Escrito por Luis Roca Jusmet
Reseña de
Reseña de
La comunidad
Hervé Tanquerelle ;
Yann Benoit
( Traducción de Alfonso
Serrano)
Madrid : la Oveja Roja, 2009 ( Primera parte) y 2012
( segunda parte )
( segunda parte )
La editorial La Oveja
Roja ha editado la segunda parte del libro-cómic La Comunidad,que es
la continuación de la entrevista
realizada a uno de los portagonistas de una experiencia comunitario
que apareció en Francia en 1972 y que acabó en 1985. La Minoterie
fue el nombre de esta aventura colectiva y uno de sus protagonista es
la que se la explica a un joven periodista. Esta
experiencia alternativa fue una de las consecuencias menos conocidas
del movimiento que surgió a partir del Mayo del 68. Lo más conocido
de Mayo del 68 son dos cosas. Una es que expresó una movilización
política radical contra las instituciones, los partidos y los
sindicatos tradicionales. Este movimiento cristalizó en a
potenciación de grupos maoistas y troskistas que entraron en la
escena política francesa con fuerza. La otra es que mayo del 68
cambió las costumbres de la sociedad francesa, que se volvió menos
autoritaria y más liberal en este aspecto.
Pero
lo que nos explica este libro es que también llevó a muchos jóvenes
a buscar formas de vida alternativas. Lo interesante es el aspecto
vital de este movimiento. Si recuerdo lo hacía yo los mismos años
me encuentro con lo contrario. Unos adolescentes que soñábamos con
montar una comuna, que nunca se llevó a cabo. Lo que hacen estos
jóvenes es hacer en lugar de imaginar. Es la misma insatisfacción
que nos llevó a no querer repetir la vida de nuestros padres. Pero
ellos lo hicieron en la práctica, sin un proyecto teórico previo.
Se juntaron para irse de la ciudad, para buscar algo más auténtico
en el campo, en la naturaleza. No querían entrar en el círculo
absurdo del consumo, no deseaban relaciones jerárquicas, ni mandar
ni obedecer. Querían relaciones más libres, más auténticas.
Curiosamente no cuestionaban ni la familia ni el trabajo. A
diferencia de la contracultura hippie que venía de USA no elogiaban
la pereza, las drogas y el amor libre.
Lo
más interesante de esta experiencia es que eran las propias
vivencias las que iban conformando unas reglas de convivencia, una
manera de hacer y de vivir. No eran elitistas, se relacionaron con
sus vecinos campesinos. Se adaptaron a ellos y no adoptaron la
arrogancia de quién se cree especial.
Intentaron
una experiencia autogestionaria con unos principios claros de respeto
y de igualdad real entre todos. Discutían en asambleas los problemas
y buscaron soluciones consensuadas. Quería compartir lo común y
supieron mantener una mínima autonomía. Tuvieron hijos y los
hicieron crecer en un ambiente natural, libre, aunque sabiendo que se
debían mantener unos límites. En este sentido son interesantes los
comentarios de la pareja del periodista, ya que es la hija del
entrevistado.
Pero
poco las cosas se complican. Aparecen los deseos más allá de las
necesidades, hay que adaptarse al mercado y a sus exigencias para
mantener el negocio, por muy comunitario que sea. Pero surgen también
las pasiones tristes : envidias, celos, resentimientos. Poco a poco
la convivencia se va enrareciendo, los principios se van olvidando.
Y, curiosamente, parece como si fuera en lo material que se tiene que
concretar esta necesidad de corte : sucede entonces con un incendio
que quema los talleres y la vieja molinería, símbolo de lo más
propio de la experiencia.
La
forma de cómic que tiene el libro me parece muy sugerente, la verdad
es que me ha gustado.
¿
Conclusiones ? Lo bueno es que las conclusiones son matizadas y son
resultado de una reflexión personal, no de un discurso ideológico.
Hervé Tenquerelle evita, de forma muy lúcida y madura, dos
peligros. Por una parte la nostalgia, la deriva de la idealización
de un supuesto paraíso perdido. Pero por otra parte tampoco se deja
seducir por la ironía del cinismo. Él sabe que el proyecto, en
algún sentido, falló. Pero también sabe, como experiencia, fue muy
fecunda, muy rica. Que vivieron durante bastantes años de una manera
diferente, con otros valores que los de la sociedad capitalista. Fue
agridulce, ambivalente, con sus luces y sus sombras. Pero valió la
pena y por esto quiere compartirlo con sus lectores.
He de
reconocer que para mí, ha sido un placer esta lectura en formato de
libro-cómic. A mí, que fui en mi infancia un devorador de tebeos,
que en mi adolescencia disfruté tanto con Tintín y que en mi
juventud lo pasé tan bien con El Víbora y el Makoki ,
me ha gustado mucho esta lectura. Y ha sido también un elemento de
reflexión muy válido. Porque al final, frente a tantos discursos,
es muy útil aprender de las experiencias prácticas.
Hola Luis, buenas tardes. Voy a intentar conseguir el cómic, ¿se puede leer la segunda parte sin leer la primera?
ResponderEliminarPor lo que explicas, el proyecto, por muy interesante y enriquecedor que parecía fracasa y fracasa, si no lo he entendido mal, porque aparecen los deseos más allá de las necesidades. Y... no sé, pero el consumismo o la sociedad capitalista nos ofrece tantas posibilidades (materiales) de satisfacer hasta el más absurdo de nuestros caprichos que me parece difícil resistirse. Sí, ya sé que las cosas auténticas: el amor de verdad, la amistad verdadera, contemplar el mar embravecido o una puesta de sol, no se compran con dinero, pero ¡me parece tan cómoda una vida con bastante dinero!Lo siento, supongo que soy burguesa hasta la médula... pero bueno, también en alguna época había pensado en la posibilidad de montar una comuna:hay casas enormes con jardines preciosos inalquilables por una familia pero que podría ser asumible por varias,(podría ser una manera de afrontar la crisis)y otra cosa que me parece muy interesante de vivir en comunidad es que las desgracias deben ser mucho más llevaderas. En el caso extremo de la muerte de un hijo, por ejemplo, una pareja convencional creo que puede hacer muy poco para ayudarse ya que están los dos destrozados.(El caso concreto que conozco acabo en divorcio)En cambio si hay una comunidad, sigue habiendo niños a los que cuidar y los que han sufrido la desgracia pueden tomarse el tiempo que necesiten para rehacerse. En nuestra sociedad capitalista creo que enseguida se exige que te olvides de tus pérdidas y estés dispuesto a producir otra vez. De todas maneras, hablo en teoría porque tengo que reconocer que la convivencia me cuesta un montón y que no me gusta nada compartir mis cosas.
Isabel
Hola Isabel. Debería leer los dos. El anterior se editó hace unos años . Compra los dos, se pueden pedir a la editorial.
ResponderEliminarLa comunidad fracaso al final, al cabo d eunos años, pero dura tiempo. No es exactamente por el paso d ela necesidad al deseo, lo cual me parece muy dificil de precisar. Aparecen aspectos menos desinteresados, las ganas de un espacio propio, tambien por supuesto las expectivas del consumo. Todo es complejo, vale la pena leerlo. Como experiencia explicada por uno de sus protagonista es muy interesante.
Un abrazo
Otro ejemplo , Luis:
ResponderEliminarIdioterne, de Lars von Triers ..., el revolucionario danés creador de Dogma 95.
Un grupo se reune para sacar a luz el idiota interior de cada cual.
Viven fingiéndose idiotas como respuesta a un mundo sin sentido...Comportandose en la calle como idiotas son tratados como idiotas...con algunos beneficios como irse sin pagar de los restauranes.
En definitiva, una idiotez.
Otro ejemplo: Las comunidades hippies, sexo, droga y paz...
ResponderEliminarUno más...
ResponderEliminarEl pueblo de dios en Lambaré , Paraguay...Vivi un tiempo con ellos, invitada por la organizadora.Convulsivos a cualquier hora, caían al piso y balbuceantes repetian la palaba de "dios".Cazaban y comian cocodrillos...se parece a la carne de pavo, excelente rociada con aceite de soja.
Puros y santos.
Bueno, bueno Inés. Pero lo que xplica el libro-cómic no es una idiotez.
ResponderEliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn estoy estoy de acuerdo, Inés, totalmente. Te había unterpretado mal, lo celebro.
ResponderEliminarUn abrazo
Solipsista y casos...Problema con las eses...
ResponderEliminarLa ese generalmente da cuenta de un plural y es más fuerte que la c...y la z...
Perdona Luis...
Un abrazo.
Gracias Luis,
ResponderEliminarIntentaré conseguirlos.
Isabel
Luis, repongo el post de las17:53,que eliminé porque acusaba un error de ortografía:
ResponderEliminarNo he dicho eso Luis, solo te daba ejemplo de comunidades..
En todos los casos de verifica una huida...
Estimo que las revoluciones de deben hacer "in situ" y abandonar la pretensión del mundo solipsista y feliz en otra galaxia.
Un abrazo y gracias.