lunes, 26 de febrero de 2018

IAN HACKING : AZAR, NORMALIDAD Y PROBABILIDAD


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    Escrito por Luis Roca Jusmet


   Ian Hacking, nacido en 1936, es un filósofo canadiense muy interesante y poco conocido en nuestro país. En castellano se han traducido cuatro libros, uno d elos cuales es el que me ocupa : La domesticación del azar. La erosión del dterminismo y el nacimiento de las ciencias del caos. Antes de entrar en el libro quiero decir algunas cosas de Hacking. En primer lugar que le sitúa muchas veces dentro del reslismo crítico. Entre el realismo duro ( hoy positivismo) y el idealismo ( hoy ficcionalismo postmoderno) Hacking busca una tercera vía, la del instrumentalismo. La ciencia es válida pero hay que entenderla como una construcción y una práctica social. Hacking describe los diferentes estilos científicos aceptados para manifestar su heterogeneidad : el razonamiento matemático deductivo, que nace de la geometría griega y la álgebra árabe; el razonamiento hipotético-deductivo, que aparece con galileo; el razonamiento inductivo que tiene como base el laboratorio, formulado por Francis Bacon; el razonamiento taxonómico de las clasificaciones, que surgirá con Galileo; el histórico-genético que se planteará a partir de Darwin.
Hacking es uno de los pensadores anglosajones fuertemente influenciados por Foucault, del que dice que utiliza sus conceptos pero no su vocabulario. Está igualmente muy influenciado por Wittgenstein : de el aprendió que no hay que repetir las palabras de los grandes pensadores, sino aprender de ellos y utilizarlos. También lo dijo Foucault : ser una caja de herramientas.

sábado, 24 de febrero de 2018

DIDACTICA DE LA FILOSOFIA : FILOSOFIA Y CIUDADANIA

Luis Roca Jusmet ha participado con el artículo "Filosofía y ciudadania" 



FILOSOFIA Y CIUDADANIA

1. Introducción
Para entender cuál es la función de la asignatura de la Filosofía y ciudadanía en el marco de la LOE es importante que situemos el contexto histórico en que aparece. Esto no sólo nos permitirá entender la cuestión anterior sino también los desplazamientos a partir de los que surge. Se ha priorizado unos determinados aspectos en detrimento de otros y hay que ver cómo paliar esta carencia sin perder de vista el proyecto en que se inscribe.
Nos podemos remontar a la Ley General de Educación ( LOGE) aprobada el año 1970 en el tardofranquismo para entender el primer intento de modernizar un sistema escolar caduco. Anteriormente la educación secundaria se divide en dos etapas: el bachillerato elemental de los 10 a los 14 años) y el superior (de los quince a los dieciséis años), que se dividía en ciencias y en letras. La filosofía era una asignatura que se daba en sexto de bachillerato y tenía un planteamiento claramente escolástico. En el Preuniversitario, que era el puente entre la enseñanza secundaria y lo estudios superiores en la Universidad, se estudiaba Historia de la Filosofía, con un enfoque similar. Éste se centraba en la filosofía antigua y medieval en la misma línea que el curso anterior. La religión era obligatoria y también la Formación del Espíritu nacional, que daban una formación nacional-católica a la que la filosofía no debía oponerse.
La LOGE crea una enseñanza obligatoria hasta los catorce años (EGB) y luego diversifica a los alumnos que quieren seguir estudiando en los que pasan a BUP y los que pasan a FP. Son los estudiantes de BUP los que se considera que tienen actitud y aptitud (por utilizar la terminología de la Ley) para la formación teórica, dentro de la cual se sitúa la filosofía.
Otro tema pendiente y mal resuelto es la alternativa religión-ética. La religión se plantea como una asignatura optativa, pero al mismo tiempo evaluable y situada en el horario-marco obligatorio. Paralelamente se sitúa la ética como la asignatura alternativa a la religión a lo largo de los tres años de BUP. Los profesores de filosofía son los encargados de impartir esta asignatura, cuyo planteamiento es en sí muy poco consistente. Pretende iniciarse con problemas éticos elementales y prácticos para ir avanzando a concepciones más teóricas. Pero dándole siempre un carácter normativo que se suponía que debía cubrir el vacío ético dejado por la falta de una moral fundamentada en la religión.
En tercero de BUP se daban cuatro horas de filosofía y en COU (que sustituía al Preuniversitario) cuatro horas de Historia de la Filosofía. Aunque éste haya sido el momento en el que el profesor de filosofía disponía de más horas (2 en primero de BUP; 2 en segundo; 6 en tercero y 4 en cuarto) el proyecto global era poco consistente por diversas razones. En primer lugar no se podía articular los contenidos de ética a los de la filosofía, ya que los primeros no eran obligatorios. En segundo lugar el programa de Filosofía de tercero de BUP partía de una concepción filosófica más amplia que la de la escolástica anterior, pero continuaba abordando demasiados temas: epistemología, lógica, metafísica, antropología, sociología, moral1. En tercer lugar la Historia de la Filosofía de COU, que abracaba desde sus orígenes hasta la actualidad era también era, por supuesto, un proyecto inalcanzable. Aunque hay que reconocer que una hora más a la semana no lo hacía tan difícil como ahora2.
A partir de la LOGSE (1990) la enseñanza de la filosofía pretender racionalizarse desde una opción filosófica básicamente analítica. Esta racionalización pasa por dos caminos. El primero consiste en eliminar la metafísica. Queda sustituida por una ambigua ontología que se presenta como una teoría de la realidad basada en los conocimientos de la ciencia actual. Lo único que se rescata de la metafísica es la inevitable pregunta, propia de la adolescencia, sobre la existencia de Dios. Por otra parte se desplazan la psicología, la sociología y la estética al campo de las asignaturas optativas que se asignan al profesorado de filosofía. La justificación es que la lógica es una ciencia formal, la sociología y la psicología son ciencias humanas empíricas y la estética plantea un campo de reflexión que no puede ser asumido en la asignatura de filosofía, ya que otras temáticas tienen un carácter más prioritario.
De esta manera quedan como temas fundamentales de la reflexión filosófica la epistemología, la antropología filosófica y la filosofía práctica.

viernes, 23 de febrero de 2018

EL OFICIO DE VIVIR

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Reseña de 

El arte de la prudencia
Baltasar Gracián ( edición de Emilio Blanco)
Madrid : Arielquintaesencia, 2012

Escrito por Luis Roca Jusmet

    Vuelve a editarse uno de los mejores libros de la filosofía española de todos los tiempos. O quizás habríamos de delimitar y referirnos a la ética en particular,más que a la filosofía en general. Y reivindico aquí una noción de lo ético como diferenciada de lo moral. Como ya he señalado en otras ocasiones me parece muy fecundo recuperar esta autonomía de lo ético como arte de vivir. Se trata de u saber práctico diferenciado del moral.  Ésta se refiere al deber, a lo bueno y lo malo, a las obligaciones con los otros. Pero no al saber qué hacer con la propia vida, a la elección de vida. Digo autonomía porque tampoco podemos separar completamente la ética de lo moral. Pero son campos autónomos que hay que trabajar en su especificidad. De esta manera podemos reivindicar una tradición ética que, partiendo de nuestros orígenes clásicos ( Aristóteles, Epicuro,Marco Aurelio) llegaría hasta lo contemporáneo a través de Michel Foucault. Pierre Hadot o Paul Ricouer. Trayecto que pasa por Montaigne, Spinoza, Schopenhauer o Nietzsche. Y por supuesto por Baltasar Gracián. Su obra trasciende totalmente su época ( el Barroco) y su condición ( estar ordenado jesuita). 

miércoles, 21 de febrero de 2018

EL TIEMPO DE LA IGUALDAD en JACQUES RANCIÈRE








El tiempo de la igualdad. Diálogos sobre política y estética
Jacques Rancière
( traducción e introducción de Javier Bassas Vila)
Barcelona : Herder, 2011

Escrito por Luis Roca Jusmet

 Nos encontramos aquí con un libro extraordinario, tanto para iniciarse como para profundizar en la teoría política de Jacques Rancière. El pensador francés, nacido en Argel en 1940, es sin duda uno de los filósofos vivos más potentes. Su punto de vista sobre la política, la estética y la educación es absolutamente original e innovador. Su hilo fundamental es la emancipación humana, pero planteada a partir de la siguiente pregunta : ¿ Cómo alguien en un lugar preciso, puede percibir y pensar su mundo ? Es lo que llama el reparto de lo sensible : la organización en un espacio dado desde el que tenemos una percepción del propio mundo. De esta manera vinculamos nuestra experiencia sensible, es decir la de nuestro cuerpo, a una determinada inteligibilidad. Inteligibilidad que no se basa en la ideología que nos la oculta ( Althusser) o en el desconocimiento (Bordieu) pero que tampoco aparece espontáneamente. Rancière se interesa por la configuración de un sujeto a partir de la manera cómo se constituye un sujeto a partir de una experiencia sensible con un sistema de significaciones. La pregunta también la formula de otra manera : ¿ Cómo se anudan el pensamiento del tiempo y la cuestión de la igualdad y la desigualdad ? . Se trata de entender las formas de dominación y de consenso y su cuestionamiento en el arte y en la política.
El tema es complejo y lleno de matices, exige trasladarnos a la realidad concreta para ver como se articula. Rancière inició un estudio, sin ningún prejuicio ideológico, de los movimientos obreros emancipadores en el siglo XIX en Francia . Quería aprender lo que nos enseñaban estos movimientos en su dinámica real. Encontró lo que tenían de creativo, de búsqueda de otras maneras de ver y sentir las cosas. Se trata por tanto de entender la emancipación como la apertura del campo de lo posible en un grupo de sujetos que emprenden una acción colectiva. Porque la emancipación no se basa ni en un sujeto colectivo ni en sujetos individuales, sino en esta acción colectiva de sujetos singulares. Pero no es la economía ( clase obrera, precarios...) la que determina estos sujetos. Tampoco lo es la conciencia de la propia explotación. Es el sentimiento de que otra vida es posible para aquellos que no se conforman con el lugar que les ha sido asignado.
 La política va contra la policía, que es el establecimiento de una determinado reparto sensible en los que cada cuerpo tiene un lugar y una función. La policía gobierna distribuyendo los espacios, los lugares, los papeles, lo que se puede pensar, sentir, decir y hacer. La política no es la expresión natural de nuestra naturaleza ( como diría Aristóteles) pero tampoco es un espacio claramente diferenciado de lo social ( Hanna Arendt). La política es algo contingente, algo que puede pasar cuando no se acepta el orden establecido. La política aparece cuando hay desacuerdo, cuando se universaliza el conflicto. El consenso es el fin de la política, la postdemocracia y es lo que provoca reacciones como el auge de la extrema derecha. Lo que vivimos actualmente en Europa no es una democracia sino una oligarquía liberal en la que dominan los que detentan el poder económico, institucional e ideológico.

lunes, 19 de febrero de 2018

ODIO A LA DEMOCRACIA




Reseña de
El odio a la democracia

Jacques Rancière
Amorrortu/editores
138 páginas, 2006

 Escrito por Luis Roca Jusmet

Jacques Rancière pertenece a la fructífera generación de filósofos franceses nacidos en los años 40 que fueron discípulos de Althusser, ajustaron cuentas con su maestro y acabaron superándolo con un elaborado trabajo crítico en la tradición de la izquierda radical ( como Balibar, Laclau, Badiou ...). Rancière llega a la conclusión, después de mayo del 68, que Althusser, con su dicotomía ciencia/ideología y su teoría del partido como vanguardia del movimiento obrero lo que está haciendo es formular una ideología del orden.
El libro que nos ocupa es un breve pero extraordinario libro de filosofía política, entendiendo este término como crítica de la opinión, de la ideología ; crítica por tanto del tópico entendido como un lugar común claramente establecido para despojar a un término de su sentido crítico y convertirlo en una pura retórica vacía. Hoy, ya lo sabemos, “todo el mundo hoy es democrático”, desde Arnaldo Otegui hasta Josep Anglada, pasando por Mariano Rajoy o José Luis Rodríguez Zapatero.
Lo que nos propone Rancière es una densa e interesante reflexión que gira en torno a tres ideas claves : 1) La democracia tiene un significado revolucionario claro y preciso al que es necesario volver ; 2) Las sociedades autoproclamadas democráticas son en realidad oligarquías con forma representativa; 3) El odio a la democracia tiene hoy un sentido nuevo y paradójico que hay que entender correctamente para combatir.

sábado, 17 de febrero de 2018

POLÍTICA Y ÉTICA EN MICHEL FOUCAULT

 Escrito por Luis Roca Jusmet

 


 Jacques Rancière dice que Foucault no habla ni de política ni del sujeto político. La política para Rancière es la acción de los sin-parte frente al orden establecido y a los lugares asignados. Es la división que establece la policía ( los gobernantes) a los sujetos. La política es la democracia, es decir, el dispositivo de enunciación y de manifestación de un colectivo que no acepta este reparto. Foucault dice, no habla de política, habla de la resistencia a la policía y a sus tecnologías de poder. Foucault, dice, no habla de subjetivización política, que es colectiva, sino de un sujeto que se ocupa de sí mismo. Foucault no habla de política porque no le interesa, ni teórica ni prácticamente. Foucault habla de gobierno de sí y de gobierno de los otros, habla de tecnologías de poder y esto, para Rancière, no es política. Es el Estado policial y las resistencias que produce, no la acción política democrática de los que se oponen y crean alternativas. Es el consenso, negación de la política.
 Foucault aclara la cuestión en las respuestas a una entrevista que le hicieron en la Universidad de Berkeley en abril de 1983, un año antes de su muerte y el mismo en que desarrolla en su seminario anual ( curso 1982-83) llamado "El gobierno de sí y de los otros".

 En la desgraciadamente desaparecida revista Archipiélago ( número 22 ) aparece esta entrevista. El traductor es Fernándo Alvarez-Uria, uno de los sociólogos críticos que más partido le han sacado a "la caja de herramientas" foucaultiana.
 Subrayo aquí algunas de las ideas de Foucault que he extraído de la entrevista.
  En primer lugar su crítica a las derivaciones políticas de una teoría filosófica. Los casos que cita son, paradójicamente de dos de sus maestros : Heidegger y Nietzsche. Afirma que las prácticas políticas no son consecuencia de una teoría filosófica, aunque sí derivan del ehos filosófico, entendiendo aquí la filosofía como forma de vida.
 Una segunda idea es que Foucault acepta que su preocupación es básicamente ética y no política. Que la política le interesa únicamente en el marco global de la ética. Aunque en otras ocasiones, como en el curso "El gobierno de sí y de los otros", Foucault afirma explícitamente que un filósofo se interesa por los problemas a la vez generales y concretos que plantea la política. Pero que, como filósofo, no puede identificarse con una tendencia política específica porque es necesariamente, sea la que sea, totalizadora por parcial. Otra cosa es que el filósofo deba comprometerse políticamente, pero más desde su ética personal que desde una ideología política. Foucualt cita el caso de Cavaillés, filósofo de la ciencia que se implicó y se arriesgó más en la resistencia antinazi que los filósofos del compromiso ( Sartre, Simone de Beauvoir, Merlau Ponty)
 En tercer lugar Foucault mantiene una posición equilibrada, matizada, respecto al consenso. Considera que veces es necesaria y a veces no. Contra los principismos de Habermas ( política es consenso) o de Rancière ( política es anticonsenso).
 Finalmente Foucault aclara su posición definitiva respecto al poder. El poder no siempre es dominio. Hay relaciones de poder que pueden ser necesarias. Ejemplo : relación maestro-alumno, en el que el primero transmite un saber al segundo, que le reconoce. De aquí podríamos deducir una crítica a la teoría pedagógica de Rancière, que plantea que no es una relación de poder.