Escrito por Luis Roca Jusmet
La expresión vivir el presente es un tópico que he oído desde hace más de cuarenta años, desde que se puso de moda, por influencia hippie, las obras de gurus como Alan Watts.
Pero la pregunta es : ¿ qué quiere exactamente decir vivir el presente ? De entrada podría parecer una frase absurda. Por un lado porque siempre vivimos en el presente, estemos pendientes de lo que hacemos ahora o de lo que haremos la semana que viene. O por la vía argumentativa opuesta, podríamos afirmar que nunca vivimos en el presente porque el instante se pasa con solo pensarlo y nos movemos del pasado al futuro.
Me parece que para plantear bien la cuestión hay que situar unas bases previas. Diré las mías. Soy un cuerpo vivo y esto quiere decir una forma finita en el tiempo y limitada en el espacio. Soy una estructura dinámica autónoma, no independiente, que se relaciona con otros cuerpos. Como forma finita tengo un principio y un final, es decir una duración. Pero soy parte de un Ser único, al que puedo llamar Universo. La duración es el desarrollo de lo que soy entendido como proceso. El tiempo es la manera como experimentamos y como medimos este proceso. Para mí este proceso tiene una continuidad, lo cual quiere decir que desde el principio hasta el final está determinado y,por tanto, acabado. La vida humana no es una ilusión pero sí lo es la creencia de que las cosas se van haciendo y de que somos libres para ir haciéndolas. Estamos acostumbrados a pensar así y parece de sentido común pero es un sentido común conformado por unas creencias muy arraigadas en nuestra tradición grecoromana y judeocristiana. De todas maneras, aunque no seamos libres en el sentido del libre albedrío, decidimos y actuamos. Al ser conscientes de lo que hacemos y tener lenguaje e imaginación podemos pensar siempre en una opción diferente de la que elegimos. Y elegimos. Determinados por los otros o por nosotros mismos. Pero no nos salvamos de ser libres en este sentido, como decía Sartre. incluso si no queremos elegir elegimos. Esto nos hace responsables de lo que hacemos, delante de nosotros mismos y de los otros.
Una vez dicho esto, ¿ qué quiere decir para mí vivir el presente ? Una vez aclarado que quiere decir ¿ Podemos
considerar este principio un buen consejo ético ?
Vivir el presente quiere decir ser consciente de lo que hacemos en cada momento, poner atención plena en ello. El presente es lo que experimentamos en cada momento pero la experiencia forma parte de la continuidad. El tiempo descompone el proceso y si lo reducimos a instantes y el presente es un instante entonces no hay presente. Pero lo hay porque nuestras vida es continúa y siempre la experimentamos desde la conciencia. Porque la conciencia hace que lo que nos ocurre lo experimentemos como propio. Conciencia quiere decir autoconciencia. Si hablamos de vivir el presente entonces nos referimos a la manera como la conciencia vive lo que le ocurre al cuerpo. Y al decir cuerpo me refiero no a la superficie de la piel, ni a la estructura esquelético-muscular no a los órganos-sistema sino al conjunto vivo que nos constituye como organismo, incluyendo sobre todo el cerebro.
Vivir el presente quiere decir ser consciente de lo que hace en cada momento nuestro cuerpo. Ser plenamente conscientes. Atención plena, como dicen los budistas Si comemos, hay que ser conscientes de que comemos, si leemos de que leemos, si pensamos de que pensamos, si tenemos relaciones sexuales de estas relaciones sexuales. No hacer las cosas a medias, haciendo una cosa y pensando en otra. El maestro zen japonés Taisen Deshimaru decía que este era uno de los peores defectos de los occidentales : la falta de entrega a lo que hacemos en cada momento.
Vivir el presente no quiere decir olvidarnos del pasado ni no pensar en el futuro. Quiere decir que experimentamos a fondo lo que estamos viviendo y no lo devaluamos en función de un pasado mejor. O que negamos lo que vivimos con las expectativas de lo que vendrá. Como decía Agustín García Calvo vivir para el futuro es la administración de la muerte.
Entonces si vale la pena vivir el presente. Pero sin olvidar que el presente es solo la experiencia actual de una continuidad que siempre hemos de tener presente, para entender la perspectiva en que aparecen nuestros sentimientos. Si no lo entendemos así, como decía Spinoza, en el presente estamos dominados por las pasiones, somos sus esclavos.
Yo creo, señor Luis y, digo creo, porque todo es un acto de fe a la que le hemos añadido platónicamente un ente o cuerpo y nadamos en el tercer registro de lo ignoto, creo que somos y no somos libres, para quien entienda la contradicción y la paradoja que supone la vida con la aporía de Zenón se dará cuenta. No, no es un imposible, pero a la vez lo es, nuestros actos o de nuestros actos no somos totalmente responsables, pero hemos de responsabilizarnos, es como cuando tenemos un hijo, no somos responsables de nuestro hijo, pero a la vez lo somos y, hasta las últimas consecuencias, como decía Sartre, a pesar de que la angustia de estar libres no lo es tanto cuando nos hacemos partícipes de un Inconsciente colectivo al que formamos en un 100 % i en un e % en otra contradicción paradójica, como el segmento de Zenón. Vivir el presente es, como usted dice, ser conscientes de lo que hacemos en cada acto, en cada pensamiento o en cada palabra que decimos, porque hemos de hacernos responsables de ellos y de ellas, sólo así, con la consciencia que podamos, no todo el mundo puede alcanzar la consciencia del histèrico o del normópata, hacemos nuestra vida, el futuro, proyectos, clavos anclados en nuestro pasado, el pasado, nuestra obra, para mi forma de ver, de la que mientras más satisfechos estamos de ella menos la pensamos.
ResponderEliminarApreciado Vicent. Quería decirle que no solamente publico sus comentarios sino que los sigo con interés. Si no añado un comentario mío pero es porque no me dan pie a respuestas o puntualizaciones, no porque no me interesen. Le agradezco mucho sus aportaciones. Un abrazo
EliminarMuchas gracias señor Luis, siempre es bienvenido, o mejor,me llena que yo pueda ser útil, quitando las connotaciones de utilitarismo.
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