Escrito por Luis Roca Jusmet
Podemos ha irrumpido por una necesidad. La necesidad de dar voz a la inmensa mayoría de ciudadanos españoles que no se sienten representados políticamente. Algunos forman parte de la vieja guardia de militantes antifranquistas desencantados por la política. Otros son antiguos votantes, simpatizantes o militantes del PSOE o de IU. Algunos, pocos, antiguos votantes del PP, que no entendieron en su momento a quien sirve la derecha. Muchos son jóvenes que nunca se habían sentido representados por los políticos y ahora perciben que sí hay una vía. Lo que todos tienen en común es que ahora se ilusionan por la política porque esperan algo de ella. Esto es muy bueno porque hay que recuperar el sentido participativo de la ciudadanía, única base de la democracia.La democracia solo es emancipatoria si hay ciudadanos autónomos que quieren gestionar las cuestiones públicas. El 15 M y el movimiento de los indignados fueron expresión de este movimiento pero Podemos representa mucho más. No solo ha canalizado este movimiento sino que lo ha ampliado enormemente. Y le ha dado una salida institucional. Podemos es hoy una alternativa, la única alternativa de poder ciudadano, de regeneración democrática y de defensa de los derechos sociales al bipartidismo PP-PSOE. No es poco.
Ahora bien, ni hemos de ser acríticos con nuestra opción política ni tampoco pecar de triunfalistas. Podemos tiene el inconveniente que surge a la vez de movimientos espontáneos no organizados, del malestar de ciudadanos todavía pasivos y del poder mediático que tuvo antes de las elecciones europeas. Falta todo el tejido organizativo del movimiento, que debe ser la potencia de la organización. Los círculos son una buena opción para esta organización de base. Ahora bien, lo que se está viendo es que el núcleo impulsor del movimiento, Pablo Iglesias y su equipo están asumiendo el papel de vanguardia del movimiento y poniendo en marcha todos los mecanismos para garantizarlo. Esto no es una deriva oligárquica pero si aristocrática.
La oligarquía e sel poder d euna minoría que domina al servicio de sus intereses. Es lo que ha pasado con el poder económico que hay a la sombra de todo lo que ha pasado en nuestro país y también el grupo de políticos a los que se ha llamado la casta. De momento no hay constancia de que lo que pretendan Pablo Iglesias y su grupo sean privilegios. Más bien podemos asegurar que no. Lo que ocurrees que representan una opción aristocrática, que quiere decir que se consideran la vanguardia dirigente, es decir, los mejores. No hay democracia pura y en cualquier democracia hay criterios aristocráticos para elegir los mejores. Pero la democracia entendida como igualdad política quiere decir que cualquiera tiene capacidad política. Este es el ideal democrático, el de ciudadanos formados e informados, Esto implica la incorporación del sorteo para contarrestarar el exceso aristocrático, es decir el papel demasiado grande de los que se consideran los mejores. Está claro que para representar públicamente a Podemos o para otras tareas hay que buscar los más capacitados para hacerlo. Incluso para una parte de la Asamblea Ciudadana, pero una parte podía haber surgido por sorteo. Parece que el grupo de Pablo Iglesias tiene miedo que la gente de Izquierda anticapitalista ocupe los lugares centrales de Podemos. Pero en realidad el grupo de Iglesias tiene el mismo problema, el de convertirse en la vanguardia dirigente.
De todas maneras todo esto son problemas que hay que ir resolviendo. podemos sigue siendo el partido más democrático y abierto a la ciudadanía. Y está en proceso de construcción.
Otra cuestión son las expectativas de gobierno. Me parece muy poco probable que Podemos gobierne. No porque no gane las elecciones, que podría ganarlas, sino porque los poderes fácticos maniobrarían para una alianza PP-PSOE y entre los dos superarían, probablemente, a Podemos y a sus posibles aliados. Podemos debería estar preparado para ser una oposición que realmente se oponga.
Respecto al derecho a decidir me parece que la dirección de Podemos se equivoca. Cuando se dice que una cosa es el derecho a decidir y otra muy diferente lo que decidimos. A saber, que aunque no quieras la independencia has de votar porque es democrático se cae en una falacia. Si votamos es porque tenemos soberanía y si tenemos soberanía es que somos una nación y si somos una nación ( con nuestra lengua, cultura e historia totalmente diferenciada de la española) lo lógico es tener un Estado. Podemos es una alternativade Estado, a nivel de España. Al margen que es legítimo que hayan sectores soberanistas en podemos lo que no tiene lógica es que hayan sectores independentistas porque estos deberían apuntarse, por coherencia, a una opción exclusivamente catalana, como el CUP.
Finalmente pienso que Podemos debería forjar alianzas, a todos los niveles, con IU y con Equo al margen de otros posibles partidos que no sean independentistas.
Bueno son reflexiones para el debate. Espero discutirlas. Todo ello dentro de una apuesta clara a favor de Podemos.
A mi desde el principio no me gustó la manera de hacer las cosas del núcleo dirigente de Podemos. No porque lo fuera, que lo era, y las cosas según mi experiencia son así, sino porque vendía que no lo era y que sería la ciudadanía la que decidiría todo de igual a igual. Algo, esto último, imposible a nivel macro (¿acaso miles de personas que no se conocen entre sí, pueden elegir, directamente y cada una, un equipo dirigente con conocimiento de causa?). Ya tuvieron que marcar las cartas para seleccionar la candidatura a las europeas. Luego las han vuelto a marcar en su proceso interno posterior. Siempre en días próximos anteriores a cualquier elección, salen los líderes cantando su lista en los medios de comunicación. Y su gente vota mayoritariamente lo que ellos quieren en exclusiva. Para ese viaje no hacen falta tantas alforjas. Creo que hubiera sido más sincero, más ágil y más eficaz montar un partido democrático a partir de una vanguardia declarada y un líder reconocido, mareando menos la perdiz autogestionaria, etc., etc. Porque muy abiertos a todo quisqui, pero luego desconfían de los círculos y no van a algo tan importante como las municipales (sin “su marca”, ya veremos, y que sigan sentados los que les están esperando).
ResponderEliminarAlgunos miembros de esa vanguardia hacen declaraciones arrogantes y triunfalistas. Solitos van a ganar las elecciones generales, van a arrasar, no van a ser la UCI de nadie y otras lindezas, porque ellos están para ganar (ellos), si no, igual lo dejan. Poco serio. Nada de un partido para quedarse en la oposición si hay que quedarse y ser tenaz a largo plazo. Hay comentarios que hacen sobre ideas de programa electoral, que dejan a éste en un ya iremos viendo y, como tienen que conquistar “el centro”, a ver en que va quedando. Algunos rebajes empiezan a vislumbrarse (lógico por otra parte). Tienen la ventaja de la novedad bautizada y pura, en la versión moderna de un Cristo más y sus Apóstoles anunciando El Reino (¿o la República?) a bastante multitud ilusionada (¿de ilusionismo?). Conozco a quienes se obnubilaron con Obama, luego con el Papa Francisco y ahora con Pablo Iglesias. Al fin y al cabo, nuestra cultura es muy propensa a ello. Y la especie sapiens-sapiens también. La vanguardia lo sabe y sabe manejarlo. En eso son muy buenos. Aunque han de cuidarse de las televisiones del poder económico, que les dan mucho chance tertuliano para trivializar y desensibilizar.
Mi crítica va dirigida fundamentalmente a la distancia que hay entre lo que hacen los dirigentes y lo que dicen para consumo de masas. No me gusta esa forma de proceder. Al final y a pesar de algunas mejoras iniciales, estamos como siempre. Probablemente no pueda ser de otra manera y cierta democracia sólo podamos disfrutarla los de abajo gracias a la pelea y el control mutuo entre partidos aristocráticos, que nos pedirán el voto.
Luis, lo de los sorteos tampoco lo veo. Y sobre las cuestiones nacionales no tengo nada nuevo que aportar a lo ya hecho en debates anteriores.
Un abrazo.
Agustín, me parece una crítica muy precisa y muy seria. Veremos que pasa. Yo vuelvo a citar a Gramsci, que defiende el optimismo de la voluntad frente al pesimismo de la inteligencia. Intento apostar porque sea algo mejor que lo que tenemos. No estoy muy seguro, el escpeticismo de la experiencia me pesa tanto como atí. Tampoco me gusta la arrogancia y la impaciencia que criticas. La política es el arte de lo posible, aunque seamos principistas y no oportunista. Es una trabajo a largo plazo. Es lo que yo quería decir, que vayamónos preparando para ser una oposición que se oponga, que es lo que criticaba Juan Manuel Naredo criticando a la oposición que hemos tenido. Respecto al sorteo tengo mis dudas, ciertamente.
EliminarUn abrazo
Me parece muy justo todo lo que dices. Falta de estructura, aristocratismo de Pablo y su equipo, que yo le perdonaría, lo importante es no perder la toma de tierra, siendo el grupo dirigente. Temo el enredo en los procedimientos y la consiguiente pérdida de tiempo, hay ganas de darle la vuelta a la situación y desbancar la cueva de Alí Babá en la que vivimos y padecemos.
ResponderEliminarMe gusta el lado visionario, "vamos a ganar". Sin anticiparse a los acontecimientos. Es preciso ir a por todas. Luego ya se verá. En cada momento hay un afán diferente. Si estamos pensando demasiado en tropezar tropezamos.
En cuanto al apartado independentismo, lo veo igual. Los indpendentistas con los independentistas. Podemos va a perder fuerza justamente para llegar y ganar con este tema. De hecho opino que el indpendentismo y el mero nacionalismo es un disminuidor de las fuerzas de progreso que están en la base de la sociedad, de donde surge la savia, el peso de un verdaero movimiento político tanto en Cataluña como en País Vasco. Es una pena ver las izquierdas españolas enfangadas en un tema que no tiene que ver con valores universales, humanos, sociales, cívicos sino con banderas y lenguas. Son rémoras y restan.
En eso se le hace el juego a los poderosos de siempre, dividiéndose por la bandera y la lengua cuando en realidad llevamos años de convivencia y mezcla aún habiendo sus peculiaridades. Tanto entusiasmo ciudadano se merece mejores y más generales objetivos.
Coincidimos, Ana. Espero no acabar decepcionándonos una vez más. Tus comentarios, como siempre, aportan buenos matices. Un abrazo
EliminarDe acuerdo con lo que dices Luís. Pero respecto al derecho de autodeterminación/secesión, creo que la postura de Podemos (al menos la de Monedero) es ésta: "un estado debe ser la unión voluntaria de sus partes -da igual si son naciones, regiones o lo que sea-, de lo contrario no es un estado, sino una cárcel." Y para saber si los ciudadanos de Catalunya -que es donde a día de hoy existe el problema- quieren formar parte de ese estado hay que votar. Y te doy toda la razón cuando dices que los sectores de izquierda independentistas -no confundir con soberanistas- por coherencia deben votar a las CUP, que es una especie de Podemos independentista (pero eso sí, me parece que los de Podemos están más "profesionalizados" que las CUP, que me parecen un poco amateurs). Además, Monedero siempre dice que España es un estado más antiguo que Cataluña, pero Cataluña es una nación más antigua que España.
ResponderEliminarUn abrazo,
Toni
PD: Y mientras tanto la oligarquía/casta nos ha vuelto a estafar: Cástor, el juguete de Don Florentino, lo vamos a pagar todos durante 30 años. Suma y sigue... privatizan los beneficios y socializan las pérdidas. Es el penúltimo escándalo y todos los europeos tendríamos que salir a la calle de una p... vez y comenzar a hacer barricadas. ¡Nos toman el pelo!!!!
De acuerdo en lo que dices, Toni, menos en el desacuerdo de siempre. Pero, en el fondo, queremos básicamente lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy de acuerdo, Luis. El sorteo y los cargos no renovables, y la idea de que "cualquiera tiene capacidad política". Y el derecho a decidir es una trampa porque una minoría interesada decidió convenientemente eso sobre lo que hay que decidir, mientras la mayoría (se vio el 9N) querría decidir sobre otras cosas.
ResponderEliminarHola Laurafru, reducir las tres mayores manifestaciones -pq el 9N era eso, una mani- de la historia de Europa a una "minoría interesada" me parece muy temerario. Ni tú ni yo sabemos lo que quiere la mayoría y para saber si los independentistas somos o no somos la mayoría hay que hacer un referéndum de verdad y ver los resultados. Apropiarse de la abstención, y más tratándose de una pseudoconsulta, es lo más tramposo que hay y yo te podría decir que Rajoy es un okupa y que la mayoría de españoles censados en realidad quieren que yo sea su presidente. Pero eso sí, no quiero que se vote. La gente que no vota me quiere a mí porque lo digo yo y punto. Por favor... Un saludo, Toni
EliminarNo te precipites, Toni. Lo que me parece evidente es que todos los soberanistas independentistas votaron y casi todos los no soberanistas no votaron. Falta saber la cantidad de indiferentes, claro. Pero votar ya implica una posición política, que es reconocer a Cataluña como nación.
EliminarUn abrazo
Hola Luís. Yo creo que la mayoría de los que votaron -yo estuve fuera ese día- eran independentistas convencidos. Pero no tengo tan claro que la gran mayoría de gente que votaría sí -yo mismo- en un referéndum serio -no olvidemos que era una pseudoconsulta- fueran a votar ese día. En mi familia ese día sólo votaron mi madre y mi abuela. Y si nos ponemos maquiavélicos yo podría interpretar el 9N así: a cuatro millones de catalanes se la trae al pairo la unidad de España, puesto que quien calla otorga; casi dos millones de catalanes quieren la independencia sí o sí; cuatrocientos mil quieren un estado federal; y sólo doscientos mil se oponen claramente a la independencia. Por eso, para salir de dudas y evitar interpretaciones interesadas. yo creo que lo mejor sería organizar un referéndum vinculante como el de Escocia. Y eso no creo que implique necesariamente reconocer a Cataluña como nación -la Constitución ya la reconoce como nacionalidad-. Lo que sí que implica es reconocer que Cataluña -da igual si es una nación, una nacionalidad, una región o una provincia- es un "sujeto" soberano. Y en eso creo que sí que están de acuerdo todos los partidos catalanes excepto el PP y Cs. Y a nivel español Podemos e IU también están de acuerdo, aunque sea con la boca pequeña por miedo a perder votos. Un abrazo. Toni
EliminarToni, partes de un error. Votar quiere decir aceptar la soberanía y no votar quiere decir no aceptarla o simplemente pasar. Quien calla no otorga. Se tiene que estar de acuerdo con las reglas del juego y estas ni tan solo eran legales. O sea que la interpretación que llamas maquiavélica es errónea.Este reconocer a Cataluña como sujeto es reconocerla como nación porque sino deberías reconocer a un barrio de Barcelona como sujeto que puede decidir separarse. La ciudadanía la produce el Estado de Derecho, que es una especie de contrato social 8 es una ficción, pero debe funcionar como si no lo fuera) en el que te sometes a unas leyes a cambio de que se te reconocen unos derechos, entre los cuales el de votar las leyes.Las leyes pueden desobedecerse pero no en nombre d ela democracia sino en todo caso de unos principios morales. para mí estos principios morales están recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y aquí no entra el "derecho a decidir". por otra parte la Constituicón dice que el único sujeto soberanos es el pueblo español, o sea el conjunto d elos ciudadanos españoles. Mientras no se cambie la constitución es así.Podemos e IU, a mi entender, no tienen las cosas claras por el seguidismo de la izquierda española con los nacionalismos periféricos. Un abrazo
EliminarAcabo de leer el artículo de Xavier Domènech en "Sin Permiso" sobre Podemos en Cataluña.Prepárense.Y después le he leído a usted.
ResponderEliminarTiene usted toda la razón, no sé qué pintan los independentistas en Podem.
Pero lo que entiendo menos es a Errejón , Monedero y compañía ;¿ realmente creen lo que dicen? . ¿O son cómo Lenin?.
Yo creo que realmente creen que la existencia de un estado catalán segregado o de un federalismo asimétrico sería un problema sin importancia o que van a poder reconducirlo , que es cosa menor vaya. Se dan perfectamente cuenta de que aceptando el marco del "derecho a decidir" están dentro del cuadro hegemónico del nacionalismo catalán pero creen que la independencia no ganaría un referendum en Cataluña. Veremos.
Karl Mill
Efectivamente, piensan que hay que defender el derecho a decidir como medidad democrática radical y luego defender una propuesta federal, como hace Joan Herrera. pero no se enteran que votar ya significa asumir que Cataluña es una nación al margen de España y esto lleva como conclusión lógica al independentismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Luís,
EliminarO no. En Escocia -una nación británica- o Quebec no se llegó a esta conclusión. Un abrazo. Toni