Reseña
Invitación al federalismo. España y las razones para un Estado plurinacional.
José
Antonio Pérez Tapias
Madrid
: Trotta, 2013
Luis Roca Jusmet
Lo menos que se puede decir de este libro es
que es oportuno. Oportuno quiere decir que aparece en el momento adecuado. Y lo
es porque en una Cataluña y una España polarizadas respectivamente por
propagandas opuestas está bien que alguien intente argumentar sobre lo que
ocurre y plantee además una Tercera vía para salir de un diálogo de sordos cada
vez más peligroso.
El autor del libro es José Antonio Pérez
Tapias. Nacido en Sevilla en 1955 es Profesor de Filosofía en la Universidad de
Granada. Es además militante del PSOE y fue diputado la VII y la XIX
Legislatura de las Cortes Generales, que era cuando gobernaba José Luis
Zapatero. Pero Pérez Tapias es una excepción en su partido, ya que no comparte
el nacionalismo españolista que, por lo que parece, es mayoría en su partido.
Por el contrario, es un defensor consecuente del federalismo, del que tantos
hablan y en el que tan pocos creen. Porque la cuestión es que en la mayoría de
ocasiones es una noción puramente retórica al servicio de un proyecto
descentralizador.
Es hoy absolutamente imprescindible definir
una propuesta federal que sea posible y que sea auténtica. Para ello hay que
hacer lo que hace Pérez Tapias : definir lo que es hoy el federalismo y
explicar porque es deseable. Pero también trazar una hoja de ruta en la que no
aparezca como una opción bienintencionada sino como como una apuesta política
concreta.
El federalismo es "auto gobierno en un
gobierno compartido". Hay aquí algo de paradójico, pero no contradictorio.
Lo es cuando utilizamos un concepto cerrado de nación y de soberanía. Si
planteamos la cuestión en estos términos no hay salida posible. ¿ Es España o
es Cataluña la nación ? ¿ Es soberano el pueblo español o el pueblo catalán ?.
Tiene que haber un reconocimiento mutuo y esto implica una cierta ambigüedad en
los términos, tanto en la de nación como en la de soberanía. Pero la ambigüedad
a veces es necesaria porque es la que recoge los matices y la complejidad de la
situación. La que no pueden ser ambiguas son las decisiones. Pero quizás estos
es algo que todos, los políticos incluidos, debamos aprender: decidir con claridad
sobre problemáticas que no son unilaterales.
Pérez Tapias formula el Estado de las
Autonomías tal como fue construyéndose a partir de la Transición. Me parece
interesante su planteamiento contingente de la cuestión. Es decir, que es
resultado de toda una serie de factores que fueron apareciendo e
interaccionando más que de una planificación precisa. Hay un planteamiento
histórico anterior que es útil para darle una perspectiva más histórica. Su
valoración del proceso es positiva pero considera que hay que superarlo en una
apuesta federal clara. Su alternativa es un Federalismo plurinacional de tipo
asimétrico. Parte del presupuesto de que en España hay varias naciones y que
están debe federarse en un proceso todavía más amplio que debe concluir en Europa.
El federalismo es la mejor opción para la democracia y para un Estado Social de
Derecho, concluye Tapias.
Una virtud del libro es que plantea propuestas
concretas para esta transición del Estado a las Autonomías a esta Federación
plurinacional. La primera sería hacer del Senado una auténtica Cámara
territorial que representase a las naciones federadas. La segunda reestructurar
el poder judicial para que dejara de ser centralista, como es evidente que es
actualmente. En tercer lugar habría que articular una manera de cooperación
real entre el Gobierno central y los gobiernos federados que no fuera un tira y
afloja entre grupos de intereses opuestos. Habría que delimitar con precisión
las competencias que correspondan a cada gobierno. Finalmente habría que
aplicar al espinoso y central tema de la financiación el principio de la
ordinalidad. Esto significa que al hacer la redistribución cada nación federada
ha de conservar el mismo lugar, aunque se eliminen desigualdades. Todo ello
pasa por aceptar el derecho a decidir de estas naciones, equilibrando el
principio democrático con el de la legalidad. Lo cual pasa, por supuesto, por
reformar la Constitución.
El libro es necesario. Está bien contrastarlo
con el de Jaime Pastor Los nacionalismo, el Estado español y la izquierda (
editado por La Oveja Roja ), que el mismo Pérez Tapias cita en varias ocasiones
y que defiende una visión más crítica de la Transición y una alternativa basada
en el derecho de autodeterminación, que yo no compartp.
Pero el libro es discutible y lo digo de
manera constructiva, ya que me parece que es más útil como un material de
discusión que como una propuesta acabada a seguir.
La primera crítica es que idealiza demasiado
la Transición y el Estado de las Autonomías. Quizás haría falta una concepción
más crítica para valorar si realmente la concepción global es positiva. Se
queda corto en el cuestionamiento a privilegios al Concierto económico vasco y
al Régimen Foral navarro. La segunda es que plantea demasiado tímidamente la necesidad
de vincular el federalismo, aunque sea a largo plazo, a una opción republicana.
La tercera es más importante. El concepto de nación
que maneja Pérez Tapias me parece, a pesar de todo, demasiado culturalista.
Parece considerar la opción del multiculturalismo de Charles Taylor y de W.
Kymlicka como una referencia. Me parece que es más interesante basarse en
textos críticos como el Enigma del multiculturalismo, de Gerald
Bauman No veo claro que el planteamiento
del federalismo deba ser plurinacional. Porque esto implica definir de una
manera rígida ( que es lo que queríamos evitar ) lo que es una nación y lo que
no. Y aquí el mismo autor no se define. Deja claro que Cataluña es una nación y
Galícia también. A veces habla de Euskadi y a veces del País Vasco. ¿ Debería
decidir Navarra si forma parte de Euskadi o de España ? ¿ Debería decidir el
País Valencià y les Illes si forman
parte dels Països Catalans o de España ? ¿ Es una nación Andalucía ?. ¿ Quién
decide ? . Me parece que este camino puede llevarnos a otro callejón sin
salida. Me parece mejor olvidar la denominación nación como determinante.
Finalmente no hay ni un criterio político ni cultural claro para determinar lo
que es una nación y lo que no. la cuestión debería ser que deberíamos partir de
las comunidades autónomas existentes y dejar que ellas fueran las que
decidieran, a través de sus representantes si quieren formar parte de España o
de una federación asociada ? ¿ o deberíamos llamar España al conjunto ?
En todo caso yo olvidaría lo de “Estado español”, que me parece una manera ridícula de eludir la cuestión.
España es ya una federación blanda. Hay que hacerla más conistente, lo cual quiere decir que hay que replantearse cuestiones de autogobierno que no tienen que ser simétricas, pero olvidándonos del debate sobre cuales son las supuestas naciones. Hay que buscar un sistema de financiación más equitativo. Estas son, para mí, las cuestiones.
En todo caso yo olvidaría lo de “Estado español”, que me parece una manera ridícula de eludir la cuestión.
España es ya una federación blanda. Hay que hacerla más conistente, lo cual quiere decir que hay que replantearse cuestiones de autogobierno que no tienen que ser simétricas, pero olvidándonos del debate sobre cuales son las supuestas naciones. Hay que buscar un sistema de financiación más equitativo. Estas son, para mí, las cuestiones.
Personalmente estoy cómodo con el Estado de las Autonomías, pero se puede mejorar, hacerlo evolucionar hacia uno Federal. Efectivamente, para cualquier alternativa hay que exigir una hoja de ruta clara y detallada. Las propuestas tienen que ir acompañadas de las correspondientes “instrucciones de montaje”, no quedarse en pura retórica. Y ser mucho más que una puntual y ambigua reacción a planteamientos separatistas.
ResponderEliminarAunque no es mi preocupación ni voy a moverme en ese sentido, si un Parlamento Autonómico o una Iniciativa Legislativa Popular de la Comunidad Autónoma solicita un referendum sobre su separación del resto del Estado, defiendo que sea permitido, negociándose democráticamente las condiciones. Un poco al estilo británico.
En cuanto a los Conciertos Vasco y Navarro, no voy a entrar en si su existencia es justa o no, supongo que fueron resultado de una correlación de fuerzas favorable a la implantación de los mismos. De todas formas, podríamos verlos también como un avance descentralizador, ampliable al resto de las Autonomías. Más bien quizá se trate de darles a todas, en vez de quitarles a dos.
Aunque en la reseña no se trate específicamente de la actualidad catalana, quiero aprovechar para opinar que o se hace una sola pregunta o se hacen todas. Soy partidario de una sola y muy clara: separarse sí o no. Si se dan más posibilidades, hay que preguntar sobre la actual autonomía, una mayor centralización, una federación o una separación.
Totalmente de acuerdo con todo lo que dices, Agustín. En el caso de Cataluña pensaba que se podrían plantear también la opción federal. Ahora lo descarto porque entiendo que la opción federalista no existe en una formulación clara. La pregunta debería ser : independencia o no independencia. El derecho a decidir es una formulación retórica al derecho a la autodeterminación, que es discutible. Pero si se convoca un referendum fuera de la ley, como parece que se hará, hay que explicar a los ciudadanos las consecuencias de hacerlo y que supondrá su respuesta.
ResponderEliminarUn abrazo
como navarra de origen y viendo las cosas desde fuera de Navarra, el derecho foral es "medievalismo conservado", les iba bien a las elites navarras franquistas conservar el anacronismo, muchos y buenos negocios establecer empresas en Navarra y beneficiarse del régimen foral. Desde el punto de vista del poder ciudadano, y ciudadanos somos todos iguales de norte a sur, vivmaos donde vivamos, es un anacronismo, que si este país se dejará de componendas y de que no puede ser la desigualdad entre regiones que todavía existe, se suprimiría.
ResponderEliminarInteresante comentario a tener en cuenta, Ana.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Luís,
ResponderEliminarInteresante reflexión. La de José Antonio Pérez y la tuya. Creo que tratar de definir -definir siempre es dificilísimo- una nación es un tema muy espinoso y complicado, sino imposible. Por ejemplo, creo que desde un punto de vista cultural, Cataluña no es más nación que el País Valenciano, Castilla, Portugal o Galicia. Y de hecho creo que desde este punto de vista, el cultural, Cataluña, el País Valenciano y las Baleares no son naciones, sino nacionalidades de una misma nación. Otro ejemplo: desde un punto de vista histórico me parece evidente que Navarra es más nación que el País Vasco, puesto que el Reino de Navarra tuvo "estado", es decir, entidad política. Desde este punto de vista histórico Cataluña no es estrictamente una nación, puesto que la entidad política, controlada eso sí casi siempre por los Condes de Barcelona (es decir, los catalanes), fue la Corona de Aragón, una entidad política de carácter confederal. España es un estado y eso es evidente (hasta 1714 de carácter más confederal y desde entonces más centralista) Pero ¿es una sola nación?. No lo sé. ¿Es España un estado creado a imagen y semejanza de Castilla o es fruto de la inercia histórica y de la unión más o menos voluntaria de los distintos reinos y condados hispánicos? España nace con el famoso tanto monta monta tanto Isabel como Fernando (por cierto, un Trastámara, es decir, un rey de origen también castellano) más la posterior anexión del reino de Navarra. ¿Quién lleva más razón, los historiadores que consideran que Cataluña (y Valencia y Baleares) se integraron voluntariamente en el proyecto español o quienes sostienen que siempre hubo una feroz resistencia catalana a dejarse "someter" por España, un proyecto político creado a imagen y semejanza de Castilla? No lo sé, quizá las dos visiones tienen parte de razón.
¿Que quiero decir con todo esto? Pues que tratar de definir una nación, y aquí coincido contigo, desde un punta de vista científico-cultural-histórico es un imposible y en consecuencia es una pérdida de tiempo y energías. Pero dicho esto, y aquí sí que coincido con el autor del libro, creo que las Españas -me gusta el plural- son un estado plurinacional y el federalismo debería de ser, en lo simbólico y competencial, asimétrico (en lo fiscal no y todos los "estados" federados deberían pagar a la caja común respetando, eso sí, el principio de ordinalidad del que hablas). ¿Pero en qué me baso para decir que España es un estado plurinacional y en consecuencia el federalismo también debería serlo? Me baso en los sentimientos y en la voluntad ciudadana. Creo que a día de hoy la única forma práctica y realista de definir las naciones que componen las Españas es "escuchar" los sentimientos/voluntad de los ciudadanos. Y desde este punto de vista me parece que en las España solo hay tres naciones o sentimientos nacionales: España, Cataluña y el País Vasco. El País Valenciano y Baleares forman parte de la nación española y no de la catalana porque a día de hoy la mayoría de sus habitantes se sienten por encima de todo españoles. Y lo mismo ocurre con Navarra o Galicia.
Así pues, creo que la única salida realista al asunto -al margen de la independencia, que también es una opción realista- es crear un estado más o menos federal con dos excepciones -en lo simbólico y competencial, no en lo fiscal- confederales: Cataluña y el País Vasco. Creo que esta es la única opción realista para dar una salida a todo este embrollo.
¡Un abrazo!
Toni
Hola Toni. me alegro de volver a conversar contigo. Lo que dices es interesante pero mucho me temo que hoy ninguna opción es realista. Únicamente con un gobierno del PSOE en España seía posible, y con muchas dificultades, hacerlo. Me temo que el refeéndum no se celebrará. Digo me temo porque pienso que la consulta debería hacerse con un apregunta : independencia o no independencia. En función de lo que saliera habría que negociar pero sin que la consulta fuera vinculante. Hoy no puede serlo a menos que estes dispuesto a dar un salto al vacío d eimpreviisbles consecuencias.
ResponderEliminarUn abrazo y buen 2014
Hola Luís,
ResponderEliminarYo también creo que una consulta/referéndum debería ser independencia sí o no y no esta pregunta que han hecho para contentar a ICV y Duran. Pero es lo que hay y es posible que solo sea un instrumento de presión y una forma de ganar o perder tiempo. Digo lo de realista porque creo que un federalismo simétrico tampoco solucionaría el problema. No sé, veremos que pasa.
¡Buenas fiestas!
Toni
Buenas fiestas, Toni. Tienes razón. un federalismo simétrico no solucionaría nada. Yo solo plantea olvidarnos del término "nación", que no deja de ser una cuestoión ideológica, y ver como se solucionan las cuestiones de autogobierno y financiación que plantea Cataluña.
EliminarUn abrazo
Desde fuera de las C. Autónomas Vasca y Navarra, se suele criticar mucho la existencia de los Conciertos. Normalmente sobre percepciones de insolidaridad de ambas Comunidades hacia el resto. Personalmente no tengo datos al respecto y he leído a veces argumentaciones encontradas. La verdad es que se debate mucho sobre las independencias, pero si pasara a un plano importante de discusión el tema federal, hay mucha tela que cortar. Seguro que hay muchas cosas ya inventadas, estudiando experiencias de otros Estados, que nos vendrían bien conocer. Pienso que en el asunto económico y fiscal también cabe una amplia descentralización federal. Por supuesto que solidaridad federal sí, pero cuándo, cuánto y hasta cuándo. Porque a partir de determinado plazo consensuado para conseguir la igualdad de posibilidades de todos los miembros de la federación, el buen hacer, el bien trabajar, la buena gestión de unos, no pueden estar siempre cubriendo lo contrario en los otros.
ResponderEliminarBuena precisión, Agustín.
ResponderEliminarUn abrazo