Albert Camus fue un periodista, un escritor,
un hombre público muy potente en su momento, pero que ha tenido un eco muy
desigual en Europa o en la propia Francia. En Francia hubo dos movimientos
intelectuales y políticos que le oscurecieron. En primer lugar, la influencia
de Sartre y del entorno marxista que dominaba en los años 60, lo proscribieron
por bastante tiempo. Volveré sobre el tema. En segundo lugar la influencia en
los años 70 del llamado estructuralismo ( pensadores tan polémicos como
Althusser y Foucault) fueron también muy reacios al hombre Camus y a todo lo
que oliera a humanismo. Más tarde Camus ha tenido sus momentos de gloria,
valorado por haber sido en una época poco propicia un pensador crítico independiente.
Personalmente lo que me gusta de Camus es su búsqueda de los matices, en contra
de las tendencias maniqueas de cualquier tipo. También me parece lúcida su
preocupación por los límites, por la necesidad de los límites. Reivindica
buenos maestros, como Tucidides y Montaigne.
Por el contrario, lo que me disgusta es su moralismo. Me refiero a un aire moralizante, de reivindicación de una especie de pureza moral que me parece muy negativo. Negativo porque es en la política donde Camus se mueve y es en estos términos en los que debería expresdarse. La ambigüedad política de Camus se refleja sobre todo en su libro El hombre rebelde, que presenta múltiples lecturas. Albert Camus es una rara avís en un mundo intelectual y político muy polarizado : los liberales, los gaulistas en un extremo y en el otro el PCF. Camus, como muchos de los jóvenes idealistas de su generación también pasará puntualmente por este partido.
Por el contrario, lo que me disgusta es su moralismo. Me refiero a un aire moralizante, de reivindicación de una especie de pureza moral que me parece muy negativo. Negativo porque es en la política donde Camus se mueve y es en estos términos en los que debería expresdarse. La ambigüedad política de Camus se refleja sobre todo en su libro El hombre rebelde, que presenta múltiples lecturas. Albert Camus es una rara avís en un mundo intelectual y político muy polarizado : los liberales, los gaulistas en un extremo y en el otro el PCF. Camus, como muchos de los jóvenes idealistas de su generación también pasará puntualmente por este partido.
En la Francia de Pétain, como en el franquismo, una minoría resiste y una mayoría se adapta. Resulta indignante comprobar como los poderes económicos que
colaboran con Petain salgan sin culpa por el interés oportunista de los nuevos
dirigentes de la Francia liberada. Y también resulta penoso saber como acaban
pagándolo las mujeres que se relacionaron con alemanes (!). Y que fueran los
intelectuales colaboracionistas, finalmente, el perfecto chivo expiatorio para
cubrir el expediente.
Camus formará parte de la moda del existencialismo de la post-guerra parisina. En este marco tendrá conflictos con Sartre y con Merlau-Ponty, que apostaran por el comunismo. Seguramente Camus mantendrá más independencia de juicio en estos momentos.
Una de las contradicciones que vive es la de la Francia liberada de la ocupación alemana que ocupará Argelia. La Francia republicana que, más allá de sus fronteras, lleva en Argelia una política totalmente contraria a lo que defiende en su país.
Pero hay que ver la complejidad del asunto : no son terratenientes y funcionarios franceses contra trabajadores argelinos. Están también la mayoría de los "pied-noir", franceses nacidos en Argelia, que aunque mantienen privilegios con los argelinos son trabajadores pobres. Camus lo sabe perfectamente porque nació en una familia pobre de pied-noirs.Todo esto da una nueva dimensión a la visión parcial que tuvimos los que nos formamos con la película de Gilo Pantecorvo "La batalla de Argel". Camus buscaba una solución para los habitantes de Argelia, entre los que incluía a los de origen francés instalados allí desde hacia varias generaciones. El tema es más complejo de lo que parecía y Camus es un mediador avant-la-lettre que busca una solución integradora según los valores republicanos. La responsabilidad fundamental es, por supuesto, del poder despótico de Francia ; pero una vez más hay que preguntarse, más allá de su eficacia, por la legitimidad política y moral del terrorismo contra civiles. Camus se enfrenta al FNLA y los acontecimientos posteriores le darán, al menos parcialmente, la razón : lo que saldrá de estos métodos será un gobierno autoritario.
Camus formará parte de la moda del existencialismo de la post-guerra parisina. En este marco tendrá conflictos con Sartre y con Merlau-Ponty, que apostaran por el comunismo. Seguramente Camus mantendrá más independencia de juicio en estos momentos.
Una de las contradicciones que vive es la de la Francia liberada de la ocupación alemana que ocupará Argelia. La Francia republicana que, más allá de sus fronteras, lleva en Argelia una política totalmente contraria a lo que defiende en su país.
Pero hay que ver la complejidad del asunto : no son terratenientes y funcionarios franceses contra trabajadores argelinos. Están también la mayoría de los "pied-noir", franceses nacidos en Argelia, que aunque mantienen privilegios con los argelinos son trabajadores pobres. Camus lo sabe perfectamente porque nació en una familia pobre de pied-noirs.Todo esto da una nueva dimensión a la visión parcial que tuvimos los que nos formamos con la película de Gilo Pantecorvo "La batalla de Argel". Camus buscaba una solución para los habitantes de Argelia, entre los que incluía a los de origen francés instalados allí desde hacia varias generaciones. El tema es más complejo de lo que parecía y Camus es un mediador avant-la-lettre que busca una solución integradora según los valores republicanos. La responsabilidad fundamental es, por supuesto, del poder despótico de Francia ; pero una vez más hay que preguntarse, más allá de su eficacia, por la legitimidad política y moral del terrorismo contra civiles. Camus se enfrenta al FNLA y los acontecimientos posteriores le darán, al menos parcialmente, la razón : lo que saldrá de estos métodos será un gobierno autoritario.
Camus fue un hombre comprometido que no quiso comulgar con ruedas de molino. Esto le creó muchos enemigos en todas direcciones.
Hay que releer El extranjero, El hombre rebelde y otras muchas obras para entender su actualidad.Pero quizás sea La Peste la mejor metáfora sobre el presente, como alguién ha sugerido estos días.
Hay que releer El extranjero, El hombre rebelde y otras muchas obras para entender su actualidad.Pero quizás sea La Peste la mejor metáfora sobre el presente, como alguién ha sugerido estos días.
Una entrada muy interesante. A mi me "cae" mejor Camus que Sartre y como bien dices creo que los matices de Camus lo hacen menos dogmatico -y mas interesante- que Sartre. Tambien me gusto mucho La Batalla de Argel y sin conocer a fondo el asunto ni haber vivido en esa epoca coincido contigo: la propia dinamica revolucionaria llevaba el germen del autoritarismo. ¿Pero ha existido alguna revolucion armada y violenta que no haya derivado en autoritarismo ? A corto y medio plazo me parece que el resultado de una revolucion violenta -mas o menos "justificada"- siempre es un regimen autoritario.
ResponderEliminarUn abrazo, Toni
Un saludo Toni, de acuerdo contigo.
ResponderEliminarLo que me fascina de Camus es su honestidad y esa comprensión inteligente de la bondad y de la compasión. Con-patere: sentir con el otro, solidarizarse.Empatizar desde dentro. Y desde luego su lúcida independencia. Leyéndole en mis años de Facultad descubrí que la revolución es un ensayo de la evolución, fallido por la miopía de la prisa.. Gracias por este blog, Luis.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Sol, con lo que dices de Camus. Por cierto, ya que tenemos un contacto tan intenso últimamente, escíbeme algo sobre tí a mi correo lrocal3@ono.com. Si te parece, claro, pero me gusta conocer un poco a mis interlocutores. Un abrazo y gracias por el comentario.
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