Escrito por Luis Roca Jusmet
Doy una asignatura a los estudiantes de bachillerato que se llama Sociología. El problema inicial, básico y radical, es la de dar una primera definición de sociedad. Si la sociología es el estudio de la sociedad, resulta entonces interesante delimitar con toda la precisión posible este concepto. Delimitarlo quiere decir conceptualizarlo y conceptualizarlo quiere decir saber de que estamos hablando. Todo lo que digo demuestra que la definición no puede ser el punto de partida, a menos que la definición sea vacía. Al constituir una ciencia, como la sociología, por ejemplo,ya hay un trabajo de conceptualización previo y es el desarrollo de la propia ciencia el que acaba clarificando el concepto.
Se trata entonces de plantear una definición que ya sea resultado de todo un trabajo de conceptualización que debe tener, además, una dimensión empírica, ya que si la sociología es una ciencia debe existir esta contrastación. Conceptualizar, no lo olvidemos, es configurar lo real de una determinada manera, la más operativa para entender lo que queremos estudiar.
Una sociedad es, entonces, una estructura que define una serie de interacciones entre grupos e individuos que asumen un estatus y un rol social. Esto sería una definición funcionalista. Cada cual asume en la sociedad el estatus que le es asignado y el rol que lo corresponde en función del lugar simbólico que ocupa. Según esta primera definición el individuo sería un producto social y la sociedad sería siempre igual a sí misma.
Pero resulta que la sociedad cambia y lo hace porque los individuos y grupos la hacen cambiar. Esto quiere decir que los humanos hacemos cambiar la sociedad. ¿ Porqué la hacemos cambiar ? Una razón posible es el conflicto.Cuando un grupo no asume el estatus o el papel que se le ha asignado entonces entra el conflicto con la estructura y esta puede cambiar. ¿ Porqué el conflicto ? Porque esta estructura implica siempre unas relaciones de poder y estas relaciones de poder suponen dominios, discriminaciones y exclusiones. Ocurre con grupos económicos, religiosos, de género o de raza. Los cambios originados por conflictos hace que estos sean asumidos por el grupo, aunque pueden iniciarlo un individuo o una minoría dentro del grupo, que posiblemente no verá el resultado y será sacrificado por su iniciativa. La sociedad no es entonces funcional, es también dinámica y conflictiva. Es dialéctica.
¿ Cambian las sociedades por los conflictos o pueden hacerlo por la dinámica propia ? Depende de si hablamos de sociedades tradicionales/cerradas o de sociedades modernas/abiertas. Las primeras son conservadoras y solamente admiten cambios que no sean estructurales. Las segundas llevan el cambio en su propio funcionamiento y puede dar lugar a una transformación estructural. En el primer caso será una revolución y en el segundo pueden ser transformaciones más graduales, más silenciosas.
La última cuestión es cómo delimitamos una sociedad en el espacio y en el tiempo. Es decir, cuáles son los límites que hacen que pasamos de una sociedad a otra o que una sociedad se transforme en otra. Evidentemente los criterios son convencionales y relativos pero es necesario establecer un punto de partida. Me parece que en las sociedades modernas lo más objetivo es establecer criterios políticos más que económicos o culturales. Los económicos no valen porque el capitalismo es una economía-mundo. La cultura no vale porque son elementos que circulan cada vez más y tienen por tanto un carácter muy heterogéneo. En este sentido me parece que lo más útil para entendernos es identificar una sociedad moderna con un Estado-nación, a menos que queramos delimitar otro ámbito ( regional, local, continental...). Si nos referimos a cuando cambia una sociedad para transformarse en otra, hemos de pensar en cambios estructurales, que querría decir que afecta a todos los ámbitos ( económico, político, cultural). Esto, evidentemente, no siempre se puede definir con exactitud, a menos que hablemos de revoluciones.
En todo caso hay tres últimas ideas que me gustaría señalar. La primera es que la relación entre sociedad e individuo es dialéctica : la sociedad produce unos determinados individuos y a su vez los individuos producen una determinada sociedad. La segunda es que la sociología y la historia están totalmente relacionados. Sin conocer los largos procesos en los que se inscriben los hechos sociales no podemos entenderlos y la línea que separa el pasado del presente es muchas veces ambigua. ¿ Hablamos del pasado o del presente cuando nos referimos a los que pasó hace un año ?. La tercera es que hemos de abandonar en sociología la idea de empezar por lo simple para entender lo complejo. No hemos de empezar estudiando el barrio hasta llevar a entender el mundo. Más bien hemos de empezar por enmarcar el mundo para conocer lo local. Aunque en el fondo es una cuestión dialéctica. Pero ya sabemos que pasa con las modas culturales: antes estabas obligado a hablar siempre de dialéctica y ahora es una palabra tabú, no sea que te toimen por un dogmático marxista.
Conflictos, deseos, luchas de intereses, goces, amores incluso, un eje o amo, o grupo de amos interaccionan al unísono con la gran masa de personas que formamos una sociedad, es por tanto dialéctica la relación y el concepto de sociedad, dialéctica o si queremos deconstructiva.
ResponderEliminarHeidegger, que no podemos confundir con Marx, ya decía que el concepto es el tiempo de deconstrucción de la cosa, quiere decir que una sociedad podría ser la cosa, que no lo es del todo, y el tiempo en que dialécticamente la cosa va transformándose hasta su cénit o crisis es el concepto.
Ahora, yo veo una gran revolución, una sencilla y grandiosa, en la que no habrá un gran movimiento, sino una transición que será la misma revolución, que comienza desde el nuevo concepto o paradigma de comunicación, que ya no será de tres personas masc.fem.masc. sino que la cuarta femenina, que no sale explícitamente en "El banquete" de Platón, tendrá, gracias a la red, la posibilidad de acceder a su deseo con el primer elemento masculino, apto, hasta hoy, al primer femenino. Esto lo vemos en grupos de cuatro, nunca se elimina al elemento femenino del grupo, pues el grupo ya no es un grupo propiamente dicho, sino una mesa cerrada y abierta a la vez, dependiendo de la vergüenza o la decisión del cuarto elemento y segundo femenino, este podrá seguir en el tablero o mesa accediendo al primer o segundo masculino, interaccionando con ellos.
Con todo esto, la misma red agiliza y favorece las individualidades que sólo se podrían desarrollar, hasta hoy, en un entorno de grupos reales, mientras que Internet las favorece, miremos que un bloguista puede tener un bloc sin lectores o con un solo lector, puesto que su acción trascenderá en el inconsciente colectivo.
Además la nueva revolución del III Año de Dios, Cristo i Dionisio será la plasmación de la teoría nietzscheana de Dionisio, cuyo anticristo no será ya el capitalismo o su discurso sino el discurso universitario o de la ciencia que se aliará con el del amo, ya Lacan decía que habría en el siglo XXI una gran eclosión de la espiritualidad, que otros la vaciarán de su sentido, el tan peligroso sentido, no siendo tampoco el de la técnica, que funciona libre de la ciencia, ni el de la Mujer en mayusculas nietzschiana, sino las mujeres, tomadas una por una, primándose de una vez al hombre o a las mujeres intuitivas.
En resumen este será el siglo de las humanidades, no de forma institucional sino tácita, pues con el complejo de Edipo nos identificaremos contra la ciencia y el amo, provocando la libertad.
En una sociedad dialéctica o deconstructiva, como siempre o casi siempre ha sido, si eliminamos las pequeñas tribus o sociedades prehistóricas que funcionaban con el mandato del padre del clan.
Vicent