jueves, 11 de mayo de 2017

HANNAH ARENDT Y LA CRISIS DE LA AUTORIDAD






 Escrito por Luis Roca Jusmet

El tema de la Autoridad es un tema que preocupa e interesa especialmente a Hanna Arendt. Lo trata en diversos textos pero le dedica un breve y denso texto que se llama Qué es la Autoridad. Es un escrito muy interesante, claro y denso al mismo tiempo, que nos ofrece un excelente material para pensar en diversos temas fundamentales para la sociedad y la política. Planteo en primer lugar un resumen de lo que formula y en segundo una serie de reflexiones críticas
La tesis de Hanna Arendt es que la Autoridad ha desparecido en la Modernidad en el terreno político, aunque continua en contextos prepolíticos, como la familia o la escuela.. Pero la esfera importante, central, es la de la Política. Hoy, dice Hanna Arendt, ya no existe la Autoridad en la política. Hay, además, una confusión entre Autoridad, Poder y Violencia. Pero hay que entender, dice la filósofa, que son esferas diferentes. Están además en tres registros temporales diferentes : Autoridad ( referida al pasado), Poder ( al presente) y Violencia ( al futuro). La Autoridad implica obediencia, no supone ni argumentación ni tampoco violencia. El poder es horizontal, ya que se comparte una capacidad, una potencia colectiva. La violencia es un instrumento que está en función de un fin que se busca.
La Autoridad supone un reconocimiento. La Autoridad no necesita persuasión ni fuerza para imponerse. El que tiene Autoridad la basa en el lugar que ocupa, en lo que representa. Implica obediencia porque proviene de la Tradición, considerada como actualización de unos orígenes míticos. Hay algo fundacional que conservar. La Autoridad es religiosa porque es un re-ligare, nos liga a algo que está más allá, en este caso a los orígenes.
Otra distinción es entre legitimidad y justificación. La legitimad está relacionada con la Autoridad. La legitimidad se basa en la Institución ( como en el Senado romano) o en la Constitución. Su Autoridad se basa en la Tradición, es decir ene el manteniendo de algo que se fundó, a la que se ele da un carácter religioso, en en sentido de re-ligare, de constitución de la Comunidad política como tal. Un golpe de Estado no es nunca legítimo porque se funda en la división y en el ruptura de la comunidad política. Solo puede establecer regímenes autoritarios, como hizo Franco. La autoridad es diferente del totalitarismo, que se basa en su propia lógica interna, en un Partido que se otorga la totalidad de la política y que se mantiene por la violencia. El totalitarismo es la forma moderna de negación de la Autoridad.
La justificación se basa en los fines ( futuro) mientras que la legitimidad se basa en el pasado. Este pasado es en la tradición republicana se la Ley aceptada y en la dictatorial, que es básicamente la monárquica, la filiación.
La cuestión final que plantea es que el Derecho debe ser civil, basado en la aceptación de las reglas del juego y en el establecimiento de derechos más que el penal, es decir en las penas y castigos por la transgresión de las normas. El Derecho debe basarse por tanto las leyes han de ser más directivas que coercitivas. Su garantía ha de estar en la Autoridad ( que viene del pasado, de los orígenes) que no de la violencia, que está orientada al futuro cumplimiento de las leyes.
Incluyo ahora una serie de reflexiones personales sobre diversas cuestiones planteadas.
La primera es sobre la diferencia entre autoridad, poder y violencia no la veo clar. Si la autoridad es un reconocimiento automático, que no necesita ni argumentación ni violencia, entonces la autoridad es antidemocrática. La democracia es argumentación y decisión sobre la base de lo que se argumenta, entre otras cosas. Es igualdad política. Una sociedad que se basa en la Autoridad, Tradición y Religión ( en el sentido amplio de Hanna Arendt) no es democrática en este sentido. Castoriaids lo vió claro. Democracia es autoinstitución, autocreación permanente, cuestionamiento de la autoridad y la tradición. Las sociedades que se basan en la Autoridad son Roma y la sociedad medieval, como dice la filósofa, pero también China. Hay unas relaciones jerárquicas inmediatas que se cumplen de manera automática. Una sociedad que contempla la Autoridad puede, como máximo, desde el punto de vista democrático, ser mixta.
Las revoluciones, dice Hanna Arendt, establecen una nueva Autoridad. Pero como dice Paul Ricoeur, las bases revolucionarias de establecimiento una nueva autoridad son ambiguas. Volvemos al tema de Castoriadis, que lo problematizaría incluso en Grecia. La argumentación socava la Autoridad. Las revoluciones democráticas no pueden establecer ninguna Autoridad basada en la Tradición.
La diferencia entre Autoridad y Poder es cuestionable. La Autoridad es, entiendo, una relación de poder. Porque el poder es horizontal y es vertical, es individual y es grupal. Spinoza, por ejemplo, nos habla del poder individual, como capacidad ética, y del poder democrático, como el poder compartido que surge de la cooperación. Pero Foucault nos enseña que el poder funciona a muchos niveles y que se da en el momento en que alguien decide por otro. La Autoridad es así una relación de poder vertical pero voluntaria. Una servidumbre voluntaria, en definitiva. La Autoridad aparece idealizada en Hanna Arendt. En todo caso me parece que es una relación de poder pèrdida porque forma parte de un mundo perdido, el de la tradición. Otra cosa es recuperar de alguna manera una cierta continuidad con el pasado y, por tanto, la tradición. O plantear otro tipo de autoridad basado en el reconocimiento concreto y actual, pero no en una relación jerárquica. Hanna Arendt contempla el final de un mundo con cierta nostalgia. En este sentido le veo afinidad con el sociólogo Richar Sennett. Pero hay que inventarse algo nuevo porque lo único que queda es el neoliberalismo o formas de neoconservadurismo o autoritarismo. Todas ellas como formas de un sistema, que es el capitalismo, y de un liberalismo económico. Uno de los vacíos de Hanna Arendt es que no habla del capitalismo. No solo hay que hablar del capitalismo pero es el concepto fundamental para entender el mundo moderno.
La violencia aparece en la filósofa como un medio que puede justificarse pero que no tiene una legitimidad. Porque la legitimidad viene de los orígenes, es decir del pasado, pero no de un proyecto futuro basado en la ruptura. Me parece que se equivoca en su crítica a Webber, que considera la violencia como el monopolio necesario del Estado moderno. Sin violencia no hay Estado. Y muchas veces está en su propia constitución. Las bases de una sociedad pueden ser más o menos democráticas pero siempre hay un grado d eviolencia en su formación y en su mantenimiento. El conflicto existe y hay que buscar un espacio simbólico para resolverlo. En este sentido la idea de comunidad política de Hanna Arendt es la base de planteamientos como el de Chantal Mouffé, que plantea transformar el antagonismo en agonismo. Esta es una de las grandes diferencias con Carl Schmitt, en su dialéctica irreductible del Amigo/Enemigo. Pero esta comunidad política es heterogénea, incompleta y hay gente fuera. Los que están fuera pueden estarlo porque no quieren entrar: aquí entra la violencia para neutralizar una acción que va contra los derechos establecidos. Aunque habría que pensar también en lo que señala Jacques Rancière cuando habla de los excluidos, de los "sin-parte", que serían los que hacen política realmente contra el orden jerárquico establecido. Me parece que ambas posiciones están demasiado polarizadas. En todo caso la comunidad política e siempre algo dinámico, imperfecto, con unos márgenes y con conflictos internos. Hay que plantear unas reglas del juego amplias e inclusivas, como dice Hanna Arend, que son las bases del Derecho. Pero las normas establecidas ., es decir las leyes positivas, no son directivas, son imperativas. El Derecho penal es entonces el complemento necesario para mantenerlas vivas. 
 La teoría política de Hanna Arendt es republicana, que yo consideraría un régimen mixto aristocrático-democrático. Es democrática su defensa de la Ley elaborada desde la soberanía popular y su defensa de la libertad. Es aristocrática esta idea de Autoridad que remite a los orígenes y una idea del político como alguién que presenta unas cualidades especiales. 

6 comentarios:

  1. Yo opino, como en otras cuestiones que hay tres registros de la autoridad, el del deseo, el simbólico lacaniano, el Brhama, el Padre, la autoridad que se basa en él depende del falo, de lo simbólico, hemos visto a personas que en una reunión tienen siempre la voz cantante, pese a no saber del tema en que se habla, son las personas amas o del discurso del amo o del capitalista, el valor simbólico de ese falo, que es el pene (valor absoluto de algo en ellos) y la idea de su ausencia (No ser conscientemente conscientes de tenerlo en ese momento), el valor absoluto o simbólico del falo no se lo da el dinero o el poder, sino en este caso un valor que nace de la esperanza, imbricada en la telepatía y en la fe en lo que quieren conseguir, que a resultas de ellos lo consiguen.
    La autoridad basada en el goce, el poder, lo imaginario lacaniano, el Shiva, el Hijo, es una autoridad basada en el miedo, puede tener o no falo quien la ejerce en un momento u otro determinado, pero su valor es la pistola que empuña, lo que le hace que lo siguamos.
    Y la basada en el amor, el Espíritu Santo, es la autoridad social o lingüística, o dicho de otra forma la autoridad que da la ley ancestral, el sentido común, el menos común de los sentidos, esta autoridad es firme, y suele ir acompañada en una sociedad justa de las otras dos, unas en forma de ejército y otras en forma de leyes y elites del discurso del amo y del capitalista.
    La cuarta forma de autoridad es la democrática, es una autoridad que la confiere la sospecha, la vigilancia, el deseo irrefrenable de envidia del pene hacia el amo, ya sea este capitalista o amo, es una autoridad que se conforma para formar leyes, y es el pueblo quien la ejerce, en un desenvolvimiento dialéctico al que han de entrar, con regímenes democráticos o no, al que entran las otras autoridades, indefectiblemente, una sola de ellas es un imposible, inestable, esta autoridad no cambia en nada el resultado final, a pesar de cambiarlo, valga la contradicción, es como la voluntad "por cojones", no la voluntad nietzscheana que sería el deseo, es la disciplina del débil, del del discurso del amo, lo llamo débil por decir algo o por llamarlo de alguna manera, pues su fuerza radica en su fe, en su envidia del pene frente a la angustia de castración que solía dar "golpes" factibles, esta es una violencia sorda, pero tanto efectiva.
    En el equilibrio de las cuatro formas de autoridad es donde se encuentran los períodos más claros de bienestar general, donde cualquier persona, perteneciente las más horas del día a una de ellas puede acceder a cualquier otra, se suele dar en momentos de bonanza en las democracias o estados de derecho.

    Vicent Adsuara i Rollan

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  2. ¡Ah! Otra cosa, hay un grado de amor en cada clase de autoridad, como lo hay de otro tipo en cada una de ellas, están imbricadas, hay que poder ser capaz, al menos en la intención, único valor absoluto (el sentimiento, si nos ponemos relativistas no habría valores absolutos), hay que ser capaz de dar la vida, es el Edipo simbólico, no es lo mismo empuñar una pistola sabiendo que no vas a matar a tu enemigo, si es una persona fría lo puede adivinar, que sabiendo que vas a dar tu libertad y quizá las represalias que una muerte, puede hacerte pagar con la nuestra.

    Vicent

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  3. Y siguiendo con el tema, aquí entra el paradigma antiguo de la comunicación, el del "Banquete" de Platón, siempre un elemento yin, masculino será escuchado por un yang o femenino, si este está "borracho", el elemento femenino o yang, Penia, le hará el hijo al yin, Metis, en detrimento del otro yin, la prudencia, Poro.
    En el nuevo paradigma de la comunicación el cuarto elemento, que no sale en "Banquete" de Platón tendrá la posibilidad de hacerle también un hijo simbólico a Metis, de escucharlo y ser escuchada sobre todo, esta posibilidad la dará, que ya la está dando, la red, que fomenta la telepatía y el que pueda haber una relación entre Metis o el primer yin y el cuarto elemento o yang en la distancia o a escondidas por las múltiples güebs de la red, i que servirá para los momentos de crisis sexual o de crisis en todos los aspectos de la vida, actuando de fantasía que renovará, sin necesidad de engañar a nuestro partenaire activamente, el deseo, el goce sexual.

    Vicent Adsuara i Rollan

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  4. Y todos deberíamos de saber que después del "Apocalipsis" que supuso la II Guerra Mundial, una profecía no realizada, pero ya pasada, habríamos de saber que el último obstáculo, el último botón para que se produzca una guerra es el "Rapto de una simbólica Helena", como en Troya, alguien que desde el discurso del amo rapte por amor, raro en este discurso y peligroso, a una Helena del discurso histérico, amada de él y amante.

    Vicent

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  5. Suban el ensayo de Arendt en pdf, por favor!

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