Reseña de
Deambulaciones. Diario de cine 2019-2020
Carlos
Losilla
Muga,
Vernejo, 2021.
Luis Roca Jusmet
Carlos Losilla es crítico de cine y
escritor. Tiene publicaciones muy
interesantes, como “El sitio de Viena. Huellas de Fritz Lang” (2008) o “Flujos
de melancolía. De la historia al relato del cine” (2010) o el monográfico
dedicado a “Raoul Walsh” (2020). Lo que se plantea en esta ocasión es un reto
muy arriesgado: hacer un diario personal de su pasión, que es el cine. Pero no
se trata de un diario de críticas, lo cual no sería demasiado complicado, sino
de algo más complejo. Lo que intenta es enlazar su vida cotidiana con el cine.
¿Será el cine entonces una forma de vida, como decía Pierre Hadot al referirse
a la filosofía? Tampoco es esto lo que nos plantea el autor. En realidad, como
bien dice, no plantea nada. El libro no nace de un proyecto. Se origina a
partir de la combinación entre azar y necesidad. Losilla escribe unas notas,
fragmentos sin intención concreta, casi de manera terapéutica, a partir de lo
cual surge un torbellino que va encadenando lo escrito, con el deseo de
implicarse en la propuesta que le hacen con todo lo que se va produciendo a
partir de aquí. El filósofo francés François Jullien frente al plan que
constituye el esquema de acción occidental, con unos objetivos y unos medios
para conseguirlos, reivindica la idea china de eficacia, que es aprovechar el
potencial que ofrece una situación. Losilla es aquí “algo chino”, por suerte.
Porque todo aparece así más fresco, más creativo, menos encorsetado. Me parece
que la manera como Carlos Losilla expresa sus comentarios, impresiones, afectos
con respecto a las películas tiene un gran valor porque las transforma en
experiencia. Esta me parece que es la palabra clave, en una sociedad en que tanto
se ha perdido la experiencia, en la que nos limitamos a repetir lo que oímos y
lo que leemos. Hay un esfuerzo sostenido por elaborar esta experiencia de la
percepción fílmica que me parece que por sí sola ya da un sentido al libro.
También una reflexión singular sobre el estatuto del cine, sobre la situación
actual del cine. Mucho sabe de cine (y no solo de cine) Carlos Losilla y se
nota. No me refiero aquí a un saber académico, sino a un trabajo que combina
muy bien el rigor y la creatividad.
El diario no aparece además en un tiempo
cualquiera, lo hace en el tiempo de la pandemia. Otra intervención del azar que
dará un determinado aire a este diario. Lo va a volver más claustrofóbico y
también más sombrío. Tanto con respecto a la vida como con respecto al cine, porque
el autor no puede separarlo. Su elaboración es un ejercicio libre de análisis
de películas, nuevas y viejas, muchas veces unidas por la libre
asociación. Pero no es solo una
reflexión sobre el cine, tiene también unas resonancias filosóficas muy
sugerentes. Tiene además un carácter circular en el tiempo y en el espacio.
Parte de un lugar al que vuelve otra vez. Como cerrando un círculo.
Quizás Carlos
Losilla es demasiado autocrítico, cuestiona mucho lo que escribe y esto puede provocar
la impresión de que necesita justificar lo que hace. Pero también es cierto que siempre resulta
útil para problematizar el propio discurso y evitar caer en falsas certezas.
En todo caso todos aquellos para los que el
cine es una pasión debemos felicitarnos tanto de la aparición de esta nueva
colección Mikeldi (dedicada a ensayos breves sobre el cine como fenómeno
estético y cultural), como de que sea este original diario de Carlos Losilla el
que lo inaugure. Doy aquí al significante “original” su sentido más pleno. Algo
que es radicalmente propio, nuevo, que no es repetir más de lo mismo y que, por
lo tanto, aporta algo.
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