lunes, 27 de enero de 2014

EL CUIDADO DE SÍ ( 2 ) : MICHEL FOUCAULT CONTRA LA PSICOLOGÍA HUMANISTA




Escrito por Luis Roca Jusmet






Michel Foucault, como es sabido, orienta sus últimas investigaciones hacia lo que él llama el cuidado de sí. Es una propuesta ética, entendiendo la ética como la práctica de la libertad. Es también un intento de entender como la verdad transforma al sujeto. La sociedad moderna plantea un saber que es ajeno al sujeto. A Foucault le interesa, un cambio, una verdad transformadora. Una verdad que tenga una dimensión ética. Pero no porque sea la aplicación de un saber sino porque esta verdad es en sí transformadora de la mirada, la actitud y la conducta del propio sujeto. Foucault vuelve a los antiguos para aprender de ellos en este sentido, no para repetirlos.

En una entrevista le preguntan a Foucault si, finalmente, no está planteando lo mismo que la psicología humanista. La psicología humanista es una corriente de psicología que apareció en EEUU en los años sesenta como una opción transformadora del individuo, como una propuesta de crecimiento personal y autorrealización. Foucault siempre mantuvo una postura radicalmente crítica contra cualquier formulación de humanismo, que siempre le pareció tramposa. Su escepticismo crítico le mantuvo también siempre alejado de este tipo de propuestas. En la entrevista Foucault dice que el trabajo interior que ha acabado defendiendo, las tecnologías del yo que reivindica no tiene que ver con este tipo de planteamientos. Lo que le diferencia radicalmente es que, a diferencia de estos, Foucault no busca la autenticidad. La crítica de la autenticidad también le permite desmarcarse de otro de sus enemigos : Jean-Paul Sartre.

Me ha interesado esta demarcación que señala Foucault y justamente la lectura de la transcripción de su seminario La hermenéutica del sujeto me ha permitido profundizar en la cuestión. En este estudio Foucault describe la diferencia entre los ejercicios espirituales que se plantean en el helenismo y en el cristianismo. En el helenismo transforma las relaciones con el mundo porque la verdad que ha asimilado le hace entenderlo de otra manera. Somos parte de la naturaleza y su comprensión nos transforma. Las prácticas del yo son los ejercicios que hacemos para vivir mejor en este mundo del que formamos parte. Entender lo que pensamos, sentimos o hacemos es parte de la comprensión de este proceso global del que formamos parte. Nos ayuda a ser libres en el sentido de no esclavizarnos a nuestras pasiones. Nos permiten distanciarnos de ellas. Superamos el yo en la medida que rompemos la ilusión de que es una entidad independientemente. No nos miramos a nosotros mismos, miramos el mundo para conocerlo y así conocernos. De esta manera construimos una identidad, un estilo de vida, una estética de la existencia. Como parte del Todo. Es en la perspectiva de pájaro,en la que vemos todo, incluso nosotros mismos, desde la globalidad, desde donde podemos liberarnos de nuestras pasiones y de los efectos de las adversidades. Aquí Foucault confluye plenamente con Pierre Hadot.

Pero el cristianismo se base en que hemos de descifrara el yo para renunciar a él. Hemos de buscar lo que somos, la verdad oculata sobre nosotros mismos. Nos constituimos como el objeto de conocimiento de nosotros mismos. Nos confesamos y nos sentimos transformados en la redención. Nos decimos y decimos al otro nuestros pecados y así nos purificamos. En la psicología humanista funciona, sobre todo, esta búsqueda de la autenticidad, este ir al fondo de una supuesta verdad interna para descubrirnos. Sería, por tanto, más herencia del cristianismo que del helenismo. No hay nada que descifrar, no hay nada que descubrir, no hay ningún yo auténtico. Esto es lo que nos enseña Foucault y lo hace diferente a todas estas propuestas basadas en la confesión y en la redención.

Analicemos el ejemplo de Claudio Naranjo para contrastarlo con Foucualt.. Naranjo forma parte de la misma generación de Foucault, ya que nació en 1932, seis años más tarde que él. Naranjo es chileno y forma parte de otra tradición cultural, aunque podríamos decir que pueden tener algo en común. Los dos se acercan criticamente a la medicina y la psicología. Los dos mantienen una posición crítica con la sociedad burguesa. Seguirán trayectorias que no tienen nada que ver. Claudio Naranjo está inscito plenamente en la Escuela Gestalt, que es una de las escuelas más importantes en la psicología humanista contemporánea. Claudio Naranjo se, presenta, al contrario que Focault, como un guía espiritual. Ambos tienen carisma pero de diferente manera. Foucault no se presenta nunca de esta manera. No tiene ninguna vocación profética, al contrario que el anterior. No promete nada.

En uno de los últimos libros que patrocina, publicado el año 2012 se titula 27 personajes en busca de su ser. Viene a ser como una confesión pública de 27 psicoterapeutas reconocidos como discípulos por Claudio Naranjo. Dice la contraportada " el libro es un ejercicio de transparencia colectiva en la que los autores se desprenden d ela máscara del ego." El problema es que el ego es una máscara. Una máscara que ni podemos ni debemos sacarnos. Por la sencilla razón que somos esta máscara. No hay nada detrás. Frente a esta propuesta propongo otra, en la línea de Foucault y formulada por Marco Aurelio "Talla tu máscara". Lo que quiere decir, construye tu yo, tu carácter y hazlo de la mejor manera posible.


3 comentarios:

  1. No entiendo porqué hay que estar en contra del "humanismo" Yo leo "una propuesta de crecimiento personal" y "autorrealización", una transformación del individuo, y no me parece objetable. ¿Dónde está el problema? la vida nos cambia a todos, la cuestión es hacia donde nos dejamos cambiar. ¿Podrías especificar que tiene Foucault en contra del humanismo? ¿y qué tenía en contra de Sartre? Sí sé lo que Sartre tenía contra Camus por ejemplo y viceversa, y lo que Onfray tiene contra Sartre, que en español yo traduciría porque una cosa es predicar y otra es dar trigo. Por ejemplo en el asunto de la independencia de Argelia, fue un caso en que lo que hicieron y dijeron Sartre y Camus fue muy diverso.
    Pero esta oposición Sartre y Foucault no la conozco.

    Y en cuanto a la máscara, algo de máscara siempre hay, a corazón abierto no se va por la vida. Digo yo o no sé a que te refieres.
    Gracias

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  2. Hola Ana. Hay aquí varias cuestiones. La primera es que Foucualt siempre se ha considerado humanista porque el humanismo le ha parecido una justificación de cualquier cosa. Básicamente criticaba el humanismo cristiano y el estaliinismo, que también se decía humanismo. Foucualt también critica mucho a Sartre por diferentes cuestiones, aunque coincida con él muchas veces en movimientos reivindicativos. la formación de Foucualt y de Sartre es muy diferente. Sartre hace una metafísica en "El ser y la nada" que a Foucualt no le gusta porque es antimetafíísico. Sartre es marxista y Foucualt tiene una época influencia marxista pero desconfia del marxismo. Y palabras como "autenticidad" o "mala fe" u otras sartrianas a Foucual le resulta tramposas.
    En cuanto a la máscara lo que dice Foucualt es que debajo d ela máscara no hay nada porque lo que somos es lo vamos construyendo como personalidad. La ilusión es que hay algo detrás, un yo auténtico. Foucualt, que es materialista, considera que es una forma de crreer en el alam. Heiidegger escribe contra el humanismo, sobre todo el de Sartre, y Foucualt es más heideggeriano que sartriano.
    Bueno, el tema es complejo, por supuesto.
    Un abrazo
    Luis

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  3. solo me gustaría compartir un texto que escribí a cerca de este tema.
    soy estudiante de psicología y me estoy integrando a estos ámbitos

    ¿Le cedemos el poder al asesino para matarnos?
    Al hacer esta pregunta en forma de metáfora, pareciera que está fuera de lugar en el sentido que nos referimos a un “asesino” y el poder que le podemos otorgar para “matarnos” pero más allá del acto “criminal”, más bien a lo que me refiero es un poco a la responsabilidad y a la necesidad de ser representados por alguien, situación en la que a veces nos vemos acorralados y sujetos al otro, pero ¿Cómo podemos eliminar tal necesidad? Parece ser que la respuesta la podemos encontrar en el cuidado de sí mismo (“epimeleia heautou”) en donde si nos ocupamos cada uno de nosotros mismos no necesitamos ser esclavos de alguien o algo pero al mismo tiempo, tampoco estaremos ávidos de ser “amos” de otros para ejercer poder, y es en este momento en donde podría desencadenarse cierta peligrosidad, y no precisamente para el que toma la decisión del cuidado de sí, sino para los otros que se encuentran alrededor, ya que al ser un compromiso con uno mismo, un modo de actuar, y que de igual forma también es un modo de enfrentarse al mundo puede correr el riesgo de parecer: “egoísmo, locura o incluso una enfermedad.”
    Podemos localizar nuestros problemas observándonos y preguntándonos el por qué de lo que estamos haciendo, el cómo y el para qué lo hacemos pero, ¿De que nos sirve? Lograríamos dejar de culpar a otros de nuestras consecuencias, de nuestros “errores” y al mismo tiempo estaremos ganando mucho: el conocernos a nosotros mismos y el asunto de la liberación ¿Cómo es esto? Mas que una liberación como tal, es como un juego en donde la práctica de libertad se logra mediante el cuidado de sí, que al mismo tiempo nos lleva al conocimiento de sí, en el cual nos superamos a nosotros mismos y controlamos las pasiones o los “asesinos” que podrían dominarnos, y de este modo podríamos tomarlo como un modelo político en donde ser libre significaría NO ser esclavo de nosotros mismos, ni de los propios deseos, implica que uno mismo establezca una relación consigo mismo de dominio o poder.
    En Alcibíades de Platón, la necesidad del cuidado de uno mismo está ligado al ejercicio del poder, puesto que nos quiere dar a entender que uno no puede ejercer poder si no lo aplicamos primero a nosotros, como Alcibíades que tendría que gobernar a todo un pueblo, pero sin cuidarse ni conocerse a él mismo, sería casi imposible poder gobernar a su gente de manera justa. Pero entonces ¿cuál es el asunto? Finalmente lo que nos inquieta tanto es el asunto propio de la verdad, en donde a lo largo del camino en la constante búsqueda nos damos cuenta que parece ser dolorosa, y que de alguna manera nos hace perder nuestro lugar de confort y que por eso preferimos otorgarle el poder a otros que no sabemos si nos pueden llevar a nuestra “salvación” o nuestra “muerte”, y tratamos de evadirla, nos engañamos al momento de ignorarla y de no hacernos responsables de nuestras propias decisiones, hacernos responsables de nosotros mismos, y por ende nos desviamos del camino, en el que preferimos entonces no pagar el precio de la verdad, entonces se vuelve una paradoja en donde queremos dejar de ser esclavos y practicar la libertad pero al mismo tiempo preferimos tomar el camino mas fácil en donde le damos el poder al “asesino” de hacer con nosotros lo que desee.

    me gustaría saber sus opiniones a cerca
    gracias
    saludos

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