jueves, 27 de agosto de 2015

FRANCO, HEDILLA Y LA FALANGE







El Gran Golpe. El "caso Hedilla" o cómo Franco se quedó con Falange
Joan Maria Thomàs
Madrid : Debate, 2014

 Escrito por Luis Roca Jusmet

 Durante tardo franquismo recuerdo dos cosas que tienen que ver con este libro. La primera es que existía un grupo llamado Falange ( auténtica) que pretendía ser la heredera de una supuesta Falange originaria, social y anticapitalista, que fue desmantelada y fagocitada por Franco. La segunda era la discusión que manteníamos los militantes de la Liga Comunista con la mayoría de las organizaciones de la extrema izquierda sobre la naturaleza del franquismo. Juan Colomar, el ideólogo de nuestro grupo, mantenía que la Dictadura franquismo había sido nunca una Dictadura fascista. Su análisis era que había sido inicialmente una Dictadura militar-fascista que se había ido transformando en una Dictadura militar-bonapartista. Es decir, que inicialmente era una Dictadura del Estado Mayor del Ejército, dirigida por el Generalísimo Franco, que se apoyaba en un partido básicamente fascista. Lo de básicamente viene de que la fascista FE se unió a los carlistas, tradicionalistas y conservadora para formar, por el Decreto de Unificación franquista, la Falange tradicionalista y de las JONS. Con el tiempo entraron otros grupos en el Régimen, como el Opus Dei, y Franco se convirtió en una especie de Bonaparte que los cohesionaba.
 Después de leer este libro, tan claro como riguroso y preciso, de uno de los historiadores que mejor conocen el tema, Joan Maria Thomàs, llego a dos conclusiones sobre estas antiguas inquietudes.

 La primera es la falsedad del mito Falange auténtica ligada a la figura de Manuel Hedilla. El estudio de Thomàs nos describe como se fue montando este mito sobre la base de un relato imaginario de las causas de la represión de Franco sobre Hedilla y del comportamiento de éste último. Así, Thomàs insiste en que Manuel Hedilla fue un líder de la Falange que tuvo una actitud conciliadora con Franco, que no se opuso a la Unificación y que, después de sus años de cárcel, tuvo una conducta interesada y servil en la que buscaba sacar el máximo de prebendas del supuesto error que cometieron con él. La Falange tuvo, efectivamente, una cierta resistencia al Decreto de Unificación decidido por Franco para unirlos a los carlistas. Pero nunca se opusieron  a él, y menos que nadie Hedilla. Otra cosa es que, por un error de cálculo, cayera en desgracia con Franco. Pero Franco, no lo olvidemos, era un militar que funcionaba con el "ordeno y mano" y que no aceptaba el más mínimo gesto crítico. Franco no era un fascista, era un militar ambicioso, siniestro  y autoritario. De talante profundamente antidemocrático, antisocialista  y antiliberal. Franco, una vez en el poder, no movilizó políticamente a las masas como hicieron Hitler y Mussolini. Lo que quería y logró fue unos ciudadanos sin derechos, conformistas y apolíticos que le dejaran hacer. Padres de familias católicos, conservadores y temerosos de Dios y del César, que era él mismo.
 El libro es, hay que reconocerlo, un libro de especialista. Muy arduo para un lector que tenga un interés relativo en el tema, pero imprescindible para todo aquel que quiera conocer los movimientos fascistas o la configuración del "bando nacional" contra la República y la constitución del Régimen franquista. La descripción de los hechos que van desde la aparición de la Falange hasta sus luchas internas, desde el decreto de Unificación al encarcelamiento de Hedilla, son minuciosos. Hay un hilo conductor que muestra la coherencia de los hechos y las conductas, peor también el papel de diferentes contingencias que tienen efectos determinantes. Hay que agradecer, además, que inserta toda la amplia y exhaustiva documentación en un relato que no deja de ser apasionante. Un libro que, siendo académico, no es academicista. Por suerte para los lectores, evidentemente.









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