Escrito por Luis Roca Jusmet
Emancipación quiere decir que un ser humano es autónomo, es decir un sujeto de derechos. Cuando alguién no depende de otro, cuando alguien no está sujeto a otro, cuando alguién está dominado por otro. No hablamos de relaciones de poder, ya que como el mismo Michel Foucault acabó reconociendo, esta se da en todos los ámbitos y no tiene porque considerarse negativo si no implica una negación del otro en una estructura jerárquica. Emancipado quiere decir tener derecho a decidir sobre las cuestiones privadas y participar en las decisiones públicas. Esto nos lo enseñó John Stuart Mill. Emancipado quiere decir ser libre en un marco de reconocimiento de las leyes y quiere decir tener igualdad de derechos. hablamos de una sociedad de ciudadanos emancipados cuando todos son sujetos d elos mismos derechos.
Pero uno de los inventores de la democracia liberal, John Locke ( aunque él no utilizó ninguno de los dos términos que acabamos de citar) ya planteaba el derecho a la rebelión. Es decir el derecho moral a no seguir las leyes. Esto supone que hay algo que nos permite cuestionar legítimamente las leyes. Legítimamente quiere decir moral. Según es iusnaturalismo son los derechos naturales los que nos permite no seguir las leyes si estas no los respetan. Locke hablaba del derecho a la propiedad como este derecho natural, de inspiración divina. Derecho a la propiedad sobre la propia vida, sobre las propias acciones y sobre los propios bienes. No era un derecho absoluto pero no podía ser privado de manera arbitraria. De manera arbitraria quería decir si el sujeto no había atacado la propiedad de otro ( su vida, sus actos, sus bienes). Los derechos naturales implican una reciprocidad.
Si no creemos en derechos naturales debemos tener un criterio político-moral que nos permita justificar la rebelión. Este criterio no puede ser subjetivo. No podemos considerar que es un simple juicio de valor y plantear que si alguién no está de acuerdo, no le gustan unas leyes no tiene moralmente porque respetarlas. Los derechos morales no responden a juicios de hecho ( como cuando decimos que son objetivos, naturales) ni a juicios de valor ( cuando decimos que son subjetivos). Son juicios de derechos en el sentido que son los propios humanos, a través del diálogo y la deliberación, los que lo van marcando a través de la experiencia histórica. Sin ser objetivos deben objetivarse a través de la escritura. Esto es lo que ha pasado a través de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. No es un texto sagrado, puede ser modificado, pero es una buena referencia. Es lo que nos permite hoy una referencia no subjetiva ( sea de individuo o de grupo) sobre los derechos que moralmente podemos exigir. Podemos seguir entonces a Locke al decir que podemos rebelarnos contra las leyes de las dictaduras o incluso de las democracias si no respetan estos derechos.
En las películas "Selma" y "Sufragistas" respectivamente se ve la dura lucha de los negros y de las mujeres por ser reconocidos como sujeto de derechos, es decir por su emancipación. Lo hacen en en el marco de dos democracias, la de EEUU y la del Reino Unido. La primera lucha es más para buscar normas para aplicar las leyes y la segunda para reconocer una ley que instaurara el sufragio femenino. Son luchas contra la legalidad pero legítimas desde el punto de vista política-moral. Y se puede decir que no tenían como referencia, en el segundo caso, la D.U.D.H. porque no se habían escrito. Correcto. Pero es evidente que la lucha aspiraba a un derecho porque excluía a más de la mitad de la población de un derecho.
Todo esto viene hoy a cuenta por la reivindicación del derecho a la secesión de un sector de los políticos y de los ciudadanos catalanes. Digo derecho a la secesión porque "el derecho a decidir" es pura retórica para esconder el derecho que realmente se pide. Nadie puede estar, formulado así, contra el derecho a decidir. Pero claro, lo que no se dice, por ejemplo, que si cataluña decide la secesión Barcelona no tendrá derecho a decidir si quiere quedarse en España o irse a Cataluña. La base para este supuesto "derecho" ( no reconocido como tal en ningún Estado, aunque es cierto que algunos gobiernos de Estado lo han permitido, como todos sabemos) es que Cataluña es una nación y por tanto un sujeto soberano. La referencia escrita aceptada, según sus defensores, es "el derecho a la autodeterminación". Pero este derecho de autodeterminación se refería al derecho que tenían las colonias a fundar un Estado. ¿ Eran las colonias naciones ? Pues no, porque no se habían constituido como tales. Veamos como ejemplo la India, que una vez independendizada de Gran Bretaña acaba formando dos Estados. ¿ Eran dos naciones ? Me parece una discusión absurda. Yo creo que eran un territorio ocupado que primero quieren liberarse del yugo británico y después fundan dos Estados ( a la larga tres) por cuestiones étnico-religiosas. Y estas cuestiones étnico-religiosas hacen que lo que había sido una una lucha pacífica por la emancipación se convierta en una lucha violenta y fratricida. Como dijo el mismo Amartya Sen, de origen indio, la identidad única ( "ser hindú", "ser musulmán) conduce a la violencia.
Si Cataluña es o no una nación no importa. En términos políticos es discutible, aunque nadie le niega una especificidad histórica a nivel político. A nivel étnico-cultural también es discutible, cuando la mitad de los catalanes hablan castellano y no hay tradiciones que cohesionen en una sociedad tan mezclada y abierta como la catalana. Pero que una nación tenga derecho a un Estado también sería discutible. Por lo tanto toda la cuestión del Estado plurinacional que plantea Pablo Iglesias me parece fuera de lugar. Vivimos en un Estado de derecho que tiene como nombre España. No porque España sea una nación sino porque las fronteras que delimitan este Estado se corresponden a esta entidad política, cívica. Este Estado de derecho es el que hay que mejorar, no dividir, Este es el camino de la izquierda, el de hacer del estado no un instrumento de los poderes económicos sino de la garantía de derechos para todos los ciudadanos.
Estoy de acuerdo con casi todo, salvo en que las periferias, a mi juicio son también naciones, cada pueblo lo conforma una lengua sobre todo, cada lengua una nación, yo diría que los aragoneses forman, los aragones-hablantes su nación, pero España es una nación también y cómo tal tiene derecho a decidir sobre sus naciones.
ResponderEliminarPero no sólo o no en el voto, si no que pensemos que la mitad de los habitantes de la Comunitat Valenciana son de origen castellano, al igual pasa con los de Catalunya.
¿Qué hacer entonces? Yo creo que hay que escuchar y pensar esto: ¿Qué pide un valenciano que vota a Compromís? ¿Qué pide un catalán que se declara independentista?
Yo creo que piden no ser menostenidos por hablar esta lengua, ser entendidos al menos, si no respondidos en sus lenguas, yo creo que hay cuatro, tres básicamente, registros para una realidad, el social o lingüístico, el político y el económico. Están pidiendo también que no se les cuente sólo por números, bases de datos y dinero y también que se les tenga en cuenta políticamente, por esto que hace falta que el cambio de la entrada casi ya en el IV Año de Dios, Cristo y Dionisio se haga factible en la política, en lo social-lingüístico y en lo económico, es un malestar de lo que se quejan y es el que he hablado, la conversión de un pueblo o individuo en objeto, ya no es una persona un ente que tenía un lazo social-lingüístico, económico y político con su entorno sino un objeto que entra a formar parte de una maquinaria que al no tener alma se pudre, y de esto es de lo que se queja el pueblo, no de otra cosa, no es la independencia catalana a lo que aspira y aspiran, pues en un futuro estado catalán, si no se atajan estos defectos seguirían teniendo otro enemigo, creado o natural que les haría tan o más débiles e infelices que lo son ahora, se quejan de que la parte económica está ahogando a la social-lingüística y a la política.
Vicent Adsuara i Rollan
Y esta queja es la del registro simbólico lacaniano, el símbolo, el varón, el Padre, tras la caída del Padre el mundo responde, lo lingüístico-social-religioso, lo que entronca con el imperativo paterno, con el superego, con la moral responde, responde contra la entronización del sujeto como objeto, y esta queja pasa en todo el mundo, los jihadistas protestan por la entronización del objeto, aunque sean utilizados colectivamente para otros fines, individualmente dicen: ¿Dios es el objeto, el objeto es el Padre? Pues os estalla en las manos, asesinos de Dios!
ResponderEliminarLa lengua, las lenguas, religiones y socializaciones del dinero no son ajenas, la humanidad, la queja contra un mundo donde todos somos como el cenicero al que dejamos caer nuestro cigarrillo ya fumado y quemado, contra esto se queja el mundo, la juventud y los no tan jóvenes, y el procés no es más que más de esta queja.
Vicent
Hay una discontinuidad del "Padre" que desea ser repuesto o desea volver, y la gente es capaz de dar su vida, los políticos catalanes frente al poder español, que puede interponer su fuerza por la unidad de España. Pero la lengua, lo lingüístico catalán, lo ancestral es la misma Catalunya, el "Padre" somos nosotros mismos y somos con diferencias lógicas de cada individualidad, somos capaces de morir por lo que representa el imperativo paterno, el Padre, Dios, llámesele lengua catalano-valenciana, religión musulmana o capitalismo liberal.
ResponderEliminarEsta dinámica hay que pararla, y no hay otra forma que una pequeña vuelta a la estabilidad de los tres registros, lo que yo he escrito en mi blog como un "obluir" desglobalizador, que pasaría por dar lugar a la individualidad, pero sobre esta la mal llamanda (no hay palabra para nombrarla si no queremos matar la idea, castrar al individuo y a la colectividad poniéndole nombre) identidad colectiva.
De cada pueblo, ser o persona, fuera de su valor económico, que no es otra cosa que lo simbólico del instinto de muerte y el de vida y su resulado, el amor...
Vicent Adsuara i Rollan