jueves, 13 de noviembre de 2014

PODEMOS : EL ESTADO DE LA CUESTION





 Escrito por Luis Roca Jusmet
 
Podemos ha irrumpido por una necesidad. La necesidad de dar voz a la inmensa mayoría de ciudadanos españoles que no se sienten representados políticamente. Algunos forman parte de la vieja guardia de militantes antifranquistas desencantados por la política. Otros son antiguos votantes, simpatizantes o militantes del PSOE o de IU. Algunos, pocos, antiguos votantes del PP, que no entendieron en su momento a quien sirve la derecha. Muchos son jóvenes que nunca se habían sentido representados por los políticos y ahora perciben que sí hay una vía. Lo que todos tienen en común es que ahora se ilusionan por la política porque esperan algo de ella. Esto es muy bueno porque hay que recuperar el sentido participativo de la ciudadanía, única base de la democracia.La democracia solo es emancipatoria si hay ciudadanos autónomos que quieren gestionar las cuestiones públicas. El 15 M y el movimiento de los indignados fueron expresión de este movimiento pero Podemos representa mucho más. No solo ha canalizado este movimiento sino que lo ha ampliado enormemente. Y le ha dado una salida institucional. Podemos es hoy una alternativa, la única alternativa de poder ciudadano, de regeneración democrática y de defensa de los derechos sociales al bipartidismo PP-PSOE. No es poco.
 Ahora bien, ni hemos de ser acríticos con nuestra opción política ni tampoco pecar de triunfalistas. Podemos tiene el inconveniente que surge a la vez  de movimientos espontáneos no organizados, del malestar de ciudadanos todavía pasivos y del poder mediático que tuvo antes de las elecciones europeas. Falta todo el tejido organizativo del movimiento, que debe ser la potencia de la organización. Los círculos son una buena opción para esta organización de base. Ahora bien, lo que se está viendo es que el núcleo impulsor del movimiento, Pablo Iglesias y su equipo están asumiendo el papel de vanguardia del movimiento y poniendo en marcha todos los mecanismos para garantizarlo. Esto no es una deriva oligárquica pero si aristocrática.

lunes, 10 de noviembre de 2014

SOBRE EL PROBLEMA CUERPO/MENTE


 
 Escrito por Luis Roca Jusmet

El problema cuerpo/mente es moderno. Se inicia a partir de las meditaciones metafísicas de Descartes, que teoriza la existencia de la substancia mental y la corporal. Son dos substancias diferentes cuya interacción queda abierta para la reflexión.. La glándula pineal no deja de ser el elemento de la conexión pero queda la problema de cómo esta es posible dicha conexión entre dos sustancias ontológicamente diferentes. Spinoza habla de una sola Substancia, Dios o la Naturaleza, de la cual la mente y el cuerpo serían dos manifestaciones paralelos.La teoría mecanicista de La Metrie, aparecida poco después, reducirá la mente al cuerpo.
 En el debate contemporáneo continuan las tres posturas. La primera, más difícil de justificar, la mantuvo incluso un Permio Nobel de Neurofisología, John Eccles, para el que mente y cerebro son dos realidades diferentes. La teoría del neurocientífico Antonio Damasio, para el cual la mente viene a ser como una especie de cartografía de lo que ocurre en el cuerpo, en el que incluye las emociones. Finalmente neurobiólogos como Paul Cauchard plantean simplemente que mente y cerebro son lo mismos. Lo que llamamos mente no es otra cosa que la red de connexiones neuronales que se dan en la estructura física del cerebro.
 Personalmente no me convence ninguna de las tres. Una clave para buscar otro tipo de explicación la encuentro a partir de los conceptos althusserianos de infraestructura, supererestructura y autonomía relativa. De esta manera podemos hablar del cuerpo ( incluido el cerebro) como la infraestructura de la mente y de la mente como superestructura. La mente es una estructura blanda, reticular, formada por el conjunto de connexiones entre representaciones ( palabras,imagénes) con un contenido emocional o desiderativo. Tiene autonomía relativa del cuerpo-cerebro, lo cual quiere decir que no es independiente ( esto sería dualismo) ni tampoco es lo mismo. En este último caso se identificaría las redes neuronales con las mentales, lo cual no es correcto. Sería la teoría del yo neuroquímico.

viernes, 7 de noviembre de 2014

MICHEL FOUCAULT : EL ORDEN DEL DISCURSO





Escrito por Luis Roca Jusmet

En 1970 Michel Foucault inicia lo que para mí es más apasionante, que son sus cursos en el Collège de France. Acaba de suceder a Jean Hyppolite en la cátedra de la Historia de los Sistemas de Pensamiento. Está pasando de la arqueología del poder a la genealogía del poder, por seguir el tópico.
 La hipótesis de su "Orden del discurso" es la siguiente :  
Toda sociedad produce un discurso que está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por cierto número de procedimientos que tiene por función conjurar sus poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada materialidad.
Todo discurso tiene sus reglas y es un sistema de exclusión. El más evidente es la prohibición. Otro es la oposición, por ejemplo la de razón y locura. Oposición que excluye a la segunda. El tercer mecanismo de exclusión surge de la oposición verdadero/falso. Separación que está históricamente constituida, que se inicia entre Hesíodo y Platón.
 Los sistemas de exclusión son, por tanto, la palabra prohibida, la propia de la locura y la voluntad de verdad. Nietzsche, Artaud y Bataille son expresiones de esta transgresión de la exclusión.
 ¿ Cuales son los mecanismos de control y delimitación del discurso. En primer lugar, el comentario. El comentario limitaba el azar del discurso por ,medio del juego de identidad que tendría la forma de la repetición y de lo mismo. En segundo lugar, el autor. En la Edad Media, la autoridad ( es decir, el reconocimiento del autor) era el indicador de veracidad. A partir de la ciencia moderna el nombre del autor va despareciendo del discurso verdadero.Se va introduciendo una disciplina del discurso que sustituye a la autoridad. la disciplina marca un horizonte, unos límites y unas posibilidad es. Marca un régimen de verdad ( por utilizar una expresión foucaultiana posterior) de lo que puede decirse como verdadero. Esto tiene que ver con el control del discurso, con las reglas que deben seguirse. Aunque parece que en los discursos actuales no exista el secreto de las doctrinas esto no es del todo cierto. Las doctrinas vinculan a los sujetos a determinados enunciados y al mismo tiempo la del discurso a los sujetos que hablan. Pero todo sistema educativo es una forma política de mantener o de modificar la adecuación de loa discursos, con los saberes y los poderes que implican.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

BUDISMO INDIO




Reseña de


Pensamiento budista. Una introducción completa a la tradición india.



Paul Williams, Anthony Tribe, Alexander Wynne.

( Traducción de Agustina Luengo)

Barcelona: Herder editorial, Barcelona, 2014



Escrito por Luis Roca Jusmet



El budismo sigue estando de moda en Occidente, aunque menos que hace unos años. Pero la fascinación que el budismo y la India tradicional ha ejercido sobre los europeos se remonta al siglo XIX, como bien ejemplifica la filosofía de Schopenhauer. El interés actual ha estado muy mediatizado ( y distorsionado) por la cultura new age que viene de la “contracultura” hippie y ha venido envuelto en una nebulosa demasiado etérea. Quizás fue Mircea Eliade uno de los divulgadores más interesantes y rigurosos de este movimiento pero ha pasado ya demasiado tiempo desde que escribió sus textos. Y tuvo el inconveniente de estar demasiado marcado por la influencia de la ideología tradicionalista de René Guenón y de la hermenéutica simbólica. En todo caso podemos afirmar que la literatura secundaria que nos ha llegado sobre el budismo ha resultado siempre muy parcial. Parcial en doble sentido. En primer lugar porque está escrita desde el budismo practicante, en general por occidentales conversos. En segundo aspecto porque las corrientes budistas que más influencia han tenido en el mundo occidental han sido el budismo zen y el budismo tibetano. Todo ello ha generado una visión bastante tópica del asunto. Resulta que en la India dominaba el hinduismo, que acabó esclerotizado por el exceso de ritualismo y de especulación metafísico. Frente a ellos Guatama Buda propone una salida práctica basada en la meditación y en la compasión. Pero resulta que en la India el budismo no tiene éxito y se consolida en otros países. Así, el budismo fracasa en su país de origen y pero tiene un gran éxito en otras culturas.

Pues resulta que no, que esta pequeña síntesis que he formulado antes y que seguramente firmaría cualquiera que crea que sabe algo de budismo, pues no es verdad. Porque los autores de este libro, expertos en budismo no explican con rigor y precisión, de manera científica, lo que realmente sabemos del budismo. Evidentemente una cosa es una aproximación científica al budismo ,otra es una aproximación filosófica y una tercera es una aproximación personal. Es decir, una primera cuestión es lo que fue y lo que dijeron los que forman parte de esta tradición que es el budismo, una segunda es analizar filosóficamente sus ideas y una tercera es si me interesa como apuesta étticoreligiosa( o simplemente ética). Lo que nos expone este libro es lo que sabemos hoy del budismo desde métodos científicos, es decir desde la investigación y el estudio histórico de los textos. Para mí es absolutamente fundamental para pasar a los otros dos planteamientos. Es decir que si nos interesa filosófica o personalmente el budismo hemos de saber de que hablamos. O mejor dicho, dejar hablar a la propia tradición. Esto es lo que hacen los tres autores del libro. Paul Williams es un experto en Filosofía India y Tibetana, Alexander Wynne en Estudios Orientales y Anthony Tribe en budismo tántrico.

lunes, 3 de noviembre de 2014

EL COSMOPOLITISMO DE KWAME A.APPIAH

Cosmopolitismo. La ética en un mundo de extraños

Kwame Anthony Appiah

Madrid : Katz, 2007. 225 páginas

 Escrito por Luis Roca Jusmet

Éste libro plantea cuestiones ético-culturales muy interesantes, aunque su limitación es que no enmarca su análisis ni su propuesta ética en un contexto económico y en un proyecto político, con lo cual lo diluye en una coordenadas demasiados abstractas.
De entrada su propuesta de sustituir el término multiculturalismo por el de cosmopolitismo me parece muy acertada, porque es ir hacia un universalismo ciudadano que, sin renunciar a las propias raíces culturales, las supere en un horizonte común. Él mismo, Appiah, londinense de origen africano con una sólida cultura universalista, es un buen ejemplo del cosmopolitismo que defiende.
La primera idea sensata que formula y que vale la pena recoger es que la convivencia y el respeto hay que plantearlos en términos de prácticas sociales compartidas y no de valores. Me parece bien que cuestionemos este eterno discurso de los valores que, más allá de las buenas intenciones, a veces resulta poco fecundo y poco operativo. Los valores son plurales y esto no debería ser un problema, ya que es en nuestra actitud y en nuestra conducta con respecto al otro donde reside la cuestión.
  Podemos tener valores diferente y hay que aceptarlos. De lo que se trata no es de ponerse de acuerdo con el otro, sino de aprender a convivir a él. Para ello hacen falta dos cosas : la primera es llegar a acuerdos prácticos con el otro y la segunda aprender a conversar con él. Está bien desde esta perspectiva la defensa que hace Appiah de la conversación, entendida simplemente como una escucha del otro. porque este escuchar implica aceptar al otro, respetándolo con unas reglas del juego comunes. El universalismo debe pasar por aquí y no por un intento de buscar valores universales, que conducen siempre a querer imponer una religión o una ideología. El sectarismo, nos dice el autor, es incluso más peligroso que la xenofobia o el racismo. Hay que responsabilizarse de todo lo humano y entender que en todas partes hay algo de verdad y que en ninguna está toda. Pero esto no quiere decir que tengamos que defender el relativismo cultural o multiculturalismo, que hay que criticar conjuntamente a la ontología que lo sostiene, que es para Appiah la del positivismo. Así como en su momento ya Quine criticó el dogma positivista de situar la lógica por una lado y los hechos por el otro, ahora Appiah critica el otro dogma de separar radicalmente los hechos por un lado y los valores por el otro. Considerar que las proposiciones sobre hechos son verdaderos o falsos y las proposiciones éticas son sólo formulaciones sobre deseos o preferencias subjetivas. Para el autor lo que hace el positivismo es llevar demasiado lejos la crítica de Hume a la falacia naturalista, que consideraba que los hechos son naturalmente buenos o malos. La crítica a esta división empieza por buen camino al señalar la posibilidad de un sustrato común moral independiente de creencias culturales y una relativización de lo que es un hecho en la medida en que siempre se interpreta desde un marco conceptual. Pero pienso que hay que mantener la diferencia entre los hechos y los valores que hace el positivismo bien entendido.