Escrito por Luis Roca Jusmet
La palabra placer es ambigua. Lo es porque todos entendemos lo que quiere decir pero no lo hacemos de la misma manera. Lo que hay en común es que hace referencia a una experiencia que nos gusta. Pero si concretamos más ya tenemos dificultades. No podemos identificarlo con algo agradable porque a veces está ligado a una intensidad, a una excitación que no diríamos que es agradable. Justamente esto le llevó a Freud a cuestionar una primera definición de placer como mantenimiento de la homestásis, como eliminación de la tensión. Pero en el caso del placer sexual, que precisamente Freud definía como el más importante, es evidente que los humanos buscamos la excitación y experimentamos placer en la propia excitación. Por esto Lacan añadió la noción de goce para referirise al placer que viene de la excitación, d ela tensión, que se idnetifica casi con el dolor. Pero aquí empieza la confusión porque no queda claro si es un goce que se experimenta como algo que nos gusta es un placer inconsciente que conscientemente nos disgusta. Entonces podemos hablar del síntoma o de malestares como goce y aquí ya me pierdo. Digamos que hay un placer más tranquilo y otro más intento, más tenso, que puede limitar con el dolor peo es placer.
Podemos hablar también del aspecto cuantitativo y cualitativo del placer. El cuantitativo está claro, es la cantidad de placer que contiene cada experiencia. El cualitativo hace referencia al tipo de placer. Aquí podemos diferenciar los sensoriales y los emocionales. Los llamados "placeres intelectuales" son en realidad emocionales. Los sensoriales vienen de los sentidos : tacto, gusto, olfato. Básicamente son los que vienen del sexo y de la comida-bebida : sus excesos han tenido un nombre : lujuria y gula. Pero no hay pecados de la vista ni del oído porque los placeres de mirar y de oír son más emocionales : la música, las artes plásticas, la lectura, el cine. El placer del filósofo o del científico, el placer de escribir. Hablar de placeres superiores ( los emocionales ligados al intelecto ) e inferiores ( sexo, comida) es mucho suponer, ya que implica una valoración que es discutible). Igual de discutible es lo que decía John Stuart Mill, que es que cuando alguién conoce los superiores y los inferiores elige los superiores. Freud que conocía muy bien los dos decía que no había placer comparado al sexo,.
Hedonismo es el nombre que se ha dado al planteamiento vital de buscar el máximo placer y el mínimo dolor. Es una postura que se basa, por supuesto, en el valor de lo inmediato. En cuanto que se plantea el placer ligado a cuestiones más amplias ( la simplicidad, la autonomía) como hacía Epicuro ya planteamos un placer cualitativo y no cuantitativo. El ascetismo de escuelas como el estoicismo está ligado a la subordinación del placer a otros fines, como la racionalidad y la libertad interna. Pero no hay una criminilzación del placer, que vendrá con el cristianismo, que lo considerará un vicio, algo malo en sí mismo.
Spinoza considerará que el bien y el mal son relativos a la alegría y la tristeza. El afecto de la alegría no es lo mismo que la sensación de placer, ligada a una actividad. Es posible la alegría experimentando dolor. De la misma manera las pasiones tristes pueden experimentarse sintiendo placer. Digamos que para Spinoza alegría/tristeza es más profundo y duradero y placer/dolor más superficial y coyuntural. Nietzsche fue un filósofo del placer y dijo una afirmación con mucha miga, que el placer era más profundo que el dolor porque quiere permanecer, mientras que el dolor quiere desaparecer. pero también lo fue del dolor. Su apuesta por la vida era lúcida : vivir con intensidad nos aproxima al placer pero el dolor es su precio. El dolor es el precio de vivir, si evitamos hemos de anestesiarnos. No ha
Freud teorizó una pulsión de muerte que puede encadenarnos al odio y a las tendencias destructivas o autodestructivas, aunque su teorización a partir del principio de nirvana apuntó a una especulación que complicó el asunto. ¿ Podemos considerar que la violencia produce dolor y no placer ? hay aquí una ambivalencia, desde luego. También el placer se adapta, como señaló Freud, al principio de realidad. Debe negociar con lo real para no salir perdiendo, o debe renunciar al placer inmediato para conseguir un placer mediato, un proyecto placentero.
Finalmente fue Michel Foucault el que planteó una ética ligada al placer. Pero un placer compartido y que combatía lo insoportable para el otro. Porque por supuesto hay una placer abierto al otro, que reconoce a este otro y hay otro placer que utiliza al otra. El placer tiene también sus apuestas éticas.
En todo caso aspiramos todos a felicidad aunque no siempre tengamos el poder, la potencia ( como dirían Spinoza, Nietzsche o Foucault ) para actuar en consonancia.
Las pasiones nos conducen por camino contrario diría Spinoza. la debilidad, plantearía Nietzsche. Foucault decía que la libertad significa no ser esclavo del otro o de nuestras pasiones y debilidades. Corrrecto. La felicidad puede identificarse con la alegría espinosista. Pero en todo caso el placer tiene un valor y difícilmente seremos felices, estaremos alegres cuando experimentamos mucho dolor. Y al revés, dificilmente seremos infelices, nos sentiremos tristes cuando experimentamos mucho placer. Digo dificlmente, lo cual quiere decir que acepto esta posibilidad.
En todo caso inisito en lo que decía Nietzsche : que el máximo placer me acompañe y el que el dolor me abandone. No comparto la idea de que el dolor te hace mejor, que es un aprendizaje necesario o que el lo que lleva por el camino adecuado. En absoluto. El dolor hay que aceptarlo pero no es bueno.Prefiero aprender con el placer, sinceramente.
Ya, yo también, pero el hecho es que se aprende más de lo que nos hace
ResponderEliminarsufrir, lo cual no quiere decir que haya que ir detrás. Llega lo malo
como llega lo bueno,
En cuanto a los gustos de Freud...eran los gustos de Freud, no coincidimos.