Escrito por Luis Roca Jusmet
De los libros que me gustan más del polémico filósofo Slavoj Žižek es precisamente uno
de los primeros que leí.Se titula Mirando
el sesgo. Un a introducción a Jacques Lacan a través de la cultura
popular. Los artículos
son variados y uno de ellos tiene una gran actualidad: "El malestar
en la democracia formal." En dicho artículo se plantea sobre qué
bases puede construirse una ética en la democracia liberal. Siguiendo a
Richard Rorty plantea que partimos de la imposibilidad de dar una base
trascendental a los derechos y libertades humanas.No hay nada sagrado,,nada
superior que los justifique. Su contingencia tiene el problema de
llevarnos a una deriva relativista en el que cualquier relato es
aceptable. Rorty pone como correlato la solidaridad, el reconocimiento del dolor del otro, la identificación
con este dolor ajeno. Žižek considera que esta es la utopía liberal, la de
pensar que espontáneamente nos preocuparemos por el otro. Es imposible,
dice, porque es el superyo el que nos hace preocuparnos y ocuparnos
del otro. Y el superyo saca su goce del ello, de las pulsiones. Dicho
de otra manera : el deber se sigue si el hacerlo no procura algún goce. Es lo que
llama el lado obsceno del deber. En el caso de nuestra sociedad democrática
liberal se plantea el siguiente problema. El sujeto de la democracia liberal es el ciudadano
abstracto, no un hombre con toda la riqueza de sus subjetividad. El
ciudadano como tal no se puede identificar con nada porque
simplemente es un sujeto vacío de derechos y deberes, sin atributos. No
hay, por decirlo así, sentimientos. Los humanos necesitamos identificaciones
imaginarias, emocionales que nunca la democracia formal nos dará. En cuanto
queremos dotar a la democracia de contenidos concretos caemos en un
comunitarismo que conduce al totalitarismo. porque identificamos entonces al
ciudadano abstracto con el miembro concreto de una comunidad y los que están
fuera de esta identificación quedan excluidos.
La tendencia patológica de la
democracia formal es caer enel nacionalismo. Funciona como su resto, es su
patología espontánea. Justamente porque los Estados se intentaron justificar
desde su fundación por este sentimiento nacional.. Nos permite así una
identificación, pero a riesgo de caer en su contrario, que es el totalitarismo.
La nación remite al pueblo y la democracia liberal formal al ciudadano. ¿
Cómo solucionar el problema ? Žižek nos sugiere que volvamos a
Freud, que es un ilustrado, un defensor de la racionalidad, en contra de lo que
plantean algunos tópicos. "La voz de la razón habla bajo", decía
Freud, "pero hay que escucharla". Hay que mantener este sujeto
vacio de derechos y deberes, este ciudadano no patológico, no dominado por sus pulsiones. Nos
resistimos a la universalización porque somos seres vivos, pasionales,
deseantes.
Quizás el único camino, dificil, sea
resistirnos a las identificaciones únicas, las que nos dan la religión o el
nacionalismo, como advertía Amartya Sen. Resistiéndonos a las identificaciones
únicas, que son particulares, de identificación con el grupo podemos dar pie a
las identificaciones singulares. Como plantea Rorty, a partir de Foucault, el
ser capaces de hacer de nuestra vida una creación personal. A partir de muchas
identificaciones, no una sola. La defensa de la universalidad de los derechos
pasa así por la defensa de la singularidad, no de la particularidad del grupo.
Que nuestra patología, es decir que nuestras pasiones lo sean de nuestra
singuluridad y no de grupo.
Freud ya veía en el nacionalismo un
"narcisismo de las pequeñas diferencias" que podía ser
devastador. Seguro que es mejor un narcisismo de las pequeñas
diferencias individuales que coexista con la universalidad de la
razón ciudadana.
Hay también otro texto interesante ( que aparece en el libro El acaso de las fantasías ) que se llama "Disfruta de tu país como de tí mismo" en el que Žižek analiza el nacionalismo a partir del goce. El goce de la identificación Es una materialización del goce entendido como placer-tensión y no la identificación simbólica la que genera la paisón nacionalista. la Cosa nacional existe en la medida en que se cree en ella, que quiere decir también creer lo que otros creen. Hay una identificación con un modo de gozar y la xenofobia es el rechazo al modo de gozar del otro. Los mitos son el soporte simbólico-imaginario de esta dientificación con el goce. El nacionalismo es la absolutización particular que se resiste a la universalización. Siempre "nosotros" contra "ellos".
Hay también otro texto interesante ( que aparece en el libro El acaso de las fantasías ) que se llama "Disfruta de tu país como de tí mismo" en el que Žižek analiza el nacionalismo a partir del goce. El goce de la identificación Es una materialización del goce entendido como placer-tensión y no la identificación simbólica la que genera la paisón nacionalista. la Cosa nacional existe en la medida en que se cree en ella, que quiere decir también creer lo que otros creen. Hay una identificación con un modo de gozar y la xenofobia es el rechazo al modo de gozar del otro. Los mitos son el soporte simbólico-imaginario de esta dientificación con el goce. El nacionalismo es la absolutización particular que se resiste a la universalización. Siempre "nosotros" contra "ellos".
Jo crec que acceptar que "ha d'haver de tot" és el punt bàsic fonamental per als drets humans, m'explique, l'existència i digestió de l'amo ens fa que puguem deixar-lo fer, deixar-lo manar, i deixar-lo castigar, com el superjo, però institucionalitzat, ell sí que ho fa, les seues lleis d'una manera espontània, per què? Perquè se les busca per a poder manar, tot i que seguint una miqueta a Marx, cal que amb l'enveja del penis, controlada, el poble l'histèric el controle.
ResponderEliminarI amb el tema dels nacionalismes, que són per una banda la part del nus social-religiós, però em deia la meua psicoanalista que posar-se una etiqueta és com "matar-se" no deia això sínó que era pa per hui fam per a demà. I la major revolució és la "identificació amb els que no s'identifiquen contra ningú" això ho fa l'escola psiccoanalítica, no no obstant sense deixar de fer servir cada síntoma vist des del punt de mira femení, un per un. El problema sorgeix quan cal passar del logos a l'éthos, ací ja cal un exercici de fe.
Vicent