miércoles, 29 de agosto de 2018

TERRY EAGLETON : ¿ UNA ETICA LACANIANA ?

Luis Roca Jusmet




Los extranjeros. Por un a ética de la solidaridad
( traducido por antonio Francisco Rodriguez Esreban )
Madrid, 2010, 572 páginas.


 En esta monumental y al mismo tiempo fresca obra están expuestos todos los matices que le merecen estos pensadores. Hay toda un crítica radical al planteamiento ético-político de Jacques Derrida, pero dice de él que es uno de los grandes filósofos del siglo XX .Se ríe de Žižek llamándole el "representante de Lacan en la Tierra" pero en el prefacio le agradece sus comentarios y en el libro desarrolla una reflexión muy interesante sobre varias de sus posiciones teóricas. Aunque todo esto es anecdótico en este gran libro, que plantea desde una óptica muy original las principales problemáticas actuales de la ética y de su relación con la política. Esta óptica es nada menos que las teorías éticas actuales pueden asignarse a los tres registros formulados por Lacan : imaginario, lo simbólico y lo real. Aquí hay que precisar que lo real para Lacan es lo que está más allá de lo imaginario y lo simbólico, es decir de lo que podemos representa o formular.
 Concluye además de forma bastante provocativa que la mejor opción surge de un encuentro entre la tradición socialista y la judeocristiana. La crítica más radical es a lo que Eagleon llama el postmodernismo despolitizado y a la repulsión de lo normativo en la moral ( o ética, que en el libro es sinónimo). Igualmente al rechazo a la lo bueno y a lo justo entendidos en una dimensión universal. 

 Terry Eagleon considera que la ética imaginaria es la que se basa en la sensibilidad ( como sobre todo la filosofía anglosajona del siglo XVII y XIX ; la ética simbólica basada en las normas universales ( Kant sería el paradigma) y la ética real de tipo trágico y absoluto ( como la de Levinas, Derrida, Badiou). Como para el mismo Lacan lo real es lo más importante y a lo que Eagleton dedica más tiempo ( quizás en algún momentos excesiva). Aquí hay una crítica muy interesante al elitismo que se desprende tanto de Kierkegaard como de Schopenhauer y de Nietzsche. Elitismo que atraviesa todas estas éticas que llama de lo real y que alcanzan a posturas izquierdistas como las de Alain Badiou. Es una lástima que no recoge aquí Eagleton las aportaciones de Jacques Rancière ( del que podría hablar porque forma parte de los pensadores franceses ex-althusserianos) en lo que éste llama "el nuevo odio a la democracia".Hay momentos especialmente brillantes como la comparación de los tres registros con los tres estadios de Kierkegaard ( el estético, el ético y el religioso) y constantes referencias a los clásicos de la literatura inglesa, especialmente a Shakespeare. La excelente mezcla de pensamiento propio, rigor y claridad hace que la lectura de Terry Eagleton sea, aunque no siempre fácil, un auténtico placer intelectual. El libro tiene elementos muy sugerentes, además, para una sociología de la filosofía.
 Los temas tratados están perfectamente centrados y tratados de forma crítica. El papel de los sentimientos y de la razón en la teoría ética ; la necesidad del aspecto normativo en un sistema moral ; el papel imprescindible de las instituciones en una política de raíces éticas ; el equilibrio entre lo singular y lo universal... Con matices pero cogiendo el toro por los cuernos Eagleton se posiciona sin ambigüedades pero sin dogmatismos dando un valioso material para el pensar propio del lector.

lunes, 27 de agosto de 2018

PSICOANÁLISIS Y NEUROCIENCIAS

Resultat d'imatges de pulsion placer deseo

Escrito por Luis Roca Jusmet

 François Ansermet es un psicoanalista que, junto a uno de los más importantes neurocientíficos de la actualidad,Pierre Magistretti, escribió dos libros claves para complementar lo que aportan ambas disciplinas. Estos dos libros  son A cada cual su cerebro. Plasticidad neuronal e inconsciente y El enigma del placer
 Veamos, en primer lugar, las ideas fundamentales del primer libro, todas ellas muy sugerentes y precisas.
 La plasticidad neuronal es el enlace entre el cerebro y el psquismo, entre lo innato y lo adquirido. Permite que la experiencia deje huella en la red neuronal y modifique las relaciones entre neuronas.  Hablamos de la integración compleja entre los condicionamientos genéticos y los de la experiencia, la transformación del genotipo en fenotipo.
 La percepción deja una huella que se transforma en memoria, que se organiza en el hipocampo. Lo hace como una representación o imagen ( un significante, según Lacan) es decir haciendo presente en la mente lo que está físicamente ausente. Pero dándole un determinado significado. Es un proceso de inscripción y reinscripción que pierde el sentido originario de la percepción.
 Este significante puede ser consciente, preconsciente o inconsciente.  El inconsciente está formado por las huellas censuradas por la represión. Estas huellas forman parte de la memoria declarativa. Es diferente de lo no-consciente, que forma parte de la memoria procedimental. Estos significantes forman la red asociativa que conforma la realidad psíquica. 
  La realidad psíquica es independiente de la física porque combina y distorsiona las percepción, convirtiéndose en la fantasía del sujeto. Rige la ley del deseo y al mismo tiempo participa en la constitución del mundo real, es decir condiciona nuestra interpretación de la percepción. El cerebro tiene una fuente de información externa , que es la percepción, y una interna, que viene de la fantasía.
 La emoción es el marcador somático de la representación ( el término es de Antonio Damasio). Lo que se reprime es la representación, no la emoción. La amígdala dirige el sistema neurovegetativo, que controla las vísceras y el sistema hormonal. Hipófisis y el hipotálamo lo hace con el sistema endocrino. El lactante tiene hambre y sed. Es un estado somático de tensión y displacer, provocado por el desvalimiento humano. El grito va dirigido a la madre y se busca la satisfacción recordada. Cuando tenemos una tensión por una carencia buscamos el objeto perdido, la madre. Aparece una fantasía inconsciente. La fantasía es la solución que da el niño a lo real, es decir, a lo que es imposible de simbolizar : el cuerpo, el sexo, la muerte. Pero también al enigma del origen, del lugar que ocupa en la constelación familiar. 
  La pulsión de vida es estructurante y la de muerte destructiva. La pulsión implica el cuerpo y el sujeto. Buscamos a través de la acción el objeto del deseo a partir del que descargar la pulsión. La homoestasis es un equilibrio interno. La perturbación desagradable genera la pulsión, que es una excitación ligada a una fantasía inconsciente. El principio de placer busca el mantenimiento de la homoestasis. La pulsión busca el goce. El goce viviente no está ligado a representaciones, no está vinculado al Otro. Es lo que nos mantiene vivos en un estado de tensión. El placer busca el reposo, el goce la excitación.Descargamos la excitación a través de la pulsión. 
 La vida del sujeto es un devenir en la que las experiencias van dejando unas huellas singulares. Una parte es inconsciente. Es la Otra escena. La identidad personal es lo que se mantiene en este devenir. Nos atraviesa una fantasía fundamental que nos esclaviza porque nos somete a un guión que hemos escrito en el inconsciente. Puede funcionar, a veces de una manera aceptable o a veces produciendo síntomas, cuando hay fisuras. Es en este caso un precio aceptable. Cuando no es funcional desencadena psicosis o neurosis graves. 
 El trabajo analítico consiste en atravesar, y por tanto liberarse, de esta fantasía fundamental que nos atrapa sin que lo sepamos.

miércoles, 15 de agosto de 2018

LA CREACIÓN DE LAS IDENTIDADES NACIONALES. EUROPA : siglos XVIII-XX




Escrito por Luis Roca Jusmet

 Anne-Marie Thiesse, directora de investigación en el Centre Nacional de la Recherche Scientífique, es la autora de un libro que me parece fundamental para entender el concepto moderno de nación y el fenómeno nacionalista. Hablamos de la formación de las identitades nacionales. 
 La hipótesis de la autora es fuerte : " El verdadero nacimiento de la nación es el momento en que un puñado de individuos declara que existe y se empeña en probarlo". Esta voluntad política se logra cuando tiene el plesbiscito del Pueblo". ¿ Y qué es el Pueblo sino una abstracción que estaría en la base del supuesto contrato social y al que precisamente la nación le da un contenido ? . Pero este contenido es una rica herencia, simbólica y material de la que sus miembros se consideran partícipes". Es el culto a los antepasados, desde el mito originario, es el debe mantenerse a través del relato histórico que le da continuidad hasta el presente. hay que difundir el patrimonio y difundir el culto. Pero hay que inventar el patrimonio y esto es una larga y esforzada tarea. No se trata de crear algo que no existe pero tampoco de transmitir algo existente. Hay que hacer un auténtico trabajo de bricolaje: reconstruir de manera más o menos fiel, inventar si hace falta, distorsionar si es necesario, potenciar lo que interesa. Hay que fabricar una identidad colectiva, una ficción a la que hay que adherirse.
 Anne-Marie Thiesse es clara : la nación es un invento moderno que no existía antes del siglo XVIII. Nace en Europa con un modelo que se va globalizando. Pero hay aquí un carácter claramente paradójico: la nación nace con la modernidad pero es antimoderna. Lo cual quiere decir que la modernidad establece y se basa en el cambio y la universalidad ( de los mercados, los derechos ) pero al mismo tiempo necesita un complementario que es la nación, que se basa en la tradición y su conservación y la particularidad diferenciada. 
 En la primera parte trata de la identificación de los ancestros. La revolución estética que comporta, siempre con la paradoja del cosmopolitismo de lo nacional, es decir la universalización de la particular. Continúa con el tema central de la lengua, la fabricación de epopeyas y de la historia nacional. La segunda parte de como se van configurando un folklore, a partir de la recogida y potenciación de costumbres más o menos arraigadas, de la construcción de un arte nacional, de exhibiciones identitarias y de museos patrióticos. Es de agradecer el trabajo de documentación acumulada para justificar las afirmaciones más generales. Muchos son los ejemplos, muchos son los países citados. 
 La tercera parte, más teórica, trata sobre la inscripción del fenómeno identitario en la cultura de masas.
 En conjunto es un libro que me parece fundamental para entender el nacionalismo moderno.