sábado, 28 de noviembre de 2015

NUEVAS PIEZAS PARA ENTENDER EL PUZZLE DEL “PROCÉS”


Reseña de

  El llarg procés. Cultura i política a la Catalunya contemporània ( 1937-2014)
Jordi Amat
Barcelona : Tusquets, 2015 ( colecció l´Ull de Vidre)
 Escrito por Luis Roca Jusmet
 Nos encontramos frente a un libro que me parece indispensable para situar el llamado procés catalán en un contexto histórico más amplio. Me vienen a la amemoria, por asociación libre, dos libros. Uno es El lago siglo XX, el extraordinario estudio de Giovanni Arrighi, que utiliza el concepto de larga duración ( acuñado por el gran historiador francés Fernand Braudel) para explicar el siglo XX. La idea es que para entender un proceso que se da en un medio plazo hay que enmarcarlo en un proceso histórico mucho más amplio.  Esto lo ha hecho de manera muy fecunda Jordi Amat con el tema que nos ocupa. El segundo es un libro que escribió José Luis Moreno Pestaña ( La norma de la filosofía) que nos muestra con un análisis preciso y riguroso que durante el franquismo, incluso desde lo oficial, pasaron cosas interesantes en filosofía, que no todo fue inmovilismo. Se trata de capatar los matices.Jordi Amat hace lo mismo al explicarnos lo que ocurrió entre 1939 y 1970 en la España franquista, en relación con el catalanismo conservador de los que lo habían apoyado y ahora querían presionar para conseguir cambios. Me parece que la primera y la segunda parte son, en este sentido, las más completas. Y al decir completas no quiero decir no que sean las mejores ni que las otras tengan que serlo.  Con más completa quiero decir que son dos partes que sintetizan muy bien una etapa, y que además lo hacen aportando documentación inédita. Tratan en primer lugar de lo que llama  de “La ocupación ambigua (1939-1947)”. Ambigua porque tuvo apoyo de parte de la población (sobre toso de la burguesía y sectores de la clase media) y porque la ocupación también se dio en otras zonas, como Madrid ,  con lo cual quitamos la falsa y malintencionada retórica de que España ocupa Cataluña). Aunque lo cierto es que en Cataluña significó la prohibición de todo lo catalán. La alta burguesía (representada por la Lliga de Cambó) no quería esto pero lo prioritario era defender sus intereses de clase. Muchos se conformaron y otros ( como cambó) intentaron impulsar un catalanismo suave. Con él muchos intelectuales catalanes ( como Pla) que tenían pánico, de todas maneras, a que un cambio como el que se dio en Francia acabara condenando a los colaboracionistas ( que eran ellos). En  segundo lugar aborda la “Modernitat cauta (1952-1960)”, que  nos muestra la construcción del nacionalismo católico-conservador, aunque rupturista, del pujolismo.
 La tercera parte, habla del “Catalanisme progresista”  ( 1962-1980) ; es interesante pero que no recoge  ni puede recoger toda la complejidad de lo que aparece. En todo caso, desde el punto de vista político, tenemos un PSUC que se convertirá en el partido hegemónico de la lucha antifranquista en Cataluña, que asume el catalanismo dándole un carácter progresista  y que es capaz de integrar en esta lucha a CCOO y a la clase obrera procedente de otros lugares de España. Está luego el Front Obrer Català ( l versión del Frente de Liberación Popular) y a partir de él, y no solo de él, el socialismo catalanista que dará lugar al PSC ( Congrès) y al PSC( reagrupament),que serán la base del PSC. Paralelamente el marxismo independentista del PSAN, tradición que dará lugar a lo que ahora son las CUP.
 El epílogo (“Matar el Cobi”) nos permite enlazar con el presente, es decir, lo que va de 1980 a 2014. Quizás hubiera sido más propio subtitular el libro “Cultura y política a la Catalunya contemporània” (1937-1980). Porque sí que nos da, de manera puntual pero sugerente, datos y reflexiones interesantes en este breve pero denso capítulo. Pero faltan otras : la partición del Foro Babel y de Ciutadans, la deriva nacionalista del PSUC, las contradicciones internas del PSC y el papel jugado con el nuevo Estatut.
En todo caso me parece que lo mejor es considerar que en este último capítulo lo que nos da son algunas piezas para completar el puzzle.
 Falta deliberadamente una conclusión. Pero  me parece que esta puede acercarse al artículo que publicó hace poco Enric Ucelay Da Cal en “El País”, que decía que el catalanismo integrador se había convertido hoy en independentismo excluyente. No estoy seguro que esta sea la lectura de Jordi Amat. Es la mía.
 El libro me parece, en definitiva, muy bien escrito, muy interesante y que aporta, sin duda, valiosa información y reflexiones para entender lo que pasa hoy en Cataluña.


domingo, 15 de noviembre de 2015

PERCIBIR ES RECORDAR




Escrito por Luis Roca jusmet

Dice el filósofo italiano GIorgio Colli :

  " El conocimiento es memoria solamente, nunca verdadera inmediatez. Las sensaciones, incluso las impresiones sensoriales y, en general, todo aquello que los filósofos han llamado conocimiento inmediato, no es otra cosa sino recuerdos. Y el tejido entero de la conciencia - es decir, el conocimiento efectivo del ser humano- lo que sentimos, representamos, queremos, nuestra alma o una estrella, es una simple concatenación de recuerdos que se enlazan para constituir el mundo de la representación."

 Si hablamos de conocimiento inmediato hablamos de la impresión, en el sentido que le dió Hume justamente para afirmar lo que Colli niega. Hume habla de impresión para referirse a algo inmediato diferente del término que se utilizaba hasta el momento, idea, que tiene una referencia más mental. En cierta forma lo que hace Colli es volver a la idea frente a la impresión inmediata de Hume y a la negación de que en la misma sensación hay algo mediato. Claro que los dos siglos y pico que han pasado nos permite afinar más con el término percepción ( que por cierto no utiliza aquí Colli). La percepción remite más a estructura que a la asociación de sensaciones de Hume. pero también sabemos hoy que la percepción es linguística, en el sentido que las significaciones de las palabras, es decir los conceptos, condicionan nuestra percepción. Lo hacen porque clasificamos lo que vemos desde las categorías lingÜísticas y esta operación es simultánea al acto perceptivo, no posterior a él como pretendía Hume al separar la impresión de la idea.
Pero podríamos llamar a estas categorías lingüísticas significaciones imaginarias, como planteaba Castoriadis. Es decir, una red, un tejido de imágenes conectadas entre sí, ligadas a afectos y a impulsos. Este campo imaginario condiciona también nuestra percepción. Y tanto las palabras como las imágenes son recuerdos, como dice Colli.
 El tejido entero de la conciencia es, en parte, como dice Colli esta red de recuerdos. Pero aquí Colli se queda corto y hay que volver al descubrimiento freudiano, que es el inconsciente. Porque esta red es, en parte, consciente, pero también es preconsciente o inconsciente. 

viernes, 13 de noviembre de 2015

CONTRA EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÖN




Escrito por Luis Roca Jusmet

 Como es bien sabido el movimiento antifranquista fue esencialmente comunista. No solo hablo del PCE-PSUC, que fue el partido hegemónico sino de las múltiples escisiones a su izquierda, que básicamente podemos considerar maoístas y troskistas. Existieron también grupos nacionalistas dentro de este movimiento antifranquista, grupos cristianos de base y todo el conglomerado que se formó con el FLP-FOC y su disolución.
 Los grupos leninistas partían de la defensa de Lenin ( y para los maoístas también de Stalin) del derecho a la autodeterminación. Muchos grupos lo mantenían sin creérselo demasiado, de manera dogmática. Dentro del PCE-PSUC solamente este último tenía en su interior una cultura catalanista, sobre todo en los sectores de profesionales y estudiantes, pero supieron cohesionar al grueso obrero, básicamente de origen no catalán, en la reivindicación de la autonomía y la normalización del catalán. Pero en el caso de un grupo maoista, el Mc, y d euno troskista, la LCR, hobo una vinculación clara con ETA. Eñl MC se formó a partir de una escisión de ETA, Eta berri, y la LCR se fusionó con ETA VI.
  Los grupos nacionalistas radicalizados, sobre todo en el País Vasco, luchaban por la independencia. Los grupos nacionalistas catalanes, más moderados, lo hacían por la autonomía. El FLP-FOC, una de cuyas influencias fueron los movimientos de liberación nacional. tenía también este sello. De él surgió el PSC, que luego se integraría en el PSOE peor manteniendo una cierta autonomía. Estos sí tenían una sensibilidad catalanista.
 En el polo opuesto tenemos un franquismo que adopta como seña de identidad el nacionalismo españolista.
 Todo esto hace que la izquierda simpatice con los nacionalismos periféricos y rechace todo lo que suene a españolismo.
 Pero a partir de la Constitución de 1978 se inicia la transición hacia un Estado de derecho. Estado que justamente por ser de derecho y por basarse en una Constitución garantista de estos derechos pasa a constituirse como una comunidad política, como una nación cívica, de ciudadanos. Esta es la nueva identidad que podríamos llamar paradójicamente, como republicana. Republicana por lo dicho anteriormente, por tener separación de poderes, libertades políticas y unas elecciones para elegir representantes. Con todas las imperfecciones que queramos pero con bases republicanas y democráticas. Y que aunque hable de Unidad de España garantizado por el Ejército, reconoce las reivindicaciones del catalanismo. La Constitución fue aprobada en toda España, incluida Cataluña. Solamente ganó la abstención en el País Vasco. 
 Luego ha pasado lo que ha pasado y el balance no ha sido bueno en la mayoría de los ámbitos. Pero el Estado de derecho y España como nación cívica debería haber liquidado en el campo no nacionalista todas las veleidades contrarias a España ( como el calificativo ridículo de Estado español en lugar de España) y empáticas con los nacionalismos periféricos. En el caso del País Vasco tuvo consecuencias nefastas. Como ahora está ocurriendo en Cataluña.
 El derecho de autodeterminación solo tiene hoy sentido, en el marco de la defensa de los derechos humanos, en los países ocupados o coloniales, si existen. No es el derecho a la secesión sino el derecho a constituirse como Estados legítimos cuando no han tenido la posibilidad de hacerlo por una ocupación. En el caso de España no ha lugar. Esto quiere decir que tanto el País Vasco como Cataluña forman parte de este Estado de derecho que es España y que son territorios que no tienen ningún derecho a la secesión. Este derecho no existe en ningún Estado-nación del mundo, por lo menos parecido al nuestro.

martes, 10 de noviembre de 2015

POR UNA HISTORIA DE LA RACIONALIDAD


    Pensamientos diversos sobre el cometa
   Pierre Bayle
 ( Introducción y traducción de Julián Arroyo Pomeda )

 Madrid : ediciones Antígona, 2015

Escrito por Luis Roca Jusmet

 A primera vista puede resultar increíble que se publique un libro de un pensador casi desconocido, Pierre Bayle, que habla sobre la llegada de un cometa a la Tierra. Increíble porque cualquiera podría pensar que, con mucho, puede interesar a cuatro especialistas. Pero hay que vencer este primer prejuicio para entender que lo que nos enseña este libro es a razonar. Lejos estoy de considerar que se cumplió el deseo de Kant de que a finales del siglo XVIII los humanos íbamos a madurar, a huir de los tutores y guías y a pensar por nosotros mismos. Más bien parece que se cumplió la irónica profecía de Chesterson : "Cuando dejéis de creer en Dios creeréis en cualquier cosa". Quizás los humanos tenemos más tendencia a la creencia que a la verdad.
 En todo caso Pierre Bayle forma parte de un grupo de pensadores muy potentes del siglo XVII, que hacen todos ellos un esfuerzo preciso, creativo y  continuado para construir una nueva racionalidad. Son filósofos como Descartes, Spinoza, Leibnitz o el mismo Bayle. Gente que hacía de la filosofía una forma de vida, porque la ética de la verdad guiaba sus vidas. Hablamos de la gran época del Barroco. Algunos, como Descartes, hacían de su experiencia en el mundo un camino para el aprendizaje filosófico. Otros, como Leibnitz, formaron parte de la vida cortesana y fueron ampliamente reconocidos en su tiempo. Bayle, como Spinoza, forman parte de los que vivieron su experiencia filosófica en la soledad e incluso en la persecución y murieron de enfermedad común bastante jóvenes. Y no es esta la única analogía que podemos hacer entre Spinoza y Bayle, con un método matemático de razonar detrás del cual no había un razonamiento muerto y rígido sino uno bien vivo y flexible.

viernes, 6 de noviembre de 2015

AUTORIDAD, PODER Y LIBERTAD






Escrito por Luis Roca Jusmet

 El poder es una relación en la cual uno (s) decide sobre la conducta del otro (s). El que ejerce poder sobre otro lo puede hacer por la fuerza o lo puede hacer influyendo en su conducta. ¿ Cómo puede alguien influir en el otro determinando su conducta ? Lo puede hacer provocándole miedo o teniendo una fuerte ascendencia sobre él. Michel Foucault, que tan lúcidamente mostró no solo los mecanismos del macropoder sino también del micropoder, acabó concluyendo que el poder no es esencialmente malo. Lo es cuando es absoluto y niega la capacidad de decisión, la libertad, la autonomía del otro. A esto le llamó entonces dominación. Lo negativo no es entonces el poder, cuando no se ejerce por la fuerza o por el miedo, sino las relaciones de dominio.
 ¿ Cuál es aquí el papel de la autoridad ? La autoridad es la relación que ejerce alguien que tiene un poder sobre otro. La cuestión es, entonces, si la autoridad es absoluta ( dominio) o relativa. Absoluta quiere decir que hay una estructura rígida y unidireccional y que además no está sometida a la ley. Es la que deriva del autoritarismo, la dictadura, la tiranía. El que manda, manda, y el otro obedece. La obediencia es la condición necesaria. Obediencia por miedo o por reconocimiento, con lo que tendríamos en este último caso la servidumbre voluntaria. Esta servidumbre voluntaria puede ser hacia alguien que tiene una autoridad simbólica (por ejemplo, el monarca) o carismática (el líder). En ambos casos hay una relación de dominio basado en la obediencia al otro. La autoridad es total.

 En una sociedad democrática solamente podemos aceptar una autoridad relativa. Relativa quiere decir en primer lugar parcial, lo cual significa que el que tiene autoridad la tiene en un ámbito concreto. Quiere decir también que el que ejerce la autoridad tiene el límite de la ley, a la que debe someterse. Quiere decir finalmente que el que ejerce la autoridad exige al otro obediencia pero al mismo tiempo le permite la crítica, es capaz de escucharle.