lunes, 30 de enero de 2017

ÉTICA Y POLÍTICA EN SPINOZA




Escrito por Luis Roca Jusmet

 Al margen de los dos libros dedicados a la política ( Tratado teológico-político y Tratado político ) es interesante complementar estos textos con la parte cuarta de su Ética
dedicada a "La servidumbre humana y a la fuerza de los afectos." Vamos a ver las conceptualizaciones interesantes para la política.

PRIMERA CUESTIÓN

 Desmontaje de ficciones. Hay que mostrar que utilizamos una serie de conceptos ficticios, y que son por tanto ideas inadecuadas. Por una parte el de Perfección. La perfección es una proyección humana basada en la creencia de que las cosas naturales se mueven por fines, cuando estos no son más que expresiones del deseo humano. Los humanos deseamos y los fines son aquellos actos orientados a la consecución de lo que queremos. La perfección es entonces un modelo ideal inventado por el hombre. En este sentido lo único que tiene sentido es darle un sentido relativo. Una cosa será más o menos perfecta en la medida que se aproxime o no al modelo ideal que formulamos. Por otra el de Bondad, que podemos considerar como un caso de perfección, en la medida en que consideramos bueno lo que se acerca a nuestro modelo ideal. Virtud es una ficción si la entendemos como una acción buena.
  Carácter relativo de la bondad/perfección/virtud. Una acción humana solo puede considerarse buena, es decir virtuosa, si aumenta la perfección, es decir la potencia. es decir que es buena si te permite desarrollar tu capacidad, lo cual te producirá alegría. Aquí podemos relacionar lo que afirma Amartya Sen en su teoría de las capacidades. Pero también dice Spinoza que lo bueno es lo útil, lo cual nos permitiría entonces vincularlo a John Stuart Mill. De lo que se trata es de saber lo que es útil para nosotros, es decir lo que nos aumenta la potencia y nos produce alegría. También lo que es malo, es decir lo que nos disminuye la potencia y produce tristeza. Si actuamos de manera racional sabemos no solo esto sino también la causa de porque no hacemos lo que es bueno, lo cual nos permite cambiarlo. Actuar irracionalmente quiere decir hacer aquello que nos perjudica.
 Conclusiones políticas. La mejor propuesta política es la que permita más igualdad de oportunidades para desarrollar las propias capacidades, y la que sea más útil, en el sentido que permita el máximo de alegría para el máximo de personas. 

SEGUNDA CUESTIÓN

Derecho natural. Cada ser singular tiene derecho a hacer lo que hace, ya que el derecho depende de la potencia. Cada cual hace lo su naturaleza le permite en relación con los otros seres singulares. Si los hombres fueran racionales entonces cooperarían entre sí, pero como se dejan llevar por las pasiones entran en conflicto. Aquí no hay delito porque no hay leyes.

 Estado y ley. Es necesario porque ya que nos mueven las pasiones viviríamos en conflicto permanente. Los individuos hacemos un pacto ( contrato social) que nos convierte en ciudadanos. Nuestra razón nos dice que, partiendo de lo anterior, lo mejor es elaborar unas leyes a las que debemos someternos, sea por razón o por miedo. En el primer caso la obediencia de las leyes es libre y en el segundo no. Acordadas las leyes el que no las sigue comete un delito y, por tanto, es sancionado. 

 Justícia. La justícia es un efecto del Estado. esto quiere decir que en un estado natural, en el que impera el derecho, nada es justo ni injusto. La justícia y la injustícia aparecen cuando se acuerdan unas leyes. Justo es el que las sigue e injusto el que no lo hace. 

 Conclusión política. El hombre pasa del estado natural al estado civil, lo cual quiere decir que limita su derecho natural a la ley que el Estado debe garantizar. Si las leyes se han elaborado con el fin de garantizar la libertad y la seguridad de todos, entonces consideramos justo el cumplimiento de la ley e injusto el incumplimiento. Podemos considerar que Philip Pettit recoge esta idea en su defensa de la idea de libertad como no-dominación.

jueves, 26 de enero de 2017

SPINOZA Y EL CONTRATO SOCIAL


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Escrito por Luis Roca Jusmet


 John Stuart Mill plantea en su texto "La libertad", que no comparte la teoría del contrato social simplemente porque no es cierta. Esto quiere decir que, de hecho, no se da ningún tipo de contrato entre los individuos que forman parte de una sociedad. Partiendo de este hecho, empíricamente indiscutible, podemos preguntarnos si tiene alguna utilidad presuponer la existencia de un contrato que no existe. 
 Para Hobbes, que es el inventor del término, el contrato social es la renuncia a la libertad natural para garantizar seguridad. Los humanos pasan a formar parte de una sociedad cuando se comprometen a seguir unas leyes que les permite vivir sin ser agredido por el otro, ya que la libertad natural llevaría a esta guerra de todos contra todos. Por ello se transfiere todo el poder al Estado, que tiene toda la soberanía. Hay que insistir en que Hobbes no defiende una monarquía absoluta en la que el monarca tiene una soberanía absoluta. Para Hobbes el Estado, sea monárquico, aristocrático o democrático, tiene una soberanía relativa, la que le dan los ciudadanos. Para Hobbes el derecho, la ley, el Estado, va contra la naturaleza. Y en la naturaleza no hay derechos, solo la libertad natural y la ley del más fuerte., que es a lo que se renuncia. El Estado lo que hace es, entonces garantizar la convivencia. Seguridad a cambio de libertad, convención en lugar de naturaleza.
 Locke plantea la teoría del contrato social en otros términos, ya que para él es la  garantía para que todos disfrutemos de nuestro derecho natural a la propiedad. La de nuestra vida, de nuestra libertad y de nuestros bienes. Los ciudadanos pactan para poder garantizar estos derechos. Renunciamos a la manera natural de defenderlos, que depende del poder de cada cual, y nos sometemos a la ley, con lo cual también salimos ganando todos. el producto de un contrato social que debe garantizar los derechos individuales a cambio de ceder parte de nuestra libertad natural. Es lo que luego se ha llmado el liberalismo, término que por cierto Locke no utiliza. Pero el punto de partida es que los individuos pactan para salvaguardar su propiedad ( que incluye la de su vida). Locke no habla de formas de gobierno, aunque sí de un Parlamento que elabora las leyes elegido por los ciudadanos ( que han de ser siempre personas no sometidos al otro). No habla de democracia, que se identifica con el gobierno de los pobres y que considera que los cargos aparecen por sorteo.
 Rousseau es, a diferencia de la perspectiva más autoritaria de Hobbes y más liberal de Locke, lo que podríamos llamar la alternativa republicana. Los que pactan el contrato social tampoco renuncian a su libertad, pero la transforman al diluirse en la comunidad política creada, el pueblo. El pueblo es un cuerpo político indivisible que al constituirse como tal aparece la voluntad general. Transfiere su soberanía al Estado como planteaba Hobbes. Al igual que él cualquier forma de gobierno es posible y la mejor depende de las circunstancias ( democracia, aristocracia, monarquía).
 Muchos seguidores actuales de Spinoza ( que como sabemos es posterior a Hobbes, un poco anterior a Locke y mucho más que Rousseau) afirman que no es un contractualista. La razón principal es la de contraponerlo a Hobbes. En este sentido se hace referencia a que afirmó ( y que se comprueba es sus textos), de que si para Hobbes hemos de renunciar a la parte natural para hacer este contrato social para él no hay esta renuncia. Pero tampoco en Locke o en Rousseau hay una renuncia a la libertad natural,  sino una transformación de esta.Para Spinoza el derecho natural, que es el poder de cada cual, ha de transformarse en ley.

sábado, 21 de enero de 2017

martes, 17 de enero de 2017

SOBRE EL DISCURSO POLÍTICO

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Escrito por Luis Roca Jusmet

  Al hablar del discurso político me refiero al discurso de la política y no de los políticos. Hay que saber analizar un discurso político entendiendo su estructura y funcionamiento. Un discurso es siempre un encadenamiento de enunciado, que a su vez están formados por conceptos. 
 Empecemos por los conceptos, que son convencionales pero no arbitrarios. una alternativa entre el realismo y el nominalismo. Para los realistas los conceptos captan formas comunes reales de las cosas y para los nominalistas son puros nombres. Para los realistas críticos seleccionamos propiedades comunes a partir de la lógica empírica, es decir de una racionalidad ligada a la experiencia. Esto, por supuesto, cuando hablamos de conceptos de describen el mundo real. otra cosa son las ideas normativas morales o políticas, que evidentemente tienen un carácter performativo. en el sentido de que es la conceptualización la que crea la realidad. Podríamos decir que los primeros tratan de hechos y los segundos de valores. Por ejemplo, formamos un concepto de velocidad o de planeta a partir de nuestra experiencia perceptiva. Podemos considerar que la velocidad o los planetas existen aunque no los percibamos.Pero la justicia existe porque hemos inventado la idea de justicia. Sin idea de justicia nada sería justo o injusto. Hay que saber diferenciar los conceptos de las ideas.
 A partir de los conceptos formulamos enunciados, que son afirmaciones o negaciones. Pero hay enunciados que afirman o niegan hechos o relaciones de hechos y como tales podemos considerarlos verdaderos o falsos. Por ejemplo : En la República Popular China la pena de muerte es legal. Pero hay enunciados de valor que hacen referencia a ideas morales o políticas. Por ejemplo : la pena de muerte es injusta. Hay que saber diferenciar los enunciados de hecho y los de valor. 

jueves, 12 de enero de 2017

HEGEL : EL CURVO CAMINO DE LA REVOLUCIÓN

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Hegel y las nuevas lógicas de Mundo y del Estado. ¿ Cómo se es revolucionario hoy ?

Ricardo Espinoza Lolas

( Prólogo de Slavoj Zizek y epílogo de Alberto Toscano )

Escrito por Luis Roca Jusmet

Conocí a Ricardo Espinoza por casualidad ( aunque quizás no tanta) cuando un amigo me invitó a la presentación de su libro en Barcelona. Por cierto, que antes tuve ocasión de tomar un café con él y me pareció una persona amable, abierta y muy vital, aparte de que tenías muchas ideas interesantes que aportar. La conexión que yo tenía con él era nuestra afinidad con Zizek. Yo había sido uno de los introductores de la obra de Zizek en España y se suponía que él había escrito un libro sobre la última etapa de Zizek, es decir la hegeliana. Precisamente era la que yo no había trabajado, ya que mi grado de saturación respecto al filósofo esloveno había llegado a su límite. Por esto intervine después de la presentación que Ricardo hizo de su libro, diciendo en broma que había conseguido algo que hasta el momento me parecía imposible : animarme a volver a leer a Zizek. Pero una vez con el libro de Ricardo Espinoza en mis manos, comprobé que que era este el que realmente deseaba leer. Porque no se trataba de un texto sobre Zizek lo que tenía entre manos, sino de un libro muy personal y singular cuya referencia última era Hegel. Pero no hablamos del Hegel de la Fenomenología del espíritu leído por Kojève, inspirador de toda una generación de pensadores franceses, entre los cuales Lacan. Hablamos, por el contrario. del Hegel de "La ciencia de la lógica" , leído rigurosamente por Ricardo Espinoza, aunque acompañado por Félix Duque, uno de sus maestros y autor de la última traducción del libro. Pero hay también toda una recreación de la lectura, minuciosa y precisa, de un Lenin que está preparando el más grande acontecimiento de principios de siglo: la Revolución de octubre.
Estos son los presupuestos con los que Ricardo Espinoza va a escribir un libro tan impresionante como excesivo, que nos atrapa con miles de tentáculos. Hay una especie de paradoja en lo que experimento como lector, ya que por una parte me siento envuelto y por el discurso y por otra desbordado por la corriente de ideas encadenadas de una manera endiablada. Hablamos de un libro con una estructura formal impecable : introducción, desarrollo y conclusión en cada capítulo y en su conjunto. Pero la estructura lógica está basada de manera nuclear en el concepto, cuya enigmático estatuto es el de la esencia del pensar y de la verdad a escala humana, que va lo más abstracto a lo más concreto, de lo más universal a lo más singular. Una lógica conceptual cuya función es la de cuestionar la ideología y la inmediatez, como una mediación lógica, como un acto reflexivo que permite distanciarnos de la necesidad para entrar en el reino de la libertad. Pero siempre en el marco de la política, en el proyecto de un Estado que debe ser emancipador. Es el camino de la historia, de una historia capaz de reflexionar sobre sí misma y que nos saca del presente de la inmediatez. Es el camino que nos saca de la caverna del capitalismo, de su virtualidad, de la locura que va del estado islámico a Trump, del trabajo infinito por el consumismo desbocado. Que combate el show infernal y absurdo en el que vivimos bajo control militarizado. El monstruo de Frankenstein, de la técnica por la técnica, siempre nos persigue. Es el Estado que quiere garantizar el dominio planetario del capital, o es la reacción a él que lleva a una caricatura terrorífica, como el estado islámico.
La reivindicación de un acontecimiento, de que pase algo, que solo puede tener tener el nombre de revolución porque debe ser un cambio radical. Socialismo o barbarie, una vez más. La reivindicación de los humanos libres, con criterio y deseos propios, en el marco de una nueva política, de un nuevo Estado. Parece imposible, pero como recuerda Espinoza, el crimen nunca es perfecto.

martes, 10 de enero de 2017

ZYGMUND BAUMAN, TESTIGO LÚCIDO DEL PRESENTE

 El 9 de enero de 2017 muere Zygmund Bauman. Fue un sociólogo o filósofo ( se movía en esta zona ambigua que para algunos es una virtud y para otros un defecto. Publicó demasiado y pagó el haberse constituido en un fenómeno mediático-comercial. El tiempo dirá lo que se salva de su obra.

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El tiempo apremia

Zygmund Bauman.Conversaciones con Citlai Rovirosa-Madrazo

( Traducción de Elisenda Julibert)
Editorial Arcadia, Barcelona, 2010. 323 páginas.
Escrito por Luis Roca Jusmet


Efectivamente el tiempo apremia. Y de que manera. Algunos sociólogos imprescindibles como Immanuel Wallernstein, Richard Sennett o el mismo Bauman, cada uno a su manera, nos lo recuerdan. Este libro puede servir tanto de iniciación como de síntesis a la prolífica obra de Bauman. Como dice el subtítiulo, lo que recoge el libro no es una entrevista sino unas conversaciones en la que las la socióloga y periodista mejicana Citlali Rovirosa-Madrazo realiza valiosas aportaciones . Ocho conversaciones, ocho temáticas, divididas en dos partes. En la primera parte : la crisis del crédito y el mortífero éxito del capitalismo; el Estado del Bienestar en los tiempos de la globalización; la función del Estado en el capitalismo. En la segunda parte: la modernidad y la postmodernidad, holocausto y genocidio ; política demográfica, el papel de la mujer en la reproducción en la era de la biotecnología, el fundamentalismo secular y el religioso en la lucha por el poder en el sigo XXI ; la inscripción del ADN y la aparición de la genetocracia ; la generación perdida nacida en plena sociedad líquida.
Muchas y muy interesantes cuestiones son las que plantea el libro y Bauman nos ofrece una visión lúcida y singular. Estamos, según su conocida fórmula, en un capitalismo líquido, que es la sociedad de los consumidores. De una sociedad sólida de productores hemos pasado a esta otra, en la que los beneficios no surgen de la explotación de la fuerza de trabajo sino de la explotación de los deseos a partir del consumo y sobre todo del crédito. Hay una lógica infernal que lleva a encadenar a los consumidores a una deuda infinita en un sistema que tan precisamente define como parasitario. Porque Bauman es una anticapitalista convencido, aunque no por ello deje de ser un anticomunista. El capitalismo es un sistema irracional e injusto por su propia naturaleza., porque acaba destruyendo lo que va creando y que va agotando todas las reservas planetarias. Pero el comunismo es un proyecto socialista impaciente que sólo puede conducir a la esclavitud.. Él conoce lo que ha sido "el socialismo real" y ha analizado a fondo el estalinismo como para no tener reservas en su crítica. Pero no ha caído como otros en la ilusión del liberalismo. Bauman se define como un socialista porque sabe que esta sigue siendo la mejor palabra para definir la lucha del hombre por resistirse a la injusticia y por avanzar hacia un ideal de emancipación. Tampoco le gusta a Bauman la socialdemocracia porque sabe que ha sido históricamente una alternativa de gestión del capitalismo y únicamente ha defendido el Estado del Bienestar cuando ha tenido su función como reproducción de la fuerza de trabajo. Era cuando el capital debía mantener la fuerza humana, tanto para la producción como para el ejército. Pero cuando el Estado del Bienestar es, como ocurre hoy, un lastre , entonces los socialdemócratas se convierten en socioliberales, es decir socialistas de nombre y liberales de hecho.

viernes, 6 de enero de 2017

LA CARA OSCURA DEL CAPITAL ERÓTICO





Reseña

La cara oscura del capital erótico. Capitalización del cuerpo y trastornos alimentarios

José Luis Moreno Pestaña

Madrid : Akal/pensamiento crítico 51, 2016

 Escrito por Luis Roca Jusmet

Nos encontramos frente a un ambicioso y logrado libro de José Luis Moreno Pestaña. Para los que no lo conozcan, es un filósofo y sociólogo español que ha destacado por la publicación de diversos trabajos sobre Michel Foucault, filosofía política, sociología de la filosofía, de la enfermedad mental y de los trastornos alimentarios. En este caso podríamos decir que amplifica, profundiza y completa un libro anterior : Moral corporal, trastornos alimentarios y clase social ( 2010). La formación filosófica del autor no es un inconveniente a su estudio sociológico, ya que está muy lejos de cualquier deriva especulativa. Muy al contrario, le da una valiosa caja de herramientas teóricas que sabe poner al servicio de una investigación rigurosamente empírica. Podemos situarlo dentro de la tradición sociológica de Pierre Bordieu y Jean-Claude Passeron ( del que, por cierto, hizo una impecable traducción y un valioso estudio preliminar de su libro El razonamiento sociológico. El espacio comparativo de las pruebas históricas ). Moreno Pestaña nos explica al final del libro la metodología empleada, que es básicamente la cualitativa, etnografica, la del trabajo de campo. Hay cincuenta y dos mujeres entrevistadas, de las que interesa sus orígenes sociales, trayectorias personales y como han vivido la presión corporal por la imagen y los problemas que ello les ha suscitado. Ellas son la referencia empírica del estudio.
Si analizamos el título del libro, vemos que de entrada nos habla del capital erótico y de su lado oscuro. Moreno Pestaña parte, por una parte, de las noción de capital elaborada por Pierre Bordieu. que dividía en capital económico, capital social y capital simbólico o cultural. Que no deja de inspirarse en la formulación de Marx del capital variable, que es el resultado del trabajo del asalariado que vende su mercancía para hacer rentable el capital constante del empresario. Para Marx el capital variable es el precio que paga el empresario pero es diferente de las heterogéneas competencias y del trabajo vivo de este trabajador. En el marco del neoliberalismo, aparece la noción de capital humano como la gestión empresarial de uno mismo en el mercado del trabajo. De esta manera cada cual aparece como responsable de la capitalización no solo de su capital cultural sino cada vez más de su propio cuerpo, entendido como una inversión. Aparece entonces lo que se ha llamado capital corporal y, siguiendo la conceptualización de Catherine Hakim, del capital erótico. Esta socióloga entiende este capital erótico como un recurso femenino basado en la seducción y en una imagen atractiva, que puede servir a las mujeres para darles una ventaja en el mercado de trabajo. Es justamente esta formulación idealizada la que lleva a Moreno Pestaña a hablar de cara oscura. Porque lo que aparece entonces es, por una parte la discriminación en función de un modelo erótico ideal ( delgadez, vestir elegante, atractivo visual ) y la presión laboral permanente para mantenerse ajustada a este ideal. Esto último nos lleva precisamente a la segunda cuestión que apunta el título, que es la de la relación entre su capitalización y los trastornos alimentarios, que son, en su límite, la anorexia y la bulimia. Hay un análisis muy riguroso y preciso de los trabajos donde este capital erótico es un imperativo : a) camareras en pubs y discotecas; dependientas y encargadas en tiendas de moda ; ocupaciones artísticas : danza e incluso canto. Pero no se trata únicamente de estas profesiones, aunque es en ellas en las que resulta más claro. En las trayectorias biográficas de las entrevistadas vemos cómo la presión por mantener esta cualificación estética tiene un duro precio : depresiones, ansiedad y, por supuesto, trastornos alimentarios. Pero no solo se trata del registro profesional, ya que a nivel social, par ser reconocido en las clases altas, hace falta una imagen de delgadez que parece ser una medida de autocontrol, elegancia y calidad moral. Hay aquí, además, una unificación del mercado de la belleza con la legitimación de la delgadez desde el punto de vista sanitario.
Moreno Pestaña reivindica el papel del sociólogo no solo como el que describe lo que hay sino como el que es capaz de plantear su carácter contingente y no necesario y abrir, por tanto, otros posibles. ¿ Hasta que punto estamos reduciendo nuestro cuerpo a un capital variable ? ¿ No se ha convertido el análisis sanitario
del peso en una ideología que va mucho más allá de lo que es científicamente justificable ? ¿ No es hoy la gordura un estigma laboral y social ? La propuesta del autor es clara : hay que liberar el cuerpo de las ataduras del modelo de la dejadez, hay que dejar de verlo como una capitalización. Para ello deberíamos volver a actualizar algo que se apunta en nuestros orígenes griegos: la crítica política al cuerpo como una inversión. Volver a una percepción y a una vivencia del cuerpo entendido como algo que hay que apreciar y disfrutar sin someterlo a modelos que lo encorsetan y lo acaban desvalorizando. Pero esto no es solo una apuesta ética sino también política. La belleza, la virtud cívica y la salud se han de entender, de entrada, como tres niveles diferentes. Y hay que actuar públicamente contra las servidumbres que nos impone el mercado de la belleza y de su legitimación sanitaria. Mostrar, por ejemplo, que hay más problemas de salud provocados por las dietas que por la gordura.