Luis Roca Jusmet
Luis Roca Jusmet
El 1 de noviembre, Día de los
Muertos, fue el último día de Agustín. El tren de las estaciones
de la vida, como le gustaba decir, se ha parado. No le conocía
personalmente pero seguro que a él le habría gustado que le llamara
Agustín. Lo desubrí en plena adolescencia, hace
ya cuarenta años, con la lectura del Sermón
del Ser y el no-Ser. Me impresionó
profundamente y fue una de las influencias que me condujeron a
estudiar filosofía. Él decía, de todas maneras, que estaba en
contra de la filosofía. Podemos colocarlos en la lista de los
antifilósofos ( de los que hablaba Alain Badiou: Nietzsche, Lacan,
Wittgenstein ) que hacían vivir a esta filosofía académica que no
soportaba. Después he ido leyendo escritos espléndidos, como
Registros de recuerdos
(contranovela)
y Cosas que hace uno , en los
que hablaba de su vida y de lo que hacía. No voy a dar aquí datos
biográficos porque Agustín estaba en contra de las biografías.
Agustín siempre decía que su voz
era de lo que él llamaba la lengua común del pueblo, que el
sujeto y el individuo son inventos del sistema. El sigue viviendo en
todos los que le querían, le leían, le escuchaban. Escribió Contra
el Tiempo. No porque cuestionara
a su amigo Heráclito, cuando decía éste que todo era cambio,
transformación. Al contrario, para Agustín todo era proceso
abierto, creación. Pero el tiempo era un invento humano para
clasificar, medir y negar este proceso. Porque el pasado se negaba en
función de un presente que se escapaba y de un futuro por venir. El
Futuro fue su gran enemigo, era la Administración de la Muerte. El
Tiempo, la Realidad, el Regimen eran el Reino de la Mentira basado en
la Fe en el Dinero. La fusión definitiva entre el Estado y el
Capital, donde la Persona y la Masa anulaban a lo que quedaba del
pueblo, a través sobre todo de los Medios de Formación del Régimen
y la Teología de la Ciencia. Agustín quería hablar en nombre de la
Razón común, de la Lengua común que hay detrás de todas las
ideologías y de las lenguas de Babel. Él, tan singular, siempre
defendió lo común.
Agustín
no poponía nada, para él era caer en el juego del Régimen, de los
planes del Futuro. Agustín actuaba escribiendo, hablando, con su
hacer cotidiano. Visitando y hablando a los indignados, en sus
debates semanales. Políticamente nunca
coincidí con él porque yo soy, en el fondo, un posibilitista. Que
le haremos. Pero aunque él defendía lo imposible en este imposible
había mucho de lo que aprender, mucho sobre lo que pensar. Pero
siempre estuvo del lado de la emancipación, de los oprimidos. Contra
el poder del Estado y del Dinero. A su manera. Quizás si Agustín
García Calvo no existiera habría que haberlo inventado, como se
acostumbra a decir. Pero no para seguirlo sino para sacudirnos de
nuestros tópicos y obligarnos a pensar.
Agustín ya forma
parla de estos amigos muertos, como él también decía, que nos
continúan hablando e interpelando.
Me despido así con
estos comentarios desordenados, fuera del tiempo real regido por el
orden del futuro, del orden del calendario y del horario que tanto
detestaba.
Agustín fue un ejemplo ético, de una vida libre, digna y apasionada. No fue un muerte viviente como tantos otros. Vivió 86 años intensamente. No es poco. Lo envidio. Me despido así de él con alegría, sin tristeza, de uno que supo vivir. De manera intempestiva, polémica, valiente.
Agustín fue un ejemplo ético, de una vida libre, digna y apasionada. No fue un muerte viviente como tantos otros. Vivió 86 años intensamente. No es poco. Lo envidio. Me despido así de él con alegría, sin tristeza, de uno que supo vivir. De manera intempestiva, polémica, valiente.
Acabo el artículo,
como no, igual que lo he empezado, con sus propias palabras:
“ ...frente al
otro, hacia atrás, por donde en realidad nunca se vuelve, es algo en
verdad sin sentido alguno. Y YO, por si acaso, como me mandan ir
hacia el Futuro, me dejo llevar de las ondas de los ríos hacia
atrás, hacia el
nacimiento sin fin, hacia mi desconocimiento.
Luis, has escrito uno de los mejores "obituarios" que he leído a raíz de la muerte de ese pensador irrepetible que era Agustín García Calvo. Tan impresionantes como muchos de sus libros, o sus traducciones de Shakespeare y Lucrecio, eran su presencia y su voz en sus charlas siempre muy ingeniosas, muy lúcidas y llenas de humor.
ResponderEliminarRespecto a su actitud política, tal vez sería un buen momento para recordar los versos de Bertold Brecht:
"Hay hombres que luchan un día y son buenos,
hay otros que luchan un año y son mejores,
hay quienes luchan muchos años y son muy buenos,
pero hay los que luchan toda la vida:
ésos son los imprescindibles".
Gracias por el comentario, Juan Carlos, yo no estaba muy convencido. Lo envié a Rebelión pero antes que lo publiquen estoy hacoiendo un poco de reelaboración, un poco más amplio.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Luís,
ResponderEliminarNo conocía a este señor -de hecho no conozco a casi ningún filósofo- pero gracias a ti ahora voy a leerme un par de sus libros -siempre es un gustazo leer a "outsiders" de verdad que son capaces de ponerlo casi todo en duda-.
Es posible que este tipo de gente tenga razón, auqnue creo que nunca lograrán convencer a casi nadie. Pero supongo que su voz es muy necesaria. Recuerdo que Arturo San Agustín, el periodista, dijo que de todas las personas que había entrevistado, para él las mejores y más interesantes eran sin ninguna duda los poetas. Y es que da gusto escuchar a hombres libres de verdad - yo no lo soy ni en el fondo quiero serlo pq no tengo el coraje suficiente-.
Y es que en las Españas quedan muy pocos intelectuales libres de verdad. O si los hay están muy escondidos y los medios de desinformación no les dan coba.
Y eso me recurda ese chiste que dice: "Por favor, no le digas a mi madre que soy periodista, ella se cree que soy pianista en un burdel."
Voy a Madrid, leo El Mundo, La Gaceta, ABC y La Razón, veo sus televisiones y escucho a según que radios y me dan ganas de vomitar y hacerme militante de las CUP y de Bildu. Trato de calmarme, cojo el diario El País y entiendo porque el PSOE ya no es ni socialista ni obrero.
Vuelvo a Barcelona, leo La Vanguardia y me dan náuseas y ganas de votar al PSC y militar en las Briadas Rojas. Luego leo El Periódico y hasta me entran ganas de votar a CiU. Enciendo la tele, veo TV3 y me dan ganas de llorar. Barça, bolets, Barça, APM y más Barça.
Así pues, y en homenaje a este señor, me declaro independiente de los medios de desinformación, idiotización, propaganda y manipulación masivas y pongo a "Dios" por testigo que no volveré a consumir jamás ningún diario, televisión o radio de las Españas.
Y que me perdonen los últimos Mohicanos, gente como Jordi Évole,los productores del 30 Minuts...
Un saludo,
Toni
Totalmente de acuerdo Toni, incluso con la excepción d elos últimos mohicanos. vale la pena conocer a Agustín garcía Calvo, aunque sea para cabrearse con él porque se pasa. Y más a los 86 años, que seguía tan radical como a los 20. Tenía su propia editorial, Luciérnaga, con muchas publicaciones de muchos temas.
ResponderEliminarQue lo disfrutes, Toni
Hola, Luis. Ante todo enhorabuena por tu blog, que está entre mis marcadores desde hace años y que leo siempre que tengo un rato libre. Es admirable el esfuerzo que le echas para tenerlo actualizado. ¡Enhorabuena!
EliminarQuería puntualizar que la editorial de Agustín se llama Lucina. Tuve la suerte de seguir a Agustín durante años en las tertulias políticas que organizaba cada miércoles en el Ateneo de Madrid. Llegué a él a través de un grupo de la facultad de filosofía de la Complutense que eran verdaderos fanáticos. Lo cierto es que desaprendí muchísimo con él, tal vez demasiado, ya que todo lo que oliera a Cultura con mayúscula nos echaba para atrás. Recomiendo su lectura sin ningún tipo de dudas. La obra que más me ha marcado: Relato de amor, un poema en hexámetros dedicado a su difunto padre, en el que maravillosamente lo resucita para dialogar con él. Una delicia.
Finalmente, quería plantearte la posibilidad de que modifiques la apariencia de tu blog, ya que leer letras blancas sobre fondo negro, al menos a mí, cansa la vista, más si cabe si el contenido es mínimamente sesudo.
Gracias y a seguir así.
Muchas gracias santi. Escribe más a menudo. pues sí, te haré caso y cambiaré cuando pueda la apariencia del blog. Un abrazo y gracias. También rectifico lo de la editorial y tomo nota del libro que recomiendas.
EliminarRecuerdo imborrable para una persona inolvidable.
ResponderEliminarIba a reunirse con aquellos a los que tampoco les gusta el decir y el hacer del Régimen, del futuro...
Un nudo gordiano siempre ha rodado por mi pensamiento: ¿En qué medida nos podemos oponer a ese decir y hacer? ¿Cuánto yo e individualismo, cuántas estructuras e ismos, y, a su vez, olvido, distancia, supervivencia y pragmatismo?.
¿En qué medida podemos des-oir, des-obedecer, des-articular, des-mentir, este engranaje estructural, esta máquina de necesaria necesidad que a veces es nuestra vida?
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Un cometa cruzo el universo....
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Un abrazo.
No podía Alfonso, no podemos. Su decir tenía algo de imposible, pero también hay que decir este imposible. Y nadie lo hizo mejor que él.
ResponderEliminarUn abrazo