Escrito por Luis Roca Jusmet
Se ha iniciado en Europa un movimiento, minoritario pero real, que plantea que la única alternativa que puede plantear la izquierda es fuera del euro. Me falta la información necesaria para poder valorar hasta que punto esta opción es posible y deseable. Lo posible y lo deseable no son dos opciones complementarias, sino totalmente entrelazadas y dependientes. Porque una cosa es deseable en la medida en, en términos absolutos, es posible, Es decir, que si algo no es posible, entonces no puede ser deseable, ya que entiendo el deseo como un impulso consciente que debe ir ligado al movimiento real de las cosas, no a nuestra fantasía. Pero en términos relativos lo posible es más complejo y ambiguo, ya que ha de vincularse a la dificultad de llevarlo a cabo y a las consecuencias que comporta. Por lo menos en política es así : hay que calcular siempre los riesgos de cada decisión. Es decir, que si no hablamos de principios, una cosa puede dejar de ser deseable por el enorme precio que hay que pagar para conseguirlo o por el grado de riesgo que implica. Estar o no en la Europa monetaria no es una cuestión de principios, es una cuestión de intereses. Se trata de saber si les interesa a los ciudadanos europeos y no a sus élites. Lo que se trata entonces de saber es si el precio y el riesgo que implicaría salir del euro, cuando fuera posible, compensa sus ventajas para el conjunto de los ciudadanos. Y cuando digo conjunto me refiero a la inmensa mayoría de los que formamos parte de las clases subalternas.
Porque no es una cuestión de principios para la izquierda: la unión monetaria europea no es mala en sí. Lo es hoy porque no está complementada por otro tipo de unidad ( fiscal, por ejemplo) y porque la soberanía monetaria está en manos de la troika ( Fondo Monetario Internacional, Banco central Europeo, Consejo Europeo) que son instituciones político-económicos que siguen los intereses del gran capital internacional y europeo. Pero la soberanía monetaria en manos de gobiernos populistas antieuropeos sería igual o peor.
La cuestión es, entonces, plantear alternativas a la situación actual del euro, es decir a una unión monetaria cuyos mecanismos son hoy antidemocráticos y están al servicio de la lógica capitalista y sus élites dirigentes.
Hay entonces dos alternativas que se le abren a la izquierda europea. La primera opción es una reforma de la unión europea, creando un poder político que tenga la suficiente fuerza y que sea capaz de garantízar los derechos individuales, políticos y sociales del conjunto de los ciudadanos. Esto es posiblel en un Estado social de derecho en el que el mercado está regulado por un poder político al servicio del bien común. Es el proyecto socialdemócrata, que quiere recoger lo mejor de las tradiciones socialista, republicana y liberal. Es el Estado inspirado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es la Europa que debemos defender frente a la hegemonía de EEUU y la posible alternativa de la República Popular China, Una Europa unida dirigida por la izquierda puede recuperar lo mejor que ha aportado : democracia, derechos humanos, Estado de bienestar. Algo imperfecto, por supuesto, pero de lo mejor de lo que se ha hecho en los tiempos modernos.
La segunda es volver a Estados nacionales con soberanía nacional y monetaria, que puedan restablecer estos derechos a nivel de Estado-nación. En todo caso no hemos de olvidar que el capitalismo es una economía-mundo que está en crisis, pero que existe y que quiere imponer su lógica global a los Estados. Y que no hay ni habrá alternativas globales fuera de la economía de mercado y del Estado de derecho.El comunismo ha fracasado como proyecto y la única opción que me parece viable es una socialdemocracia capaz de dar un giro al socialliberalismo. Parece que el cambio de liderazgo en el Reino Unido va en esta dirección. En España el PSOE, IU y Podemos están batallando para aparecer como la auténtica socilademocrcia. Syriza en Grecia quiere se la alternativa socialdemócrata a un Pasok corrupto.
En todo caso se puede ir hablando, analizando y haciendo propuestas para salir del euro. Pero no es en en sí mismo una solución, ni tampoco está claro que las consecuencias sean hacernos avanzar en una Europa democrática de derechos. Los que lo plnatean hoy son fuerzas totalmente minoritarias.
Por esto mismo, y paralelamente a lo anteior, hay que apoyar las mejores opciones para gobernar la Europa del euro. La izquierda es plural y aquí hay dos direcciones que no tienen porque ser excluyentes. Porque sí lo son puede pasar lo que seguramente ocurrirá en Portugal, que es que ganando la izquierda acabará gobernando nuevamente la derecha neoliberal. No sé de quien es la responsabilidad, pero normalmente oscila entre el excesivo posibilismo de la socialdemocracia y el maximalismo de su izquierda.
Valga este post como un primer paso para el debate.
No hay que mirar con o sin euro, el futuro pasa, por un sentido común, el menos común de los sentidos, en que Europa ha de estar unida, pero no unida en lengua y leyes, si no que ha de ser un estado federal, totalmente federal, donde se primen las lenguas de cada territorio propias, las políticas no ya liberales o filo-capitalistas, sino las políticas del uno a uno femenino, las políticas de entendimiento entre las tres o cuatro facetas del ser humano, ya que tenemos la ventaja, sobre los países musulmanes, que la Santísima Trinidad y lo trino está aceptado no coyunturalmente sino atávicaemente; y este entendimiento pasa por lo femenino que supuso la religión, como el matrimonio, la unión y el pacto, ya en tiempos inmemoriales del discurso del amo, que huía de ellos y el histérico que pretendió, y así consiguió inconscientemente y en base a su vasallaje sobre el amo, que se aceptaran estas instituciones.
ResponderEliminarEl mundo pasa por la aceptación, del nuevo chivo expiatorio, que no será ni Cristo ni Sócrates, yo sé que un sacrificio "crea", crea con un poder inconmensurable, y este chivo lo será la espiritualidad, la filosofía, pero no para desaparecer, sino para hacerse partícipe enésimo, cada ser hablante, cada ser filósofo o creyente, ser enésimo de este sacrificio, que ya no será con sangre, sino meramente simbólico.
La fama de la nueva revolución la tomará el discurso del amo y el de la ciencia, cuando habremos sido nosotros, curas, filósofos, patafísicos, poetas, historiadores, filólogos los que habremos dado el salto a la Nueva Era, una donde el cuarto elemento femenino del cuarteto de dos masculinos y dos femeninos tendrá o seguirá teniendo contacto con el primer masculino, en base a la telepatía o a la red de Internet que la fomentará, en esto radica y digo radica la gran revolución, un cambio de consciencia, un cambio en el paradigma de la comunicación.
No será la dialéctica enfrentada de euro sí o euro no, sino que la individualidad desglobalizada se compaginará con la globalización, para hacer una gran familia donde sus integrantes tengan su habitación propia cada uno, mirando esta analogía. Y como última alteridad la naturaleza, a pesar de estar o que estaremos más integrados en ella, tendremos a los desastres naturales como enemigos.
Vicent
Salir del marco alemán querrás decir.
ResponderEliminarEl problema nuestro con euro o sin él va a seguir siendo el mismo, con tanto chorizo campando por sus respetos en los sucesivos gobiernos, chorizos intocables como bien se está viendo, mientras a los de abajo se nos pasan todas las facturas, ellos no ahorran en nada ni se privan