miércoles, 31 de julio de 2019

ELOGIO DE SPINOZA

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Escrito por Luis Roca Jusmet

  Me defino como un spinoziano, ya que reconozco en Spinoza a mi maestro del pensar. Y sigo el camino que ha abierto. ¿ Dogmatismo ? No, simplemente elección. No por una cuestión de fe, sino por una cuestión racional. Mi razón me inclina a Spinoza. Pero no olvidemos que, como dijo François Zoravichbili, es un racionalismo tan impecable que recoge lo mejor del empirismo.No soy partidario, por otra parte, del eclecticismo. Aunque sí del diálogo con aquellos que, aunque desde planteamientos diferentes, pueden enriquecer nuestros planteamientos.
 Mi proyecto es escribir un libro sobre la actualidad de Spinoza. Actualidad quiere decir : " en que medida un filósofo que vivió y escribió en el siglo XVII, llamado Spinoza, puede ser útil al ser humano actual, entendiendo por ello los hombres y mujeres que vivimos en el siglo XXI." Reivindico, como el mismo Spinoza, el sentido positivo de la palabra "útil". Útil es lo que nos sirve. ¿ Lo qué nos sirve para qué ? Para vivir mejor, a ser más felices. ¿ Qué quiere decir vivir mejor ? Esta es una pregunta a la que el propio Spinoza nos ayudará a responder.
 El trabajo de actualizar consiste, en primer lugar, en extraer los conceptos del imaginario. Es decir, en eliminar los elementos de la época ( palabras, signos, imágenes ) para encontrar conceptos que pueden ser verbalizados según el imaginario de nuestra época. Estamos hablando del segundo grado de conocimiento, tal como nos propone Spinoza,que no puede liberarse totalmente del primero, pero que puede buscar un imaginario que sea más próximo. Spinoza crea conceptos nuevos. No es un trabajo científico, no es un trabajo lógico. la arquitectura geométrica es una base expositiva. Los filósofos argumentan lo que han construido. No descubierto, sino producido. No es ni una intuición ni una demostración. Como el científico, como el artista, es una producción. Deleuze y Guattari hablan de que los científicos crean funciones y los artistas perceptos. Es una buena manera de decirlo. ¿ Que quiere decir crear conceptos ? Quiere decir aportar una concepción original del ser, de lo que somos nosotros y de lo que es el mundo. La filosofía es este trabajo conceptual en el que se forma una manera nueva de entendernos. Crear quiere decir, evidentemente, transformar. Partimos de un conglomerado heredado ( según la feliz expresión del helenista Dobbs en su libro "Los griegos y lo irracional"). Somos también filósofos porque este conglomerado heredado es el de los filósofos ). Los conceptos inventados crean horizontes nuevos para el pensar.

martes, 23 de julio de 2019

EL DERECHO EN MICHEL FOUCAULT

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Escrito por Luis Roca Jusmet

 Marco Díaz Marsá publicó el año 2016 un libro muy interesante bajo el título de "Ley y ser. Derecho y ontología crítica en Foucault ( 1978-1984).  Voy a comentar aquí la primera parte, dedicada al "Derecho".
  Lo que hace el autor, de entrada, es problematizar el tópico que sostiene que para Michel Foucault el derecho es siempre una ficción elaborada para justificar una relación de dominio. 
 Díaz Marsá considera que esta formulación es solo parcialmente verdadera, ya que se corresponde únicamente con el planteamiento que va desde 1970 hasta 1977. Lo más significativo de este planteamiento se pone de manifiesto en la conferencia de año 1973 "La verdad de las formas jurídicas . Foucault planteaba aquí una genealogía del derecho moderno entendido a partir de las exigencias estratégicas de un poder estatal naciente, que tiende a ser cada vez más amplio y más centralizado, sobre todo porque necesita enriquecerse cada vez más. Aparece aquí un poder judicial con capacidad de sentenciar frente a cualquier litigio. Pero esta sentencia se plantea sobre la base de una indagación de la verdad. La infracción no se entiende solo como el daño contra alguien, sino también cómo una ofensa al sistema legal. Aparecerá así la necesidad de una doble reparación: a la víctima y al orden legal. El poder legislador exigirá un sujeto obediente. Las monarquías absolutas se construyen así como sistemas de derecho. 
 El derecho se presenta así como algo que hay que tolerar,  como una limitación necesaria del deseo y de la libertad. Pero lo cierto es solamente es un sistema de dominación. El derecho se presenta así como una ficción que oculta este poder arbitrario, En el curso de 1975-6 , "Defender la sociedad" se mantendrá y desarrollará esta idea del derecho como ficción para legitimar un sistema de dominación. También en el primer volumen, publicado en 1976 de "La historia de la sexualidad" ( "La voluntad de saber"). 
 Pero que a partir del curso de 1977-8, "Seguridad, territorio y población" ( que dió después de un año sabático) empezará a replantearse la cuestión.
 En el curso de 1977-8 "Seguridad, población, territorio" es cuando se formulará este cambio. la gubernamentalidad liberal se establecerá sobre a base de tres criterios : a) la población ( masa de individuos vivientes sometidos a leyes biológicas ); la economía política como saber del gobierno(  para producir más riqueza ); la gubernamentalidad como control social. Hay una autolimitación intrínseca estratégica : gobernar lo mínimo. Pero también una vocación biopolítica:
 En el curso siguiente, el de 1978-9, "El nacimiento de la biopolítica", continuará profundizando sobre la cuestión. Dicho curso trata del surgimiento de la gubernamentabilidad moderna, sobre todo a partir del liberalismo. Foucault diferencia entre la limitación interna y la limitación externa del derecho positivo, de la ley. Por una parte, a nivel interno, está la introducción de un principio de limitación del arte de gobernar que es intrínseco : el mercado. Su verdad ontológica es la de la mercancía : el valor de cambio de las cosas
   La limitación extrínseca del derecho viene por otro lado : la de limitar el poder real, que es ya el poder ilimitado basado en la Razón de Estado. Recordemos la trayectoria de formación del Estado Moderno. Se crea el cuerpo de policía para aumentar el poder del Estado. En la Edad Media, en cambio, el derecho y las instituciones jurídicas son intrínsecas al poder real. El derecho es para aumentar el poder del monarca.
 Aparece a partir del siglo XVIII,ya que en el siglo XVII lo que había hecho era multiplicar el poder real. Se da un desplazamiento de la soberanía por la vía de la revolución francesa ( Rousseau). Los derechos son las limitaciones del poder real, porque hay unos "derechos naturales", "un contrato social" que está por encima del poder real y que el estado debe garantizar. Pero por otra parte aparecerá, en Gran Bretaña, el mercado y el interés como límite interno.
 Se presentan entonces dos concepciones de la libertad y la ley. La de la ley como expresión de los derechos y, por tanto, la libertad. O la concepción de la ley como límite de la libertad. Este el que se consolidó. 
 Pero hay otro discurso, que se contrapondrá al de la universalidad jurídico-político, que es el que reivindicará la aristocracia o sectores peqeñobrurgueses, que es el de la nación étnica o sociedad cualitativa, que considerará la política como guerra continuada por otros medios.
  A partir de 1978 este concepto de "gubernamentalidad"  será un eje central para entender las relaciones de poder,  los campos del saber y las formas de subjetivación. Este desplazamiento permite plantear la resistencia no como algo contrapuesto al poder, que es una relación, sino al gobierno. La resistencia es a dejarse gobernar demasiado. Se abandona la oposición entre el modelo jurídico y el modelo estratégico para entrar en la articulación del poder con los juegos de libertad. Establece una distinción precisa entre relaciones de poder y "estados de dominación", que es lo que considerará inacepable.  
 Foucault utilizara´cada vez más el derecho y la idea de límite como formas de contestación política. Esta es otra cuestión que plantea Foucault a finales de los setenta, nos dice Díaz Marsá, la del Límite, un cierto límite que debe ser infranqueable. Límite desde los derechos de los gobernados, que le parece más preciso que los "derechos del hombre". es el derecho de cualquiera a vivir en libertad. Son los límites que se plantean a todo gobierno posible. Lo que produce indignación porque es intolerable. La indignación es un afecto a partir de la cual fundamos una política moral que debe concretarse en una iniciativa política. 
 La respuesta que va elaborando Foucault a la primera pregunta es, según el ensayo, la de lo intolerable como abertura de una normativa no normalizada, distinta de que plantea la disciplina o el control. Y a la segunda es la de una ontología que sea el contrapunto de la neoliberal. 
Continuo siguiendo la exposición de Marco Díaz Marsá. 
Para él esta iniciativa política debe cumplir tres principios :

1) Concepto universal de ciudadanía.

2) Negativa a que el sufrimiento de algunos  sea el precio para la el interés social.

3)  Apertura de un espacio para el principio de la acción común de los sujetos en el orden político. 

 En función de lo dicho podemos afirmar varias cuestiones respecto a esta nueva visión del derecho : 

 1) Es una realidad "preciosa" pero "frágil" conquistada por la lucha y la sublevación.

 2) Debe defenderse como instrumento de la limitación externa del poder.

 3) Como "derecho de los gobernados" es un elemento crítico del liberalismo.

4) Es una idea más amplia y al mismo tiempo más precisa que la que establece la declaración universal de "los derechos humanos". Más amplia porque no es una  medida  sometida a la nacionalidad, y a que su dimensión es internacional. Por otra se entiende en términos más históricos y menos abstractos.

5) Es un punto de anclaje de una política moral basado en el afecto político, el de la humanidad de los gobernados.

 En la clase del 14 de febrero del curso el NBP Foucault entra en el gobierno neoliberal. Su base es el mercado de la competencia. Este arte de gobernar quiere plantear una salida a la imagen del hombre-masa y del hombre-consumidor. Es la exaltación de la diferencia, la sociedad.-empresa en la que el propio ser humano se entiende a sí mismo como una empresa. Lo que importa es la producción subjetiva, la nos transforma en un producto interesante. Es un Estado de derecho puramente formal. Queda privado de todo contenido normativo. Es un marco de reglas fijas cuya función es garantizar estabilidad y orden. El Estado pierde su iniciativa y su función económica. Debe garantizar únicamente la libre empresa. el juego social que es un juego económico con actores económicos. la ley debe garantizar el orden. La justicia sustituye el cuidado de la ley por el de la norma. Lo que produce es un crecimiento de las demandas judiciales. Se basa del sujeto de interés como referencia en las sociedades liberales a centrarlo en la empresa.

 ¿ Cuál es la propuesta de Foucault ?

1) Legitimidad.El derecho se plantea aquí como un límite al poder para que no cristalice en dominio. Debe establecer una línea roja jurídica que no le permita acciones intolerables contra los gobernados. Por tanto que debe garantizar los derechos de los gobernados ( tal como formula los derechos humanos).

2) Realidad. El derecho no es una ficción, sino una realidad. es un instrumento de una limitación real del poder. 

3) Universalidad. El derecho se aplica a una ciudadanía internacional no sometida a limitaciones nacionales ( o de falta de nacionalidad). Se aplica, por tanto, a cualquiera.

4) Sustancialidad. hay una dimensión sustancial del derecho, en el sentido de que hay un núcleo duro de derechos que deben aparecer como incuestionables. Esto problematiza la noción de soberanía, en la medida en que no son los ciudadanos ( mayorías) los que deciden los derechos. también una concepción formal de los derechos. Se trata, por tanto de la defensa del Estado social de derecho. 


jueves, 18 de julio de 2019

CATALUNYA : MITOS Y RESISTENCIA


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Reseña de 


CATALUNYA. Mitos y resistencia

Carlos Jiménez Villarejo
(Prólogo de Joan Botella )
El Viejo Topo, ediciones de intervención cultural, 2018
216 páginas

Escrito por Luis Roca Jusmet

Me voy a permitir considerar que este libro cierra la estupenda trilogía que ha dedicado la editorial El Viejo Topo a mostrar que aún hay en Cataluña una perspectiva de izquierdas no contaminada por el discurso nacionalista. Difícil posición de resistencia frente a la izquierda
institucional ( Podem, Comuns, ICV, EUiA), que hecho, como dijo certera y ácidamente Paco Frutos, actúa de “palanganero del nacionalismo”. Afortunadamente el PSC se ha desmarcado en su última etapa (aunque quizás no del todo) de este discurso. Al hablar de trilogía excluyo
aquí, y no por falta de interés, los libros de Félix Ovejero. Aunque Ovejero es una referenciaimprescindible ha publicado en muchas otras editoriales, aparte del Viejo Topo, y afortunadamente se ha ganado un merecido prestigio como “mosca cojonera” de esta izquierda reaccionaria, como gusta llamarla. Me refiero entonces a que Carlos Jiménez
Villarejo completaría lo que había iniciado Martín Alonso y continuado Miguel Candel y Salvador López Arnal en esta editorial. Resalto aquí el impresionante trabajo, distribuido en
tres volúmenes, de Martín Alonso: “El catalanismo, del éxito al éxtasis”. Imprescindible para desmantelar las ficciones que enturbian una visión clara de lo que fue “el proceso”. Miguel Candel y Salvador López Arnal, por su parte, en su “Derechos torcidos. Conversaciones sobre el derecho a decidir, la soberanía, la libre determinación y la España federal”, hacen una aproximación más teórica a la cuestión. Y con este libro Carlos Jiménez Villarejo recoge, con un
hilo conductor histórico muy coherente, la permanente reflexión crítica que hizo desde varios periódicos del “procés”.
 Seguramente no hace falta presentar a Carlos Jíménez Villarejo (Málaga, 1935) fiscal afincado desde hace mucho tiempo en Cataluña, sancionado durante el franquismo por no renunciar a sus principios y comprometido siempre con los valores de la izquierda. Larga y coherente
trayectoria desde su militancia clandestina en el PSUC hasta su acta como eurodiputado de Podemos en 2014. Aunque pronto comprobó las imposturas de este grupo en el problema que nos ocupa y renunció al acta al vínculo que tenía con el grupo. A falta de una alternativa clara
de izquierdas en Cataluña ha colaborado con grupos como ASDEC/ASIC e Izquierda en positivo, aceptó formar parte de las listas del PSC para las elecciones autonómicas y ha colaborado en actos de Societat civil catalana. Un auténtico intempestivo para esta esta izquierda que hace
guiños permanentes al nacionalismo.
 Carlos Jiménez Villarejo siempre lo ha tenido claro: la izquierda debe defender el Estado
democrático y social de derecho que es la base de nuestra Constitución. También el Estatutode autonomía, progresista aunque mejorable (como la misma Constitución, por supuesto) y la independencia del poder judicial. No se anda con remilgos en su denuncia a los responsables
del procés” ni diluye sus responsabilidades. No solamente no los considera “presos políticos” sino que considera que está plenamente el juicio y las acusaciones de rebelión o sedición sino también su prisión provisional. Los artículos van desde octubre de 2013 hasta mayo del 2018.

sábado, 13 de julio de 2019

LA DIFUSIÓN EN EUROPA DE BALTASAR GRACIÁN

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La extraordinaria difusión del arte de la prudencia en Europa. El “Oráculo manual” de Baltasar Gracián entre los siglos XVII y XX.
Marc Fumaroli (traducción de José Ramón Montreal)
Editorial Acantatilado, 2019, 178 páginas.

Escrito por Luis Roca Jusmet

 A primera vista puede resultar extraño comentar el libro fuera de los círculos especializados en el libro o en la obra de Baltasar Gracián. Pero la impresión es falsa. Lo es porque es un ensayo muy interesante, en el que la obra de Gracián es, en parte, un pretexto para profundizar en un siglo excepcional y punto de partida de la modernidad, el siglo XVII. Y Gracián, por otra parte, siempre vale la pena. El autor del libro en cuestión es Marc Fumaroli (Marsella, 1932), miembro de la Academia francesa, profesor del Collège de France y de La Sorbona de París. Escribe muy bien y su erudición es extraordinara. Hace una década la misma editorial ya publicó un libro del mismo autor, que  complementa muy bien al que nos ocupa: Las abejas y las arañas. La Querella de los Antiguos y los Modernos.
 El hilo conductor del libro es la gran incidencia que tuvo en Francia (y secundariamente en Europa) la traducción al francés del Oráculo manual de Baltasar Gracián. Gracián era un jesuita muy singular que publicó el libro en lengua castellana el año 1647. La versión francesa se tituló L´home de Cour (que quiere decir El hombre de la Corte), lo cual ya le daba una orientación muy específica, ya que lo que se presentaba en el original como una propuesta de arte de vivir se convierte en algo dedicado exclusivamente a los cortesanos. El traductor, que publicó en 1684, era un tal Amelot, hombre enredado en cuestiones cortesanas, precisamente, y erudito reconocido ampliamente en su país. El contexto político era complejo: la Guerra de los 30 años dominó el escenario europeo. La Inglaterra del siglo XVII sufrió dos revoluciones política : la puritana, liderada por Cronwell, que decapitó al monarca Carlos I, y la whig, que sustituyó al Estuardo católico Jacono II, protegido por Luis XIV, por su yerno Guillermo III, de la Orange calvinista. Hobbes y Locke fueron los teóricos de estos cambios.

domingo, 7 de julio de 2019

SOBRE LA FILOSOFÍA COMO FORMA DE VIDA

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Escrito por Luis Roca Jusmet

 Felipe Martínez Marzoa afirma que estamos en la tardomodernidad, que es un momento avanzado de la modernidad; pero no es una postmodernidad, que sería una superación de la modernidad. Todavía no hemos salido de ella y aunque es difícil definirla con precisión, continua, podemos aproximarnos a su naturaleza a partir de un conjunto de fenómenos diversos y significativos. Tenemos, por una parte, la aparición y consolidación de la ciencia galileo-newtoniana; por otra, la aparición de lo civil, con los nuevos conceptos de ciudadanía y de Estado de derecho.   Finalmente una serie de cambios en la filosofía ( o en su historia, que viene a ser lo mismo). Estos cambios considera que se inician con Leibnitz, Spinoza y Kant, tienen su culminación en Kant y llegan hasta el idealismo alemán, Marx y Nietzsche. El criterio de demarcación que plantea Martínez Marzoa y nos interesa para la reflexión que me ocupa, es que para la filosofía moderna, al contrario que para la antigua, el conocer no determina el hacer. Para la filosofía antigua, nos dice Marzoa, entender lo que son las cosas implica lo que debemos hacer con respecto a ellas. En este sentido es la propia naturaleza de las cosas la que nos enseña el camino de la acción. De esta manera podemos considerar que la filosofía es  una forma de vida. Pero a partir de los filósofos modernos hay una separación radical entre el conocer y el hacer. Porque el conocimiento se plantea en términos de objetividad y no determina nunca lo que el sujeto debe hacer con respecto al objeto. Contra más conocemos el objeto, más posibilidades de acción se nos abren con respecto a él ¿ Qué es lo que debemos entonces hacer ? Esta es una pregunta diferente a la del conocimiento y que debe contestarse con criterios que no tienen nada que ver con él. Kant marcó que una pregunta diferente de ¿Qué es lo que podemos saber? y otra es ¿ qué debemos hacer ? La razón teórica y la práctica con la anterior, pertenecen a ámbitos diferentes. 
  Si seguimos el planteamiento de Martínez Marzoa podemos afirmar que la filosofía moderna no puede ser una forma de vida, en el sentido que afirma Pierre Hadot.  Es decir, que no hay una conversión, una verdad metafísica transformadora que conduce a una determinada ética. Podríamos afirmar entonces que la posición de Hadot refleja una cierta posición melancólica, en el sentido de que quiere recuperar algo perdido, que sería la sabiduría. Pero es una pérdida que es imposible  de recuperar, porque pertenece a otra época. La melancolía implica siempre una idealización del objeto perdido, lo cual quiere decir que lo que se considera perdido nunca ha existido realmente como lo soñamos. Esto no quiere decir que la escuelas filosóficas de las que nos habla Pierre Hadot no hayan existido y que Hadot no sea capaz de mostrarlas con rigor. Lo han hecho, por supuesto, pero seguramente no de la manera idealizada que nos plantea Hadot. Otros filósofos algo posteriores a Hadot han querido mantener la idea de que la filosofía es un arte de vida, como es el caso de Alexander Nehemas, que lo ha reflejado de manera brillante en su libro "El arte de vivir. Reflexiones socráticas de Platón a Foucault". Se desmarca algo de Hadot, que entendía que lo importante era como vivían los filósofos, su ejemplo vital, mientras que para Nehemas, en cambio, lo  importante no es tanto que hacen los filósofos antiguos como lo que nos muestran a través de sus textos.  La filosofía se transformará para algunos en filosofía teórica, pero para otros, según su planteamiento, continuará siendo una reflexión sobre el arte de la vida, como para Montaigne, Nietzsche y Foucault. Estos tres filósofos, para Nehemas, adoptan como modelo a Sócrates planteando que la filosofía nos enseñar a autocrearnos, a construir nuestro yo.  Nehemas se olvida de la profunda ruptura entre filosofía antigua y moderna. Me parece que hoy el concepto de arte de vida no tiene que ver estrictamente con la filosofía. Como dice Martínez Marzoa,  el valor aparece en la Modernidad como algo que está al margen de la metafísica. Nietzsche es quién hará explotar la verdad ontológica, porque para él la verdad es una ficción y lo único que hay son perspectivas, maneras de interpretar y de valorar el mundo. A través de su filosofía cada cual se expresa a sí mismo. Aquí sí que hay una propuesta de autocreación ética-estética. Pero no tiene nada que ver ni con Sócrates ni con los antiguos, en esto discrepo totalmente de Nehemas. 

lunes, 1 de julio de 2019

MICHEL FOUCAULT Y EL ISLAM

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Escrito por Luis Roca Jusmet

 A Michel Foucault, como todos sabemos, le fascinó la revolución iraní. Básicamente por ser una sublevación contra una dictadura en la que los participantes estaban dispuestos a jugarse la vida. También por la energía desplegada, que llamó "espiritualidad política". Después del primer entusiasmo Foucault quedó decepcionado por los resultados. Pero toda la reflexión en torno al concepto de "sublevación" que elaboró a raíz de estos acontecimientos formó parte de su caja de herramientas teórica. No asumió, en cambio, el concepto de "espiritualidad política" como propio, como manifestó en más de una ocasión. Dijo que con el calvinismo ya sabíamos, por vía negativa, donde conducía la "espiritualidad política". 
 La cuestión es que a Michel Foucault se le ha vinculado al Islam. Christian Jambet publica un artículo al respecto en el libro que recogerá las intervenciones del Encuentro que tuvo lugar en París en 1988 como homenaje a Michel Foucault. Jambet es un filósofo experto en islamismo iraní, discípulo de Henri Corbin. A quién le diviertan las casualidades le diremos que Corbin es 23 años mayor que Foucault (nació en 1903)  y Jambet 23 años más joven ( nació en 1949), Comparten con Foucault una atmósfera intelectual del entorno anterior y posterior ( Foucault pertenece a la generación intermedia). Henri Corbin fue en su juventud traductor de Heidegger ( una de las inlfuencias filosóficas de Foucault) y formaba parte, con Lacan ( cuya relación con Foucault también fue importante ) los cursos de Kojève sobre Hegel. Jambet, por su parte, estuvo influenciado también por Lacan y Althusser (que tuvo una influencia directa sobre Foucault) y formó parte de la dirección del grupo maoísta “Gauche proletarienne”, que a principios de los setenta compartió algunas batallas con Foucault). Christian Jambet escribe un sugerente artículo que conduce a una conclusión errónea.
 La argumentación de Jambet se basa en un paralelismo entre Foucault y Corbin, entre la espiritualidad que defiende en el primero en su última época y la espiritualidad del islamismo iraní que defiende el segundo. 
 En primer lugar los vincula por la crítica que ambos supuestamente sostienen a lo que Jambet llama "naturalismo" y también a lo que llama "historicismo" (que en realidad es el marxismo). Contra "el naturalismo" los dos mantienen, argumenta Jambet, la historicidad de las construcciones y problematizaciones humanas (religión, espiritualidad, sexualidad). Y contra "el historicismo" el carácter autónomo de dichas problemáticas, que no podemos entender como una simple superestructura de una estructura económica.