Escrito por Luis Roca Jusmet
¿ Cuál es la relación, en Michel Foucault, entre estos cuatros términos : sujeto, verdad, ejercicio espiritual y cuidado de sí.? Voy a centrarme en el trabajo filosófico de Foucault entre el otoño de 1980 y el de 1982. Es una época muy precisa en la que M.F. se centrará en la filosofía grecorromana y en los inicios del cristianismo, pero sobre todo en el estoicismo romano de los siglos II y II. Los límites temporales que establecen se inician con las dos conferencias que da en Darmouth (EEUU) y la que dará dos años en Vermont ( Canadà) Vermont. Entre uno y otra dos cursos del Collège de France de 1980-1982 ( "Subjetividad y verdad") y el del curso 1981-1982 ( "La hermenéutica del sujeto"). Me centro sobre todo en la transcripción de este último curso, que el central para lo que el tema que nos ocupa.
La cuestión del sujeto. M.F. afirma en estos años que el hilo conductor de toda su obra es la genealogía del sujeto, no la del poder. En sus primeros análisis sobre la arqueología del saber se interesó en cómo el hombre se convierte en un objeto de estudio científico. Es decir, como el sujeto se convierte en objeto de conocimiento. Sus estudios sobre la locura, la clínica y el delincuente precisarán la constitución de como el loco se convierten a la vez en objetos de estudio y de dominio. Es decir que los campos del saber y las relaciones de poder constituyen sujetos, en el sentido de sujetados. A partir de la época que tratamos el sujeto adquiere un sentido diferente y positivo, que es el de sujeto ético, el sujeto que con la práctica de sus libertad se constituye a sí mismo y hace de su vida una obra de arte. Esta es para M.F. la propuesta del estoicismo romano. Hará una diferencia entre el sujeto del enunciado y el sujeto de la enunciación muy interesante. El sujeto de la enunciación no es el sujeto vacío cartesiano ni el sujeto trascendental kantiano, ni siquiera el sujeto del inconsciente lacaniano. El sujeto de la enunciación es el sujeto que construye una perspectiva propia ( aquí veo la influencia del perspectivismo nietzscheano) y por tanto su propia verdad. Será la influencia del cristianismo con su obediencia y confesión la que desplazará al yo de sujeto de la enunciación a sujeto del enunciado. Esto nos lleva a la problemática de la verdad.
La cuestión de la verdad. En el caso de Foucault hay una tensión se resuelve en un cierto constructivismo con base objetiva influenciada por Georges Canguilhem y la influencia del perspectivismo relativista de Nietzsche. En el primer afirmará que cada régimen de verdad construye una manera de conocer. Planteamiento kantiano heterodoxa, que no se formulará en términos trascendentales sino más culturales. Pero en sus estudios hay en M.F. una concepción del saber objetivo planteado en términos científicos, por muy críticos que sean. Pero cuando M.F. se refiere a la verdad en términos de transformación del sujeto la verdad se refiere a una verdad ética en el sentido perspectivista de Nietzsche. Es decir, que es un sujeto ético que se construye una determinada manera de ver, pensar y valorar el mundo. Es una verdad ética con un contenido ontológico porque implica una manera de ver las cosas. También M.F., como Nietzsche, lo acerca a la verdad del artista. Así, dice M.F. que él se transforma a sí mismo a través de la filosofía de la misma manera que lo hace un pintor al pintar. Hay aquí una paradoja. El filósofo, él mismo, se transforma a sí mismo al filosofar. ¿ Qué quiere decir filosofar ? hace varias definiciones. Por una parte recoge las dos que considera que se derivan de Kant. Pôr una parte tenemos una ontología de la verdad, un análisis de la verdad. es lo que hace el propio Kant con sus tres críticas. Por otra parte tenemos una ontología, que quiere decir responder a la pregunta ¿ qué somos hoy ? Esto es lo que hace Kant en sus escritos menores y e slo que hace el propio M.F. Pero la pregunta es como esta ontología del presente nos transforma. Topamos aquí con el tema de la espiritualidad y de los ejercicios espirituales.
La cuestión de los ejercicios espirituales. El término espiritualidad y ejercicios espirituales lo utiliza M.F. de una manera intensa en uno de sus cursos, "La hermenéutica del sujeto". El término lo elige por influencia de Pierre Hadot, al que cinta varias veces de manera elogiosa. De hecho es en el otoño de 1980 cuando se conocerán por el apoyo que daba M.F. a la candidatura de Pierre Hadot para una cátedra en el Collège de France. Hadot defiende que la filosofía nace en la antigüedad no como un discurso sino como una forma de vida y que la filosofía se compone de una serie de ejercicios espirituales. ¿ Que quería decir con esto ? Que el filósofo aprende a mirar, a pensar, a querer y a actuar y que lo hace a través de una serie de prácticas : leer, escribir, dialogar. Esto es propiamente la filosofía. La verdad es lo que pone de manifiesto estos ejercicios y por lo tanto la filosofía nos transforma en la medida en que es una conversión, una transformación interna. M.F. utiliza el término espiritualidad para referirse no a la capacidad transformadora de la verdad sino a los ejercicios previos necesarios para acceder a ella. En este caso podríamos decir que para las escuelas helenísitico-romanas estas prácticas, que también se incluyen en la filosofía, son previas al acceso a la verdad. Son los que llama también ejercicios espirituales y que identifica sobre todo con el ascetismos de los estoicos del siglo I y II d.C. Consisten en algo parecido de lo que dice Hadot, con algunos matices diferentes. M.F. insistirá en el autoexamen, la meditación de la muerte, la escritura. Pero también en la prueba de la vida. Es decir que la vida es la prueba para nuestras verdades. ¿ De qué verdades habla M.F. ? De las verdades del sujeto ético, del individuo que se constituye a sí mismo como tal. Es por tanto un sujeto que se construye, no que se descubre. El cuidado de sí, de todas maneras, no aparece en el helenismo sino
Todo ello nos lleva a una cuestión clave que señala M.F. Tiene referencia con Martin Heidegger. En ocasiones dice que es un filósofo que, aunque ni ha leído mucho ni cita casi nunca, ha tenido una gran influencia sobre él. En la "Hermenéutica del sujeto" sí lo cita. Dice que él y Lacan son los dos únicos pensadores del siglo XX que han planteado la relación entre sujeto y verdad. Y que él mismo se acerca más al planteamiento de Heidegger que al de Lacan. ¿ cuàl es el planteamiento de Heidegger y cómo influye en M.F.? Al final de este curso nos da la pista. En la filosofía griega hay un olvido del Ser y el mundo de sa convirtiendo en el correlato de una técnica. Un conjunto de objetos cuantificados, calculados, dominados. Tecnologías de producción, tecnologías de comunicación, tecnologías de dominación. Pero también tecnologías del yo. Pero estas tecnologías del yo transforman al sujeto en un sujeto ético, que es contradictorio con el sujeto que constituye objetos técnicos. Es decir ¿ Cómo puede ser el mundo objeto de conocimiento y al mismo tiempo un lugar de prueba para el sujeto, cómo un sujeto ético de la verdad ? Tendríamos por lo tanto una verdad del sujeto y una verdad del objeto. la verdad del objeto es la verdad del sujeto vacío de la ciencia y de la técnica. ¿ Cuál es la verdad del sujeto ? No se trata de un sujeto, de un yo que debamos descubrir. El sujeto no existe previamente, se construye a sí mismo. El trabajo filosófico, en la medida que es un trabajo ontológico y ético, es el de la construcción de un sujeto ético singular, con una perspectiva propia. Ni siquiera es el sujeto del inconsciente. La subjetividad es algo que inventamos. Lo hacemos ligado a una estética de la existencia, a una concepción de la propia vida como una obra de arte. Esto nos lleva al cuidado de sí.
La cuestión del cuidado de sí. El cuidado de sí ( que me parece mejor traducción que la inquietud de sí) aparece ya con Sócrates y ligado al conocimiento de uno mismo. pero en Sócrates, en Platón y en los neoplatónicos el conocimiento de uno mismo es el acceso a la verdad del alma como reconocimiento. La verdad nos transforma y esta transformación nos conduce a una determinada p´ractica. Lo que ocurre con las corrientes helenísticas y romanas ( epicúreos, pero sobre todo cínicos y estoicos) es que la verdad no surge de una iluminación sino de una práctica ascética, que a su vez es consecuencia de una determinada verdad. Podríamos decir que la verdad platónica es una verdad ontológica originaria a la que volvemos. Lo que es previo es un proceso de purificación del alma. En cambio en el cuidado de sí ligado a la práctica ascética hay una conversión progresiva, una trasformación de uno mismo que va avanzando. Cuando pasamos al cristianismo más bien el ascetismo es una consecuencia de una conversión súbita, previa, de una iluminación que aquí no es un retorno sino un renacimiento. M.F. no explica que cada libro es una experiencia que le transforma, lo cual parece decir que cada inmersión filosófica es la ontología de la actualidad le abre nuevos horizontes de percibir, de sentir, de pensar y de actuar.
Lo que nunca he "deseado", que no visto bello o deseable, en Foucault es su creación del sujeto, el sujeto para mí no se crea a sí mismo nunca, y es en base a no tener una ontología, a no tener un sentido que la vida da sus frutos de amor, el sujeto recibe, para mí, constantemente de los otros, del Otro, en un intercambio nunca "simbolizable", es decir, yo no puedo decir que si yo deseo, rezo, ruego por los demás recibiré un sueldo, pero puedo rezar, desear el bien por los demás, rogar y me puede llegar un sueldo.
ResponderEliminarEs una diferencia muy importante, que yo veo en Foucault en relación conmigo, yo no busco ni siquiera matematizar o explicar mi realidad ni encontrarme, que también lo hago e intento, sino buscar la vida amando.
Tampoco sentir, pues sería yo un psicópata invertido, un psicópata del sentimiento, tampoco jugando, ni embelleciéndome a la manera de Buffon, "le style est l'homme même" sino viviendo, con toda su consciencia tanática e inconsciencia erógena productora, i productora sobre todo de amor, tampoco buscando el goce, el placer o la experiencia, sino la conjunción entre amor, deseo y goce; y el tan denostado objeto "a" lacaniano, llámesele la espiritualidad o la tranquilidad conmigo mismo, sin obviar lo innombrable o Dios, pero quizá un nietzschiano no pueda tener la idea o sentimiento de Dios, que es la misma contradicción, en cuenta, y menos un cartesiano o un kantiano.
Vicent
Quería decir teleología que no ontología.
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