martes, 3 de febrero de 2015

FELIPE MARTINEZ MARZOA : UN ENSAYO SOBRE LA FILOSOFIA DE DAVID HUME







Escrito por Luis Roca Jusmet



Felipe Martínez Marzoa es, sin duda, uno de los filósofos vivos más importantes e interesantes, y no sólo en el horizonte de nuestro país. Para él la filosofía y la historia de la filosofía, ya que el trabajo actual del filósofo consiste en entender lo que han dicho los filósofos.En esta línea lo que llamamos la filosofía moderna se constituye, para Martinez Marzoa, a partir de Leibnitz-Spinoza-Hume, tiene su cenit en Kant y se consolida con el idealismo alemán, Marx y Nietzsche. David Hume sería, en el sentido fuerte, el filósofo de la Ilustración, ya que Kant, aunque sea un ilustrado, su filosofía supera la Ilustración.

El estudio específico que Felipe Martinez Marzoa hace de David Hume lo publica en el año 2009, en un precioso libro de la editorial A. Machado libros bajo el título de Pasión tranquila. Ensayo sobre la filosofía de Hume. El libro, como es habitual en Marzoa, es claro como riguroso y presenta una extraordinaria densidad conceptual.

Filosofía es, para Hume, la pregunta por la validez de un discurso, que es básicamente el de la ciencia. Validez significa preguntarse que significa que una cosa desde este discurso. Hume utiliza una palabra nueva, que es impresión, al lado de una vieja, que es idea. Idea es algo que tiene que ver con la mente y que tiene una existencia como tal, es decir un valor fáctico. Una idea existe como idea. Pero la pregunta es por su validez, que nos remite a otro atributo que está fuera del discurso. Esto es lo que nombra una idea, por lo que podemos decir que cuando una idea no tiene validez fuera de ella entonces no nombra nada. La impresión es la percepción directa, singular, de algo. La idea es la transformación de este singular, a través de la imaginación, en otro singular, que sería la imagen de esta impresión. Imagen que se corresponde con una cualidad de aquello que está fuera de la idea, que sería el objeto físico que percibimos. A partir de las ideas simples podemos, a través de otro trabajo de la imaginación combinado con el de la memoria, elaborar ideas complejas, más abstractas. Pero estas ideas son producto de la combinación de ideas simples y solamente puede surgir a partir de ellas. No es propiamente una idea porque no se refiere a algo concreto. Hume es nominalista y considera el universal como una idea abstracta que recoge lo común de varias ideas. Una idea es válida si es fáctica y se basa en una impresión. Pero además de estas ideas, a las que Hume llama de sensación, surgen otras que son las que llama de reflexión. Las ideas de reflexión son las que aparecen a partir de las pasiones. Que son para él ideas simples pero secundarias, ya que surgen a partir de las pasiones.


Hume habla de que establecemos una relación entre las ideas. Estas relaciones tienen que ver con la facticidad de las ideas, con su existencia como tales, pero no con su validez, en el sentido de que son independientes de que nombren a lago que exista fuera de ellas. La existencia o no de aquello de lo que habla la idea no tiene nada que ver, por tanto, de lo que es la relación entre estas ideas. La relación entre ideas puede ser fenoménica o fenomenológico. Lo fenoménico es el registro natural, que consiste en relacionar ideas particulares, simples ( que vienen de las impresiones ) o las más complejas ( que vienen de las particulares). A través de ellas intentamos sobre todo entender los vínculos causales entre los fenómenos. Razonar consiste en una relación lógica entre las ideas, independientemente de su validez. Las relaciones fenomenológicas las establecemos cuando pasamos pasamos a la filosofía y nos preguntamos por la validez de las ideas. En la Modernidad los vínculos causales son contingentes, empíricas, no necesarias, pero cada uno de estos vínculos es la garantía de la totalidad. La investigación filosófica trata sobre la condición de la idea, de lo que es en tanto que es, el juego de la impresión a la idea.

Pero lo que constituye la modernidad es la ruptura entre el conocer y el hacer, que se convierte en algo contingente y no necesario. Contra más conocemos un objeto más posibilidades hay de acción, es decir mayor es el poder y menor es la determinación. El hacer está relacionado con las pasiones. Las pasiones directas son el deseo y la aversión, que produce agrado y desagrado respectivamente. Las indirectas son el amor y el orgullo, vinculadas al deseo, y el odio y la vergüenza, a la aversión. Tenemos además la simpatía, que es co-sentir con el otro, identificarse con lo que siente el otro. ¿ de quién hablamos ? Hablamos del yo, que es un sujeto con ciertas cuaklidades.Las pasiones directas tienen que ver con la validez que damos a las ideas referidas al objeto. Validez moral, referida a la decisión. La voluntad es la determinación de la conducta en el acto de decidir. Las pasiones en sí son violentas pero para que no nos arrastre su violencia hemos de distanciarnos, con lo cual

El método de Hume es el método experimental, que consiste en recoger sistemáticamente las experiencias. Es una actitud de ver, de observar, de suspender la familiaridad para entender las reglas del juego que jugamos. La ciencia físico-matemática experimental muestra la uniformidad de los fenómenos. Hume, filósofo ilustrado, quiere ser un antídoto contra la religión. La falsa religión más allá de la cual hay sentimientos de arrebato y más acá de la cual hay la opresión de la superstición. Es la religión que parece en el helenismo y se consolida en el medievo. Respecto a la religión natural considera que es verosímil que el Mundo sea Obra de una Inteligencia Superior.

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