lunes, 4 de noviembre de 2019

¿ FOUCAULT ANARQUISTA ?


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El sujeto anárquico. Reiner Schürmann y Michel Foucault
Simón Royo
Con el anexo “Reiner Schürmann: Sobre constituirse a sí mismo como sujeto anárquico” (traducido por Simón Royo).
Arena Libros: Madrid, 2019. 164 páginas.

 Simón Royo, filósofo y escritor, nos plantea en este libro un interesante trabajo sobre la noción de sujeto anárquico. Esta conceptualización es el elemento nuclear de una propuesta política radical que el autor elabora a partir de su reflexión sobre la obra de Reiner Schürmann y de Michel Foucault. Pero también de la de Martin Heidegger, de quién los anteriores considera deudores y que formarían parte de lo que denomina “la izquierda heideggeriana”. Los dos, nos dice en la traducción “se puede dar la mano a la hora de plantear la pregunta: Qué hacer? o, lo que es lo mismo, de ahí que coincidan en que el problema más acuciante de nuestros días sea el de dirimir la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las posibilidades y los márgenes en los cuales puede darse la autoconstitución del sujeto práctico en la actualidad ?...”
 Vamos a sintetizar el trayecto al que nos invita Simón Royo. En el primer capítulo ( “Michel Foucault y la constitución de uno mismo”) sigue el recorrido ,filosófico y político de Michel Foucault para concluir que “Habrá que insistir, final e igualmente, en la constante crítica a la dominación e aras de la libertad del Foucault activista a lo largo de toda su vida, a que nos hemos referido en los esbozos biográficos antecedentes, pues con ello, lo que nos muestra, en una visión y un balance de conjunto, es más bien un Foucault que se opondrá a la llamada gubernamentabilidad, en unos términos an-árquicos, no en otros.”
 En el segundo capítulo (“El principio de la anarquía y Michel Foucault”) transita no solo por Foucault sino también por Heidegger y, sobre todo, por Reiner Schürmann. Pero también por otros potentes pensadores, como Giorgio Agamben y Jacques Derrida. Y, finalmente, a Nietzsche. Todo ello para formular una crítica radical del capitalismo globalizador y neoliberal que solo puede ofrecer, en el mejor de los casos, un individualismo competitivo sujeto la lógica de la alienación que impone el sistema. Se trata, siguiendo la precisa definición del autor del “randroide, el narcocapitalista o libertariano, ese psiconarciso cínico bien acorde con el capitalismo mundializado que cuando más se funde con la masa individualista de los adictos al interés más idéntico es a los de su calaña consumista.” Y esto, continua, aunque se crea más libre y diferente que ninguno. ¿Qué nos propone Simón Royo? Un sujeto capaz de autoconstituirse, formando parte de una comunidad de iguales, sin servidumbres, “sin principio ni príncipes”. Es decir, “El anarcántropo cuya actitud es participar en una comunidad de las diferencias enlazadas participando en una revolución sin sujeto revolucionario.” La creación de “zonas temporalmente autónomas”. En el nuevo contexto de la tecnología planetaria se hace necesaria una opción éticopolítica que vaya más allá de lo que planteaba la ilustración radical en la sociedad moderna.
 El ensayo de Simón Royo entra directamente en la polémica al plantear una lectura de izquierdas de Heidegger, justo en un momento en a partir de los “Cuadernos negros” se intenta vincular su filosofía con su apuesta por el nazismo. Esta ya es una primera virtud del libro, la de abrirnos esta lectura alternativa de Heidegger. También lo es el darnos a conocer un filósofo tan interesante como desconocido en España: Reiner Schürmann. Y por supuesto la fecundidad de este cruce que hace entre él y Michel Foucault.
 Respecto a su planteamiento he de decir que es atractivo, y está  bien argumentado, pero aún no la comparto. En primer lugar no veo a Foucault como un anarquista. Me parece que la opción de Foucault es ética más que política y que una vez desencantado del marxismo el filósofo francés entiende más la política como resistencia que como alternativa. Tampoco comparto la esperanza de Simón Royo de que sea posible avanzar hacia comunidades de iguales cada vez más generalizadas, en la que los sujetos vayan constituyéndose a sí mismos como sujeto prácticos. Desde mi punto de vista continuamos en la modernidad y la ilustración radical debe seguir siendo la base éticopolítica para avanzar. Soy escéptico respecto a  propuestas que, en contra de la opinión del autor, me parecen utópicas. Cierto que estas comunidades de iguales pueden existir y, en alguna medida existen. Pero en el marco de la economía-mundo capitalista que solo puede combatirse desde el poder del Estado democrático y social de derecho. No soy, por tanto, un antilberal como lo es Simón Royo (y por lo que dice, Reiner Schürmann). Si lo fue Heidegger, pero hay que ver si se le puede dar a esta crítica una orientación de izquierdas. No me parece que lo fuera Foucault (lo cual no quiere decir que fuera un liberal). En todo caso el debate queda abierto y Simón Royo nos da materiales interesantes para pensarlo.
  Pero este es el debate y el libro es una excelente material para efectuarlo. La cuestión a discutir sería entonces doble, una vez aceptado la necesidad de un sujeto práctico autoconstituido como proyecto emancipador. ¿ estamos frente a un proyecto político que implicaría una transformación revolucionaria ? ¿O estamos frente a un proyecto ético que necesita un marco lo más favorable posible dentro de los principios del Estado de derecho? Simón Royo se orienta por la primera opción, a la que está bien darle el nombre de sujeto anárquico, que le da al mismo tiempo una dimensión política y revolucionaria. Yo me oriento más por la segunda.
 El libro incluye además ( con una buena traducción del mismo Simón Royo) un texto de Reiner Schürmann sobre el último Foucault “Sobre constituirse a sí mismo como sujeto anárquico”. Hay una reflexión crítica muy interesante sobre la tensión foucaultiana de denunciar un sujeto que siempre es producto de los campos del saber y las tramas del poder y el intento de abrir el horizonte de autoconstituirse como sujeto práctico. Todo ello desde la perspectiva de Reiner Schürman de constituirse como sujeto anárquico.
 Un libro, en definitiva, que me parece muy recomendable no solo para los interesados en Heidegger y en Foucault y los que quieran conocer la obra de Schürmann (del que la misma editorial Arena ha traducido últimamente “El principio de la anarquía”). Pero recomendable sobre todos los preocupados por esta “ontología de la actualidad” de la que nos habló Foucault y que, en la línea de Nietzsche, no es solo un diagnóstico sino también la propuesta de un remedio. Una buena aportación al debate.

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