decisión, el significado de las normas. Plantea una doble reflexión teórica muy fecunda para la izquierda, combatiendo radicalmente las derivas relativistas del postmodernismo. Defiende el recuperar, desde la izquierda, unas bases antropológicas mínimas, una idea de naturaleza humana. Tenemos después su propuesta de reivindicar el deber sobre el deseo, que dicho de otra forma, sería volver al estadio ético en lugar de permanecer en el estético ( siguiendo la clasificación de Kierkegaard.
Al
margen de las cuestiones señaladas, que tiene un evidente interés,
lo más interesante del libro es la manera como aborda, desde una
óptica emancipadora, los desafíos de la era digital. Lo importante
es que César Rendueles sabe de lo que habla y tiene una criterio
claro y consistente para valorarlo. Está, por ejemplo, la cuestión
de la propiedad intelectual, más compleja de lo que parece, ya que
se ha convertido, entre otras cosas, en uno de los elementos
especulativos del capitalismo financiero. Cuestiona la utilización
excesiva de nociones ambiguas, con referentes confusos, como las de
trabajo inmaterial y economía cognitiva. Otro tema
apasionante, muy bien tratado por Rendueles, es el del copylef.
Hay que recoger elementos positivos las iniciativas de colaboración
digital, sobre todo en lo que han tenido de imaginativas :
Wilkipedia, P2P, Sofware libre.
Rendueles plantea la dificultad de abordar, desde una perspectiva
emancipadora, todas estas cuestiones. Sobre todo porque no sirve la
defensa de lo público frente a lo privado. Porque, si identificamos
lo público con lo estatal, habría que hacer una reflexión, que por
cierto no se ha hecho, sobre las experiencias del socialismo real.
Tampoco podemos hablar de defender lo común sin acompañarlo
de propuestas políticas. Los RUC ( recursos de uso común) si no se
institucionalizan de una manera razonable se convierten en algo que
se agota por su propio consumo. Hay que regularse legalmente,
institucionalmente y se debe deliberar democráticamente sobre ello.
El
postcapitalismo que queremos los movimientos emancipadores no saldrá
de la transformación tecnológica de la era digital, ni de las
comunidades de internautas, ni de la libre información. Esta es la
ilusión del ciberfetichismo. Pero somos humanos de carne y hueso,
con nuestras capacidades y limitaciones, con nuestras fortalezas y
debilidades. Hemos de ser humildes y realistas en nuestras
pretensiones. El mito del hombre independiente, que va de Nietzsche
al neoliberalismo, es solo una nefasta ilusión. Pero también lo es
el hombre nuevo que predicaron los revolucionarios. Sueños utópicos
nos han hecho despreciar palabras como lealtad, compromiso,
amistad, familia. Valores que sabemos que hay que
potenciar ,Todos necesitamos cuidados y esta idea de la codependencia
mutua, de la necesidad que tenemos los humanos por nuestra fragilidad
de cuidado del otro y de ayuda mutua me parece fundamental
El
capitalismo nos conduce a la destrucción : moral, política,
ambiental. El nihilismo tecnológico y consumista tiene una lógica
con que hay que romper. El ciberfetichismo y sociofobia son, este
contexto, elementos nihilistas. Aunque quizás Rendueles debería
haber argumentado y aclarado mejor lo que quiere decir con
sociofobia.
El
libro, como puede deducirse del comentario, está lleno de ideas y de
sugerencias. Me parece en definitiva una muy buena aportación para
entender y transformar este presente en el que estamos inmersos. ¿
Crítica ? Más que crítica alguna sugerencia para los lectores que
quieran ampliar el análisis. Vale la pena frecuentar a Cornelius
Castoriaids, uno de los que mejor han enfocado el tema desde una
perspectiva de izquierda no dogmática. Les emplazaría también a
complementar esta ética del cuidado del otro con la del cuidado de
sí que propone el último Foucault. Que se profundizara más en
pensadores potentes que cita coyunturalmente, como Richard Sennett O
Slavoj Zizek, que plantean análisis muy interesantes para
profundizar en muchos de los contenidos del libro.
¿Viste el a Evole entrevistando al presidente de Uruguay? aleccionador sobre lo que se puede llegar a hacer y no te dejan
ResponderEliminardesde una presidencia de gobierno y con una óptica diferente.
Me pareció muy lúcido Mügica en sus afirmaciones sobre Europa, pasado y presnte, sus actuales políticos ysus actuales intelectuales.
Al menos da ejemplo de austeridad personal chocante en medio del consumismo del que no sabemos salir.
Si no lo viste, no te lo pierdas, es mi consejo
Ana
Gracias Ana. Tomo nota porque no lo vi.
EliminarUn abrazo
Luis