Una reflexión crítica
sobre El doble compresor, de Ramón Casares
A raíz de un artículo
que escribí en el blog sobre Monismo y dualismo
Ramón Casares me envió amablemente su libro El doble compresor (
www,ramoncasares.com ) para que lo leyera y lo comentara.
He
leído el libro, muy denso e interesante y que plantea gran cantidad
de problemas filosóficos. Voy a comentar aquí algunas de sus
hipótesis y mi comentario crítico. No pretendo resumir el libro (
disponible en la dirección electrónica citada ) sino formular
algunas de las ideas que me han sugerido sus planteamientos. Aunque
no estoy de acuerdo con lo que plantea el libro la mejor función que
un texto filosófico tiene es la de dar que pensar. Ramón Casares lo
consigue.
Primera
hipótesis epistemológica : Defensa del subjetivismo y crítica del objetivismo
realista
El objetivismo es falso porque plantea que hay
entidades materiales independientes que podemos conocer de manera objetiva. La
crítica de Ramón Casares se basa en que los objetos son construcciones
subjetivas a partir de nuestra percepción y nuestra lógica. Nuestros sentidos y
nuestra razón son las que generan los objetos mensurables en términos de
espacio y de tiempo. Nuestro conocimiento de un proceso de acumulación,
comprensión y ordenación de información. No hay objeto sino información fuera
de nuestro conocimiento. Es el sujeto el que construye el objeto, por lo que es
el sujeto la causa del objeto. Pero no es solipsismo porque afirma la existencia
de una información ajena al sujeto.
Segunda
hipótesis ontológica : Defensa de la
realidad como información y crítica del sustancialismo espiritualista o
materialista. La defensa del conocimiento como construcción a partir de la
información le lleva a la afirmación ontológica de que no hay sustancias, ni
materiales ni espirituales, lo que hay es información. ¿ Qué es la información
? Es potencia actualizada, nos dice en algún momento. La materia y el espíritu
son manifestaciones de la información
Evidentemente aquí simplifico las complejas
argumentaciones del autor. Pero mi lectura, quizás superficial, me plantea
algunas críticas. En primer lugar estoy
de acuerdo con su crítica al realismo ingenuo, que pretendería que hay un mundo
independiente que podemos representar de manera fiel en nuestra conciencia y
que esto sería el conocimiento objetivo de lo real. Estas afirmaciones
representan el peor empirismo y positivismo. Kant ya nos argumenta con
consistencia ( y Casares lo recoge) que el sujeto y el objeto se construyen
mutuamente. Digo mutuamente, no que el sujeto construya el objeto. El matiz de
Kant sirve para evitar el solipsismo, que consideraría que es el sujeto causa
del objeto. Hay una realidad a partir de la que construimos el objeto, éste no
es una proyección nuestra. Pero yo a esto no le llamaría subjetivismo sino
realismo crítico. El subjetivismo me parece una expresión más adecuada para el
idealismo epistemológico, que considera que el mundo es una realidad mental. Lo
planteaba Berkeley y anteriormente pienso que tampoco Descartes fue capaz de
salir de manera consistente de él. Utilizó el argumento de afirmar la evidencia
de Dios para hacerlo. En todo caso para mí el realismo quiere decir que
partimos de una realidad que está fuera de nuestra mente y que accedemos a ella
de manera interactiva : ni subjetivismo ni objetivismo : se construyen
mutuamente, dialécticamente podríamos decir.
En segundo lugar pienso que hay que mantener
el término materialismo porque me parece que puede entenderse de manera amplia,
como afirmación de que todo forma parte del Universo físico. Universo que es
energía. En otro libro he leído la misma hipótesis que plantea Casares, que la
realidad es información. Pero no acabo de entender lo que quiere decir y si lo
intuyo lo hago como una transmisión a través de unidades físicas: no sé
entenderlo de otra forma. Lo que sí me parece una ficción es el espíritu, que
no sabe nunca de que se hable, más allá de las ficciones construidas por el
imaginario humano. ¿ Cómo lo justifica
Ramón Casares ? A través de la conciencia y la libertad, que para él son
irreductibles a la materia. Pienso con Antonio Damasio que la conciencia es una
propiedad de la mente, que al final es
posible por el cerebro y sus redes
neuronales, que serían materiales. Otra cosa es que yo no crea que la realidad
mental se reduzca a lo neuronal, como dirían los materialistas reduccionistas.
Creo que es algo que emerge del cerebro pero es distinto de él ( autónomo, no
independiente ). En este sentido me defino como un materialista crítico. La
conciencia es una propiedad de la mente, diferente del acto mental ( que puede
ser inconsciente). Creo que éste es el hallazgo de Freud ( al que el amigo
Casares también considera en su libro) : la mente no es igual a la conciencia. ¿ Y la libertad ? Aquí me contrapongo
totalmente a lo que afirma el libro. Ser libre, dice, significa poder elegir y
esto implica diversos futuros posibles. Pienso, como Spinoza, que si la piedra
fuera consciente pensaría que ha elegido caer. Y el león que ha elegido comer o
atacar. Pero son acciones determinadas por una interacciones de condicionantes
internos y externos. Igual que los humanos, con dos diferencias, la primera es
que las acciones humanas son tan complejas que nunca las podemos prever. Pero
esto es un factor de ignorancia, no una dinámica real. Yo soy totalmente
determinista. Pero no hablo de un determinismo mecánico, de leyes, sino de
interacciones. Los futuros posibles existen solo en el imaginario humano. Y
este imaginario de los futuros posibles se convierte en otro condicionante. En
este marco entiendo la libertad, en el sentido de Spinoza o de Nietzsche: es la
capacidad de autodeterminación, es decir de hacer pesar más los factores
internos que los externos. Actuar más por el deseo interno que por la reacción
a los estímulos externos.
Un último tema que me gustaría comentar es lo
que nos dice Ramón Casares sobre el lenguaje y sus aspectos semánticos y
sintácticos. Aquí si me parece que hay una confusión de términos. Aclaro :
confusión quiere decir que los utiliza de una manera que no ayuda a entender su
funcionamiento. En lo que sí estoy de acuerdo es en su afirmación que lo propio
del lenguaje humano es su carácter simbólico, es decir la utilización de
significantes que tienen significados abstractos. Pero la abstracción Casares
la deriva de lo sintáctico, mientras considera que lo semántico es una simple
representación de objetos, que tiene una dimensión concreta : este significante
representa este objeto. Pero el error es que los significantes significa casi
siempre conceptos y los conceptos son, por definición, abstractos. El caso de
la niña ciega Helen Keller es significativo : ella accede al lenguaje simbólico
cuando entiende que agua se refiere a algo abstracto. El concepto de agua es
abstracto porque se refiere a un conjunto posible de objetos con unas
propiedades. Lo sintáctico es abstracto porque son reglas formales pero
precisamente estas son las que puede imitar un ordenador. Precisamente la
crítica de John Searle a la metafóra del ordenador para explicar la mente
humano va por aquí. Un ordenador puede escribir un libro con lógica si le damos
las reglas adecuadas, pero nunca entenderá lo que dice.
Bien, esta es mi primer y modesto comentario
al libro que Ramón Casares tuvo la gentileza de comentar conmigo. Espero sus
comentarios en mi blog o en el lugar que considere oportuno.
Veo, Luis, que no te he convencido. Pero no me rindo. Voy a repasar los puntos de divergencia que me planteas, para ver si podemos llegar al meollo de las diferencias.
ResponderEliminarComo el blog tiene impone un límite en la longitud de los comentarios, lo he tenido que dividir en varios.
1. Subjetivismo
Entiendo que los sujetos humanos disponemos de dos máquinas para comprender el exterior: la percepción y la razón.
En todo lo que sigue, hay que tener en cuenta
esta naturaleza doble de nuestra cognición.
Empezaré por la primera, y más antigua: la percepción.
La percepción, que compartimos con muchas otras especies, toma los datos sensoriales y les da forma (los "informa"), resultando la realidad.
Así que la realidad es un modelo interno de lo externo. Es, en este sentido subjetivo, en el que afirmo que la realidad es información.
El solipsismo se evita utilizando dos postulados:
1. hay un exterior común a todos los sujetos, y
2. el aparato perceptivo es prácticamente idéntico
en todos los sujetos.
El segundo punto se apoya en Darwin.
Resumiendo,
creo que la realidad es nuestro modo de dar forma al exterior, y
también creo que es un error confundir la realidad con el exterior.
Por eso digo que
el subjetivismo consiste en distinguir la realidad del exterior.
¿Es real el sol?
Para mi sí, porque lo veo.
Es decir, es real porque mi percepción lo construye y forma parte de mi modelo interior del exterior.
Y, para un materialista, ¿es real el sol? Me parece que no.
Me parece que para un materialista lo real fueron en su momento los átomos, y ahora lo serán las partículas subatómicas que, según las teorías científicas vigentes, son los elementos de los que está hecho todo el universo, incluido el sol.
Querido Ramón,
EliminarEn este aspecto creo que no hay diferencias entre nosotros, salvo las terminológicas. Incluso podríamos considerarnos los dos spinozistas, al considerar la materia y el pensamientos como manifestaciones de una realidad que solo conocemos a través de la información. podríamos decir así que la materia e un tipo d einformación y el pensamiento otro. Ya me dirás si estás de acuerdo. Materialismo y subjetivismo me parece que ambas son inadecuadas por las connotaciones que tienen. Pero no tenemos otras.
Un abrazo
Mi intención en este punto era aclarar la frase "la realidad es información", que decías intuir, pero no entender.
EliminarDe Spinoza poco puedo añadir. Lo leí, hace muchísimos años, y lo que recuerdo con más nitidez es que me chirriaba, tal vez por su insistencia en Dios, tal vez por escribir filosofía como si fueran matemáticas. Después me enteré de que Einstein lo admiraba, pero, aún así, nunca retomé su estudio.
A mi la palabra "subjetivismo" sí que me gusta. Contrarresta el abuso que se hace de la objetividad. Mira que ni siquiera la ciencia es objetiva.
En fin, si no ves dificultades en la sección 157, \S157, entonces coincidimos en este asunto. Te propongo usar el primer párrafo de la sección 158, \S158 \P1, como prueba final de nuestra coincidencia.
Sí has aclarado, Ramón. Spinoza me parece muy interesante pero hay que superar estos dos escollos. Dice Dios porque no podía decir otra cosa en su época pero me parece que se refiere a esta Realidad de la que hablamos. Y el método matemático es una forma que hay que superar, no hay importante.
EliminarBueno, lo del subjetivismo es cuestión relativa de preferencias. Sin problemas.Consultaré los párrafos que dices.
Un abrazo
De acuerdo con los puntos que me planteas, r
Eliminar2. Sintaxis
ResponderEliminarPara mi, la razón es un motor sintáctico.
Sé que esta afirmación, así de pronto, es muy difícil de digerir. Tiene la ventaja de que es una propuesta muy concreta que, una vez entendida, responde de un modo concreto a algunas de las cuestiones más obscuras sobre nuestra propia especie. Por supuesto, cada uno tiene que evaluar si esas respuestas concretas tienen sentido, y entonces respaldan la propuesta, o no.
Pero antes hay que entenderla, y no es fácil.
Debo hacer una precisión para no confundir aún más: mi uso de semántica y sintaxis difiere de la usualmente aceptada, porque se ciñe a la naturaleza doble de nuestra cognición.
Así que ligo la semántica a la percepción, esto es, para mi la semántica es el sistema de representación que usa la percepción.
Y tiene relación con los significados, como veremos más abajo, lo que justifica este uso.
La palabra en un lenguaje semántico tiene el único objetivo de referirse a una cosa.
Llamo cosa a un objeto producido por la percepción, o sea, a algo real, según mi definición subjetiva de realidad.
Entonces, para referirse a una cosa, basta con pronunciar la palabra que le sirve como referencia.
La conclusión es que un lenguaje puramente semántico no necesita oraciones, ni sintaxis.
La sintaxis parece poca cosa.
¿Qué puede aportarnos el orden de las palabras?
La sintaxis se necesita para componer oraciones.
La oración es una serie organizada de palabras; o, con Chomsky, la oración es una estructura recursiva de palabras.
Pero, ¿por qué es importante la oración?
Para verlo debemos centrarnos en los problemas.
Para expresar un problema hay que expresar su incógnita. Y, para hacerlo, el expediente directo
consiste en utilizar un pronombre interrogativo.
Los pronombres interrogativos, "qué" o "cuándo" o "cómo", no son semánticos, es decir, no se refieren a ninguna cosa concreta, no se refieren a algo perceptible. Entonces, para expresar el problema hay que expresar conjuntamente
la incógnita y las condiciones que ha de satisfacer la incognita para que pueda aceptarse como solución al problema. Nota: para componer condiciones son necesarias conjunciones,
"o" o "y" o "ni", que tampoco son semánticas,
en el sentido de que tampoco se refieren a ninguna cosa concreta. Así que, para expresar un problema hay que usar una estructura de palabras, o sea, una oración. Y, al contrario, una palabra semántica no es nunca un problema, es, repito, una referencia a una cosa, a algo perceptible.
Ahora intenta imaginarte cómo entiende el mundo un mono, o un perro, que, por no disponer de una máquina sintáctica en su cerebro, no es capaz de representarse los problemas.
Y no me entiendas mal. Seguro que el mono siente sed, y eso le hace orientar su actividad a la búsqueda de agua.
Es decir, su cerebro, como el nuestro, tiene la finalidad última de resolver sus problemas. El asunto es que el mono los tiene pre-programados, así que sabe cómo resolver la sed, pero no se pregunta por qué tiene sed.
No sé si estas explicaciones te aclaran algo mi interpretación de la sintaxis, que, al estar ligada a la teoría del problema, la llevan por veredas no transitadas.
3. Significado
ResponderEliminarVeamos ahora el tema del agua y las abstracciones, que también me planteas, y su relación con el significado.
Yo, volviendo a la naturaleza doble de nuestra cognición, distingo la "cosa agua" del "concepto agua". La "cosa agua" se hace presente cuando mi percepción me alerta de que hay señales de agua, o sea, cuando la veo, o la oigo, o la siento al tacto. Así que la "cosa agua" es semántica, y entiendo que un mono también la utiliza. El "concepto agua", en cambio, es abstracto y teórico, porque se basa en la definición de agua como aquello que cumple una serie de condiciones. O sea, el "concepto agua" es la solución del problema así definido. Por supuesto, tal definición se hace intentando que la cosa y el concepto coincidan, o sea, se busca intencionadamente la confusión de ambos. El resultado es que la palabra "agua" se refiere tanto a la "cosa agua" como al "concepto agua".
Un ordenador es precisamente un motor sintáctico. Lo crucial es que es *únicamente* un motor sintáctico. ¿Qué le falta? Le falta el problema. Todos los seres vivos nos enfrentamos a un problema, el problema de la supervivencia. Pienso que, en último término, todos los significados provienen del problema de la supervivencia. Por esto tiene razón Searle: el ordenador únicamente explica una parte del asunto, y no alcanza los significados.
El significado último de "agua" resulta del encuentro entre un sub-problema del problema de la supervivencia, la sed, y los mecanismos perceptivos que la hacen presente. O sea, el significado fundamental de agua se deriva de la "cosa agua", que compartimos con los monos, y con los perros, y no del "concepto agua", que elaboramos racionalmente, que aparece en los diccionarios, y que podría emplear el ordenador en su libro.
Somos un puente entre los monos y los ordenadores. En bruto, nosotros somos como un mono que tuviera un ordenador ensamblado a su cerebro.
Contesto aquí a la vez la dos y la tres, no puedo separarlo. El error creo que es considerar la percpeción independientemente de la razón, como dos procesos diferentes y no ligarlos a través del lenguaje. Los conceptos ( semánticos) siempre son interpretaciones lingüísticas ( es decir, racionales). A partir de la percepción almacenamos imágenes a través de la memoria. De estas imágenes construimos conceptos con la razón intuitiva. Con la razón lógica relacionamos los conceptos y formamos enunciados y discursos ( éste es el motor sintáctico) El mono tiene sed y puede imaginar pero no conceptualizar.
EliminarUn abrazo
La percepción es un producto antiguo de la evolución darwiniana. La razón, en cambio, es seguramente el resultado de la última mutación importante ocurrida en nuestra línea evolutiva.
EliminarDe aquí obtenemos un par de conclusiones:
1. La percepción es autónoma, en el sentido de que hay muchas especies que sobreviven y prosperan con percepción, pero sin razón.
2. La razón, en cambio, trabaja sobre los resultados de la percepción. Esto se debe a que la evolución darwiniana es oportunista, así que diseña por incrementos, acumulando, y no rediseña limpiamente desde cero.
Por otro lado, creo que los significados son anteriores a la sintaxis, o sea, son anteriores a la razón, y por esto concuerdo con Searle. ¿Cómo pueden llegar, entonces, los significados a los conceptos? Primero distingo los "conceptos", que son eso, concebidos voluntariamente por la razón, de las "cosas", que es como yo llamo a lo que construye involuntariamente la percepción. Pues bien, los conceptos adquieren su significado de las cosas, o no tienen significado. Los conceptos paradójicos son conceptos sin significado, como, por ejemplo, "infinito". En el caso del agua, hay una "cosa agua", que es la que da significado al "concepto agua". Por fin, el significado de la "cosa agua" proviene de su posición en la red cognitiva respecto al problema de la supervivencia, que, en este caso, ha de ser una posición muy cercana a la sed, que es uno de sus sub-problemas.
Por todo esto pienso que la percepción y la razón son dos procesos diferentes que, además, no se encuentran en una relación igualitaria, porque la razón depende completamente de la percepción, y no al revés. Y, justamente, lo que aporta la razón es, para mi, el lenguaje sintáctico, también llamado lenguaje simbólico. Por supuesto, la evolución darwiniana es oportunista, y no diseña limpiamente, así que los detalles nunca son tan nítidos, pero tenemos que simplificar para entender, y creo que la evolución proporciona argumentos para "considerar la percepción independientemente de la razón". Además, para mi, el lenguaje simbólico no liga la percepción con la razón, sino que, por el contrario, es justo lo que permite distinguirlos con mayor claridad.
En otro de mis libros, "Sobre la libertad", trato, con más detalle, sobre la relación que existe entre la percepción, el aprendizaje, la emoción, y el pensamiento (racional).
En lo del mono, estoy completamente de acuerdo contigo. Tiene sed, y puede usar una hoja a modo de vaso, sobre todo si ha visto hacerlo. Lo que no puede hacer un mono es diseñar una taza, adelantando que necesitará un asa, porque la taza servirá para beber líquidos muy calientes. Más en concreto, si mi teoría es correcta, puede resolver los problemas por tanteo o por rutina, pero no por analogía, esto es, no puede interiorizar las resoluciones. Interiorizar las resoluciones, es ese pensar "y si tal, entonces cual" que nos proporciona el lenguaje sintáctico, y que nos permite resolver los problemas sin enfrentarnos a ellos, o sea, teóricamente. Así que el mono puede imaginar objetos y comportamientos, pero no resoluciones (EDC \S132 \P4). Y, al no disponer de un lenguaje sintáctico,
no puede crear conceptos, ni teorías.
Continuo discrepando, Ramón. Los conceptos somn creaciones de la razón, todos, incluso el de agua. Porque agua quiere decir todos los objetos posibles ( presentes, pasados y futuros) que se engloban en el conjunto. El agua que bebemos, o con que nos duchamos o donde nos bañamos son referencias concretas. Pero los conceptos de justícia, de verdad, de libertad no tienen referencia concreta, son construcciones ideales. En todo caso todos los conceptos, hasta los que tienen una referencia concreta, son abstractos porque se refieren a universales. La percepción da el material para pensar, sea el aspecto conceptual ( semántico) o sintáctico ( lógico, formal). El concepto ( palabra) parasita la percepeción y la transforma. Lo semántico y lo sintáctico no pueden separarse, o mejor dicho pueden hacerlo artificialmente, como hacen los lógicos y los lingüistas, pero no es su funcionamiento real.
EliminarSí, parece que discrepamos. Discrepamos, aunque suscribo lo que has escrito, excepto por dos palabras que van entre paréntesis. Me refiero a "conceptual (semántico)" y a "concepto (palabra)". Yo pongo lo conceptual del lado de la sintaxis. Tú no pareces creer que haya palabras puramente semánticas. Pero, a lo mejor, tampoco estamos hablando de lo mismo.
EliminarTomemos el perro de Pavlov, ese al que el sonido de una campana le hacía segregar saliva. Para el perro así enseñado, el sonido de la campana es otro signo de la comida, como lo es el olor de la comida.
Las palabras semánticas de las que te hablo son, lo mismo que el sonido de la campana, signos que capta la percepción y que hacen presente la cosa de la que son signos. Que un signo haga presente una cosa es, justamente, la tarea de la percepción. Luego, para que un lenguaje semántico se desarrolle, solamente es necesario poder añadir signos arbitrarios a las cosas. Si podemos comunicarnos con algunos animales, es porque podemos establecer un lenguaje semántico con ellos.
Si me concedes, por un lado, que estos signos arbitrarios, que llamo palabras semánticas, no son conceptuales, y, por el otro, que estas palabras semánticas tienen significado, entonces sigo adelante. Si no, tendremos que retroceder, porque la discrepancia está antes.
Yo creo que una cosa es una señal y otra es un significante. Lo del perro es una señal que funciona por una asociación condicionada. Cojamos el caso del perro blanco que se adiestra para atacar negros. Para él un negro es una señal de agresión y se defiende atacándole. ¿ hay en ambos casos significados ? ¿ Podemos decir que la campana o un hombre negro significa algo para el perro ? Entramos aquí en un terreno resbaladizo. podemos decir que la campana significa comida inmediata y el hombre negro significa peligro inmediato. Pero yo no diría significado en el sentido de semántica porque me parece que aquí hablamos de un significante que significa algo pero no por un mecanismo asociativo sino interpretativo. Podríamos preguntarnos si el instinto capta significados. En cierta manera sí, porque un animal significa peligro.
EliminarLo pensaré más afondo.
4. Libertad
ResponderEliminarReleyendo tu comentario, veo que no he tratado sobre la libertad, punto en el que dices estar en completo desacuerdo conmigo. Así que debo explicarme.
Para mi, la realidad no tiene ningún grado de libertad. Así parece que soy, como tú, determinista, pero no lo soy; yo soy subjetivista y "doble-cognitivista", así que lo que estoy diciendo con la frase anterior es que la percepción no es capaz de representar la libertad. O sea, digo, simplemente, que la libertad no se puede percibir.
Por otro lado, no doy mayor crédito a la percepción que a la razón. De hecho, la posición dominante de nuestra especie parece sugerir que nosotros alcanzamos un conocimiento más certero del exterior que las otras especies. Y, puesto que nuestra especie es la única que dispone de un motor sintáctico en su cerebro, tal éxito debería ser atribuido, precisamente, a la razón, es decir, a disponer del motor sintáctico. Y, como resulta que la capacidad adicional que nos proporciona el motor sintáctico es la posibilidad de representar problemas, concluyo que los problemas nos acercan al secreto del mundo.
En definitiva, pienso que ser inquisitivos, es decir, entender el mundo como un problema, es lo que nos da ventaja frente a las otras especies. Y ya solo hay que entender que no hay problema sin libertad, sin posibilidades, para entender por qué pienso que la libertad es uno de los cimientos del mundo, y no una ilusión falsa.
Así llego, por fin, al final, y pido perdón por la extensión de estas explicaciones, en las que he tenido que frenarme.
Un abrazo,
Ramón Casares
Lo que dices es interesante. Sería entender la libertad como una posibilidad que aparece como resultado de nuestra actividad mental. También aquí me parece que somos spinozistas : la conciencia d ela necesidad. es decir, el entender nuestros condicionamientos, nos permite elegir. Pero el elegir está dterminado, aunque uno de los condicionantes sería nuestra comprensión del proceso. Este sería el margen ,no sé sie estás de acuerdo, d ela libertad.
EliminarUn abrazo
Sí. Lo voy a poner con mis palabras, aunque las tuyas son igualmente válidas.
EliminarPara mi la libertad es siempre una de las dos partes de un problema, y la otra parte es una condición, concretamente la condición que dice si un uso de la libertad vale como solución del problema, o no (más detalles en la \S78 y la \S79). Dicho de otra manera, la libertad está siempre limitada por la condición del problema del que forma parte.
En nuestro caso, que estamos vivos, el problema último es el problema de la supervivencia que, por ser sujetos, podemos interiorizar, y lo hacemos. Llamo problema del sujeto al problema de la supervivencia interiorizado. Entonces, los límites de la libertad nos los fija la condición del problema del sujeto. Y, ¿cuál es la condición del problema del sujeto? Es, ni más ni menos, que la conjunción lógica de todos los conocimientos del sujeto. No me voy a extender con la posibilidad segura de encontrar contradicciones en tamaña conjunción.
Por otro lado, siendo el problema del sujeto la interiorización del problema de la supervivencia, podemos establecer un límite máximo de la libertad: la muerte. Es decir, un valiente es más libre que un cobarde, pero ni siquiera el más valiente puede exceder la muerte. Para compensar, los cobardes, aunque menos libres, suelen serlo por más tiempo.
No estoy totalmente de acuerdo, Ramón. Para mí el problema es un efecto del lenguaje ( y por tanto de la razón). Es decir, los seres vivos sobreviven si son capaces de eliminar los obstáculos que se lo impiden y hacer las acciones necesarios. Está pautado genéticamente, aunque a veces tienen obstáculos nuevos que hay que resolver. Los animales no tienenproblemas, El problema es una formulación del lengauje, una pregunta. Es cultural y la cultura humana e suna suplemento, no un complemento. Está más allá de la supervivencia.
Eliminar¿Por qué hay dolor? La evolución ha diseñado el dolor porque ayuda a evitar la muerte a quien lo sufre. Todas las estrategias de la evolución tienen un único objetivo: perpetuar la vida, o, en negativo, evitar la muerte. Y evitar la muerte es un problema, el problema de la supervivencia. Para mi, el problema de la supervivencia y la evolución, y, por lo tanto, la vida, son una misma cosa.
EliminarAsí que toda la vida es un problema. Los animales, y las plantas, y las bacterias, participan del problema, aunque no sean conscientes de ello porque, como dices, no disponen de lenguaje, o, como diría yo, porque su sistema de representación, o lógica, si es que tienen, no es capaz de imaginar los problemas.
Hay un asunto que, desde Darwin, hay que tener presente: no somos físicamente, ni por fuera, ni por dentro, muy diferentes de los chimpancés. Así que la enorme diferencia que hay entre nuestros comportamientos tiene que deberse a una diferencia pequeña. Aunque fuera sólo por esto, Darwin ya sería el filósofo más importante del siglo XIX.
Porque la diferencia ha de ser pequeña, y porque la evolución darwiniana diseña por acumulación, en mi reconstrucción de los hechos supongo que existe un sistema de representación que compartimos con algunos animales. Para mi, ese sistema de representación, que es el de la percepción y que llamo semántica, es el que construye la realidad. Y, como no alcanza a representar los problemas, no es capaz de representar la libertad, ni ningún concepto.
Sobre ese sistema de representación de partida, limitado pero suficientemente exitoso durante millones de años en el pasado y en el futuro, se ha desarrollado el nuestro. Nuestra lógica es recursiva, como nuestro lenguaje, y, por esto, podemos representarnos los problemas. Esto requiere un motor sintáctico. ¿Es muy complejo un motor sintáctico? Yo diría que menos que un ojo, y además, posiblemente reutilizó algún otro mecanismo de secuenciación, que reconvirtió. Es lo que suele hacer la evolución. En cualquier caso, esta es la conjetura más económica que se me ocurre.
Imaginar problemas nos hace conscientes porque, volviendo al principio, la vida es un problema. Es decir, sólo nosotros, de entre todos los seres vivos, somos capaces de imaginar la vida, y, por esto, tenemos tanta ventaja sobre ellos.
En lo que no voy a poder coincidir contigo es en lo último. Me parece hasta peligroso suponer que la cultura está más allá de la supervivencia. Nada humano lo está. Los muertos no pueden dedicarse al arte.
Un abrazo, Ramón
Bueno ramonb, la cosa se pone interesante porque hay disrepancias. la primera es que no me parece adecuado la palabra diseño para la evolución. Me parece una concepción finalista, poco científica. La evolución es un desarrollo, un proceso de lo vida, sin fines. El dolor es animal pero el sufrimiento es humano. El dolor físico a veces es un aviso y veces no, muchas veces es inútil, peor que inútil porque hace daño sin sentido. La vida no es un problema : es un proceso, un hecho.
EliminarLa cultura está más allá de la supervivencia. La cultura está en el origen de nuestro sufrimiento porque queremos lo que no tenemos : es el deseo. La cultura está incluso contra la supervivencia. Con la tecnológia ( cultura ) nos estamos casi cargando el planeta.
Un abrazo
Discrepamos. He estando reflexionando más largamente para no repetirme, y he decidido cambiar de estrategia. A ver que te parece.
EliminarDistingo dos temas en tu último comentario: la vida y la cultura. Lo que escribes sobre la vida es lo que escribiría un materialista. Desde el materialismo está vedado el finalismo, como dices, y al materialismo solo le vale lo que puede medirse, o sea, percibirse, y, por lo tanto, la vida solo puede ser un proceso que ocurre, y que se ve que ocurre. El materialismo es la posición estándar en la ciencia actual, así que es una posición segura, defendida por la gran mayoría. En cambio, lo que escribes sobre la cultura me parece dualista. Quiero decir que describes la cultura como si perteneciera a un ámbito no material e inalcanzable desde la materia. No sé si te parece acertado mi diagnóstico.
Yo intento superar el materialismo con una teoría subjetivista en la que la lógica del sujeto es doble. Es una teoría que tiene más capacidad explicativa que el materialismo, porque incorpora la libertad, que queda a disposición de la ética, y los fines, a modo de problemas. Explica por qué el materialismo tiene tanto éxito cuando lo que hay que describir es lo que se percibe, pero se queda sin recursos cuando tiene que enfrentarse a aquello que queda fuera del alcance de la percepción, como la libertad, la conciencia, o la vida.
El caso de la vida es fundamental. Desde Darwin, sabemos que la evolución no tiene más sentido que perpetuar la vida. Y nosotros somos seres vivos, así que vivir es nuestro único objetivo. Es cierto que, en nuestro caso, merced a la lógica nueva, que es el lenguaje sintáctico, podemos definir sub-objetivos de toda índole. Y podemos equivocarnos al hacerlo.
La equivocación, por cierto, es otro concepto que el materialismo no puede utilizar, porque obliga a admitir que hay varias alternativas posibles, que hay un objetivo, y que se puede elegir libremente cualquier alternativa, incluso una que no permite alcanzar el objetivo propuesto. Te puedes equivocar al resolver un problema, pero lo que ocurre es lo que ocurre.
A lo que iba. Yo creo que nos equivocamos si pensamos que la cultura o la tecnología están más allá de la supervivencia. Porque esa creencia nos hace temerarios, nos aleja de nuestro verdadero objetivo, sobrevivir, y, entonces, como dices, corremos el riesgo de cargarnos el planeta.
Me estoy alargando en mis respuestas, y temo aburrirte. Soy perfectamente consciente de que mis propuestas exigen una revisión casi completa de los fundamentos, por lo que son difíciles de asimilar. Así que, a lo más que puedo aspirar, de momento, es a que le des una oportunidad, sobre todo, a largo plazo.
Termino. Sé que, en filosofía, el subjetivismo despierta desconfianza, y se asocia con el escepticismo y el relativismo. Yo tengo señalado un párrafo de la “Crítica de la razón pura”. Es el que finaliza la “Deducción de los conceptos puros del entendimiento” de la segunda edición, justo antes del “Breve resumen de esta deducción”, y que justamente está a caballo de las páginas B167 y B168. Es el párrafo en el que Kant rechaza la postura subjetivista. En mi opinión, las objeciones de Kant al subjetivismo son muy débiles, y, desde Darwin, sabemos que las categorías no han de ser necesarias, basta con que sean lo suficientemente buenas como para que nos permitan sobrevivir. Pero claro, se lo perdono (¡qué atrevido soy!), porque Kant no tuvo la oportunidad de leer a Darwin.
“Give subjectivism a chance”.
Un fuerte abrazo, Ramón
Un a primera reflexión. Yo entiendo el materialismo como que todo es proceso de procesos físicos o do que ellos producen. Dando a procesos físicos un sentido muy amplio, que no tiene porque reducirse a lo percpectible o lo medible. Creo que es en China donde esto se ha entendido mejor, desde la antigüedad, mejor que en Grecia o en la India, por ejemplo. Entiendo también que estos procesos físicos hacen emergen el sujeto y la cultura, que es una realidad no estrictamente física y que no puede entenderse en términos físicos. Por esto no me considero ni dualista ni monista. Aquí me siento próximo al espíritu ( no la letra) de lo decía Spinoza y sobre todo a Freud.
EliminarCreo que la vida no tiene sentido, lo cual no quiere decir que sea absurda. Es la pregunta la que no toca. Porque es el sujeto y la cultura las que dan sentido.
Yo creo que lo que nos hace temerarios es un proyecto de dominio de la Naturaleza, que es un proyecto cultural agresivo. Pero para mí esto está al margen de la supervivencia. Creo que todos los proyectos culturales van más allá de ella.
Un abrazo
... y continuamos
Luis
Cuando escribo “problema” no leas obstáculo, ni dificultad. Para mi problema es un compuesto de libertad y de condición. O sea, un problema es una situación en la que hay posibilidades, y algunas valen, y otras no. Así que un problema define un objetivo, un fin, pero no la manera de alcanzarlo.
EliminarLa vida es únicamente un fin. Por eso mismo parece que no tiene sentido. La vida es lo que nos da sentido. Y, si la vida tuviera un sentido externo a ella misma, entonces, por la propiedad transitiva, ese sentido externo a la vida sería el nuestro, más allá del de sobrevivir. Pero yo no veo que tengamos otro fin que el de sobrevivir.
Con lo de Freud me has sorprendido, ¿qué quieres decir?
Continuaremos profundizando, amigo Ramón. Ahora solo un mensaje rápido : Freud intenta explicar el psiquismo en términos neurológicos pero al final tiene que aceptar una realidad psíquica ( dependiente d ela física, claro).
EliminarUn abrazo
(06.04.2013) La verdad es que Ramón Casares y su “Doble Compresor” dan para un buen debate. He leído (me cansa mucho leer en pantalla) partes del libro, saltándome las mas “durillas” y buscando las conclusiones, y no puedo tampoco emitir juicios y opiniones consistentes, menos de carrerilla. Ni me siento preparado para ello, no soy del gremio. Es de agradecerle lo claro que escribe, que hasta un lego como yo puede seguirle bastante bien (lo cierto es que no se como me meto en estos jardines). Y no es ninguna tontería lo que plantea. Es mas, cantidad de cosas que expone me parecen “obvias”. Yo, a mi manera, me considero básicamente mas “materialista objetivista” que otra cosa, pero no en plan tan ceporro como para no ser consciente también del “subjetivismo” que yo alcanzo a entenderle. Tengo la impresión de que discute el cientifismo y el materialismo de cabeza cuadrada, que abunda, pero hay mucha gente que parte de una posición materialista con mucha apertura de miras y que sin altanería piensa, reflexiona y se cuestiona, sin descartar subjetivismos y asumiendo sus profundos desconocimientos. Gente que, desde la duda y la prudencia, le podrá discutir a fondo muchas de sus afirmaciones y que seria interesante contrastar (me encantaría poder leer o escuchar un debate de este tipo). Bueno, igual para Casares son (somos) subjetivistas inconsecuentes o vergonzantes. Luis ya ha metido baza y subjetivamente (ya que estamos en ello) me siento mucho mas próximo a sus planteamientos. Sobre el libre albedrío, creo que tenemos margen pero que no es para echar cohetes. Ya digo, buen trabajo el de Ramón Casares. Y si no termino de entenderle, no es porque no se explique con un lenguaje asequible. Como siempre, buena reseña igualmente la de Luis.
ResponderEliminar(07.04.2013) Anoche me costo dormir y la almohada me insinúo: El objeto es El Todo (llámale si quieres información u otra cosa). Nosotros estamos unidos a ese Todo y este se piensa, se describe, se imagina, se pregunta, se contesta… a través de esta singularidad que somos, al menos por ahora en esta esquina del Universo. Como mínimo somos una especie de notario que intenta dar fe de si mismos y de El Todo. Un mal notario si se quiere. O todavía un repetidor de primero. Por las características y capacidades propias limitadas a pesar de su progreso tecnológico, el ser humano (una manifestación del Objeto Total) es, evidentemente, subjetivo, pero también con voluntad de objetividad (quienes la tengan). Es un subjetivista (obvio) que puede (si quiere) ser objetivista, que no tira la toalla y prefiere pecar de aspirar a un conocimiento lo mas objetivo posible (con investigación científica, por ejemplo) que a otro subjetivo entregado a interpretaciones, especulaciones, rellenos metafísicos… que se retroalimentan inflacionariamente y que encima pretenden decirme que soy la peor versión del subjetivismo. Y consciente de mi subjetividad que combato, de mis lindes para el saber objetivos, mas estrechos hoy y espero que mas amplios mañana, encajo mejor con una actitud materialista con idea, que con una idealista con materia. De cualquier manera, insisto, el dialogo y debate entre unos y otros puede ser fructífero de por si. Puede afinar nuestras competencias para el conocimiento.
Envíe mi escrito de “filosofo de barrio” (la edad me esta haciendo muy atrevido) cuando todavía no había contestado Ramón Casares. Ahora que he podido leerle, sigo agradeciéndole su claridad expositiva y pedagógica, que me permite apreciar el gran interés de lo que dice y retirarme a reflexionar y a aprender, contemplando con mucho interés el debate, a la espera de lo que intervenga de nuevo Luis (y quienes más deseen hacerlo). Por cierto “El Doble Compresor” ¿se ha editado? Gracias y saludos.
ResponderEliminarDespués de tenerlo cinco años vagando por las editoriales, el año 2010 me decidí a autoeditarlo. Así que no circula por las librerías, pero sí por internet (https://www.createspace.com/3458744). Además, lo he liberado con una licencia de Creative Commons (cc-by-sa), para facilitar su acceso. Ya solo queda que gente valiente, como tú, lo lea.
ResponderEliminarGracias,
Malos tiempos para las publicaciones, Ramón. Yo escribí un libro, "Redes y obsatáculos", y me pasó casi lo mismo. Tuve la suerte que al final me lo publicó una editorial, Editorial Universitaria, pero sin distribución por librerías.
EliminarUn abrazo
Luis, si no te lo distribuyen, entonces no sé si estás mejor o peor que yo. Yo, por lo menos, mantengo el control completo sobre él. Me refiero a licencias y demás.
EliminarUn abrazo
Bueno, se distribuyen por Internet y si se pide a una librería. En todo caso, mal negocio.
EliminarUn abrazo
enrealidad nolo ley todo pero creo q explica muy bien el subjetivismo y otros metodos
ResponderEliminar